The Santa Fe student movement and its
collective intervention strategies in times of university reform, and the
creation of the Universidad Nacional del Litoral (1918 and 1919)
Eliana Bertero
Universidad Nacional del Litoral,
Programa Historia y Memoria
José Larker
Universidad Nacional del Litoral
Centro de Estudios Sociales Interdisciplinarios del Litoral
(CESIL)
joselarker@yahoo.com.ar
Resumen
La Universidad
Nacional del Litoral fue creada en 1919, fecha que coronó un proceso iniciado
en 1912 con la movilización de los estudiantes universitarios santafesinos, en
reclamo por una universidad nacional. Sus ideas y acciones lograron sumar a
diversos actores políticos vinculados a un conjunto de asociaciones cívicas,
culturales y políticas del arco liberal, como el Centro de Libre Pensamiento,
la Sociedad Cosmopolita, la Logia Armonía y el Ateneo Popular, entre otros.
Entre 1918 y 1919, los reclamos por la nacionalización se vieron impulsados por
los acontecimientos que se sucedieron en Córdoba. En este contexto, el
movimiento estudiantil santafesino definió estrategias específicas de
intervención en la esfera pública, continuando con un ciclo de protestas que
incluyó movilizaciones callejeras, conferencias en los locales de las
federaciones obreras y bibliotecas populares, así como la huelga desplegada
entre mayo y octubre de 1919.
Atendiendo a
lo expresado, el trabajo tiene por objetivo reconstruir las formas de
intervención pública de los estudiantes universitarios santafesinos durante la
segunda década del siglo XX. Particularmente, la experiencia de la huelga
estudiantil de 1919, explorando las demandas, los repertorios discursivos y de
acción y la construcción de redes de solidaridad.
Palabras clave
movimiento
estudiantil; reformismo; demandas; repertorios de acción; Universidad Nacional
del Litoral
Abstract
Universidad Nacional Litoral was created in 1919, date that crowned a
process initiated in 1912 with the mobilization of the Santafesinianuniversity
students, who were reclaiming a national university. Their ideas and actions
managed to add various political actors linked to a set of civic, cultural and
political associations of the liberal arc, such as the Centro de Libre
Pensamiento, the Sociedad Cosmopolita, the Logia Armonía, and the Ateneo
Popular, among others. Between 1918 and 1919, the claims for nationalization
were driven by the events that took place in Córdoba. In this context, the
Santafesinian student movement defined specific intervention strategies in the
public sphere, continuing with a cycle of protests that included street
demonstrations, lectures in the premises of the workers' federations and
popular libraries, as well as the strike deployed between May and October of
1919.
In response to the above, this work aims to reconstruct the forms of
public intervention of Santafesinian university students during the second decade
of the twentieth century. Particularly, the experience of the student strike of
1919, exploring the demands, the discursive and action repertoires and the
construction of solidarity networks.
Keywords
students’ movement; reformism; demands; action repertoires;Universidad
Nacional del Litoral.
La
Universidad de Santa Fe y los comienzos de las demandas por la nacionalización
Desde la creación de la
Universidad de Santa Fe en 1890, la ciudad capital contaba con una casa de estudios
superiores[1]. Por
entonces, el Colegio de la Inmaculada Concepción era la única institución que
expedía títulos de bachiller que habilitaban el ingreso a la misma, situación
que se mantuvo hasta la creación del Colegio Nacional, en 1906. Dicha universidad
constituía un emprendimiento de carácter provincial, vinculado a los grupos
dirigentes e intelectuales que buscaban controlar el desarrollo de las
instituciones culturales y asegurar el acceso de sus miembros a las profesiones
liberales.[2]La
Universidad funcionó como una de las instituciones que permitió dotar de
profesionales a un estado provincial en permanente crecimiento. La creación de
nuevos organismos, el desarrollo de los negocios y el aumento poblacional así
lo demandaban. Sin embargo, debido al monopolio ejercido por el Estado nacional
para expedir títulos habilitantes para el ejercicio de la profesión, la
Universidad de Santa Fe ofrecía un diploma que solo era aceptado en las
provincias de Corrientes, Entre Ríos y la misma Santa Fe. Esta situación
generó, desde sus inicios, la preocupación por resolver el problema de la
validez nacional de los títulos.[3]
A comienzos de la década de 1910,
a este problema, se sumaron fuertes críticas a la institución: a la orientación
tradicional de la enseñanza, a los vínculos que mantenía con la iglesia
católica y a la persistencia de un núcleo reducido en la dirección de la
universidad.
En este contexto, las consignas
de nacionalización se articularon con cuestionamientos que incluían desde las
críticas al positivismo y la apelación a la laicización de la educación, hasta
los debates sobre la cuestión regional. La incidencia de esos planteos al
interior de la institución contribuyó a que se alinearan dos grupos en función
de dos proyectos alternativos: uno que sólo demandaba la nacionalización de los
títulos, mientras que el otro apelaba a la creación de una nueva universidad,
entendida en clave reformista.
En torno al primero, concurrieron
los sectores más tradicionales y conservadores de la universidad provincial, en
su mayoría profesores, aunque contaba con el apoyo de estudiantes católicos de
la facultad de derecho así como también del Colegio de la Inmaculada
Concepción. El reclamo por la validez nacional de los títulos permitía resolver
la situación de los abogados egresados de la universidad provincial en todo el
ámbito nacional, sin modificar el modelo institucional. Como mencionamos
anteriormente, la Universidad Provincial constituía un espacio privilegiado
para la formación y reproducción de las elites locales, cuyos miembros habían
consolidado su hegemonía en las cátedras y en el gobierno de la universidad. La
posibilidad de ocupar estas posiciones jerárquicas obedecía a solidaridades
legitimadas en lazos familiares, alianzas matrimoniales, amistad, camaradería y
fidelidades políticas, que trascendían el marco local y regional. Asimismo, la
trama de relaciones en la que los actores participaban se veía consolidada a
través de una sociabilidad específica que se construía en torno a aquellos
valores[4].
El segundo grupo, aglutinaba a
estudiantes, profesores, políticos, muchos de ellos miembros activos del Centro
de Libre Pensamiento, que reivindicaban los principios del reformismo liberal.
Quienes se inscribían en esta corriente sostenían posiciones frecuentemente
anticlericales. Sus posturas reformistas en lo social se basaron en el
legalismo, o la convicción de que la política parlamentaria era el ámbito
propicio para la búsqueda de soluciones al conflicto social y, por otro lado,
en un cientificismo que acentuaría la importancia de las ciencias sociales como
guía de la política estatal.[5] En
buena parte, el espíritu reformista se centró en la necesidad de transformar
las instituciones y los hábitos políticos del país, sumidos en una crisis moral
generalizada. Otros pusieron el acento en la necesidad de superar el
"sórdido materialismo" y el "insaciable mercantilismo"
imperante en la sociedad argentina. En definitiva, para estos liberales la
reforma social y política era parte de un proceso de regeneración más amplio
que se extendía desde la moral pública hasta los cambios institucionales.
Los liberales reformistas
santafesinos, entre otras críticas, consideraban que las instituciones
educativas locales existentes en los albores del XX constituían un anacronismo,
fundamentalmente en un "pueblo que
venía realizando los destinos prácticos de un cosmopolitismo de puertas
abiertas". Estas instituciones representaban "un dique a la
evolución rápida de la ciudad, así como a las costumbres e ideas modernas que, el progreso y la constante y abundante
inmigración, traían".[6]
Desde esta perspectiva, la cuestión universitaria local se constituye en
un espacio de disputas y conflictos, que excede a las demandas y
reivindicaciones académicas e incluye la discusión sobre el modelo de sociedad.
Estos grupos intervinieron decididamente en la esfera pública local a través de
diversas acciones, entre las cuales la experiencia asociativa y los mítines se
constituyeron en prácticas privilegiadas.
El
movimiento estudiantil universitario y las formas de acción colectiva en el
proceso de creación de la UNL
En 1912, la Federación de
Estudiantes de Santa Fe –que agrupaba a estudiantes universitarios y
secundarios y había sido creada a mediados de ese año– convocó a un mitin bajo
la consigna “pro nacionalización”. Uno de los detonantes de esta movilización
fue el hecho de que en ese mismo año la Corte Suprema de Justicia de la Nación
desconociera el decreto del Poder Ejecutivo Nacional de 1909 que otorgaba
validez nacional a los títulos expedidos por la universidad provincial. La
organización del mitin y la invitación a los ciudadanos de Santa Fe y Paraná
ocasionó una gran repercusión pública medida en la participación de amplios
sectores, entre los que se encontraban el entonces gobernador Manuel Menchaca,
además de profesores, directores, corresponsales de diarios, varias
asociaciones, vecinos y delegaciones de Esperanza, Coronda, Corrientes y
Paraná.
Estas instituciones se
encontraban en la base de un movimiento liberal que intervino en instancias
vinculadas a las luchas por la laicización de la educación, como la creación
del Colegio Nacional y la Escuela Normal. Si estos proyectos, por un lado,
aglutinaron a los hombres de ideas liberales, por el otro, congregaron a una
oposición que, como ya mencionamos, se identificada con los sectores más
conservadores de la sociedad santafesina. En tales circunstancias, la cuestión
universitaria se superpuso a una disputa ideológica y cultural, cuando en 1912
el diputado Alcides Greca presentó un proyecto de educación primaria laica,
instalando el debate educativo en la legislatura provincial. En esa disputa,
los estudiantes santafesinos, tramaron vínculos con profesores y políticos
liberales, en su mayoría del partido radical, comenzando a reunirse en comités
y centros culturales e intelectuales desde donde delinearon los principios,
valores y reglas que inspiraron el proyecto de modernización social y cultural
para la región.
La apelación a la creación de una
nueva casa de estudios superiores se articulaba con un conjunto de
reivindicaciones vinculadas a las ideas reformistas. Portador de esas ideas,
Alejandro Grüning Rosas se constituyó en el principal interlocutor de los
estudiantes, iniciando una fuerte campaña pro Universidad del Litoral que logró
amplios consensos en el ámbito local y regional. Estas adhesiones respondían en
parte a los vínculos que muchos estudiantes tenían con las organizaciones
liberales de Santa Fe, Paraná e incluso Rosario. Un ejemplo de ello es el
propio Grüning Rosas, joven rosarino que en la década 1910 se constituyó en una
figura relevante del movimiento estudiantil santafesino, teniendo proyección
nacional como dirigente de la Federación Universitaria Argentina. En 1915 se
desempeñaría como secretario de redacción de La Palabra, periódico ligado al partido radical, y en 1917 asumiría
como director. Además fue miembro del Centro de Libre Pensamiento de Santa Fe y
de la Sociedad Cosmopolita.[7] Sus
discursos expresaban principios y valores construidos en esos espacios de sociabilidad
y producto de los vínculos discipulares que mantenía con librepensadores como
Raúl Villarroel, Luis Bonaparte y con reconocidos dirigentes radicales como
Manuel Menchaca y Alcides Greca. Grüning Rosas, en el mitin de 1912 expresaba:
La nacionalización traerá la reforma de
lo que sea menester reformar, para que nuestra Universidad, hasta hoy mirada,
con razón o sin ella, en Buenos Aires y otras partes, como un anacronismo
inútil y estéril, pueda imponerse ante la consideración nacional, colocarse a
la altura de la universidades modernas, ponerse más en contacto con los
elementos vivos de la provincia y del país y dar en suma todos los beneficios
intelectuales que es dable esperar de un instituto de estudios superiores que
debe ser guión y nunca rémora del progreso de la patria.[8]
De esa manera, el discurso
enunciaba los fundamentos de un movimiento reformista que logró establecer
acuerdos sobre los contenidos del proyecto involucrando a los estudiantes y “las fuerzas vitales, todos los elementos
populares y progresistas de Santa Fe”.[9]
Sus principales tópicos referían a un modelo de universidad de carácter
regional que, en consonancia con las necesidades propias de la modernización
social, rompiese con la universidad tradicional. Entre otros puntos, el
programa de la juventud universitaria, planteaba la necesidad de conformar una
federación de Estudiantes que trascendiera el ámbito local y construyera lazos
de solidaridad a nivel nacional. Asimismo, se apelaba a la conformación de un
frente unido de estudiantes y trabajadores:
Esta Federación Estudiantil, formada
por la juventud estudiosa que ha de ser mañana directora lógica de los destinos
colectivos, es hoy local, mañana será provincial y más tarde nacional, pues
entendemos que una de las más altas misiones actuales es tender, por todos los
medios lícitos posibles, a borrar antagonismos extemporáneos de regionalismos o
de clases, a formar la unidad nacional, en que debe figurar por igual el obrero
que es brazo, sin el cual la idea es estéril, y estudioso, que es la fuerza,
sin la cual el brazo se quebranta.[10]
Planteado en estos términos, el
proyecto de los estudiantes santafesinos abrió un espacio de pujas y conflictos
que desbordó el ámbito universitario irrumpiendo en la esfera pública. La conformación
de comités y la organización de mítines se constituyeron en formas de
intervención privilegiada del movimiento estudiantil santafesino. Desde allí
demandaron y presionaron a las autoridades con el fin de producir resultados
políticos. Particularmente, en el conflicto entablado alrededor de la creación
de la nueva universidad se cruzaban diferentes discursos que iban desde el
espiritualismo arielista[11] –en
oposición a lo que se definía como la modernización materialista– hasta el
anticlericalismo, pasando por una consideración de los problemas académicos
específicos. Asimismo, la discusión abierta por las demandas de nacionalización
alentó los cuestionamientos a la orientación profesionalista, como a la
democratización del modelo tradicional conservador.
Los años 1914 y 1915 se
constituyeron en momentos clave para el proyecto de universidad nacional, pues
se crearon los Centros de Estudiantes de Derecho y de Farmacia y Obstetricia,
en sustitución de la Unión Universitaria que los nucleaba hasta ese momento. En
1915, al interior de estas organizaciones, se impusieron los grupos
reformistas, fortalecidos con el aporte de las primeras promociones de los
colegios secundarios laicos, recientemente creados en la ciudad de Santa Fe,
como el Colegio Nacional. Estos centros de estudiantes propusieron la creación
de facultades en las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.
Con el objetivo de impulsar un
proyecto de carácter regional, se pusieron en contacto con estudiantes de
Rosario y Paraná, estimulando la creación de Federaciones estudiantiles en
ambas ciudades. En setiembre de 1915, se realizó un congreso de estudiantes en
la Biblioteca Popular de Paraná, con la asistencia de delegados de dicha
ciudad, de Santa Fe, Buenos, Rosario, San Nicolás, Salta, Tucumán y Catamarca.
Bajo el lema “patria, ciencia, trabajo y libertad”, el congreso declaró que la
creación de una universidad nacional era una necesidad impostergable. Los
gobiernos de Santa Fe y Entre Ríos apoyaron la creación de la nueva universidad
y el periódico El Diario de Paraná
difundía las ideas del movimiento estudiantil. El proyecto sostenía la
necesidad de una universidad con institutos en Santa Fe, Paraná y Rosario, con
sede central en la primera. Establecía también que la orientación de la nueva
institución debía seguir los lineamientos de las universidades modernas como
las de La Plata y Tucumán en Argentina, Alemania, Estados Unidos y Gran
Bretaña. Los estudiantes destacaban, además, “la conveniencia de integrar la
nueva universidad litoralense con las bibliotecas Cosmopolita de Santa Fe,
Argentina de Rosario y Popular de Paraná, como centros indicados para la
extensión universitaria”.[12]
La extensión de redes y
construcción de solidaridades entre los estudiantes de diferentes ciudades de
la región siguió siendo motivo de trabajo por parte de los jóvenes
universitarios santafesinos. Respecto de ello, los contactos y reuniones entre
las diferentes federaciones estudiantiles no dejaron de realizarse. El diario La Capital de Rosario, en su edición del
día 28 de agosto de 1915, informaba sobre las actividades de los estudiantes
rosarinos: "Ayer se reunió en sesión extraordinaria la comisión directiva
de esta entidad con el objeto de tratar el interesante tópico de la creación de
una universidad en el litoral. Asistieron a esta sesión los señores Domingo
Sabaté y Emilio R. Tasada, presidente y secretario respectivamente del Centro
de Estudiantes de Derecho de la ciudad de Santa Fe."[13]
En 1916 se formaron asociaciones
para promover la creación de la nueva casa de estudios, instalando el proyecto
en el Congreso Nacional. Es el caso del Comité Pro Universidad del Litoral
creado en la Sociedad Cosmopolita[14] e
integrado, entre otros, por Alejandro Grüning Rosas, Raúl Villarroel, Luis
Bonaparte, Manuel Menchaca, Enrique Mosca, Luis Reggiardo y Cristóbal Roca.
Para actuar en Buenos Aires se fundó el Centro de Residentes Santafesinos, del
que formaron parte Rodolfo Rivarola, Joaquín V. González, Tomás Cullen y
Leopoldo Melo. Paralelamente, la Federación Universitaria difundía sus ideas y
acciones a través de la prensa local, como el diario Santa Fe.[15]
Quienes
conformaban el comité Pro Universidad -estudiantes, profesores y dirigentes
políticos- tenían una presencia estable en el entramado de instituciones y
espacios de sociabilidad que intervenían públicamente de los debates y
conflictos en torno a la cuestión de la universidad.[16]Para completar, en parte la imagen de este
entramado de relaciones que confluyeron en aquellos comités, resulta importante
mencionar cómo figuras políticas relevantes ligadas, fundamentalmente al
radicalismo, y reconocidos librepensadores –como el entonces gobernador Manuel
Menchaca, Alcides Greca, Luis Bonaparte, Armando Antille y Enrique Mosca, entre
otros– articularon acciones con los estudiantes universitarios.
Asimismo, la intervención de
figuras que provenían también del ámbito académico, como Rodolfo Rivarola,
mostraron los vínculos que los estudiantes universitarios santafesinos
establecieron con algunos intelectuales y políticos de convicciones liberales
reformistas. En octubre de 1914, invitado por el Centro de Estudiantes de
Derecho, Rodolfo Rivarola ofrece una conferencia en Santa Fe, sobre Sáenz Peña
y su obra democrática. En esa ocasión la Federación de Estudiantes le confía la
redacción del primer proyecto de universidad de tipo regional, al que el propio
Rivarola propone la denominación del Litoral. Este vínculo se sostiene, entre
otros cosas, a través de una nutrida correspondencia que circula entre Rivarola
y los estudiantes santafesinos. Las notas enviadas por Grüning Rosas, en
calidad de presidente de la Federación Universitaria de Santa Fe, mostraban los
lazos de solidaridad entre un reconocido intelectual y los estudiantes
universitarios. En instancias de la visita de Rivarola a la ciudad de Santa Fe,
los estudiantes decían: "Santa Fe necesita de esa clase de hombres; hacen
falta sus visitas frecuentes, sus esfuerzos, ya que ellos redundarán,
indiscutiblemente, en el adelanto general. Son sembradores; hay que cultivar;
hay que educar, que modelar cerebros juveniles, haciendo obra para el
mañana..."[17] A
mediados de 1915 la Federación estudiantil envía una nota a Rivarola
advirtiendo las resistencias que encontraba el proyecto reformista al interior
de la universidad provincial.[18]
"El viaje del señor rector a ésa (Buenos Aires), creo que ha sido para
trabajar por la validez nacional de los títulos de la Universidad Provincial de
Santa Fe y no por la UNL. La juventud debe tener una aspiración y sostenerla y
realizarla (...) Ella confía en la justicia y en la sinceridad y patriotismo de
sus verdaderos maestros, que son los que señalan rumbos a las colectividades y
engrandecen los pueblos".[19]
Por su parte, la prensa local y
revistas prestigiosas del ámbito nacional, asumieron un rol protagónico como
tribuna de los estudiantes reformistas. En este sentido, la Revista Argentina de Ciencias Políticas
reflejaba a través de su corresponsal santafesino, Raúl Villarroel[20], las
disputas del contexto local:
...aquí las ideas nuevas hallan resistencia
organizada y sistemática, que viene a mezclarse con las cuestiones políticas,
económicas y demás. La tendencia tradicionalista, digámoslo así, cuenta aún con
el núcleo “católico y dogmático”, unido por lazos de religión, de parentesco,
de intereses creados (...) la tendencia liberal y democrática militante, cuenta
en cambio (...) con un núcleo organizado de intelectuales, pocos en número y de
escaso valor monetario, pero activos, populares, estudiosos (...) organizados
en el Centro de Libre Pensamiento, pronuncian discursos, organizan mítines,
peticionan la sanción de leyes reformistas, protestan contra todo abuso
autoritario y dogmático.[21]
Las cartas, telegramas y
encuentros con reconocidos dirigentes políticos del radicalismo e intelectuales
del arco liberal, evidenciaban también una novedosa estrategia de intervención
de los universitarios en la esfera pública, principalmente la negociación para
el logro de los consensos parlamentarios en favor del proyecto reformista.[22] En
1917, las distintas organizaciones que se habían constituido para lograr la
creación de la Universidad Nacional del Litoral, continúan con las
negociaciones. Las reuniones y las comunicaciones entre el Comité Pro
Universidad del litoral, el Centro de Residentes Santafesinos en Buenos Aires,
así como de diversas instituciones santafesinas y rosarinas con los
legisladores fueron frecuentes. El diputado Jorge R. Rodríguez presentó un
Proyecto de ley para la Universidad de Santa Fe que contó con el apoyo del
centro de estudiantes de la Escuela Industrial de Rosario, de vecinos de Santa
Fe y Paraná y del Colegio de Abogados y Círculo Médico de Rosario. Sin embargo
no se lograron avances significativos, quedando el proyecto sin la aprobación
de la comisión. Al año siguiente, el conflicto abierto entre el estudiantado
cordobés y las autoridades de la Universidad de aquella provincia, planteaba un
nuevo contexto para el proyecto santafesino.
El
movimiento estudiantil santafesino, la reforma universitaria y la huelga de
1919
Entre 1918 y 1919, las demandas
por la creación de la nueva universidad y las acciones emprendidas por los
estudiantes se profundizaron. Por entonces, el Centro de Estudiantes de Derecho
se nutría de nuevos dirigentes estudiantiles, como Pablo Vrillaud, Mariano
Tissembaum y Horacio Varela, entre otros. Estos estudiantes reunían ciertos
rasgos singulares de los universitarios reformistas santafesinos. De modo casi
excluyente, eran hijos de inmigrantes provenientes de los sectores medios,
habían cursado sus estudios en el Colegio Nacional de Santa Fe, donde se
conocieron y obtuvieron el título de bachiller en 1917 e ingresaron a la
Universidad provincial en 1918. Tempranamente participaron de diversas
asociaciones de la cultura y la política local como el Centro de Libre Pensamiento
y el Ateneo Popular de Santa Fe, a través de las cuales se impulsó la creación
de instituciones educativas laicas. Allí establecieron vínculos con profesores,
periodistas y políticos que apoyaron las demandas de la juventud universitaria.
Sumado a las demandas locales, el
conflicto de la universidad de Córdoba[23]
ocupó la esfera pública santafesina y tuvo eco en la prensa local y en la de
circulación nacional, donde estudiantes, profesores y “hombres de la cultura”
se pronunciaron ante el conflicto. Los círculos y centros de estudiantes
católicos, organizados en una federación[24],
expresaron su adhesión pública a la elección de Antonio Nores como rector de la
Universidad de Córdoba. Mientras, los grupos reformistas, no sin resistencias,
intentaban reformar las estructuras de la institución universitaria local.
En el Primer Congreso de
Estudiantes Universitarios realizado en Córdoba en 1918, el delegado por Santa
Fe Ángel Caballero Martín[25]
introdujo el proyecto de creación de la Universidad Nacional. Los estudiantes
dieron apoyo a “la brega por la Universidad Nacional del Litoral, en la que
aspiraban a aplicar la reforma anhelada.”[26]
Ello quedó reflejado en la resolución sancionada por el congreso el 24 de
julio, en el que se recomendaba al Congreso Nacional “la pronta sanción del
proyecto creando la Universidad Nacional del Litoral.”[27]
Por su parte, las acciones
emprendidas por los reformistas motivaron el apoyo de la prensa local,
reivindicando, a través de sus columnas, la participación del movimiento estudiantil
santafesino en la lucha por la reforma de la universidad. Al respecto, resulta
ilustrativo un editorial en el que el diario Santa Fe reconstruye ese proceso iniciado en 1912:
Desde 1912, la juventud universitaria
acompañada por los hombres de pensamiento (que lo son sin necesidad de ocupar
cátedra universitaria), ha venido luchando por la reforma. Continuó
impertérrita, a pesar de la guerra que contra ella abrieran las autoridades
universitarias que a falta de sinceridad solo han empleado la astucia y
recursos de mala ley para defender lo indefendible, para mantener únicamente
posiciones presupuestarias acumuladas por parientes y socios, en tal forma, que
los términos oligarquía y nepotismo no resultan mal utilizados, ni tampoco el
de corda. Esas autoridades se opusieron a la reforma y la creación de la
universidad nueva…[28].
A comienzos de 1919, el proyecto
de creación de la universidad adquiere nuevo impulso en el Congreso Nacional.
En un contexto de creciente conflictividad, en el que los estudiantes
santafesinos radicalizaron sus acciones, reclamando además de la
nacionalización, la reforma de los estatutos. En 1914, la Universidad de Santa
Fe había reformado los estatutos, estableciendo la elección del rector por una
Asamblea Universitaria compuesta por académicos titulares, representantes de
las facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales y de Farmacia y Obstetricia.
Sin embargo, en esta instancia, el movimiento estudiantil exige la adopción de
los estatutos reformistas de la Universidad de Buenos Aires. Fundamentalmente,
buscaban suprimir el carácter vitalicio de los académicos y reconocer el
derecho a tener representación en los consejos.
En abril de 1919, la Federación
de Estudiantes Universitarios declaró la necesidad de una modificación
substancial del gobierno de la universidad en su "composición y
orientaciones"[29].En
este clima, el Consejo Superior adoptó los estatutos reformistas de la UBA. Con
ello, las autoridades de la universidad decían proponerse encuadrar “el régimen
de su gobierno dentro de las bases que han de regirla cuando se forme con sus
elementos la esperada universidad nacional”[30].
Sin embargo el artículo 5º establecía que la reorganización quedaba en manos
del entonces rector, Zenón Martínez y este hecho agravó el conflicto.
El 8 mayo de 1919, en la asamblea
reunida en el local de la Sociedad Cosmopolita, la Federación Universitaria de
Santa Fe, exigió la renuncia del rector y de todo el profesorado y solicitó al
Poder Ejecutivo Provincial el nombramiento de un representante que tuviera a su
cargo la reorganización.[31]
Ante la negativa de las
autoridades a renunciar, los estudiantes convocaron a una huelga que se
prolongó hasta octubre, al tiempo que desplegaron otras acciones en defensa del
proyecto reformista: conferencias, mítines y gestiones ante los poderes
Ejecutivo y Legislativo Nacional.
El discurso del dirigente
estudiantil Pablo Vrillaud[32],
expresaba los términos de las demandas:
Pedimos estatutos dignos y profesorado capaz. Vivimos días bellos
de acción y pensamiento. Reivindicamos con este gesto un concepto que se nos
discutía. Ante la pasividad de academias desprestigiadas, resoluciones
enérgicas adquieren fuerza simbólica. Es la muerte de un régimen (...) como en
Córdoba hay defensores de lo anacrónico: minoría familiar, guardianes de sus
papás catedráticos; esto, en vez de desalentarnos nos conforta.[33]
Este discurso y los hechos que se
sucedieron durante estos días, pusieron de manifiesto las tensiones y disputas
al interior del movimiento estudiantil. Mientras la Federación Universitaria
realizaba la asamblea en la Sociedad Cosmopolita, más de cincuenta alumnos de
la Facultad de Derecho y Escuela de Notariado y Procuración se reunieron en la
casa de estudios y constituyeron un centro llamado Unión Universitaria, cuyo
presidente y secretario eran los estudiantes César Gauchat y Juan L. Rueda.
Este grupo manifestó públicamente su apoyo a las autoridades como legítimas
reorganizadoras de la universidad y recomendaron la asistencia a clases. Al
respecto el diario Santa Fe,
refiriéndose al momento de iniciarse la asamblea convocada por la Federación
expresaba: "se temía que la asistencia fuera insuficiente porque el grupo
que podríamos llamar conservador, secundando al grupo netamente católico,
estaba en los claustros dispuestos a concurrir a clases."[34]
Al día siguiente de la asamblea
realizada en la Sociedad Cosmopolita la Federación emitió un comunicado en el
que manifestaba mantener las decisiones tomadas y gestionar ante las
autoridades provinciales la intervención de la universidad. Sumado a ello,
según se registra en el diario de campaña de los estudiantes de Santa Fe y en
el diario Santa Fe, "la
Federación universitaria expulsa de su seno a los estudiantes que constituyen
la <Unión Universitaria>, ya que las resoluciones adoptadas por esta agrupación reflejan
que marcha a impulso de indicaciones de las autoridades..."[35].A
través del mismo comunicado, se planteaba la necesidad de generar lazos de
solidaridad y/o adhesiones con otras federaciones, con sectores liberales
reformistas del arco político y de la sociedad civil y con las organizaciones
obreras de la ciudad.
El conflicto se fue
profundizando, el 11 de mayo, en solidaridad con los estudiantes
universitarios, los alumnos del Colegio Nacional no entraron a clases y se hizo
presente la policía y el escuadrón de seguridad para evitar posibles
incidentes. Con todo, se produjeron “algunas escaramuzas a manos limpias y
hasta la exhibición de un Smith Wesson […]. En el resto del día los grupos de
ambos centros acantonados a pocos metros de distancia continuaron el fogoneo de
gritos e insultos más o menos eufóricos.”[36]
Al medio día la Federación Universitaria festejó y la ciudad se enteró de ello
a través de los estruendos producidos por el estallido de bombas. El alboroto
se debía a un “supuesto decreto ministerial.” En este contexto, el Rector Zenón
Martínez presentó su renuncia y tras él, también lo hicieron la mayoría de los
docentes, quedando solo algunos que al momento de presentarse la intervención
debieron efectivizarla. El Decreto de intervención publicado por el diario Santa Fe planteaba que era necesario
reorganizar las autoridades de la Universidad de Santa Fe, de acuerdo con los
estatutos que se ponían en vigencia a partir de ese día, que las medidas que se
tomaban obedecían a las solicitudes de los alumnos y los catedráticos y que las
mismas estarían bajo la conducción del Ministro de Instrucción Pública y
agricultura. En función de esas consideraciones, se declaró intervenida la casa
de altos estudios.[37]
El mismo día entraron en
funciones los nuevos delegados del Centro de Estudiantes de Derecho y se
renovaron las autoridades de la Federación Universitaria. La nueva comisión
quedó constituida por Pablo Vrillaud y J. A. Sanz como presidentes, Augusto
Morisot y J. Rubio como secretarios, E. Dottoni asumió el cargo de tesorero y
los vocales fueron: Horacio Gambino, Alejandro Gruning Rosas, Ignacio González,
J. Pietranera, P. Candioti, A. Rotman y T. Ramella. En el acto la Federación
emitió una declaración realizando una evaluación de las acciones llevadas a
cabo por la Unión Universitaria. Entendían que ese grupo expresaba
“contradicciones manifiestas entre lo que realizan y lo que publican”, por lo
que consideraban necesario dar a conocer los motivos del conflicto.[38] Con
ese objetivo, durante el conflictivo mes de mayo la Federación Universitaria
realizó una serie de conferencias en los locales de la federación obrera, en el
centro de empleados de comercio y en la Federación Ferroviaria.[39]
Al día siguiente tuvo lugar el
acto de toma de posesión de las autoridades interventoras. La prensa local
recreaba el clima de los acontecimientos: "la federación universitaria y
la Unión Universitaria se congregan en sus locales frente a la facultad",
de donde se disparaban bombas de estruendo, acompañadas de aplausos y consignas
a favor y en contra del rector Zenón Martínez. Se destaca también que "al
local de la Federación concurren los alumnos del colegio nacional que han hecho
causa común con los universitarios en huelga."[40]
En el salón de actos de la
universidad Zenón Martínez, acompañado de un grupo de profesores y amigos
personales esperó la llegada del Interventor. Según informa el Santa Fe “La sala de actos estaba
repleta de concurrencia selecta, entre la que figuraban no pocos profesores de
la misma que no participaban del círculo del rector. La Federación
Universitaria y la Unión Universitaria estaban representadas por delegaciones
numerosas.”[41] Al
momento de los discursos, el rector renunciante planteó que se iniciaba un
nuevo período en la vida de la Universidad y que había que tener “fe en el
engrandecimiento de esta casa.” Para eso pedía el trabajo de todos “en un
ambiente de lealtad y de concordia, deponiendo desconfianzas y recelos que
nunca serán fundamento de obra duradera.”[42]
En la calle los grupos de
estudiantes se ubicaron en las puertas de sus locales. Al pasar el ex rector
Martínez, fue el grupo de la Unión Universitaria el que lo “vivó
estruendosamente.” Mientras tanto, los de la Federación Universitaria saludaban
con alborozo a los profesores que se retiraban de la casa de estudios y a las
personas que circulaban por la calle. Los catedráticos de las dos facultades
pusieron sus renuncias a disposición de la intervención y ésta, a través de un
decreto, designó a los nuevos secretarios. Se trataba de los Profesores Amadeo
Gervasoni, que se venía desempeñando como Director de Instrucción Pública de la
provincia y Antenor Ferreira, Inspector General de Escuelas de la provincia. El
diario llamaba la atención sobre el dato ya que ninguno de los dos era abogado
y expresaba que ello se podía deber a que “el señor interventor ha procedido
así por la dificultad de encontrar un abogado que no esté embanderado en este
conflicto.”[43]
La renuncia del rector y de los
profesores de la universidad de Santa Fe fueron tomadas por los dirigentes
estudiantiles como un triunfo indiscutido de sus acciones. A modo de
celebración, la Federación Universitaria organizó un acto en el Teatro
Municipal el domingo 18 de mayo. El momento artístico estuvo a cargo de una
academia de declamación y luego hicieron uso de la palabra Grüning Rosas, quien
presentó al delegado de los universitarios de Córdoba, Cortés Plá, y Humberto
Gambino hizo lo propio con el de la Federación Universitaria Argentina, Ubaldo
Isnardi.
A pesar de estos logros en los
días siguientes, los estudiantes universitarios continuaron con sus demandas,
interviniendo en el espacio público a través de conferencias en asociaciones
civiles y gremiales[44] y de
la movilización callejera.
El 28 de mayo se realizó un mitin
que recibió la adhesión de numerosas instituciones como la Asociación Gremial
de Maestros, la Federación Obrera, la Unión Ferroviaria, el Centro Sindical de
Cocineros y Pasteleros, la Sociedad Unión Hebrea, el Centro Socialista,
Biblioteca Monteagudo, el Centro del Libre Pensamiento y los Centros de
Estudiantes del Colegio Nacional y de la Escuela Industrial. Según lo expresa
el diario de campaña de los estudiantes de Santa Fe, en esa oportunidad se
aprobó un documento en el que se manifestaba, entre otras cosas, “su
inquebrantable fe en luchar contra el despotismo metido en la escuela y la
incapacidad enseñoreada de la cátedra, llena de la más resuelta y firme
decisión de despertar en una intensa sacudida las actividades de un pueblo.”
Planteaban que ellos enarbolaban el espíritu de “Mariano Moreno contra los
pelucones de la primera junta.”[45] Las
críticas expuestas en este documento cuestionaban una vez más a las autoridades
y al profesorado, vinculados a las tendencias conservadoras y opuestas a la
transformación de la institución.
El mitin había comenzado con una
marcha por calle San Martín. En el trayecto se produjeron dos actos de
hostilidad, uno de ellos frente al Club del Orden, pero sin pasar a
mayores. Los manifestantes cubrieron un
amplio espacio a lo largo de las calles San Jerónimo y 3 de febrero. Desde la
tribuna hablaron los delegados de la Universidad de Córdoba Enrique Barros,
Ismael Bordabehere y Emilio Biagosch, el delegado de la Federación
Universitaria Argentina Ubaldo Isnardi, Armando Molinas, Augusto Morisot y
Pablo Vrillaud como Presidente de la Federación Universitaria de Santa Fe. Al
concluir se invitó a los presentes a asistir al local de la Federación donde
volvieron a producirse discursos y adhesiones que reivindicaban la lucha del
movimiento reformista santafesino, como la que hiciera llegar, Arturo
Capdevilla:
Diga en mi nombre, hermano Enrique [Barros] (...) a esos valientes
amigos de la ciudad de Santa Fe que han hecho bien en alzarse contra Loyola y
Fernando VII. Dígales que si les llaman abanderados de la bandera roja,
respondan así: "Nuestro rojo es el rojo del gorro frigio". Aquí no
hay otra bandera roja que la que resulta de la negra jesuítica, ardiendo en
llamas al viento de la libertad.[46]
Al momento de la desconcentración
se produjeron algunos incidentes provocados por un grupo de personas que
llevaban una bandera Argentina. Según relata la prensa local, de los episodios
participaron integrantes del Regimiento12 de infantería "con el propósito
de desvirtuar el motivo de la asamblea pública".[47]
Por estos incidentes la Federación Universitaria hizo pública una declaración y
envió al Presidente de la República y a los Ministros del Interior, Instrucción
Pública y de Guerra un telegrama de protesta denunciando a los oficiales del 12
de infantería.[48] En los días siguientes, los universitarios
santafesinos, recibieron una comunicación de la Federación Universitaria
Argentina en la que expresaban que ante el conflicto por el que estaba
atravesando la Universidad de Santa Fe resolvía solicitar al Congreso de la
Nación atender al asunto y apoyar la actitud de la Federación Universitaria de
Santa Fe.[49]
También se recibieron notas de adhesión de la Federaciones Universitarias de
Buenos Aires, de Córdoba, de La Plata y de Tucumán.
Las repercusiones del conflicto y
las adhesiones que recibían los estudiantes, dejaban en evidencia que la
cuestión universitaria santafesina había sido adoptada como propia tanto por
grupos intelectuales como por sectores sindicales, y había desbordado el plano
estrictamente local.
En este contexto, el 3 de junio
en el Congreso de la Nación, la comisión de Instrucción Pública dio ingreso al
proyecto de Ley, aprobando una moción de preferencia para su tratamiento.
Durante esos días se sumaron los pedidos para la inmediata sanción de la
ley. En ese sentido, enviaron sus
solicitudes a la Cámara de Diputados de la Nación el Gobernador de la Provincia
de Santa Fe, la Federación Universitaria Argentina, la Federaciones
Universitarias de Santa Fe y Buenos Aires, así como diversas instituciones de
Santa Fe y Rosario. En Buenos Aires lo
delegados de la Federación Universitaria de Santa Fe (Alejandro Grüning Rosas,
José Rubio Olssen, Francisco J. Garo y Domingo Albornoz) realizaron gestiones
en diversos ámbitos y con el mismo propósito. En la sesión del 11 de junio
comenzó el tratamiento de los proyectos, las discusiones fueron arduas y se
extendieron en el tiempo.
En Santa Fe el interventor de la
Universidad convocó, para el 1 de agosto, a los estudiantes de las Facultades
de Derecho y de Farmacia y Obstetricia con motivo de la elección de los
delegados que en compañía de los profesores constituirían la Asamblea Universitaria.
Sin lugar a dudas se trataba de un acontecimiento de importancia. Por primera
vez los estudiantes iban a tener injerencia en el gobierno de la Universidad.
Participaron del acto todos los estudiantes universitarios y las listas de
delegados propuestas por la Federación obtuvieron el triunfo por amplio margen
de votos.[50] El día
18 de agosto se realizaron las asambleas en las que se eligieron los Decanos de
las dos facultades, así como también los Consejeros Directivos. En todos los
casos las listas de la Federación Universitaria lograron el triunfo.[51] Ante
los resultados, un numeroso grupo de profesores presentó su renuncia, inclusive
algunos que habían logrado cargos directivos por designación de los mismos
estudiantes. Según Caballero Martín se trataba
de dejar acéfalo al instituto e impedir el proceso de cambio. La Federación Universitaria dio a conocer una
resolución por la que se declaraba partidaria de aceptar las renuncias de los
profesores y expresó que contaba “con el concurso espontaneo de numerosos y
conspicuos profesionales” para “mantener el Instituto Superior de cultura de
Santa Fe” y que en caso de que se intentara clausurar la Universidad estaba
dispuesta a defenderla “propiciando ante el pueblo de Santa Fe un amplio
movimiento de protesta.”[52]
Mientras eso sucedía en Santa Fe,
las organizaciones estudiantiles universitarias siguieron presionando a los
diputados a través de las notas que enviaban solicitando la aprobación del
proyecto de Ley por el que se creaba la Universidad Nacional del Litoral. Ésta se produjo en Diputados el 27 de agosto
y pocos días después ingresó al Senado. Una vez más la Federación Universitaria
Argentina, la Sociedad Amigos de la Infancia y sociedades culturales, industriales,
comerciales y estudiantiles de Santa Fe, Rosario y Paraná, se dirigieron a la
cámara urgiendo su pronto tratamiento. Un mes después se presentó el despacho
de la comisión respectiva y se dio por aprobada la ley.[53]
Mientras tanto en Santa Fe el
interventor aceptaba las renuncias presentadas por los docentes y cubría las
vacantes según lo establecido por los estatutos. Por otro lado, el 20 de septiembre se
constituyó el Consejo Directivo de la Facultad de Farmacia y Obstetricia y el
25 del mismo mes, el de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Una vez más, los profesores propuestos por la
Federación fueron electos. De esa manera, la Federación Universitaria siguió
imponiéndose durante el periodo que duró la intervención.
El diario de campaña de los
estudiantes dice que el día 27 de septiembre se festejó ruidosamente la noticia
de la sanción definitiva de la Ley de creación de la Universidad Nacional del
Litoral. Cuatro días después la
Federación Universitaria resolvió ponerle punto final a la huelga que
mantenían. Se consideró que la lucha no había terminado pero creían prudente
reemprender la tarea suspendida “no por puro motivo de egoísmo, sino porque así
lo reclama la moralidad y el decoro de los estudiantes y la seriedad docente y
administrativa de la Universidad.”[54]
En marzo de 1920 el presidente
Hipólito Yrigoyen encargó al Ministro de Justicia e Instrucción Pública de la
Nación José S. Salinas la organización de la Universidad en función de lo
estipulado por la ley. Concluido los
trabajos de organización, el 12 de abril de 1922 Yrigoyen nombró rector, hasta
el momento que se eligieran las autoridades de acuerdo a lo establecido por los
estatutos, a José Avalos y una semana después el Ministro Salinas se trasladó a
Santa Fe para proceder a la inauguración de la Universidad Nacional del
Litoral. El movimiento estudiantil había logrado su objetivo y este hecho ponía
de manifiesto el rol decisivo de sus acciones en la concreción de la nueva
universidad.
Consideraciones
finales
Durante la década de 1910, los
jóvenes universitarios santafesinos fueron delineando y consolidando un
movimiento de carácter reformista. Desde sus inicios, asumió posiciones sobre
cuestiones sociales y políticas, que excedían la esfera universitaria. Como
hemos visto, los jóvenes respaldaron sus argumentos y acciones en diversos
escritos, tales como los proyectos de universidad, notas y artículos difundidos
en la prensa local y en órganos propios como la Gaceta Universitaria de Santa Fe.
En el contexto santafesino de
principios de siglo XX, el conflicto universitario fue parte de la batalla por
la modernización de la sociedad, la cultura y la política provinciales. En
ella, los estudiantes universitarios se constituyeron en un actor político que
intervino activamente en la esfera pública local y nacional, articulando redes
de solidaridad con asociaciones liberales que intervinieron fuertemente en el
proceso de modernización. En el mismo sentido, los locales de las federaciones
obreras y de trabajadores, se convirtieron en tribuna de los discursos y
acciones de los estudiantes reformistas. Sin duda, jugó un papel importante en
la configuración del movimiento reformista, la llegada a la universidad de los
jóvenes de clase media. Para la mayoría de éstos, como se advierte en las
trayectorias de Pablo Vrillaud, Mariano Tissembaun y Horacio Varela, la
militancia en el movimiento reformista fue el espacio en el que hicieron sus
primeras experiencias políticas.[55]
Los acontecimientos de Córdoba y
la creación de la Federación Universitaria Argentina, dieron un nuevo impulso a
las demandas y acciones del movimiento estudiantil santafesino. La posibilidad
de tramar vínculos permanentes a través de la organización gremial, con los
estudiantes universitarios en el ámbito nacional, tuvo un peso indudable en la
sanción del proyecto de Universidad Nacional del Litoral.
En ese clima, el conflicto
universitario profundizó las disputas entre la juventud reformista y los grupos
más conservadores, identificados con las autoridades y algunos profesores de la
universidad provincial. En el transcurso de la contienda, la joven generación
se encontró en pugna con una elite discorde con la ampliación de la ciudadanía
y la movilidad social que posibilitaba el acceso de los sectores medios, a los
bienes educativos. En este sentido, como subraya Oscar Terán, en sus discursos
y acciones, la juventud reformista se autoconstruye como una nueva generación
que ha venido a romper con la anterior, en otras palabras, como agente
privilegiado del cambio social.[56]
Bibliografía
Alejandro Grüning Rosas Creación de la Universidad Nacional del Litoral (Crónica
Retrospectiva). Apéndice documental complementario, Buenos Aires, 1940
--------------------------------------Creación de la Universidad Nacional del
Litoral. Crónica retrospectiva. Santa Fe, Imprenta de la Universidad. 1940
Ángel Caballero Martín, La Universidad de Santa Fe, Imprenta de la Universidad, Santa Fe,
1931
Bernardo Carrizo, "Temas y debates en
tiempos de cambio. La legislatura de Santa Fe, 1912-1916". XII Jornadas Interescuelas/Departamentos de
Historia. Facultad de Humanidades y Centro Regional Universitario
Bariloche. Universidad Nacional del Comahue, San Carlos de Bariloche, 2009.
Celestino Lanteri, Pablo Vrillaud. Líder de la juventud. Santa Fe, Centro de
Publicaciones de la UNL - Centro de Estudiantes de Derecho, 1995.
Cesar Tcach, De la monotonía de los
claustros a la polifonía de las ideas: introducción a la Gaceta Universitaria.
En La Gaceta Universitaria 1918-1919. EUDEBA, Buenos Aires, 2008
Darío, Macor, “Reforma política, reforma del
Estado. La ciudad de Santa Fe en los años veinte y treinta. Espacios de
constitución de lo político”, en Devoto, Fernando y Ferrari, Marcela (comps.), La construcción de las democracias
rioplatenses: proyectos institucionales y prácticas políticas, 1900-1930,
Buenos Aires, UNMDP/Biblos. 1994.
Eduardo Zimmermann, “Los intelectuales y el reformismo liberal”, en Desarrollo Económico, Nº 124, 1992.
Eliana Bertero, "Estado, política y
educación. Ideas e instituciones en torno a la laicización", en Bernardo
Carrizo y Juan Cruz Giménez (coordinadores), La política en las tramas educativas, Paraná, La Hendija, 2017.
Eliana Bertero, Valeria Pini, Matías
Vicentín, Logia Armonía. Masones y
librepensadores en la esfera pública, Santa Fe, Ediciones UNL, 2015.
Gabriel Del Mazo, La Reforma Universitaria, documentos relativos al movimiento
estudiantil en las universidades de Córdoba y Buenos Aires, Federación
universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires, 1927, Tomo llI
-----------------------------La Reforma Universitaria: Documentos
complementarios que se refieren a la acción directamente social del Movimiento
estudiantil argentino (1918-1921), Federación Universitaria de Buenos
Aires, Buenos Aires, 1927, Tomo V
José Larker, "La Universidad de Santa
Fe, la formación de abogados y sus concepciones acerca del Derecho."
Ponencia presentada en las I Jornadas de
Historia de la Universidad en la Argentina, Santa Fe, Universidad Nacional
del Litoral, 2008
--------------------- "El movimiento
estudiantil universitario santafesino: acción y participación en el proceso de
creación de la Universidad Nacional del Litoral", en Natalia Vega y
Luciano Alonso (Compiladores), Lugares de
lo colectivo en la historia local. Asociaciones, trabajadores y estudiantes de
la zona santafesina. Santa Fe, María Muratore Ediciones, 2017.
Luk Boltanski, L´espacepositionnel.
Multiplicité des positions institutionnelles et habitus de clase. En RevuefranVaise de
sociologie, XIV, 1973.
Traducción Nora Vega.
Manuel Menchaca, "La Universidad
Nacional del Litoral. Antecedentes de su creación", en Revista Universidad, N° 48, Santa Fe,
UNL, 1961
Natalia Bustelo, La reforma universitaria desde sus grupos y revistas: Una
reconstrucción de los proyectos y las disputas del movimiento estudiantil
porteño de las primeras décadas del siglo XX (1914-1928). Tesis de
posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias
de la Educación. En Memoria Académica. 2015. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1307/te.1307.pdf
Oscar Terán, Historia de la ideas en la Argentina. Diez lecciones iniciales,
1810-1980, Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.
Osvaldo Graciano, Entre la torre de marfil
y el compromiso político. Intelectuales de izquierda en la Argentina 1918-1955,
Bernal, editorial UNQ, 2008.
Pablo Buchbinder ¿Revolución en los claustros?:
la reforma universitaria de 1918, Buenos Aires, Sudamericana, 2008.
Portantiero, Juan Carlos. Estudiantes y
política en América Latina (1918-1938). El proceso de la Reforma Universitaria.
Buenos Aires: Siglo XXI, 1978.
Raúl Villarroel, "Santa Fe", RACP, Tomo X, Buenos Aires, mayo de
1915.
Recibido: 20/05/2018
Evaluado: 15/07/2018
Versión Final: 30/08/2018
[1]En 1890 se creó la universidad provincial, teniendo como antecedente a
las facultades mayores anexas al Colegio de la Inmaculada Concepción,
establecidas por ley provincial en 1868. Si bien desde 1871 se comenzó a hablar
en la legislatura de una posible universidad, recién en 1889 se concretó un
proyecto para la creación de la Universidad de Santa Fe. Desde ese momento, la
nueva Casa de Altos Estudios dependería política y económicamente del Estado
provincial y tendría por objeto formar abogados. Si bien la ley de creación
contemplaba la conformación de tres facultades –Derecho y Ciencias Sociales,
Físico Matemática y Teología–, solo funcionó la primera hasta 1911, año en que
fue creada la Escuela de Farmacia y Obstetricia. Así, en los primeros veinte
años, la Facultad de Derecho representó la única opción educativa de la
universidad provincial.
[2] Osvaldo
Graciano, Entre la torre de marfil y el compromiso político. Intelectuales
de izquierda en la Argentina 1918-1955, Bernal, editorial UNQ, 2008.
[3]Desde diferentes ámbitos se llevaron a cabo gestiones para lograr la
validez nacional de los títulos que expedía la Universidad de Santa Fe. En
1902, los diputados José Galeano y Nicasio Oroño presentaron el primer proyecto
que proponía la nacionalización de los títulos pero no lograron tener éxito. En
1909, luego de varios años de gestión, el entonces Ministro de Justicia e
Instrucción Pública de la Nación, firmó el Decreto del Poder Ejecutivo Nacional
por el que se reconocían los títulos expedidos por la Universidad de Santa Fe.
Véase José Larker, "El movimiento estudiantil universitario santafesino:
acción y participación en el proceso de creación de la Universidad Nacional del
Litoral", en Natalia Vega y Luciano Alonso (Compiladores), Lugares de lo colectivo en la historia
local. Asociaciones, trabajadores y estudiantes de la zona santafesina. Santa
Fe, María Muratore Ediciones, 2017.
[4] En este sentido,
la trayectoria de Zenón Martínez, por mencionar alguna, da cuenta del universo
de prácticas y valores compartidos por la elite política local. Había nacido en
Tulumba, provincia de Córdoba, el 24 de junio de 1857. Hijo de familias
criollas, inicio sus estudios de derecho en las Facultades Mayores del Colegio
Inmaculada y los completó en la Universidad de Córdoba, graduándose como Doctor
en Jurisprudencia en 1882. Al cabo de tres años volvió a Santa Fe, abrió su
estudio de abogado y poco después fue designado Juez de Menores y luego Juez
del Crimen de Rosario. Un año más tarde
se trasladó a la ciudad de Santa Fe para desempeñarse como Juez en lo civil y
comercial y en 1887 pasó a ocupar una vocalía en el Superior tribunal de
Justicia. No pasaría mucho tiempo para que fuera electo miembro de la
convención constituyente que reformó la carta fundamental provincial en 1890.
Concluida la reforma constitucional fue elegido Diputado y Senador provincial
entre 1890 y 1893, pasando luego a ocupar la presidencia de la Corte Suprema de
Justicia, función que desempeñaría desde 1894 hasta 1900. Pero Martínez no solo
se dedicó a ocupar estrados en ámbitos tribunalicios o legislativos sino que
desde el momento en que se creó la Universidad de Santa Fe en 1890, trabajó en ella
desarrollando distintas funciones. Hasta 1911 estuvo a cargo de la cátedra de
Derecho Romano. Además fue decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
y Rector de la universidad provincial en cuatro períodos: 1894/97, 1897/1900,
1900/03 y 1918/19. Martínez puede definirse como un miembro de la elite
notabiliar santafesina. La Universidad de Santa Fe y la trayectoria de Zenón
Martínez se aborda en un trabajo anterior. José Larker, "La Universidad de
Santa Fe, la formación de abogados y sus concepciones acerca del Derecho".
Ponencia presentada en las I Jornadas de
Historia de la Universidad en la Argentina, Santa Fe, Universidad Nacional
del Litoral, 2008. Sin lugar a dudas, la condición de abogado, juez,
convencional constituyente, legislador, rector, decano y catedrático de la
Universidad de la Universidad de Santa Fe, lo posicionaron como miembro de los
grupos que controlaron el poder en la provincia entre las décadas finales del
siglo XIX y las primeras del siguiente. Ocupó todas las posiciones jerárquicas
institucionales y del ámbito político, lugares legitimados en lazos de
solidaridad y en los principios y valores de la sociabilidad de la elite
notabiliar local. Luk Boltanski, L´espacepositionnel. Multiplicité des
positions institutionnelles et habitus de clase. En RevuefranVaise de sociologie, XIV, 1973. Traducción Nora
Vega.
[5]Eduardo
Zimmermann, “Los intelectuales y el
reformismo liberal”, en Desarrollo
Económico, Nº 124, 1992. pp. 545-564. Para analizar la trama política
santafesina, así como las ideas y preocupaciones de los grupos dirigentes del
ámbito liberal, véase Bernardo Carrizo, "Temas y debates en tiempos de
cambio. La legislatura de Santa Fe, 1912-1916". XII Jornadas
Interescuelas/Departamentos de Historia. Facultad de Humanidades y Centro
Regional Universitario Bariloche. Universidad Nacional del Comahue, San Carlos
de Bariloche, 2009.
[6]Es Manuel
Menchaca, gobernador radical electo en 1912 y miembro activo de las
asociaciones liberales, quien en una mirada retrospectiva, evoca el ambiente
cultural de la época: “La formación cultural, en Santa Fe, al iniciarse el
siglo [XX], estaba dirigida, en todas sus manifestaciones por el Colegio de la
Inmaculada Concepción, establecimiento educacional que venía, desde tiempo
atrás, desarrollando una acción encomiable, dentro de sus principios, que no
eran los adecuados ni diversos que imponía el momento ... El instituto
seleccionaba su alumnado entre los jóvenes de familia de tradición o
extranjeros adinerados, tanto de Santa Fe, como de Entre Ríos y Córdoba, con la
visión de hacer ex - alumnos influyentes en los destinos de la provincia y del
país.” Manuel Menchaca, "La Universidad Nacional del Litoral. Antecedentes
de su creación", en Revista
Universidad, N° 48, Santa Fe, UNL, 1961,
pp.145-146. En un tono similar Raúl
Villarroel señalaba: una “fuerza inercial” provenía del poder
reaccionario y conservador, es decir, la tendencia religioso-clerical
estrechamente vinculada a los jesuitas. Raúl Villarroel “Santa Fe”, RACP, T. VII, septiembre 1913.
[7]Museo Histórico
UNL. Militantes de la universidad reformista... hacedores del cambio.
Santa Fe, Universidad Nacional del Litoral, 2008.
[8] Diario La
Nación,9 de setiembre de 1912, cit. en Alejandro Grüning Rosas, Creación de la Universidad Nacional del
Litoral. Crónica retrospectiva. Santa Fe, Imprenta de la Universidad. 1940,
p. 30.
[9] Ídem, p. 29
[10] Ídem, p. 30
[11] Sobre la
recepción y circulación del juvenilismo condensado por Rodó en el Ariel, véase
Natalia Bustelo, La reforma universitaria
desde sus grupos y revistas: Una reconstrucción de los proyectos y las disputas
del movimiento estudiantil porteño de las primeras décadas del siglo XX (1914-1928).
Tesis de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y
Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. 2015. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1307/te.1307.pdf
[12]Ídem, p.35.
[13] Alejandro
Grüning Rosas. Creación de la Universidad
Nacional del Litoral (Crónica Retrospectiva). Apéndice documental
complementario, Buenos Aires, 1940, p. 39
[14]Cabe destacar
que la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos fue fundada en 1883. Esta
asociación de filiación liberal, tomó partido en la modernización de la ciudad
constituyéndose en el púlpito desde donde un cúmulo de prácticas e ideas
liberales adquirieron estado público.
[15] Entre julio y setiembre de 1919, la Federación
Universitaria utilizó un órgano de difusión propio como La Gaceta Universitaria de Santa Fe.
[16] En la reunión
en la que quedó constituido el comité, bajo la presidencia provisoria de
Menchaca, se indicaba la conveniencia de que se invitara ampliamente, “sin ninguna distinción de colores
partidistas o de otra especie, a la reunión que con carácter definitiva tendría
lugar el viernes próximo a la 8.30, en el mismo local”. Acta N°1 Comité
Pro-Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, 26 de junio de 1916. Museo
Histórico UNL "Marta Samatán".
[17] Alejandro
Grüning Rosas. Creación de la Universidad
Nacional del Litoral...Op. Cit., p.37
[18]Las actas del
consejo superior dejan traslucir las posiciones conservadoras de las
autoridades universitarias. En 1916, el consejero por Farmacia y Obstetricia
Cristóbal Roca (perteneciente a los sectores reformistas) exige que el Consejo
Superior defina su posición frente a los dos proyectos que pretendían dar
solución al problema de la universidad. En esta instancia se formularon de la
siguiente manera: gestionar la nacionalización de la universidad o propiciar la
creación de la Universidad Nacional del Litoral. Este cuerpo se inclina por la
primera, generando duras críticas en los estudiantes universitarios como un
acto para sostener el criterio conservador de la casa de estudios existentes. Santa Fe, Santa Fe, 29/07/1916, p. 2.
[19] Nota de la Federación Estudiantil,
02/07/1915. En Alejandro Grüning Rosas. Creación
de la Universidad Nacional del Litoral... Op. Cit. pp. 45 y 46
[20] Raúl Villarroel
no era un simple cronista. Activo librepensador, miembro de la logia Armonía y
del Comité Pro Universidad, se constituyó en vocero privilegiado de una fecunda
lucha periodística. Sus columnas ponían de manifiesto una larga confrontación
en la cual, librepensadores y masones embestían contra la iglesia católica
haciéndola responsable, en este caso, de frenar la modernización y
democratización de las instituciones.
[21] Raúl
Villarroel, RACP, Tomo X, Buenos
Aires, mayo de 1915, pp. 296-297.
[22]La trayectoria
del proyecto de creación de la UNL en el debate parlamentario, en el que se
expresaron los diferentes posicionamientos políticos y regionales, puede verse
en Eliana Bertero, “Entre la tradición y el reformismo. La cuestión universitaria santafesina
en el debate público (1912-1919)”. Ponencia presentada en el III
Congreso Regional de Historia e Historiografía, Santa Fe, 2009.
[23]Sobre el
movimiento reformista de 1918 en Córdoba y el rol de los estudiantes, referimos
al trabajo de Pablo Buchbinder ¿Revolución
en los claustros?: la reforma universitaria de 1918, Buenos
Aires, Sudamericana, 2008.
[24] En el mes de
julio de 1918 se realiza un Congreso de los Centros de Estudiantes Católicos
del país, con el objetivo de organizar una federación. El delegado estudiantil
por Santa Fe, Manuel del Sastre es elegido presidente de dicha federación, que
sanciona un proyecto de declaración por el cual se establece que la misión
fundamental de los centros católicos es la formación integral de sus asociados.
Santa Fe, Santa Fe, 15/07/1918, p.2.
[25]Además de
Caballero Martín, la representación santafesina estaba compuesta por los
estudiantes: Alejandro Gruning Rosas, Pablo Vrillaud, Horacio J. Varela, Mario
R. Tissembaun, Juan A. Sanz, Octavio Martínez, Humberto Gambino y Raúl Zaballa.
[26]José Carmelo
Busaniche, Universidad Nacional del
Litoral, Antecedentes y Creación, texto mecanografiado y sin fecha, p. s/n.
[27]Gabriel Del
Mazo, La Reforma Universitaria,
documentos relativos al movimiento estudiantil en las universidades de Córdoba
y Buenos Aires, Federación universitaria de Buenos Aires, Buenos Aires,
1927, Tomo llI, p. 196.
[28]Santa Fe, Santa Fe, 09/09/1918, p. 2.
[29]Santa Fe, Santa Fe, 7/04/1919, p. 2.
[30] Ángel Caballero
Martín, La Universidad de Santa Fe, Imprenta
de la Universidad, Santa Fe, 1931, p. 107.
[31]Santa Fe, Santa Fe, 9/05/1919, p. 2.
[32]En 1918 fue
enviado como delegado al Congreso Nacional de estudiantes de Córdoba y elegido
presidente de la Federación Universitaria de Santa Fe.
[33] Alejandro
Grüning Rosas, Creación de la Universidad
Nacional del Litoral. Apéndice documental complementario... Op. Cit. p. 62.
[34] Santa Fe, Santa Fe, 9/05/1919, p.2.
[35] Diario de
Campaña de los estudiantes de Santa Fe. En Alejandro Grüning Rosas, Op. Cit. p.
62.
[36]Santa Fe, Santa Fe, 14/05/1919, p. 2. Cuando se refiere a
“un Smith Wesson” está haciendo alusión a una pistola de origen norteamericano.
[37]Ibídem.
[38]Santa Fe, Santa Fe, 14 de mayo de 1919, p. 2
[39] Alejandro
Grüning Rosas, Creación de la Universidad
Nacional del Litoral. Apéndice documental complementario...Op. Cit. p. 64.
[40]Santa Fe, Santa Fe, 15 de mayo de 1919, p. 2.
[41]Ibídem.
[42]Ibídem.
[43]Ibídem.
[44]Como las realizadas en la Federación Obrera, en la Biblioteca Emilio Zola y
en la Sociedad Cosmopolita, entre otras. Ángel Caballero Martín. La Universidad..., Op. cit, p. 125.
[45] Diario de
campaña de los estudiantes de Santa Fe por la reforma Universitaria. En Gabriel
Del Mazo, La Reforma Universitaria:
Documentos complementarios que se refieren a la acción directamente social del
Movimiento estudiantil argentino (1918-1921), Federación Universitaria de
Buenos Aires, Buenos Aires, 1927, Tomo V, p. 48-49
[46] Celestino
Lanteri, Pablo Vrillaud. Líder de la juventud. Santa Fe, Centro de
Publicaciones de la UNL - Centro de Estudiantes de Derecho, 1995. p. 113.
[47]Santa Fe, Santa Fe, 30/05/1919, p. 2.
[48] Diario de
campaña de los estudiantes de Santa Fe por la reforma Universitaria. Mayo 29.
En Gabriel Del Mazo, La Reforma
Universitaria…, Op. Cit., Tomo V, p. 48-49.
[49] Ibídem.
[50] Ángel Caballero
Martín, La Universidad..., Op. Cit,
p. 138.
[51] Diario de
campaña de los estudiantes de Santa Fe por la reforma Universitaria. En Gabriel
Del Mazo, La Reforma Universitaria…, Op.
Cit.,p. 51.
[52]Ángel Caballero
Martín, La Universidad..., Op. Cit,
p. 142 y 143.
[53] El presidente
Hipólito Yrigoyen promulgó la ley el 17 de octubre de 1919 bajo el Número
10861.
[54] Diario de
campaña de los estudiantes de Santa Fe por la reforma Universitaria. En Gabriel Del Mazo, La Reforma Universitaria…, Op. Cit., p. 54.
[55]Sobre la cultura
reformista y los inicios de las experiencias políticas de los jóvenes
universitarios recuperamos los aportes de Natalia Bustelo, La reforma universitaria desde sus grupos y revistas...Op. Cit.
[56] Oscar Terán.
Historia de la ideas en la Argentina. Diez lecciones iniciales, 1810-1980,
Buenos Aires, Siglo XXI, 2008.