Dossier
Nº 18
Palestina: historizar el conflicto, pensar el
presente
Palestina: Historicizing the conflict, think the present
(…)quizás me
despojes de la última pulgada de mi tierra
quizás
encarceles mi juventud
quizás me robes
la herencia de mis antepasados
mobiliario...
utensilios y jarras
quizás quemes
mis poemas y mis libros
quizás lances
mi cuerpo a los perros
quizás levantes
los espasmos del terror sobre nuestra aldea
pero no
comerciaré
oh enemigo del
sol
y hasta la
última pulsación de mis venas
resistiré
(…)
quizás
falsifiques mi historia
quizás pongas
máscaras para engañar a mis amigos
quizás levantes
a mi alrededor murallas y murallas
(…)
y hasta la
última pulsación de mis venas
resistiré
resistiré
resistiré”
Sabih Al Qassim[1]
Historia y Memoria, como
diferentes maneras de elaborar el pasado, se ponen en tensión en el largo
conflicto palestino israelí. Son retomadas, indagadas, reformuladas, en pos de
recuperar la voz y la dignidad de un pueblo o de legitimar y mantener el poder
coercitivo de otro.
Para el Estado israelí, historia
y memoria se retroalimentan.
La memoria colectiva, como
constructora de identidad[3], es una
dimensión intersubjetiva, producto de interacciones encuadradas en marcos
sociales y relaciones de poder. En ella existen códigos culturales compartidos
que aseguran la identidad de un grupo. Esto implica todo un proceso de
transmisión y recepción de tópicos, por los cuales el pasado es evocado en
función de las ambiciones y objetivos del presente.
La fundación del Estado de Israel
trianguló para poder justificarse:
Las raíces de esta “historia
fundante” surge en el siglo XIX, con el nacimiento del sionismo y con su
promotor, Theodor Herzl. Este periodista húngaro en uno de sus viajes hacia
Palestina, preparaba un informe donde el árabe poblador de esas tierras se
desvanecía frente a la pretensión colonizadora.[4] Este “borrón”
fue uno de los pilares sobre los que se asentó la “memoria” del pueblo judío.
En tanto, su historiografía, comenzó el recorrido durante el mandato británico
sobre Palestina (1917-1948). El sionismo debió reescribir la historia palestina
y la del pueblo judío. Posteriormente, durante los primeros años de formación
del Estado de Israel, los funcionarios permitían- o más aún, requerían- el
acceso de eruditos a los archivos para construir y probar la narrativa sionista
de legitimidad sobre las tierras ocupadas[5].
En situaciones de crisis o
conflictos, las identidades de los grupos se ven amenazadas. Es por ello que en
Israel, la producción de conocimiento tiene un férreo control institucional.
Las universidades disponen temas y métodos de investigación consagrados a
sostener y profundizar
Este tipo de Historia ha sido
impenetrable a las innovaciones historiográficas externas o propias y a los
desarrollos en ciencias sociales en general. Se ha mantenido cerrada, a todo
cuestionamiento acerca del nacimiento del estado Israelí y su tradición
fundante de “pioneros desposeídos y por siglos perseguidos que llegaron para
reverdecer un desierto sin pueblo, su cuna milenaria y por lo tanto, legítimos
dueños de la misma”.
Los años `70 trajeron nuevas
producciones en el campo de
Siguiendo tal estela y a la saga
de comunistas palestinos e israelíes cuestionadores y opositores al sionismo y
sus políticas[7],
en los años '80 surge un nuevo grupo de historiadores que profundizaron la veta
que “profanó” el mito fundacional. Estos llamados Nuevos historiadores, (Benny
Morris, Tom Segev, Avi Shlaim, Ilan Pappé y Simha Flapan)[8], en
general de una misma generación pero de carácter variado en sus perspectivas[9],
iniciaron un nuevo de tipo de investigaciones a partir de innovar en temas,
métodos, tipos de fuentes (no en todos los casos) y forma narrativa.
La interpretación de los “Nuevos
Historiadores” israelíes, no planteaba todavía la utilización de fuentes árabes
ni de
Estos historiadores, desnudaron
poco a poco las falacias y ardides con los cuales el estado sionista legitimaba
su poder, no sin desazón, dolor y desconcierto, como manifestara un historiador
de la generación siguiente, Shlomo Sand: "Tengo
que admitir que la disparidad entre lo que sugeriría mi investigación sobre la
historia del pueblo judío y la manera en que esa historia se entiende en
general- no sólo en Israel- me produjo el mismo impacto que más tarde se
produciría en mis lectores"[12].
Los sucesos históricos
contribuyeron a una profundización de las preguntas inauguradas por el
pensamiento crítico de los nuevos historiadores. En este sentido, la invasión
al Líbano en 1982 y más tarde la primer Intifada en 1987, acercó a los
historiadores israelíes a los trabajos de sus pares palestinos[13],
quienes desde la década de 1970 habían comenzado a recopilar memorias y
documentos sobre el desplazamiento y colonización de sus territorios.
Historiadores como Walid Khalidi[14],
fundador del Instituto de estudios
palestinos o Michael Palumbo, quien elabora su trabajo “The Palestinian
Catastrophe”[15]
con fuentes de
El acercamiento efectivo entre
investigadores israelíes y palestinos se concretó a instancias del diario Le
Monde Diplomatique, en París, en 1998[16]. Entre
ellos se encontraban, por los israelís, Ilan Pappé; Benny Morris; Itamar
Rabinovich y Zeev Sternhell; por Palestina: Elie Zeubar; Nur Masalha y Edward
Said.
Fue notable, en particular, el
desencanto de Said cuando trataba de hacer superar a sus pares israelíes, la
distancia reflexiva y crítica de los hechos y los invitaba a una nueva
Historia. Esta Nueva Historia debía adoptar las perspectivas de los palestinos
a manera de conocimiento reparador de un enorme daño moral. Como respuesta, a
excepción de Pappé, quien también azuzaba a los propios en el mismo sentido[17], se
encontró con una cierta justificación de la colonización, salvando los
"métodos".
En esa década de 1990, un nuevo
grupo de intelectuales de las ciencias sociales y de las artes, se encontraba
profundizando las líneas de investigación y de trabajo. Se dan a llamar
actualmente, postsionistas; se trata de arqueólogos, geógrafos, sociólogos,
cineastas, fotógrafos e historiadores. Este grupo asume el desarrollo de la
sociedad israelí como multicultural y se focalizan en la primer década del
estado de Israel como constitucional de las políticas más agresivas,
colonialistas y racistas. En consonancia, y con herramientas
pluridisciplinares, abordan las construcciones nacionales y revisan las
categorías que hacen a
Uno de estos historiadores es el
ya mencionado Shlomo Sand, quien con sus trabajos
Entendemos que las
historiografías son fruto de los contextos de producción y por ello Shlomo Sand
o Ilan Pappé, se erigen de manera inevitable en historiadores- jueces debido a
la urgencia de los tiempos.
Quienes presentamos los
siguientes trabajos, entendemos tal tiempo de urgencia y de necesidad que nace
en el despojo y el sufrimiento. Palestina
duele. Duele desde antes de 1948, duele hoy 2016 y lamentablemente no sabemos
hasta cuándo. Son décadas ininterrumpidas de colonización y muerte. Desde estas
lejanas latitudes acompañamos al pueblo palestino en su lucha y tratamos de
analizar los procesos que padece para poder entender las raíces de tamaño
conflicto.
En esta dirección el
presente dossier reúne cuatro artículos. Dos de los trabajos, fueron parte del
ciclo de conferencias que da nombre a la compilación, realizado entre
septiembre y octubre de 2014 en
Leticia Rovira
Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural
Universidad Nacional de Rosario /Universidad Nacional del Litoral,
Argentina
letrovira@yahoo.com
Vanesa Dell’Aquila
Universidad Nacional de Rosario, Argentina
avdellaquila@yahoo.com.ar
Luciana Seminara
Universidad Nacional de Rosario
Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina
eleseminara@gmail.com
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espejismo?"; Rebelión, 2010. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116753
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Gijón Mendigutia. “Los ‘nuevos historiadores’ israelíes. Mitos fundacionales y
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Internacionales Mediterráneos, Nº 5, 2008, pp.27-41.
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El concepto de ‘transferencia’ en el pensamiento político sionista 1882-1948.
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Sand. La invención del pueblo judío.
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Whalid Khalidi. All that remains: The Palestinian
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Yosef Yerushalmi. Zahor:
Historia judía y memoria judía.
Barcelona, Anthropos, 2002 [1982].
[1] Sabih Al Qassim.
“Discurso en el mercado de desempleo”, en AA. VV. Poesía
Palestina de Combate. Buenos Aires, Nuestra América, 2003 [1970]
[2] Ver: Yosef
Yerushalmi. Zahor: Historia judía y memoria judía.
Barcelona, Anthropos,
2002 [1982].
[3] Ver: Joël Candau. Memoria e identidad. Buenos
Aires, Ediciones del Sol, 2001 [1998].
[4] Ver: Rodolfo Walsh. La revolución Palestina. Rosario, El
Hornero, 2012 [1974].
[5] Sobre cómo el sionismo fue
colonizando Palestina, ver por ejemplo: Dan Dinner. “Israel: el problema del
Estado nacional y el conflicto del Oriente Próximo”, en Benz, Wolfgang y Graml,
Hermann. El siglo XX. III Problemas
mundiales entre los dos bloques de poder. México, Siglo XXI, 2002 [1982] y
Nur Marsalha. La expulsión de los
palestinos. El concepto de ‘transferencia’ en el pensamiento político sionista
1882-1948. Buenos Aires, Editorial Canaan, 2008 [1992]. Sobre la negación
de
[6] La cual años más tarde atacara
férreamente a los llamados “nuevos historiadores israelíes” de los que
hablaremos más abajo.
[7] Estos, fueron
seguidos por
[8] Ver: Mar Gijón Mendigutia. “Los
‘nuevos historiadores’ israelíes. Mitos fundacionales y desmitificación”, Revista de Estudios Internacionales
Mediterráneos, Nº 5, 2008, pp.27-41.
[9] Sus posturas se expresan en un
rango que va desde sionistas progresistas hasta postsionistas, expresándose
metodológicamente desde el positivismo hasta el postmodernismo. Ver: Mar Gijón
Mendigutia. “Los ‘nuevos historiadores’…Op.
Cit.
[10] La excepción a lo dicho tal vez
la constituya Ilan Pappé, quien trabaja con diversas fuentes y el alcance de
sus cuestionamientos lo llevan a un punto de encuentro muy fuerte con los
historiadores palestinos.
[11] Esto no fue
óbice para que, como en el caso de Benny Morris, a pesar de los resultados de
su propio trabajo (The Birth of the Palestinian Refugee Problem,
1947-1949. Cambridge, Cambridge University Press,
1989) adoptará
una postura pro-sionista concluyendo que la población palestina fue
"conducida" por las fuerzas sionistas que llevaban a cabo una
conquista necesaria en pos del desarrollo civilizatorio de la región.
[12] Shlomo Sand. La invención del pueblo judío. Madrid,
Akal, 2011 [2008]; pp.3.
[13] “El surgimiento de los
"Nuevos Historiadores" aporta una nueva visión desde una perspectiva
israelí y tiene mayor puntos de contacto con los estudios realizados por
intelectuales palestinos. Este es un punto central porque - por primera vez-
los historiadores israelíes no consideran a sus pares palestinos como
"enemigos" sino como interlocutores válidos al momento de discutir y
analizar hechos históricos, por más difíciles que sean desde el punto de vista
emocional.”, en: Pedro Brieger. “Israel: Nuevo pensamiento crítico en las
Ciencias Sociales”, Revista de Relaciones
Internacionales, Vol. 8, Nº 6, 1999. Disponible en: http://revistas.unlp.edu.ar/RRII-IRI/article/view/1762 (Consultado: 01/10/2011)
[14] Es importante destacar el gran
trabajo de compilación de la década del ’90 realizada por este autor, All that remains: The Palestinian Villages occupied and
depopulated by Israel in 1948. Washington, D. C., Institute for
Palestine Studies, 1992, donde diversos investigadores recopilaron datos sobre
el desarrollo interno de cada una de las aldeas devastadas por Israel en 1948.
[15] Michael
Palombo. The Palestinian Catastrophe. Londres, Quartet Books, 1987.
[16]Antoine Raffoul. "Nueva
Historia o Nuevo espejismo?"; Rebelión,
2010. Disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=116753
(Consultado:
20/03/2011), Ilan Pappé. La idea de
Israel. Madrid, Akal, 2015.
[17] Pappé entendería a la
perfección la tónica del pedido de Said y lo explicitaría años después
diciendo: “lo que los palestinos están exigiendo, y lo que para muchos de ellos
se ha convertido en condición sine qua
non, es que se los reconozca como víctimas de un mal persistente, que
Israel les inflige de forma consciente. La aceptación de algo semejante por
parte de los judíos israelíes socavaría, como es lógico, su propio estatus de víctimas.
Esto es algo que tendría implicaciones políticas a escala internacional, pero
también repercusiones morales y existenciales para la psique judía, lo que
acaso sea mucho más grave: los judíos israelíes tendrían que reconocer que se
han convertido en la imagen especular de su peor pesadilla.” Ilan Pappe. La limpieza étnica…Op. Cit., p.322
[18] Shlomo Sand. La invencion del…Op. Cit.
[19] Shlomo Sand. La invención de la tierra de Israel.
Madrid, Akal, 2013[2012].
[20] Como ejemplo, solo para