Reseñas bibliográficas

 

 

Gabriel Di Meglio, 1816. La trama de la independencia, Buenos Aires, Sudamericana, 2016, 304 páginas.

 

La historiografía relativa al proceso de la revolución e independencia del territorio de las Provincias Unidas del Sur ha experimentado desde fines del siglo XX una transformación que permitió ampliar los horizontes de las investigaciones. La aparición de nuevos actores como objeto de estudio se sumó a la revisión de temáticas y procesos estudiados con perspectivas y metodologías innovadoras.[1]

Los trabajos de Gabriel Di Meglio[2], centrados en el pueblo como agente del proceso revolucionario, se enmarcan en el intento de constituir a la participación política popular y las dinámicas de los sectores populares en un campo de estudio. Lejos de la historiografía tradicional que no adjudicaba a los sectores populares capacidad de agencia, por el contrario, los catalogaba como manipulables por las distintas facciones de poder en pugna; se desarrolló un conjunto de investigaciones que, desde la historia política, han buscado expandir el campo de análisis incluyendo la participación popular como un factor determinante con sus propias multiplicidades, motivaciones y contradicciones.[3]

Este campo de estudios se ha nutrido de las perspectivas de la historia social y cultural europea y anglosajona que hacia los años ’70 y ’80 convirtió a los sectores populares y subalternos en actores principales de sus trabajos. La obra paradigmática es La formación de la clase obrera en Inglaterra (1963) del marxista británico E.P. Thompson. La compilación de S. Stern Resistencia, Rebelión y Conciencia Campesina en los Andes. Siglos XVIII a XX (1990), simboliza el aporte de esta perspectiva a los estudios americanistas.

Sin embargo, el libro aquí reseñado abarca un campo de preocupaciones más amplias. El autor, además de sus actividades como investigador, ha realizado tareas de lo que se conoce cómo divulgación. Ha participado en ciclos de televisión sobre historia y desde el año 2014 es Director del Museo del Cabildo de Buenos Aires y la Revolución de Mayo. Estas experiencias de Di Meglio lo han llevado a reflexionar sobre otro campo de la tarea del historiador que, a su criterio, no está muy desarrollada en la formación universitaria, como es la divulgación y difusión de los resultados de las investigaciones históricas en un lenguaje y discurso accesible al público (o públicos), pero sin faltar por ello al rigor científico.[4]

1816. La trama de la Independencia fluctúa entre la divulgación y las preocupaciones científicas historiográficas actuales. Por un lado, difiere del formato clásico de las investigaciones en historia, que suelen presentar un problema en un espacio y un período determinado, desde una perspectiva específica. El autor se propone elaborar una crónica de 1816, recuperando a lo largo de los veintiocho capítulos del libro a los actores, lugares, procesos y acontecimientos que transcurrieron durante ese año, el de la declaración de la Independencia de las Provincias Unidas. Sin embargo, la crónica no está estructurada en un orden cronológico preciso, sino que se ordena a través de diferentes temáticas, que constituyen en su mayoría los campos sobre los que ha operado la ampliación historiográfica de los últimos años.

Con una prosa ágil y sin detenerse en explicaciones metodológicas o científicas disciplinares, el libro recorre en veintiocho capítulos, más una introducción y una conclusión, lo que sucedió en 1816 en el ámbito del ex Virreinato de las Provincias Unidas del Sur.

El libro tiene el potencial de funcionar como una hoja de ruta que presenta los grandes temas que han nutrido la renovación de los estudios sobre el período revolucionario. Recupera los estudios sobre el ámbito militar, los reclutamientos, el impacto de la guerra y la formación de ejércitos permanentes.[5] Aparecen también los análisis de los discursos y el lenguaje en el contexto de formación de nuevas identidades e ideas políticas.[6] Presenta las investigaciones sobre la conformación de las provincias como unidades territoriales[7] en consonancia con la multiplicación de estudios regionales que analizan las dinámicas de interacción locales y provinciales.[8] Incorpora también el análisis de actores antes no estudiados como son los esclavos y la comunidad afroamericana, los indígenas y los espacios de frontera.[9] Introduce los principales estudios sobre la diversidad de proyectos políticos ante la ruptura monárquica, especialmente el análisis sobre los federalismos. [10] Por último, menciona las cuestiones relativas al estudio de la economía y la transformación experimentada en el período. [11]

Por otro lado, el libro busca responder a una preocupación o un planteo histórico asociado a desarmar ciertas imágenes del pasado que han tenido mucho arraigo en el imaginario social, asociadas a la celebración de fechas específicas como hitos fundantes de la historia nacional. Di Meglio menciona en la conclusión del libro que el ejercicio de reconstrucción sincrónica permite revitalizar las complejidades políticas (y sociales, económicas, etc.) del período y redescubrir ciertos entretelones que, por el devenir de la historia y de la historiografía, quedaron ocultos, como es el caso de algunos personajes que fueron cruciales para el año, pero hoy no forman parte del panteón de próceres. A su vez, el autor señala que esta metodología de analizar un año en su sincronía en un espacio amplio ya ha sido incursionada por historiadores de otros países, como es el caso de Joao Pimenta y Andréa Slemian en el libro A corte e o mundo. Uma histór do ano em que a familia real portuguesa chegou ao Brasil (2008), y también el libro del norteamericano Charles Mann que ha publicado 1491. Una nueva historia de las Américas antes de Colón (2006) y 1493. Una historia del mundo despúes de Colón (2011). Por otra parte, esta metodología de observar más de un espacio en un período determinado se asocia a lo que se conoce como historia comparada, y que para el caso de los estudios sobre los territorios iberoamericanos se ha desarrollado de la mano de la Historia Atlántica[12], que ha tenido en Norteamérica su mayor despliegue. 

En algunos capítulos, se reconstruyen casos a partir de fuentes, y es allí donde se evidencia el trabajo previo del autor relacionado al estudio de los sectores populares, ya que el uso de fuentes judiciales, policiales y militares han sido reveladoras para la reconstrucción de los derroteros de estos actores, normalmente iletrados en este periodo. Uno de ellos es el capítulo cinco “Desertores” en el que a través de un sumario militar desarrolla la composición del Ejército y reconstruye brevemente las formas de reclutamiento y el perfil de los soldados, haciendo hincapié en la deserción como práctica bastante usual. Otro apartado destacable por el cuadro que presenta es el número veintitrés, “La otra libertad”, en donde se hace referencia a las transformaciones y posibilidades que experimentó la vida de los esclavos en el contexto revolucionario, a través del derrotero de una mujer negra esclava que solicita al Estado la libertad de su marido soldado.

Los intentos por dar cuenta de un mundo caótico, en el que ni siquiera la Declaración de la Independencia en julio de 1816 garantizaban la existencia y futuro de las Provincias Unidas, hacen que, a lo largo del libro, sea sencillo perder el hilo conductor. La ausencia de un orden para hilvanar todos los sucesos en una jerarquía, hace que cada capítulo pueda entenderse de manera autónoma. Y lo que parece una falencia, radica en un potencial para el libro. La sobreabundancia de información de cada capítulo, que se destaca por las referencias bibliográficas a miradas historiográficas actualizadas y los recursos documentales que presenta permiten al lector no especializado reconstruir el cuadro complejo de cada tema abordado por Di Meglio. Todas estas cualidades hacen que este libro se mueva con soltura entre el abanico de preocupaciones y trabajos de su autor, desde la inserción en una perspectiva historiográfica actualizada, hasta la divulgación y el acercamiento a públicos diversos de estas líneas de investigación múltiples.

Es un libro que, para aquellos docentes que se preguntan cómo realizar el salto entre la historia investigada y la historia enseñada, les permitirá reducir la brecha entre ambos mundos, y acercar a los estudiantes a la práctica de la investigación histórica en Argentina.

 

 

Carolina Germinario

Consejo Interuniversitario Nacional

 Centro de Estudios Históricos, Facultad de Humanidades,

Universidad Nacional de Mar del Plata, Argentina

caro.germinario@gmail.com

 

Paula CANELO, La política secreta de la última dictadura argentina (1976-1983), Buenos Aires, EDHASA, 2016, 264 páginas.

 

Pese a que ya pasaron 42 años del golpe de Estado de 1976, la última dictadura sigue siendo un 'pasado que no pasa', sumamente presente en el campo de las Ciencias Sociales y Humanas y, particularmente, en el de la Historia Reciente. Muestra de ello es el excelente libro de la socióloga Paula Canelo, escrito a partir de la consulta sistemática de un archivo de reciente apertura a los investigadores, que cuenta con material secreto de las Actas Secretas de la Junta Militar (máximo órgano soberano del régimen) y sus Planes de Gobierno. A la riqueza de estas fuentes, se suma la gran capacidad analítica de Canelo quien –gracias a su vasta experiencia previa en la temática– devela la trastienda política del régimen militar.

Cuestionando aquellas interpretaciones que la autora llama 'economicistas' (es decir, que subsumen toda explicación a la imposición de un modelo neoliberal), la hipótesis fuerte del libro es que, independientemente y autónomamente de los objetivos económicos, el régimen se propuso ambiciosos objetivos políticos (entre otros, la refundación de la clase dirigente, una apuesta a la munipalización y la institucionalización del poder militar) y que éstos se vincularon directamente con los que perseguía la represión social y política del terrorismo de Estado. Por lo tanto, desde su perspectiva, represión y consenso, destrucción y producción, fueron dos caras de la última dictadura. 

En esta línea, Canelo sostiene que hay una dificultad para trazar una frontera clara entre política y represión. Por un lado, porque la “victoria contra la subversión” (el principal recurso de legitimación del poder militar) iba de la mano de la refundación política; el desafío era traducirla en éxito político. Y, por otro, porque el sólido 'consenso antisubversivo' fue el elemento que cohesionaba unas Fuerzas Armadas profundamente fragmentadas internamente. Entonces, dicho consenso -que impedía toda revisión de lo actuado en el terrorismo de Estado- conspiró frente a los intentos de institucionalizar al poder militar como “Cuarto Poder”, sobre todo frente a la importancia creciente del problema de los desaparecidos y las denuncias por violaciones a los derechos humanos, luego de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1979. 

En este sentido, esta investigación demuestra cómo, para los militares, fue mucho más fácil ponerse de acuerdo en su plan destructivo que en su proyecto productivo, que buscaba – como demuestra Paula Canelo-  lograr cambios irreversibles sobre la sociedad. Fue entonces cuando las autoridades militares decidieron subordinar sus objetivos políticos refundacionales a conseguir que los civiles aceptaran lo actuado en la represión ilegal.  Esto derivó en  una apuesta al 'inmovilismo' (marcado por una postergación de la transición hacia la democracia y abandono de los objetivos políticos). Y, luego la derrota militar en Malvinas –y la pérdida de su condición de “FFAA victoriosas”– selló su derrota política y el régimen militar entró en un proceso de franca descomposición.

Además, el libro de Canelo también discute con aquellos investigadores que privilegian el estudio de las complicidades civiles y demuestra que las Fuerzas Armadas se convirtieron en un hábil y central actor político (no subordinado a los civiles sino jugando un rol preponderante). Sobre todo, el Ejército, que contaba con una larga experiencia acumulada de gobierno a lo largo de todo el siglo XX, marcado por una sucesión de golpes militares desde 1930 en adelante. 

En esta línea, este libro muestra cómo, durante los siete años en que se extendió la última dictadura, el poder militar no fue un bloque homogéneo, sino que las tres Fuerzas Armadas deben ser pensadas como un complejo y conflictivo entramado de instituciones, grupos y relaciones de poder. En particular, ilumina las luchas intestinas de poder y la constante dificultad de compatibilizar los diversos criterios entre las tres Fuerzas (pese a la distribución tripartita de los cargos, con cierta primacía del Ejército). Además, mapea los distintos grupos (sus ideologías, las armas y promociones del Colegio Militar, y su lugar en la estructura represiva, etc), haciendo foco en la interna entre: los 'duros' (anticomunistas, antiperonistas y antipolíticos); los 'politicistas' (con una mirada más pragmática sobre los objetivos de la dictadura); y los 'moderados', que buscaron equilibrar esa polarización, ocupando los cargos más altos de gobierno.

Desde esta perspectiva, la gran apuesta de este libro es dar cuenta de que, instituciones que se suelen pensar como 'no políticas', en realidad, están entramadas en fuertes disputas por el poder; atravesadas por diferencias ideológicas y una marcada fragmentación política; y enlazadas por fuertes vínculos (in)formales con el resto de la sociedad y el mundo político. De hecho, el libro de Canelo presenta un potente mapa del poder político durante la última dictadura, donde prima lo militar, aunque con sostenida por una trama de apoyos civiles -principalmente de la dirigencia del radicalismo y otros partidos de centro y de derecha, muchos de ellos provinciales. Por todo ello, esta radiografía del poder militar se vuelve ineludible para todo investigador que aborde la temática, al igual que la contundente reconstrucción de los elencos de gobierno nacional, provincial y local. 

En términos de crítica, considero que, a más de 40 años del golpe de Estado, podemos ya dejar de lado la autodenominación que eligieron los militares para su gobierno de facto (“Proceso de Reorganización Nacional”) o “Proceso” y, en cambio, empezar a llamarlo de manera más tajante como última dictadura. Ello así porque, además de que considero que es más pertinente en cuanto a precisión terminológica, puede ser una vía para, gracias a la performatividad del lenguaje, colaborar activamente para que sea efectivamente 'la última'.

Por último, revisar los debates en torno a los Planes Políticos da cuenta de la actualidad que ciertos argumentos continúan teniendo en la Argentina, sobre todo, sus aspiraciones fundacionales (dar inicio a un “nuevo ciclo histórico”)  y su feroz discurso 'antipopulista' y antiperonista. Sin embargo, también ilumina la (im)potencia de los regímenes, aún los más sangrientos y destructivos.

 

 

Santiago Garaño

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Universidad Nacional de Tres de Febrero

Universidad de Buenos Aires, Argentina

sgarano@hotmail.com

 

 

 



[1] Noemí Goldman y Fabio Wasserman. “Un balance de la historia política en el proceso de Independencia”. Investigaciones y Ensayos, Nº62, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, enero-junio 2016, pp. 26-46  y en Sergio Serulnikov. “En torno a los actores, la política y el orden social en la independencia hispanoamericana”.  Nuevo Mundo Mundos Nuevos, 2010. Disponible en: http://journals.openedition.org/nuevomundo/59668 [Consulta: 16/02/2018]

[2] Gabriel Di Meglio es Doctor en Historia e Investigador Independiente del CONICET y actual director del Museo del Cabildo de Buenos Aires y de la Revolución de Mayo en C.A.B.A. Trabaja en el Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”. Ha publicado artículos y libros sobre la participación popular en el período revolucionario, entre los que se destacan ¡Viva el bajo pueblo! La plebe urbana de Buenos Aires y la política entre la Revolución de Mayo y el rosismo (2007) y la compilación elaborada junto con Raúl Fradkin Hacer política. La participación popular en el siglo XIX rioplatense (2013).

[3] Raúl Fradkin y Gabriel Di Meglio, (compiladores). Hacer política. La participación popular en el siglo XIX rioplatense, Prometeo, Buenos Aires, 2013, pp.9-14

[4] Gabriel Di Meglio. “Hay un mundo allá afuera: Reflexiones sobre algunas ausencias en la formación profesional de historiadores”. Investigaciones y Ensayos, Nº63, Academia Nacional de la Historia, Buenos Aires, julio-diciembre 2016, pp. 55-66

[5] Raúl Fradkin. “Las formas de hacer la guerra en el litoral rioplatense y el retorno de un viejo problema: guerras de independencia y guerras civiles”, ponencia presentada en XXI Jornadas de Historia Económica, Universidad Nacional de Tres de Febrero, 2008; Alejandro Morea. “El Ejército Auxiliar del Perú y la gobernabilidad del interior, 1816-1820”. Prohistoria, vol. 18,  2012.

[6] Noemí Goldman (ed.). Lenguaje y revolución. Conceptos políticos clave en el Río de la Plata, 1780-1850. Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008; Fabián Herrero (comp.). Revolución: Política e ideas en el Río de la Plata durante la década de 1810. Buenos Aires, Ediciones Cooperativas, 2004.

[7] José Carlos Chiaramonte. Ciudades, provincias, estados. Orígenes de la Nación Argentina, 1800-1846. Buenos Aires, Ariel, 1997.

[8]Juan Carlos Garavaglia. Construir el estado, inventar la nación. El Río de la Plata, siglos XVII-XIX. Buenos Aires, Prometeo Libros, 2008; Gabriela Tío Vallejo (coord.). La república extraordinaria. Tucumán en la primera mitad del siglo XIX. Rosario, Prohistoria, 2011; Sara Mata. Los gauchos de Güemes. Guerra de Independencia y conflicto social. Buenos Aires, Sudamericana, 2008.

[9] Silvia Ratto. Redes políticas en la frontera bonaerense (1836-1873). Crónica de un final anunciado. Bernal, Universidad Nacional de Quilmes, 2015; Silvia Mallo e Ignacio Telesca (editores). Negros de la Patria. Los afrodescendientes en las luchas por la independencia en el antiguo Virreinato del Río de la Plata. Buenos Aires, SB, 2010.

[10] José Carlos Chiaramonte. “El federalismo argentino en la primera mitad del siglo XIX”, en Marcello Carmagnani (coordinador), Federalismos latinoamericanos: México/Brasil/Argentina. México, Fondo de Cultura Económica, 1993; Fabián Herrero. Federalistas de Buenos Aires 1810-1820. Sobre los orígenes de la política revolucionaria. Remedios de Escalada, Ediciones de la UNLa, 2009.

[11] Susana Bandieri (compiladora) La historia económica y los procesos de independencia en la América hispana. Buenos Aires, Prometeo Libros, Asociación Argentina de Historia Económica, 2011.

[12] Federica Morelli. “La historia atlántica y las revoluciones hispanoamericanas: otras perspectivas de análisis”. Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Dr. Emilio Ravignani, Nº33, enero-diciembre 2011, pp. 29-33.