Redes sociales,
vínculos familiares y poder político en el Río de la Plata en el siglo XIX. Los Posse en Tucumán, 1820-1870
Social networks, family ties and political power in the Río de la Plata
in the 19th century. The Posse in Tucumán, 1820-1870
Francisco Bolsi
Instituto
Superior de Estudios Sociales, (Universidad Nacional de Tucumán)
Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
franciscobolsi@hotmail.com
Resumen
El
estudio de la familia desde la perspectiva de las redes sociales es
relativamente nuevo en el campo historiográfico argentino, sobre todo, en el
ámbito regional y local. Por este motivo, el propósito de esta investigación
fue analizar la configuración de las redes sociales y vínculos familiares por
parte de los Posse entre 1820-1870 con la finalidad
de indagar en la configuración de la elite y el papel desempeñado por esta
familia en el ámbito local. Para ello, se relevaron diferentes fuentes –Sección Protocolos, Judicial Civil,
Administrativa de Hacienda, Compilación Ordenada de Leyes, Boletines
genealógicos– que se encuentran en el repositorio documental del Archivo
Histórico de Tucumán. A partir de este análisis, se comprobó las estrategias
implementadas por la familia Posse, tanto desde sus
relaciones de parentesco como sus vínculos informales que le permitieron
detentar el poder en varias ocasiones en Tucumán, en el siglo XIX.
Palabras
claves
Familia, Redes Sociales,
Parentesco, Matrimonios, Política.
Abstract
The study of the family from the perspective of
social networks is relatively new in the Argentine historiography field,
especially at regional and local level. For this reason, the purpose of this
research was to analyze the configuration of social networks and family ties by
the Posse between 1820-1870 in order to investigate the configuration
of the elite and the role played by this family at the local level. For this
purpose, different sources - section protocols, genealogical newsletters, Civil
Judicial, administrative finance, ranked compilation of laws - which are found
in the document repository of the historical archive of Tucumán is relieved.
From this analysis, found the strategies implemented by the Posse family, both
from their kinship relationships as informal ties that allowed her to hold
power in several occasions in Tucuman, in the 19th century.
Keywords
Family, Social networking, Kinship, Marriage, Political.
Introducción
A partir del cuestionamiento de los grandes
paradigmas historiográficos dominantes hasta la década de 1980, la utilización
del análisis inductivo de la sociedad en relación a los actores sociales se
reveló como una nueva línea de investigación que aportó un novedoso enfoque al
estudio de las relaciones entre los individuos.[1]
En este sentido, a partir de estos aportes se experimentaron cambios
significativos en la visión acerca del sistema político y del ejercicio de
poder en América Latina desde fines del siglo XVIII al siglo XX. Gracias a
estas contribuciones, en la actualidad, se comprobó que las luchas por los
espacios de poder eran más complejas de lo que se creía. Por lo tanto, esta
nueva forma de analizar a los actores sociales permitió la identificación de
las configuraciones reales y las relaciones efectivas entre los individuos para
reconstruir sus redes sociales.[2]
Esta nueva perspectiva de análisis tomó en
cuenta los múltiples espacios y formas de poder que se manifestaron en
Hispanoamérica. Por este motivo, los aportes al estudio de las redes sociales
efectuados por Bertrand, Ponce Leiva y Amadori permitieron
un análisis reflexivo del rol que jugaron las redes de poder y la forma en que
fue utilizado este concepto por sociólogos e historiadores.[3]
En este sentido, la producción
historiográfica argentina referida a las redes sociales y el poder se abocó,
por un lado a realizar estudios generales vinculados con las dinámicas de las
elites entre el período colonial y la construcción del Estado-Nación y por otro
lado, a indagar desde perspectivas micro históricas la composición de las
elites provinciales y la lógica de distribución del poder.[4]
En el ámbito tucumano, los historiadores locales indagaron la construcción del
poder desde la perspectiva de la historia política y la configuración de las
elites en el siglo XIX y en ciertos casos, esa aproximación al objeto de
estudio, se realizó desde la historia de familia y el papel central que
desempeñó el parentesco como elemento cohesionador de la elite en la
construcción del poder.[5]
Uno de los estudios pioneros desde la
perspectiva de las redes sociales en el ámbito local fue la tesis doctoral
(inédita) de Iramain, quien estudió la conformación
de las comunidades políticas entre las provincias de Tucumán, Catamarca y
Santiago del Estero, entre 1810-1838.[6]
El autor indagó la construcción de las redes sociales en un contexto de
transformaciones políticas entre el período revolucionario y el control de la
región por el caudillo riojano Facundo Quiroga, quien logra mediar en la
relación conflictiva que existía entre las elites de las tres provincias. Por
este motivo, recurrió al concepto de red social con la finalidad de analizar la
configuración de las comunidades políticas y el papel que desempeñaron las
redes a la hora de conseguir acuerdos tendientes a construir o asegurar el
orden político.
Sin embargo, el análisis desde la perspectiva
de las redes sociales en el ámbito local es en la actualidad escaso. Por este
motivo, el propósito de esta investigación fue analizar la configuración de las
redes sociales y vínculos familiares por parte de los Posse
entre 1820-1870 con la finalidad de indagar en la configuración de la elite y
el papel desempeñado por esta familia en el ámbito local.
Cabe aclarar los motivos de la elección de
los Posse. Esta familia resultó un caso paradigmático
en la historiografía tucumana a partir de su participación en la política local
y nacional en el período de construcción del Estado-Nación argentino. De la
misma manera, fueron propietarios de ingenios azucareros en Tucumán y se
vincularon con familias de la elite local y nacional.
Asimismo, cabe aclarar que la intención de
este trabajo no es cuantificar a partir de la teoría de grafos, los vínculos de
los Posse, sino más bien indagar en las
características de esas relaciones buscando un sentido explicativo, lo que
daría cuenta de qué manera el contexto político, económico y social condicionó
los vínculos familiares internamente y cómo los Posse
construyeron una red que permitió su permanencia en el seno de la elite
tucumana.
Para la elaboración de este trabajo se
utilizó diversas fuentes. En el Archivo Histórico de Tucumán (AHT en adelante)
se relevó el Boletín Genealógico con la finalidad de analizar el parentesco
formal e informal de la familia Posse. La Sección
Administrativa (SA en adelante), las Actas de la Sala de Representantes y la Compilación
Ordenada de Leyes con la finalidad de identificar a los miembros de la elite
que desempeñaron los cargos.
La familia y la red social
La historia de familia desde 1970 aportó un
análisis significativo para comprender la dinámica del parentesco y la
configuración de las elites hispanoamericanas en la construcción del
Estado-Nación.[7] Sin embargo, el estudio de
la familia desde la perspectiva social es un campo historiográfico reciente. El
mismo aportó una categoría analítica a la historia social, al comprender la
familia como un punto de articulación con el mundo social y su interpretación
desde una perspectiva interdisciplinaria generó un renovado interés en esta
línea de investigación.
Con la finalidad de analizar a la familia los
investigadores recurrieron al concepto de red social para explicar relaciones
formales y no formales que los actores sociales y las familias establecen en su
entorno. A partir de esta idea, la familia cobra nuevamente vida y es
comprendida dentro de un entorno social, en una red virtual en donde los
individuos se interrelacionan a partir de vínculos no sólo basados en el
parentesco y la consanguinidad sino en otras formas como el compadrazgo, el
paisanaje, la solidaridad y la voluntad, entre otras variables.
La teoría de las redes sociales es deudora de
diversas corrientes de pensamiento y de ciencias como la antropología, la
sociología, la psicología y la matemática. A partir de los años setenta y
ochenta, se produjeron avances significativos en la elaboración de estudios de
las redes sociales y sobre todo la publicación de la revista Social Networks
aportó al análisis de las familias desde esta perspectiva historiográfica.[8] Scott fue uno de los
pioneros que planteó los orígenes históricos de este concepto con la publicación
de Social Networks Analysis en 1991.[9]
En este sentido, se entiende como red a un
núcleo determinado de personas que se encuentran interrelacionadas por vínculos
–relacionados con la consanguinidad– y no específicos, que trascienden el
parentesco y que representan valores e intereses que adscriben a la red. Moutoukias, hizo referencia a esta cuestión al considerar
que las redes que construyen los
individuos se desenvuelven dentro de un marco normativo, pero en la mayoría de
las ocasiones su accionar está más influenciado por objetivos personales, sus
capacidades y la reciprocidad entre sus miembros estaba condicionada por los
buenos resultados obtenidos.[10]
Esta conceptualización se transformó en el
eje a partir del cual se estudió la dinámica de la red social y de parentesco
que estructuraron los Posse con la finalidad de
explicar las estrategias que implementaron en el período en estudio.
A fin de aportar una mayor comprensión del
proceso, en los párrafos a continuación, se realizó una breve síntesis del
origen de esta familia y su establecimiento en Tucumán.
La
red social y parental de la primera generación de la familia Posse
En el siglo XVIII, la
situación económica de la ciudad de San Miguel de Tucumán era favorable debido
a su ubicación como intermediaria en el eje Potosí – Buenos Aires. De acuerdo
con López, la región del Tucumán se caracterizó por su producción ganadera
destinada a dos mercados: como ganado en pie que se transportaba hacia las
provincias altoperuanas (especialmente a Tarija y Cinti) y como productos derivados (cueros, suelas, grasa,
sebo), orientados a los mercados del Litoral. Complementaban la producción
local otros bienes como los pellones, el arroz, las maderas, los muebles, las
carretas, que se dirigían a la capital del virreinato y zonas aledañas. Desde
Tucumán se enviaba el ganado, los pellones y los productos de reexportación
(como la yerba y el azúcar) a los mercados del Alto Perú. A cambio de sebo,
grasa y quesos se obtenía el metálico y productos manufacturados como los
textiles, los sombreros y las mantas. Hacia el Litoral y el puerto de Buenos
Aires se destinaban los cueros curtidos, el arroz, las maderas y las carretas.
En la ciudad portuaria los comerciantes tucumanos adquirían los “efectos de
Castilla”, la yerba, el azúcar y las manufacturas que no se producían en la
jurisdicción y saldaban las cuentas con plata adquirida en los mercados altoperuano o en la misma capital del Virreinato.[11]
Los comerciantes
locales atendían dos mercados. Uno vinculado con la importación de
productos –que en el siglo XVIII se
incrementó sensiblemente de acuerdo a diversos historiadores– consistente en la
importación de efectos de la tierra y efectos de Castilla de bienes que no se
producían en la región.[12]
En este escenario
económico favorable, Manuel Posse, comerciante
peninsular se estableció en Tucumán en 1779. En el ámbito
local, las familias de la elite poseían una composición determinada por
diferentes variables que tenía en algunas ocasiones como eje la institución
familiar y en otras, a personas que pertenecían al círculo extra familiar que
se situaba en determinados espacios de poder. Sin embargo en el contexto de las
Reformas Borbónicas algunas familias reformularon sus estrategias de
reproducción social con el propósito de atravesar, sin sobresaltos, el proceso
de transformaciones de la elite a fines del siglo XVIII.[13]
En este contexto de cambios y conflictos
internos, se insertaron los comerciantes peninsulares que traían consigo no
sólo capitales sino también estrechos vínculos de parentesco, paisanaje y una
aceitada red de relaciones con los comerciantes porteños, como fue el caso de
los hermanos Manuel y Gerardo Posse.[14] Manuel se radicó en
Tucumán, mientras que su hermano Gerardo, se estableció en Buenos Aires,
constituyendo entre ambos una red mercantil que se consolidó con el correr de
los años.
Manuel al momento de su establecimiento
contaba con un patrimonio cercano a los 14.310 pesos, hecho que lo transformaba
en uno de los comerciantes recién llegados con mayor capital en la ciudad.[15] Manuel integró el grupo de
comerciantes que representaban al Consulado de Comercio de Buenos Aires que se
insertaron en Tucumán y que contaban con fuertes lazos mercantiles con los
principales importadores de efectos de Castilla en la plaza porteña.[16] Por este motivo,
estableció vínculos económicos con comerciantes del ámbito local y capitalizó
estas relaciones contrayendo matrimonio en 1783 con Águeda Tejerina
y Domínguez, quien era hija de Fermín Vicente Tejerina
y Barreda y Teresa Domínguez.[17] El padre de Águeda fue
arrendatario de la Sisa en 1764 y recusado como Alcalde de Segundo voto en 1767
y como Gobernador de Armas en 1776, de profesión comerciante.[18] Fruto del enlace
matrimonial entre Manuel Posse y Águeda nacieron
siete hijos –seis varones y una mujer– quienes ampliaron la red de parentesco
de los Posse vinculándose con otras familias de la
elite local.[19]
Este enlace matrimonial, evidencia las normas
y costumbres que regían en la elite tucumana del período tardo colonial, donde
las familias recurrían a su capital social en tanto elemento nodal del
intercambio de contraprestaciones. Las mismas se materializaron en los
matrimonios de las descendientes de la elite con estos comerciantes
peninsulares que poseían no sólo un capital económico sino político y
simbólico.[20] Esto no resultó una
cuestión menor, debido a que la elite local a fines del siglo XVIII cerró filas
y estrechó lazos por medio de matrimonios endogámicos, situación que
demostró –de acuerdo con Bascary– que sólo se reclutaban determinados
peninsulares.[21] En este sentido, el enlace
matrimonial de Posse da cuenta de su capital
económico y relacional, hecho que lo transformó en un actor significativo para
ingresar a la elite local.
La primera década del siglo XIX marcó el
inicio de las uniones matrimoniales de los hijos del peninsular, quienes
capitalizaron las relaciones previamente efectuadas por su padre con diversas
familias de la elite tucumana. Los apellidos que se incorporaron a la red
parental pertenecían en algunos casos a linajes que provenían de tiempos de la
conquista, mientras que otros, integraban el grupo de migrantes del período de
las Reformas Borbónicas.
El primero en casarse fue José Víctor Posse que contrajo matrimonio con Tomasa Pereira y Araóz, hija del prominente español Manuel Antonio Pereira
vinculado con el Consulado de Buenos Aires motivo por el cual ocupó el cargo de
Diputado de Comercio por Tucumán en diversas ocasiones y de Magdalena Aranguren
Aráoz emparentada con Bernabé Araóz, quien fuera
elegido como el primer gobernador propietario de la provincia de Tucumán entre
1814-1817 y presidente fundador de la República del Tucumán entre 1820-1821.[22] La consumación de este
enlace evidenció, por un lado la búsqueda de fortalecer lazos entre
connacionales, debido a que Manuel Antonio Pereira y Manuel Posse
emigraron en el mismo momento, estaban vinculados al Consulado de Comercio de
Buenos Aires y desempeñaron la función de Diputados de Comercio. Por otro lado,
marcó el acercamiento a la tradicional familia Araóz
–cuyos orígenes se remontaban a los viejos troncos coloniales– que pertenecía
al grupo anti – borbónico de acuerdo con García Calderón.[23]
En este sentido, eso evidencia la reformulación de alianzas al interior de la
elite que intentaba adaptarse al nuevo escenario político y social que deparaba
la década de 1810.
Vicente Posse
contrajo matrimonio con Sabina Talavera Olivera en la iglesia matriz de la
ciudad de Santiago del Estero.[24]
Sabina era hija de José de Talavera, destacado comerciante y militar de extensa
carrera que participó en la reconquista de Buenos Aires de 1806. Llegó al grado
de coronel y fue hermano de la prestigiosa Tercera Orden de la Penitencia en
Santiago del Estero y de Mauricia Olivera, perteneciente a una de las familias
provenientes de los primeros conquistadores de la región.[25]
La única hija de Manuel Posse
–María del Rosario– se casó en 1806 con Roque Pondal y Blanco.[26]
En el censo de 1812, figura con la edad
de 28 años y en el padrón de electores de 1818 está registrado con residencia
en el Tercer Cuartel de la ciudad –en la zona sur– como europeo endonado de 34
años, casado y de profesión comerciante.[27]
Pondal se desempeñó como Procurador General (1810),
Regidor Decano (1821), Alcalde Ordinario de Segundo voto (1822), Juez de 1º
Nominación en lo Civil (1826) y Diputado de la Sala de Representantes
(1829-31).[28] Este matrimonio permitió,
por una parte, la inserción social de Roque Pondal en
el contexto tucumano y por otra parte, resultó una prueba de los vínculos
existentes entre individuos que provenían de la misma región en la Península
Ibérica, debido a que el peninsular era originario de la región de Camariñas,
ubicada en las inmediaciones de Santa María de Sada lugar de nacimiento de
Manuel Posse. Sin embargo, se piensa que existió
cierto grado de parentesco, debido a que las madres de ambos eran de apellido
Blanco y provenían de la misma región, aunque hasta el momento esto solo es una
conjetura.
Tanto Manuel Antonio Pereira –padre de
Tomasa– como Roque Pondal mantenían un fluido
contacto comercial con Gerardo Posse, quien era el
destinatario de los productos exportados por ambos comerciantes a Buenos Aires.[29] Ambos fueron registrados
con la categoría de Don en la contribución voluntaria solicitada en 1806 para
enviar dinero y tropas para reconquistar la ciudad de Buenos Aires de la
primera invasión inglesa.
En el caso tucumano,
la Revolución de Mayo no significó un corte definitivo con el Antiguo Régimen,
de acuerdo a la historiografía local.[30]
Se observó que, si bien algunos apellidos en el Cabildo de Tucumán se
repitieron, existieron otros nuevos, lo que estuvo directamente relacionado con
la forma en que las distintas familias de la elite fueron encontrando su
espacio de participación y articulación en la disputa por el poder.[31]
Los cambios no se produjeron de manera violenta –luego de iniciada la
Revolución– sino de forma paulatina, en un proceso de transferencia del poder
de unas familias a otras, e incluso, Manuel integró junto con
su yerno Roque Pondal el grupo de vecinos que aceptó
la adhesión a la junta revolucionaria de Buenos Aires.[32]
En esta década, se
formalizaron las uniones matrimoniales del resto de los hijos de Manuel Posse. Simón Posse contrajo
enlace con Josefa Insúa y García.[33]
Su hermano, Francisco se casó con su prima Rudencia Insúa y García, hija de Tomás de Insúa
Posse y Rafaela de los Remedios García.[34]
Luis Posse, a
diferencia de sus otros hermanos se relacionó con una joven perteneciente a la
elite tucumana –Isabel
Bores– hija legítima del español Francisco Bores y Carmen Velarde. Bores era
uno de los comerciantes más destacados de la ciudad con una capacidad de giro
comercial en 1813 de $16.000.[35] Felipe Posse,
el menor de los hijos de Manuel, fue el primero de los descendientes que
contrajo matrimonio con una sobrina, Rafaela Posse Insúa (hija de Simón).[36]
Los matrimonios de la primera generación
demostraron las estrategias implementadas por Manuel Posse
al momento de unir a sus hijos con familias del medio local y de Buenos Aires.
Esta situación evidenció un marcado comportamiento endogámico debido a que
todos los enlaces se realizaron con descendientes de españoles peninsulares. De
acuerdo con Otero, los migrantes españoles e italianos mantenían pautas similares a sus lugares de origen con la
finalidad de reproducir las estrategias familiares en el territorio a donde
emigran[37]. Asimismo, se observó, la combinación
de enlaces matrimoniales y actividades económicas debido a que todos los
integrantes de la red se dedicaban al comercio, algunos de ellos, como Manuel
Antonio Pereira y Roque Pondal integraban la nueva
elite mercantil que se consolidó a fines del siglo XVIII en el contexto de las
Reformas Borbónicas. De la misma manera, las uniones matrimoniales de Simón y
Francisco manifestaron dos intenciones, por un lado la concentración del
patrimonio familiar hacia el interior de la familia Posse
en Tucumán y por otro lado, el reforzamiento de la red comercial de los Posse, quienes mantuvieron un lazo directo con sus primos,
los Posse Insúa de Buenos
Aires. Igualmente, resultó significativo que Posse
vinculó a sus hijos con hijas de comerciantes locales, como fue el caso del
matrimonio de Luis con Carmen Bores, descendiente de Don Francisco Bores. En
este sentido, este enlace evidenció el proceso de unificación de las familias
de españoles peninsulares en un período como la década de 1810 en donde se
pusieron a prueba las estrategias y las capacidades de estas familias para
afrontar un período que desde el punto de la participación política no les era
favorable.
De la misma manera, los vínculos
matrimoniales dan cuenta del capital social que poseía Manuel Posse, relacionado con una aceitada red comercial con su
hermano Gerardo, de la cual participaban otros comerciantes como Pereira,
Bores, Pondal y a la que se insertaron sus descendientes
tras instalar sus pulperías en la ciudad de San Miguel de Tucumán.[38] Aquí, se utilizó el
concepto de capital social como los recursos asociativos que poseía Posse, relacionados con la organización de una red parental
y asociativa desde el punto de vista comercial.[39]
Asimismo, se comprobó que estos vínculos
sociales y familiares atemperaron el peso de la Revolución en el caso de Manuel
Posse sindicado como el comerciante de origen
peninsular de mayor capacidad de giro comercial en 1813.[40]
A pesar de ello, de los nueve empréstitos solicitados por las autoridades
revolucionarias, sólo participó de cuatro aportando un total de 3015 pesos,
ubicándolo entre los tres más grandes contribuyentes a la Revolución. Si bien Posse aportó una cantidad significativa, las autoridades no
ejercieron una presión constante sobre el patrimonio económico del peninsular,
que de acuerdo al censo de 1813 era de 60.000 pesos. Según lo observado, la
fortaleza de los lazos sociales con miembros de la elite a partir del
parentesco y el hecho de que la revolución no generó una división tajante entre
peninsulares y criollos, fueron elementos que jugaron a favor de Posse.[41]
Sus descendientes contribuyeron en los
empréstitos con cantidades menores debido a que recién se iniciaban en sus actividades
comerciales e incluso dos de ellos participaron en las filas del ejército en la
batalla de 1812 en el batallón de comerciantes. De la misma manera, ocuparon
diferentes cargos en el Cabildo en el transcurso de la década revolucionaria.
En 1814, José Víctor fue elegido Regidor Juez de Policía.[42]
En 1815, Francisco fue designado en un momento como Caballero Síndico
Procurador de la ciudad y posteriormente, Regidor Llano Vocal de la Junta
Municipal de Propios y Arbitrios y en 1816 Regidor Defensor General de Menores
y Pobres.[43] Por último en 1817, José Víctor fue elegido
como Regidor de Fiestas y en 1819, Alcalde Ordinario de Segundo Voto.[44]
La
década de 1820 y el proceso de construcción de nuevas redes familiares y
sociales
A fines de la década revolucionaria los
cuestionamientos de las provincias del interior hacia el Directorio de Rondeau provocaron un aumento de la tensión política entre
los sectores federales y unitarios. Finalmente, la batalla de Cepeda puso fin
al conflicto cuando las tropas de los caudillos federales Estanislao López
(Santa Fe) y Francisco Ramírez (Entre Ríos) derrotaron al ejército unitario del
Director Supremo. La culminación de este enfrentamiento generó la apertura de
un nuevo proceso vinculado con las autonomías provinciales, caracterizado por
un marcado constitucionalismo, experiencias republicanas y la ruralización del
poder con el surgimiento del caudillismo, fenómeno analizado por Halperin Donghi en su celebré
libro Revolución y Guerra.[45]
En el caso tucumano, en 1819 el ex –
gobernador Bernabé Araóz organizó un levantamiento
armado, destituyó al gobernador Mota Botello y asumió con anuencia del Cabildo
de la ciudad, el cargo de gobernador interino.[46]
Poco después proclamó la constitución de la República del Tucumán, que anexó
bajo su jurisdicción a la provincia de Santiago del Estero y a Catamarca. La
existencia de esta república fue efímera. Al poco tiempo de su organización,
Santiago del Estero se separó bajo el liderazgo de Ibarra –caudillo local– y el mismo ejemplo siguió Catamarca. La
desfavorable situación económica, la carencia de consenso político como líder
de la república y los aprestos de invasiones militares procedentes de las
provincias vecinas, generaron una revolución –dirigida por Javier González– que
depuso a Araóz de sus funciones. A partir de estos
sucesos, la provincia de Tucumán transitó entre pujas por el poder entre
caudillos locales como Bernabé Araóz y Javier López
hasta 1824.
En este contexto de
confrontación, el enemigo ya no se encontraba afuera –como en la época
revolucionaria– sino que adentro, en donde las facciones locales se disputaban
el poder. En este ámbito de inestabilidad política, en 1822 José Víctor Posse fue elegido gobernador a instancias de Javier López,
quien se enfrentaba políticamente con Araóz.[47]
Sin embargo, las disputas por el poder entre estos dos jefes militares solo
permitieron que Posse ejerciera funciones
administrativas debido a que las amenazas de constantes levantamientos
militares de una facción u otra condicionó su gobierno. Ante la imposibilidad
de llevar a cabo su mandato renunció, aunque esto no significó su apartamiento
de la función política. En 1824 fue elegido Síndico Procurador de la ciudad y
posteriormente en 1828 fue designado Juez de primera instancia.[48]
El resto de la familia ocupó diversas funciones públicas, hecho que permitió
que los Posse cimentaran las bases de su poder
político en la década de 1820. Luis Posse fue elegido
como Regidor de Fiestas en 1820[49].
Roque Pondal –esposo
de María del Rosario Posse– desempeñó el puesto de
Regidor Decano en 1821, Alcalde Ordinario de Segundo Voto en 1822.[50]
Asimismo, en 1823 fue elegido Manuel Posse –iniciador
del clan familiar– como Síndico Procurador, hecho significativo debido a que no
desempeñaba ninguna función pública desde 1810 cuando los criollos detentaron
los cargos en el Cabildo.[51]
En el ámbito
económico, los Posse continuaron con sus actividades
mercantiles transformándose Luis Posse en uno de los
actores comerciales más significativos del entorno familiar.[52] La
red mercantil constituida por su padre y tío continúo funcionado, por este
motivo, los descendientes de Posse se consolidaron en
este espacio ante la retracción de Manuel Posse como
principal actor comercial antes del inicio del proceso revolucionario.
Las rencillas
políticas entre los jefes militares alteraron no sólo la dinámica de la elite
en su conjunto sino la red social constituida por los Posse.
Sin embargo, resultó significativo cómo los lazos de parentesco permitieron a
José Víctor Posse alcanzar la gobernación, debido a
que si bien era un hombre sin poder militar contaba con la venia de Bernabé Araóz, con quien lo unía un parentesco de segundo grado, a
partir de su casamiento con Tomasa Pereira y Araóz.
Conflictos intra elitarios y la familia Posse
entre 1830-1850
La década de 1820
culminó con el enfrentamiento entre unitarios y federales, quienes dirimieron
sus fuerzas en la batalla de la ciudadela, inclinando la balanza hacia el
sector federal. La asunción de Alejando Heredia como gobernador marcó la
hegemonía federal en el norte y la alianza de este último con Rosas, líder de
la Confederación.
La historiografía
local indagó acerca del enfrentamiento entre unitarios y federales en el
contexto local percibiendo que Alejandro Heredia no exacerbó el conflicto sino
que intentó una política de fusión de partidos.[53]
De acuerdo con Iramain, a partir de los discursos de
Alejandro Heredia es posible descubrir la construcción de una comunidad
política que intentó dejar atrás las diferencias para poder sobrevivir, debido
a que identificó al enemigo fuera de la provincia, hecho que conllevo a ubicar
la guerra en el exterior de la provincia y no al interior de la sociedad
tucumana.[54]
Sin embargo, esta
política de fusión no fue aceptada por todos los miembros de la elite. Los Posse, que participaron a favor del sector unitario en la
Liga del Interior, perdieron la posibilidad de asumir cargos en la Sala de
Representantes. Sólo Luis Posse designado Juez de
Segunda Denominación entre 1834-1838 participó de cargos públicos, debido a que
el sector de la élite a favor de Heredia cerró todos los caminos para acceder
al poder.[55]
Sin bien, el gobernador alentó la fusión de partidos, mantuvo a algunos
integrantes de la élite al margen. Esta tensión se evidenció en la campaña
tucumana, principalmente con familias que contaban con una clientela
significativa como era el caso de los Posse.[56]
Heredia implementó
una serie de impuestos a partir de 1834 con la finalidad de recuperar las
finanzas de la provincia que se encontraban extenuadas luego del conflicto
suscitado por la Liga del Interior. Esta política impositiva se orientó a
reactivar el comercio con el tradicional eje alto peruano promocionando rubros
como el cultivo de la caña de azúcar, la ganadería y el procreo de mulas para
el transporte.[57]
Estas medidas generaron controversias con el sector de comerciantes de
orientación atlántica, que se manifestaron tanto a nivel institucional como
militar.[58]
Esta situación motivo la reacción de un sector de la familia Posse, quienes mantenían su vinculación con el eje Tucumán
– Buenos Aires desde fines del siglo XVIII.
Ese mismo año, la
Sala de Representantes eligió nuevamente a Alejandro Heredia como gobernador
por amplia mayoría, hecho que fortaleció aún más su poder político.[59]
Las medidas económicas y el férreo control de las milicias generaron el
contexto propicio para que Ángel López –pariente del exiliado caudillo Javier
López– instigara a algunos simpatizantes del unitarismo a conjurar una revuelta
en contra de Heredia. Contó con el apoyo de varios comandantes de la campaña
tucumana que ejercían el control en diferentes distritos como era el caso de Sorroza en Monteros, Colombres en
el Colmenar y de algunos comerciantes como Gerónimo Helguera, Calixto Pérez y
los hermanos Vicente y Felipe Posse.[60]
Estos últimos, contaban no sólo con recursos económicos sino con una clientela
–peones que trabajaban en la estancia la Reducción– y que eran movilizados de
acuerdo a las necesidades de sus patrones.[61] Finalmente el movimiento sedicioso fue
descubierto por Heredia, que tomó prisioneros a los conspiradores condenándolos
a la pena de muerte. Gracias a la intervención de dos abogados –Juan Bautista
Alberdi y Antonio Fragueiro– el gobernador perdonó la
vida a los acusados pero les impuso el destierro.[62]
Esta situación
condicionó la participación política de los Posse en
el ámbito local. Sin embargo continuaron sus actividades económicas dedicadas
al comercio de exportación y a la compra de inmuebles en la ciudad y la campaña.[63]
El asesinato de Heredia
en 1838 generó un vacío de poder que permitió el regreso de algunos emigrados y
la puesta en funcionamiento del sector unitario. Los Posse
participaron de la organización de la Liga del Norte, Vicente regresó a Tucumán
luego de su destierro y cuando surgió este nuevo levantamiento unitario se unió
a él inmediatamente. Su hermano Luis se involucró desde un principio debido a
que formó parte de la comisión –junto
con Manuel Paz y Brígido Silva– que aprobó el tratado
ofensivo – defensivo en contra de la autoridad Rosas.[64]
La empresa militar asumida por los integrantes de la Liga del Norte finalizó en
una derrota a manos de las fuerzas federales del General Manuel Oribe en la
batalla de Famaillá.[65]
Esto determinó la suerte de las familias que participaron en la conformación de
la Liga que fueron perseguidas y sufrieron el exilio de la provincia.[66]
Vicente Posse fue tomado prisionero pero finalmente
logró salvar su vida. Su hermano Luis, en cambio, fue perseguido por las
autoridades federales, circunstancia que lo obligó a exiliarse en Córdoba
aunque no dispuso de sus bienes que fueron confiscados. Recién en 1844, durante
el gobierno federal de Celedonio Gutiérrez, regresó a Tucumán. Por iniciativa
del Ejecutivo se aprobó una amnistía con el propósito de culminar las luchas intra elitarias con las familias
comprometidas con el unitarismo y de
esta manera, pacificar definitivamente la provincia.
Los Posse a partir de la derrota de la Liga no volvieron a
organizarse nuevamente en contra del gobierno de Celedonio Gutiérrez.[67] Sin
embargo, estas dos décadas evidenciaron el comportamiento interno de la
familia, en donde existió una asignación de roles entre los hermanos. En este
sentido, Simón, José Víctor y Francisco fueron los encargados de sostener la
red comercial con Buenos Aires, como así también representar en la medida de lo
posible a la familia en el ámbito político local. Vicente y Felipe fueron los
que participaron en las sublevaciones e intentaron romper con la hegemonía de
las familias que representaban al sector federal. Sin embargo, se fueron
perfilando nuevos actores en la red de parentesco que proporcionarían a la
familia una nueva dinámica a partir de la década de 1850, como fue la figura de
José Posse –hijo de Simón Posse
y Josefa Insúa y García– y la rama de los Posse Talavera, hijos de Vicente, quien fue el miembro de
la familia que mayor cantidad de descendientes tuvo y que dinamizaron la red
social y familiar.
En cuanto a la red
social, resulta significativo que los Posse siempre
actuaron a partir de las movilizaciones de los jefes militares que tuvieron
incidencia en esos conflictos. En este sentido, la red social se conformaba en
un momento determinado y tenía existencia efímera, debido a que luego de cada
uno de los fracasados pronunciamientos esta red de lealtades personales en
torno a Ángel López en un primer momento y con el Gral. Lamadrid en un segundo
momento, se disolvieron. Del mismo modo, esta situación dio cuenta de la
capacidad de Heredia como de Gutiérrez de sostener una red de lealtades
personales a partir de la organización del ejército y de favores personales que
les permitieron conjurar los pronunciamientos y sostenerse en el poder.[68]
El contexto tucumano y el accionar de la segunda
generación de los Posse entre 1850-1870
La pronunciamiento de
Urquiza en 1851 abrió nuevamente el camino de la confrontación y la
recuperación de la legalidad confederal preexistente, definida en el Pacto
Federal de 1831. El éxito de Urquiza en Caseros en 1852 obligó a las provincias
del interior a tomar una postura frente al nuevo poder que emergía desde Entre
Ríos.
En el ámbito
provincial, Gutiérrez concurrió a San Nicolás, momento que fue utilizado por la
elite para desplazarlo del gobierno. El diputado Salustiano Zavalía
junto a José Posse presentó un proyecto de ley que
duplicaba la representación en la Sala de Representantes.[69]
Luego de la aprobación de esta ley, la oposición consiguió la mayoría en la
Sala y destituyó a Gutiérrez.[70]
A pesar de los esfuerzos de Gutiérrez por recuperar el poder, el cura José
María Del Campo, lo derrotó en la batalla de los Laureles y asumió el poder en
1853.
La gobernación de Del
Campo fue la plataforma propicia para la consolidación de los Posse en el ámbito local. Esta familia apoyó económicamente
a las tropas que el cura dirigió para enfrentar a Gutiérrez.[71] El
resultado de este enfrentamiento marcó el triunfo de los liberales en el
contexto político tucumano y la reorganización total del elenco de gobierno. No
obstante las fugaces alianzas, los intereses contrapuestos de las familias que
conformaron el partido liberal y la necesidad de establecer una postura
respecto al gobierno nacional generaron la división de este grupo. Mientras un
sector era partidario de la fusión con la política de Urquiza, el otro tenía
una posición sumamente crítica hacia el presidente de la Confederación. Los Posse se manifestaron en contra de la postura de fusión
porque estaba alineado políticamente con la fracción liberal de Sarmiento.
En 1854 fue elegido
gobernador Del Campo y rápidamente tuvo que desarticular las alianzas militares
del depuesto Gutiérrez. Por este motivo, organizó dos batallones de Guardias
nacionales en el departamento Capital y Monteros.[72]
Asimismo, recibió el apoyo de los Posse que contaban
con una red familiar que poseía trapiches azucareros en cercanías de la ciudad,
la Reducción y Monteros, se dedicaba al comercio –actividad heredada del
fundador del clan– y a la cría de ganado en el departamento de Trancas.[73]
Esta diversificación económica –era propia de la elite de este momento– se
relacionó con la ductilidad del sector comercial para reinvertir en actividades
agrícolas y manufactureras los excedentes acumulados en la intermediación
comercial.[74]
El gobernador Del
Campo eligió a José Posse como Ministro General de
Gobierno, hecho que generó una mayor fragmentación en el partido liberal,
debido a que la figura de José era resistida por una parte de la elite
representada por los Zavalía y los Frías, estos
últimos conectados políticamente con los hermanos Taboada de Santiago del
Estero. Posse durante su efímero mandato como
Ministro mostró una postura contraria al gobierno nacional y de carácter
personalista, motivo por el cual, las presiones políticas desde la Sala de
Representantes obligaron a Del Campo a pedirle la renuncia a Posse.[75]
A partir de esta situación, los Posse articularon su
red de parentesco en torno a dos ramas familiares que fueron los Posse Insúa y los Posse Talavera. A los primeros, pertenecía José “Pepe” Posse, quien se transformó en el actor central de la red
social y política de la fracción liberal que estaba en contra del mandato de
Urquiza, y contó con el apoyo de Wenceslao, Ciriaco, Manuel, Emidio, Benjamín y Ramón por parte de los Posse Talavera, que poseían una clientela significativa en
los departamentos de Lules y Monteros y
posteriormente fueron elegidos comandantes de campaña por Regimiento de los
Cívicos.
La elección a
gobernador en 1856 enfrentó a dos candidatos del partido liberal, Anselmo Rojo
partidario de la fusión con el emergente gobierno nacional y José Posse con una postura totalmente contraria. Finalmente, el
día de la elección un sector de la familia Posse que
se encontraba armada presionó a la Sala de Representantes para que eligiera a
José como gobernador, pero fueron expulsados y la elección se volcó a favor de
Rojo.[76]
Esto provocó la reacción de los Posse que realizaron
un movimiento armado conocido en la historiografía local como la revolución de
los Posse.[77]
Esta sublevación organizada por Del Campo fracasó y provocó el exilio de este último
y de varios miembros de la familia que emigraron a Santiago del Estero. El
resto, sobre todo los integrantes de la rama Posse
Talavera, hicieron demostraciones de fuerza que conllevaron a una tensión con
el comandante de la zona Miguel Padilla.[78]
En la década de 1860,
la situación política nacional resultó favorable para que los Posse regresen a la escena local a disputar el poder. Del
Campo fue elegido nuevamente gobernador en 1862.[79]
El mecanismo de lealtad y amistad política que unía al primer mandatario y a
los Posse se puso en funcionamiento. Por este motivo,
fue elegido Arsenio Granillo -unido a los Posse
Talavera tras su casamiento con Sabina- como Ministro General y José Posse como diputado nacional.[80]
En 1864, José Posse accedió a la gobernación, hecho
que marcó un uso exclusivo de la política, del control legislativo y de las
comandancias de los batallones de la Guardia Nacional, espacio conquistado
durante el mandato de Del Campo un par
de años antes.[81]
En 1866 fue electo Wenceslao Posse como gobernador,
lo que marcó la continuidad del clan en el poder.[82]
Los integrantes de la familia alcanzaron representación nacional a partir de la
elección como diputado de Filemón Posse en 1864 y de
senador de Manuel Posse en 1866.[83]
En el medio local, fueron elegidos como electores provinciales: Manuel Posse (1860-64), Emidio Posse (1865), Juan Posse (1866),
Roque Pondal Posse
(1862-65), Tiburcio Molina (1863-65-67).[84]
Asimismo, la red de
parentesco tuvo una fuerte representación con la incorporación de Arcadio Talavera,
Arsenio Granillo, Benigno Vallejo, Roque Pondal, Juan
Del Campo y Silvestre del Campo –sobrino y hermano del ex gobernador José María
Del Campo- quienes fueron diputados provinciales en la legislatura local[85].
En este sentido, al
analizar la red social de los Posse, se evidencia el
rol central que jugó José Posse, amigo personal y
aliado político de Sarmiento, quien fue el responsable de asignar los roles en
el interior de la red. Los miembros de la rama de los Posse
Talavera acompañaron este proceso, hecho que redundó en un acrecentamiento del
patrimonio familiar a partir de la adquisición de propiedades en la campaña y
la ciudad por diversas sociedades como fueron Posse
Felipe y Pondal Roque; Felipe Posse
y Cía. y Wenceslao Posse en la zona de Cruz Alta, en
donde funcionaba su ingenio, el Esperanza.[86]
El manejo
exclusivista de la política local generó la división del partido liberal en dos
facciones, cuyas diferencias se agudizaron al momento de la sucesión
presidencial. Por un lado, la fracción possista (club
Sarmiento) que propugnaba la candidatura presidencial de Sarmiento, por
otro lado, el denominado Club del Pueblo, que sostenía la de Rufino
Elizalde (candidato de Mitre) y era apoyada por los Taboada.[87]
Con el sustento del clan santiagueño y liderado por Octaviano Luna, los
integrantes del Club del Pueblo, derrocaron a Wenceslao Posse. Ante las circunstancias desventajosas que se le
presentaron no tuvo otra opción que presentar su renuncia ante la Sala de
Representantes y de esta manera evitó un derramamiento de sangre. El único
integrante de la familia, que reaccionó ante la marcha de los acontecimientos,
fue Emidio Posse, pero
Wenceslao ante el mayor poder de fuego de la Guardia Nacional y la superioridad
de fuerzas en relación con las tropas de cívicos movilizadas por su hermano, el
gobernador depuesto, le solicito a su hermano que desistiera de sublevarse.[88]
En este sentido, la
política exclusivista de los Posse, el marcado
nepotismo en la designación de los cargos públicos y su postura política
contraria a los deseos de Mitre generaron su derrocamiento por parte de los
Taboada, asociados con jefes militares locales pertenecientes a la Guardia
Nacional. Este hecho marcó, un hito en la historia familiar debido a que recién
en 1886 lograron acceder al poder ejecutivo.
Conclusiones
El concepto de redes
sociales resultó significativo al momento de indagar el caso de los Posse debido a que se analizó una familia, a partir de un
estudio específico, la rotación de los actores que integraban la red de parentesco
y como esta estructura tenía una representación no sólo económica, sino también
política y social.
En este sentido, se
apreció que la dinámica familiar en sus inicios, a partir del establecimiento
de Manuel Posse constituyó una red ego centrada que
vinculó a esta familia con comerciantes –Pereira, Bores, Pondal–
con una capacidad de giro comercial significativa. De la misma manera, se
observó cómo prevalecieron los lazos de solidaridad entre comerciantes
españoles peninsulares, lo que constituyó una práctica fuertemente endogámica
entre actores sociales que tenían un mismo lugar de origen.
Paralelamente, se
analizó cómo esos vínculos previos fueron esenciales al momento de atravesar la
década revolucionaria, ya que a pesar de que Manuel Posse
era el comerciante peninsular de mayor capacidad de giro mercantil en 1813,
consiguió evitar el peso de las contribuciones forzosas solicitadas. En este
sentido, se piensa que la fortaleza de los vínculos constituidos por Posse que sellaron acuerdos económicos, se transformaron en
cuestiones mediadas por el parentesco a partir de las uniones matrimoniales que
entrelazaron actividades mercantiles y vínculos familiares entre connacionales.
Las relaciones fueron diádicas y se establecieron entre pares, es decir entre
actores sociales que detentaban un prestigio simbólico y un capital económico
significativo.
En cuanto a los
integrantes de la primera generación, resultó interesante analizar la
asignación de roles entre los hermanos, debido a que algunos conspiraron mientras
que otros se mantuvieron al margen. Esto hizo referencia a como las
obligaciones familiares generaron fuertes lazos parentales entre los miembros
de la red de parentesco. La segunda generación denota una ampliación de la red
de parentesco y de relaciones sociales. Sin embargo, son los Posse Insúa y los Posse Talavera, quienes se destacaron entre el resto de los
integrantes de la familia objeto de estudio.
Una característica en
ambas, es el poder de movilización de una clientela significativa y que dan cuenta de la influencia territorial
de los Posse en los departamentos de Monteros y Lules, como así también la localidad de la Reducción. Este
poder de movilización conllevó a su participación en dos ocasiones por el
sector unitario y posteriormente, en la organización de una sublevación
denominada en la revolución de los Posse. En este
sentido, esta construcción territorial del poder sugirió nuevos interrogantes,
al respecto de cómo reclutaban su clientela, quienes eran los intermediarios (brokers en la teoría de las redes sociales) que facilitaban
los lazos con los actores sociales que estaban bajo su control, hecho que
alienta profundizar aún más en el estudio de esta familia.
Asimismo, estas
confrontaciones generaron un cambio paulatino de las estrategias familiares,
con una ampliación de los vínculos parentales con uniones matrimoniales que
excedieron el marco local y regional y apuntaron a su incorporación en la elite
liberal que se conformó a partir de 1853. Este nuevo contexto político
visibilizó relaciones diádicas entre la figura de José Posse
y Sarmiento, quienes configuraron junto a otros actores políticos una red
social que representó el proyecto político del sanjuanino. En el ámbito local,
José Posse se transformó en el líder de la red social
y parental, el cuál dominó la escena y marcó la asignación de roles de los
integrantes de la familia durante la década de 1860, que fue cuando detentaron
el poder. Estos vínculos fueron no sólo familiares, sino políticos debido a que
los Posse orientaron sus estrategias con el propósito
de implementar una política exclusivista, que posteriormente provocó su
relegamiento hasta 1886 del centro de la escena provincial.
Recibido: 03/10/2015
Evaluado: 30/10/2015
Versión Final: 04/12/2015
[1] La bibliografía en América Latina es
sumamente extensa: Federico Requena Santos. “El concepto de red social”. Reis; nº 48, Octubre – Diciembre.
Madrid, 1989; págs. 137-152. Joseph Galaskiewicz, y Stanley Wasserman. “Análisis de redes
sociales. Conceptos, métodos y direcciones para los años 90”. Sociological Methods & Research; Vol. 22. Madrid, 1993; págs. 137-152. Andrea González
Ripolli Navarro. “Vínculos y redes de poder entre
Madrid y la Habana: Francisco Arrango y Parreño
(1765-1837), ideólogo y mediador”. Revista de Indias; Departamento de
Historia de América “Fernández de Oviedo”; Vol. LXI, mayo – agosto, n° 222.
Madrid, 2001; págs. 291-305. Michel
Bertrand. “De la familia a la red de sociabilidad”. Revista mexicana de sociología; Vol. 61, n°. 2. México, 1999; págs.
107-135. “En busca de una identidad social: redes familiares y elite colonial
en tiempos de crisis”. Anuario de
Estudios Bolivarianos; Universidad Simón Bolívar, Venezuela, 1999, págs.
97-118. Gabriela Dalla Corte. “La consistencia de la red social: el Ferrocarril
Oeste Santafesino entre la Argentina pampeana y el Chaco paraguayo, 1880-1890”.
Pilar García Jordán, (ed.), Dinámicas de poder local en América Latina,
siglos XIX y XX. Barcelona, TEIAA-UBE, 2009; págs.13-54.
[2] Zacarías Moutoukias.
“Redes sociales, comportamiento empresario y movilidad social en una economía
de no mercado (el Río de la Plata en la segunda mitad del siglo XVIII)”. Blanca Zeberio, María
Berj y Hernán Otero. Reproducción social y sistemas de herencia en una perspectiva
comparada. Europa y los países nuevos (Siglos XVIII al XX). Buenos Aires,
UNCPBA, Instituto de Estudios Históricos y Sociales, 1996; págs. 63-81. José
María Imicoz. “Actores, redes, procesos: reflexiones
para una historia más global”. Historia,
Revista da Faculdade de Letras; III Serie, Vol. 5.
Portugal, 2004; págs. 115-140.
[3] Michel Bertrand…, Op.
Cit. Pilar Ponce Leiva y Arrigo Amadori. “Redes
sociales y ejercicio del poder en la América Hispánica: consideraciones
teóricas y propuestas de análisis”. Revista
Complutense de Historia de América; Vol. 34. Barcelona, 2008; págs. 15-42.
[4] La bibliografía es mucho más amplia,
sólo que para esta cita se tomaron aquellos trabajos significativos para la
elaboración del presente artículo: José Mateo. Población, parentesco y red social en la frontera. Lobos (provincia
de Buenos Aires) en el siglo XIX. Mar del Plata. Universidad Nacional de
Mar del Plata, GIHRR, 2001. Claudia Herrera.
Elites y poder en Argentina y España en
la segunda mitad del siglo XIX. Madrid. Tesis de Doctorado (inédita),
Universidad Complutense de Madrid, 2003. En línea: http://biblioteca.ucm.es/tesis/ghi/ucm-t26882.pdf /fecha de acceso: 3/9/2015.
[5]Florencia Gutiérrez. Prácticas
políticas en Tucumán en la década de 1860: El partido Posse.
Tucumán. Tesis de Licenciatura (inédita). Facultad de Filosofía y Letras. UNT.
1998. María Celia Bravo y Daniel Campi. “Elite y poder en Tucumán, Argentina, segunda mitad
del siglo XIX”. Secuencias; n° 47, mayo –agosto. México, 2003; págs. 75-104. Cristina López. Los dueños de la tierra. Economía,
sociedad y poder en Tucumán (1770-1820). Tucumán, Facultad de Filosofía y
Letras, UNT, 2003.
[6] Pablo Iramain.
La construcción de comunidades políticas
en el Río de la Plata: Tucumán, Catamarca y Santiago del Estero 1810-1838.
La Plata. (en línea). Trabajo final de posgrado, Universidad Nacional de la
Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, 2010 Disponible en: www.fuentesmemoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.445/te445pdf
[7] La historia de familia es una corriente
historiográfica que se inició en los años 70´ con Peter Laslett
y la escuela de Cambridge. Posteriormente, la escuela de los Annales realizó sus aportes en esta temática. Véase: Peter Laslett. “Introducción al estudio de la familia”. Londres; Cambridge
Group for the History of Population and Social Structure; 1972. Linda Levin. Politics and Parentela in Paraiba – Brasil. A
case of family – based oligarchy. Princeton;
Princeton University Press,
1987. Philipe Aries. El
niño y la vida familiar en el antiguo régimen. Madrid; Taurus, 1992. Michel
Anderson. Aproximaciones a la historia de la familia occidental (1500-1914).
Madrid; Siglo XXI, 1988. George Duby y Philipe Aries. Historia de la vida privada. Del
renacimiento a la ilustración. Madrid, Taurus, Vol. 3, 1989. Pilar Gonzalbo
Aizpuru y Cecilia Rabell. La familia en el mundo iberoamericano. México; UNAM, 1994. Familia y vida privada en la historia de
Iberoamérica. México; UNAM, 1996. David Kertzer y Marzio Barbagli (comp.). Historia de la familia europea Vol.1: La
vida familiar a principios de la Era Moderna (1500-1789). Barcelona; Paídos, 2002. Historia
de la familia europea Vol. 2: la vida familiar desde la Revolución Francesa
hasta la Primera Guerra Mundial (1789-1913). Barcelona, Paidos,
2003. Historia de la familia europea Vol.
III: la vida familiar en el siglo XX. Barcelona; Paidos,
2004. Jaime, Contreras Contreras (editor). Familia, poderes, instituciones y conflictos.
Murcia; Universidad de Murcia, 2011.
[8] Joseph Galaskiewicz y Stanley Wasserman. “Análisis de redes
sociales…”, Op. Cit, pág. 3-22.
[9] John Scott.
Social Network Analysis. Londres; Newbury Park,
1991.
[10] Zacarías Moutoukias.
“Familia patriarcal o redes sociales: Balance de una imagen de la
estratificación social”. Anuario del
IEHS; n° 15. Buenos Aires, 2000; págs. 110-130.
[11] Cristina López. Los dueños de la tierra…, Op.Cit, pág.
194.
[12] Los principales productos de importación
eran los algodones y lienzos del Alto Perú, yerba de Paraguay, Azúcar de Jujuy y
Río de Janeiro, aguardientes y vino de la zona de Cuyo, añil de Chile y Perú,
entre otros bienes. Cristina, López. “Comercio de exportación de la jurisdicción de San
Miguel de Tucumán: circuitos comerciales y especialización productiva,
1785-1810”. Tucumán, 1992.
[13] A partir de la expulsión de los
jesuitas, se generó una división de la elite, entre quienes fueron los
encargados de llevar a cabo esta medida ordenada por la corona –el sector pro
borbónico– y aquellos vecinos que integraban la elite tradicional y que se
manifestó en contra de la ordenanza real. Véase: María Lelia
García Calderón. “Las disputas por el poder en San Miguel de Tucumán a partir
de la expulsión de los jesuitas”. Cristina López (comp.).
Identidades, representación y poder entre
el Antiguo Régimen y la Revolución: Tucumán, 1750-1850. Rosario; Prohistoria, 2009; pág.
25.
[14] Ana María Bascary. Familia y vida cotidiana a fines de
la colonia. Tucumán,
Facultad de Filosofía y Letras – UPO, 1999; pág. 66.
[15] AHT, Sección Protocolos, Serie A, 1792, f. 173.
[16] Entre los comerciantes que se instalaron
en Tucumán, se encontraba José Ignacio Garmendia, José Antonio Álvarez de Condarco, Salvador Alberdi, Cayetano Rodríguez, entre
otros. Gabriela, Tío Vallejo. “La “buena administración de justicia” y la
autonomía del cabildo. Tucumán, 1770-1820”. Boletín
del Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”;
n° 18. Buenos Aires, 1998; pág. 42.
[17] Los padres de Fermín Texerina
y Barreda fueron Francisco Texerina y Barreda y Laurencia García, naturales de Sevilla. De acuerdo con
García Calderón, Texerina integró el grupo de funcionarios
borbónicos que conformó la Junta de Temporalidades, encargada de la venta de la
tierra de los jesuitas, luego de su expulsión. La Ordenanza Real generó una
división interna en la élite, entre el sector tradicional pro jesuita y el
sector pro borbónico. Véase: María Lelia García
Calderón. “Las disputas por el poder…”, Op. Cit.,
pág. 26
[18] Las recusaciones en dos oportunidades de
Fermín, se debieron a la puja por el poder entre los dos sectores de la élite
enfrentados por la expulsión de los jesuitas. AHT, Sección Administrativa, Vol.
6, f. 35, 36, 37 y 38. AHT, Sección Judicial Civil, caja 25, exp. 29, f. 184 (v), caja 23, exp.
1, f. 2.
[19] José Víctor (1785/1852), Simón
(1789-1838), Vicente (1796/1884), María del Rosario (1794), Luis (1797/1847),
Felipe (1806/30-1878), Francisco Posse (se desconoce
cualquier otro dato al respecto de su persona). José María Posse.
Los Posse. El
espíritu de un clan. Buenos Aires,
Sudamericana, 1996; págs. 41-48.
[20] Posse
participó en el cabildo de la ciudad ocupando diferentes cargos. Defensor de
Menores (1787), Síndico Procurador de la ciudad (1788), Alcalde de Barrio
(1793), Tesorero de Bulas (1801), Alcalde Ordinario de 1º Voto (1804). Celia
Avellaneda de Ibarreche, María del Carmen Del C. Clessi
y Jorge Corominas. “Autoridades del cabildo, justicia y regimiento – tercera
parte (1779-1824)”. Centro de Estudios
Genealógicos, Vol. 5. Tucumán, 2007; págs. 170, 180, 187, 194, 196.
[21] Ana María Bascary. Familia y vida cotidiana…, Op. Cit, págs.185.
[22]
Aparte de ser designado Diputado de Comercio en varias oportunidades, Manuel
Pereira se desempeñó como Teniente Tesorero en 1801. Celia
Avellaneda de Ibarreche, María del Carmen Del C. Clessi
y Jorge Corominas. “Autoridades del cabildo…”, Op. Cit.,
pág. 184.
[23] María Lelia García Calderón. “Las disputas por el
poder…”, Op. Cit, págs. 2.
[24] Catedral de Santiago del Estero,
matrimonios I, sección matrimonios entre españoles, 2º parte, f. 3.
[25] Centro de Estudios Genealógicos de Tucumán,
Boletín n° 3, año 2003; pág. 7.
[26] Roque Jorge Pondal
y Blanco nació en Camariñas en 1783 y se encontraba radicado en la ciudad de
San Miguel de Tucumán en los primeros años del siglo XIX. Justino Terán. “Los Pondal. Aportes genealógicos”. Centro de Estudios Genealógicos de Tucumán; Vol. 4. Tucumán, 2004; pág.
63.
[27] El término endonado, se refiere que se
encuentra registrado como Don en la fuente. AHT, Sección Administrativa, Censo de 1812, f. 203. Luis Marcelo Zelarayán. “Padrón de electores de 1818”. Centro
de Estudios Genealógicos de Tucumán; Vol. 3. Tucumán, 2003; pág. 234.
[28] Celia Avellaneda de Ibarreche,
María del Carmen Del C. Clessi y Jorge Corominas. “Autoridades del cabildo…”, Op. Cit. págs. 192, 204, 206.
[29] Manuel Antonio Pereira efectuó 13 envíos
hacía Buenos Aires de los cuales 8 fueron para Posse.
En cambio, todas las exportaciones de Pondal se
orientaron a través de la red comercial de la familia Posse.
AHT, Sección de Comprobantes de Contaduría y Oficios Varios, Cuadernos de Tomas
de Razón en los años 1800-1809.
[30] Irene García de Saltor. La
construcción del espacio político. Tucumán en la primera mitad del siglo XIX.
Tucumán, Facultad. de Filosofía y Letras, 2003; pág. 52.
[31] Ídem, pág. 53.
[32] Documentos Tucumanos. Actas del Cabildo. Tucumán, 1939, págs.
42-43.
[33] José María Posse. Los Posse…, Op. Cit, pág. 45.
[34] Tomas Insúa Posse se casó en segundas nupcias con Rafaela de los
Remedios García. José María Posse. Los Posse…, Op. Cit, pág. 46
[35]Ídem, pág. 47. AHT, Sección
Administrativa, Censo 1813, f. 482.
[36] Ídem, pág. 47.
[37] Hernán
Otero. “Una visión crítica de la endogamia: reflexiones a partir de una
reconstrucción de familias francesas (Tandil, 1850-1914). Estudios
Migratorios Latinoamericanos; año 5, agosto – diciembre, nº 15-16. Buenos
Aires, 1994; págs. 521-548.
[38] Posse
constituyó una aceitada red mercantil con su hermano Gerardo, que concentró
exportaciones desde la ciudad de Buenos Aires con destino Tucumán y de la que
participaron otros comerciantes locales como Pereira, Pondal,
Bores, entre otros. Véase: Francisco Bolsi. “Familia,
estrategias de reproducción social y comercio de exportación en Tucumán,
Argentina, 1780-1820. Una aproximación a partir de la familia Posse”. Anuario de
Estudios Americanos; n° 70, enero – junio. Sevilla, 2013; págs. 129-156.
[39] Julio Cesar Rodríguez Treviño. “Cómo
utilizar el análisis de redes sociales para temas de historia”. Signos Históricos; n° 29, enero-junio.
México, 2013; pág.105.
[40] Francisco Bolsi.
“Familias de la elite, revolución y guerra. Una aproximación a partir del clan Posse en Tucumán, Argentina, 1810-1830”. Secuencias, n° 76, enero-abril.
Michoacán, 2010; pág. 67.
[41] Irene García
de Saltor. La
construcción del espacio…,
Op. Cit., pág. 52.
[42] Celia Avellaneda de Ibarreche,
María del Carmen Del C. Clessi y Jorge Corominas. “Autoridades del cabildo…”, Op. Cit. pág. 196.
[43] Ídem,
pág. 197.
[44] Ídem,
pág. 198.
[45] Tulio Halperin Donghi. Revolución
y guerra. Formación de una elite dirigente en la Argentina criolla. Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2002.
[46] Celia Avellaneda de Ibarreche,
María del Carmen Del C. Clessi y Jorge Corominas. “Autoridades del cabildo…”, Op. Cit. pág. 210.
[47] Ídem, pág. 208.
[48] Ídem, pág.209.
[49] Ídem, pág.
206
[50] Ídem, págs.
207-208
[51] Ídem, págs. 209
[52] Francisco Bolsi.
“Familias, estrategias de reproducción social…”, Op. Cit, pág. 150.
[53] Irene García de Saltor Irene. La
construcción del espacio…, Op. Cit, págs. 123-124.
[54] Pablo Iramain.
La construcción de comunidades…, Op. Cit, pág. 282.
[55] Actas de la Sala de Representantes
(1939), sesión del 8-I-1834, Tucumán, Vol. II. (desde 1823 hasta 1852), pág.
305.
[56] Heredia impuso un estricto control
militar, sobre todo a aquellas familias que poseían una clientela significativa
a partir de las actividades económicas que desarrollaban en la Reducción. En el
caso de los Posse, luego de la conjura perdieron
poder de movilización. Pablo, Iramain. La construcción de comunidades…, Op. Cit, pág. 286.
[57]
El propósito de Alejandro Heredia al diseñar esta política económica
proteccionista tuvo la finalidad de mejorar la aletargada economía local,
conformar un mercado interno de producción que permita el abastecimiento y una
exportación sostenida, además vincular nuevamente a Tucumán, con el mercado altoperuano proveedor de metálico, hecho que evitaría un
drenaje constante de recursos, debido a que el único mercado en donde Tucumán
colocaba productos era Buenos Aires. Norma
Pavoni. El
noroeste argentino en la época de Alejandro Heredia. Tucumán; Tomo II,
Economía y Sociedad, Ediciones Fundación Banco Comercial del Norte, 1981; págs.
1-4. Asimismo véase: Paula Parolo. “La presión fiscal
sobre el comercio tucumano en el siglo XIX”.
Revista de la Escuela de Historia,
Vol. 1-2. Salta, 2011; págs. 109-131.
[58] La Comisión de Hacienda encargada de
analizar el proyecto de Heredia, estaba compuesta por comerciantes vinculados
con la ruta comercial atlántica, motivo por el cuál, ofrecieron resistencia a
la implementación de esta política impositiva. Esto evidenció un marcado perfil
librecambista en contraposición con las intenciones proteccionistas del
gobernador. Norma Pavoni. El noroeste argentino…, Op. Cit. pág. 9.
[59] Actas de la Sala de Representantes…, Op. Cit. págs. 511-512.
[60] Se organizó una fuerza militar de 200
hombres, integrada en su mayoría por integrantes de la clientela de la familia Posse y Colombres. AHT, SA,
f.302. De la misma manera, las relaciones
entre los Colombres y los Posse
no se regían simplemente por la afinidad política sino por lazos de parentesco
a partir del casamiento de Juan Posse –hijo de
Vicente– con Carmen Colombres. De acuerdo con Macias, esta conspiración quiso diferenciarse de una
instancia de desorden que revivía el tradicional conflicto entre unitarios y
federales. Por esto para justificar el levantamiento de acuso a Heredia de
tirano, motivo por el cual, el pueblo asumía la vía armada para recuperar la
soberanía. Flavia Macias, “Ciudadanos armados y
fuerzas militares en la construcción republicana decimonónica”. Identidad nacional hacia la Argentina del
Bicentenario. Reflexiones sobre el concepto de ciudadanía. Buenos Aires,
Honorable Senado de la Nación, 2009; pág. 11.
[61] En este trabajo, se tomó los conceptos
vertidos por James Scott acerca de la clientela. En este sentido, se entiende
por clientela a la relación patrón –cliente en donde existe una relación de
intercambio de roles, que poseía un carácter instrumental, en donde el patrón
utiliza su posición (socio – económica) para proveer protección o ciertos
beneficios como el trabajo, a una persona que tiene un status social menor y
que actúa de forma recíproca brindando apoyo y asistencia. En este sentido, se
analizó a la clientela de los Posse, como los peones
y trabajadores que estaban bajo su protección. James Scott. “Patronazgo o explotación”. Ernst
Gellner. Patrones
y clientes. Madrid, Jucar, 1987; págs. 35-61.
[62] José María Posse.
Los Posse…,
Op. Cit., pág. 44.
[63] AHT, Sección Comprobantes de contaduría,
período 1830-1840. Sección Protocolos, Serie A, 1832, f.
[64] Actas de la Sala de Representantes
(1939), sesión del 16-X-1841, tomo II (desde 1823-hasta 1852), UNT, págs. 320.
[65] Carlos Páez de la Torre. Historia de Tucumán. Buenos Aires, Editorial Plus Ultra, 1986, págs. 432.
[66] De este movimiento sedicioso participó
también Wenceslao Posse, quien había emigrado en 1824
a Buenos Aires. Wenceslao participó del levantamiento de los Libres del Sur con
Rosas y tras la derrota de este pronunciamiento se ocultó hasta que con ayuda
del Gral. Lamadrid llegó a Tucumán e integró el ejército unitario de la Liga
bajo el mando de Lamadrid. Jorge Gelman. “La rebelión de los estancieros contra Rosas. Algunas
reflexiones en torno a los libres del sur”.
Entrepasados;
n° 22. Buenos Aires; pág. 118.
[67] Los Posse no
conspiraron nuevamente contra el gobierno federal de Gutiérrez hasta la caída
del rosismo. Por este motivo, centraron su atención
en sus actividades comerciales y la compra de inmuebles en la ciudad. El
casamiento de Colombres con la única hija de
Gutiérrez marcó el inicio de la pacificación de la provincia.
[68] Esta temática fue estudiada por la
historiografía local, destacándose los aportes de Macías y Parolo.
Véase: Flavia Macías. “El servicio de armas ciudadano. Ejército provincial y
cuerpos cívicos en Tucumán – Argentina en tiempos de la Confederación Rosista”. Revista
Rábida de Ciencias Sociales. Huelva, 2008; págs. 30-42. Flavia Macías y Paula Parolo.
“Guerra de independencia y reordenamiento social. La militarización en el norte
argentino (primera mitad del siglo XIX)”. Iberoamericana;
Vol. 37. Berlín, 2010; págs. 20-38.
[69] Manuel Posse
se desempeñaba como diputado por el departamento capital, mientras que Luis y
José Posse representaban al departamento de Monteros,
territorio en el que poseían extensas propiedades y clientela. Actas de la
Sala de Representantes...., Vol. II…, Op. Cit. págs. 31, 291 y 404.
[70] Actas de la Sala de Representantes, Vol.
II…, Op. Cit., pág. 348.
[71] José María Posse,
Los Posse…,
Op. Cit.
[72] Esta situación generó diferencias con el
cuerpo de Cívicos que participó activamente en el derrocamiento de Gutiérrez. Flavia Macias.
“Ciudadanos armados…”, Op. Cit., pág. 57.
[73] Francisco Bolsi. Azúcar, Familia, Parentesco y Poder Político en Tucumán,
Argentina. Un estudio comparado de las familias Posse
y Nougués (1830-1930). Saarbrücken, EAE, 2012; pág. 26.
[74] María Celia Bravo y Daniel Campi. “Elite y poder en Tucumán…” Op.
Cit., págs. 81-82.
[75] María Celia Bravo. “La política
“armada” en el norte argentino....”, Op.Cit. pág.
250.
[76] Rojo luego de ser elegido, desarticuló
las bases de poder de movilización de la familia Posse,
quitándole la comandancia a Benjamín Posse de
Monteros pero no consiguió relevar a los comandantes José Ciriaco y Ramón Posse, que eran hombres fuertes de la Reducción y Lules. Florencia Gutiérrez. Las prácticas políticas en Tucumán en la década de 1860. El partido Posse (Tucumán), 1997; pág. 8.
[77] Flavia Macías, y María José Navajas. “Entre la violencia
y la institucionalización provincial. La revolución de los Posse
en Tucumán, 1856”. Boletín del Ravignani. Buenos Aires, 2013.
[78] María Celia, Bravo, “La política “armada” en
el norte argentino…” Op. Cit,
pág. 253.
[79] Actas de la Sala de Representantes
(1939), 14 de junio de 1852, UNT, Tucumán, Vol. III (1862-1867), pág. 175.
[80] Carlos Cordeiro y Dalmiro
Viales. Compilación ordenada de
leyes, decretos y mensajes del período constitucional que comienza en el año
1852, Vol. III (1862-1867). Tucumán,
1815; pág. 44.
[81]
Flavia Macías. “Ciudadanos armados…”, Op.
Cit., págs. 24-25.
[82] AHT, SA, 1866, f. 35.
[83] Diario de Sesiones de la Cámara de
Diputados del Congreso de la Nación, 1864, pág. 3, 1866.
[84] Carlos Cordeiro y Dalmiro
Viales. Compilación ordenada de leyes…,
Op. Cit, pág 44. Tiburcio Molina, era un actor político que actuaba
en la red de los Posse.
[85] Arcadio Talavera y Olivera, era hermano de
la esposa de Vicente Posse –Sabina Talavera y Olivera–.
Arsenio Granillo de la Colina se casó con Sabina Posse
Talavera y Benigno Vallejo contrajo matrimonio con Nicéfora
Posse Talavera, ambas hijas de Vicente Posse. Francisco, Bolsi. Azúcar, empresarios…, Op. Cit, pág. 251.
[86] AHT, Sección Protocolos, Serie A, 1865 f. 167 (v), f. 456; 1866 f. 9
(v), f. 60 (v), f. 174. Serie B, 1862, f. 41; 1863, f. 16; 1864, f. 34. Serie
C, 1868, f. 63 y f. 64. Serie D, f. 71, f. 120, 1869, f. 26, f. 58, f. 72, f.
105, f. 108.
[87] Florencia Gutiérrez. Las prácticas políticas...., Op.
Cit. pág. 43.
[88] Flavia, Macías. “Ciudadanía
armada, identidad nacional y Estado provincial. Tucumán, 1854 –1870”. Hilda
Sábato y Alberto Lettieri (comp.).
La vida política en la Argentina del siglo XIX. Armas, votos y voces.
Buenos Aires, FCE; pág. 243.