El Consejo Hispanoamericano de Estudiantes
(1979-1980). La juventud católica intransigente en la Guerra Fría
The
Council of Hispanic Students (1979-1980). The intransigent Catholic youth in
the Cold War
Mónica
Alcántara Navarro
Universidad Nacional de General
Sarmiento (Argentina)
Resumen
En enero de
1979, a unos meses de iniciado el pontificado de Juan Pablo II, jóvenes
universitarios identificados con el catolicismo intransigente y vinculados a
organizaciones transnacionales de derechas, fundaron en la Ciudad de México el
Consejo Hispanoamericano de Estudiantes (CHE). La organización estableció una
agenda regional común y se propuso coordinar las actividades de los jóvenes en
sus diferentes países. Un año después, en medio de las celebraciones en
Argentina por el año Mariano, los integrantes del consejo se reunieron en la
ciudad de Córdoba para dar continuidad a sus objetivos. En las actividades
llevadas a cabo, contaron con la asistencia de autoridades eclesiásticas y
destacados intelectuales católicos.
Este
artículo se propone demostrar la presencia y protagonismo juvenil entre los
grupos de católicos laicos integristas y de la fortaleza de las alianzas
transnacionales católicas en un contexto de intensificación del anticomunismo
durante la Guerra Fría.
La
reconstrucción y análisis de los congresos ha sido posible a partir de la
revisión hemerográfica y de archivos de inteligencia de Argentina y México.
Estas fuentes han sido contrastadas con el testimonio de un militante inactivo
de las organizaciones católicas mexicanas. Su narración ofreció numerosos
elementos para repensar el papel de los jóvenes católicos en el periodo,
además, expone las tensiones y disputas en torno a los significados y disputas
sobre la juventud y la definición de los jóvenes en la sociedad.
Palabras clave
Jóvenes; católicos;
intransigentes; derechas; Hispanoamérica; universidad; Historia transnacional
Abstract
In January 1979, a few months after the initiation of the John Paul II’s
pontificate, a group of young university students linked to the intransigent
Catholicism and transnational right-wing organizations, founded in Mexico City
the Council of Hispanic Students (CHE). The organization established a common
regional agenda and they was proposed to coordinate the activities of young
people in their different countries.
One year later, in the middle of the celebrations in Argentina for the
Marian year, the members of the council met in the city of Córdoba to continue
their objectives. In the activities carried out, they had the assistance of
ecclesiastical authorities and prominent Catholic intellectuals.
This article aims to demonstrate the presence and protagonism
of youth among groups of integralism lay Catholics and the strength of Catholic
transnational alliances in a context of intensification of anti-Communism
during the Cold War.
The reconstruction and analysis of the congresses have been possible
with based on the review of the hemerographic and the
intelligence archives of Argentina and Mexico. These sources have been
contrasted with the testimony of an inactive militant of Mexican Catholic
organizations. His narrative offered numerous elements to rethink the role of
young Catholics in the period, also exposes tensions and disputes about the
meanings and disputes about youth and the definition of young people in the
society.
Keywords
Catholic; intransigent; young; right wing; Hispanic; University; transnational
history
Introducción
El 20 de enero de 1979, días antes del arribo del Papa Juan Pablo
II a la Ciudad de México, los agentes de la Dirección Federal de Seguridad
dieron cuenta de una reunión realizada en la Universidad Continental, ubicada
en el sur de la Ciudad de México. El encuentro recibió el nombre de Primer
Congreso Internacional de Estudiantes Católicos y asistieron 300 jóvenes
universitarios católicos provenientes de España, Francia, Uruguay, Brasil,
Chile y Argentina. Al terminar, se estableció una agenda común en la que los
asistentes acordaron la fundación del Consejo Hispanoamericano de Estudiantes
(CHE) y una segunda reunión internacional. La prensa argentina registró el
segundo encuentro los días 22 y 23 de octubre de 1980 en Embalse del Río
Tercero, en Córdoba, Argentina. En ese congreso, los jóvenes tuvieron la
oportunidad realizar un balance sobre la importancia de las universidades como
espacios formadores de estudiantes católicos y la necesidad de defenderlas. El
testimonio de un militante católico mexicano que hacia finales de la década de
los setenta se integró a los grupos juveniles, mencionó una tercera reunión
tuvo lugar en Madrid, España. La prensa de aquel país dejó asentado que
integrantes del CHE se reencontraron del 10 al 12 de octubre de 1982, con una
asistencia de 200 jóvenes entre los que destacaron las delegaciones de
Argentina, Brasil, México y Perú. De la actividad transnacional desplegada en
las décadas de los setenta y ochenta por los grupos católicos intransigentes,
las reuniones del Consejo Hispanoamericano de Estudiantes se destacan por la
participación y protagonismo de los jóvenes.
La historiografía sobre los jóvenes católicos identificados con
las derechas en Argentina y en México ha recorrido caminos desiguales. En
general, han sido menos estudiados que aquellos vinculados a las militancias de
izquierda (Bohoslavsky Gomes 2016), y se les ha considerado exclusivamente como
antagonistas a los movimientos progresistas o revolucionarios, lo que dificulta
el análisis de sus posicionamientos políticos. Sirvan de ejemplo los trabajos
de los mexicanos (Dávila 2001; González 2003)
que ubican a los jóvenes católicos únicamente como oposición conservadora a las
movilizaciones estudiantiles de corte progresista en la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla.
Para la historiadora Valeria Manzano (2007), estudiar a la
juventud implica una distinción entre los jóvenes como actores y la juventud como
categoría, por ello, los significados que se le atribuyan a esta última
implican una disputa entre más de un sujeto o colectivos, en el caso del CHE,
al que identifico como grupo de jóvenes católicos integristas intransigentes,
esas tensiones se generaban, con la jerarquía, una multiplicidad de grupos
laicos y los mismos jóvenes que a través de sus acciones intentaban construirse
una identidad con funciones específicas dentro del catolicismo y que no siempre
coincidía con las expectativas de los adultos. Además, el investigador Steven
Mintz (2008), destaca que la categoría de juventud es definida históricamente
de acuerdo al contexto, por eso, determinar quiénes son los jóvenes católicos y
sus funciones en la sociedad o en las universidades, son construcciones
sociales tirantes. Cabe aclarar que las propuestas de los autores mencionados
no contemplan a las juventudes católicas, en el caso del trabajo de Manzano,
aparecen los adultos católicos como oposición al protagonismo modernizador de
la juventud de las décadas de los sesenta y setenta.
En el caso argentino Sebastián Pattin
(2018) propone que los grupos de católicos laicos posteriores al Concilio
Vaticano II cuestionaron fuertemente la autoridad eclesial. Tras el Concilio,
la vida de la Iglesia estuvo marcada por diferencias generacionales propias de
la efervescencia de la época, en donde las principales críticas venían de los
jóvenes.
Generalmente, la historiografía ubica como espacios de la juventud
a las universidades-de ahí que constantemente sean pensados como estudiantes- y
en agrupaciones de laicos, sobre todo, en las bases juveniles de Acción
Católica. Al respecto, Jessica Blanco (2011), argumentó que las clasificaciones
etarias son invenciones históricas y un elemento preponderante en la construcción
de identidades. Afirmó que a partir de las conclusiones del Concilio la Iglesia
argentina consideró a los jóvenes fuerza de cambio privilegiada. Entre los
investigadores que advirtieron los distanciamientos de los jóvenes y los
adultos, destacan los trabajos de María Aspe (2007) y Omar Acha (2016). Éste
último observó en la militancia masculina de ACA y sus prácticas de
sociabilidad, un desajuste entre lo que él llama los modelos imaginarios
construidos por la jerarquía y los adultos laicos frente a las prácticas reales
de la juventud.
La mexicana María Aspe, en su estudio sobre ACM y la Unión
Nacional de Estudiantes Católicos, advirtió una contradicción entre una
militancia integrista, que exigía a los integrantes llevar el mensaje de Cristo
a todos los ámbitos de su vida y una jerarquía que les prohibió la
participación política. La autora distinguió una multiplicidad de pensamientos
católicos divergentes entre lo plasmado en los estatutos de ACM y el que
circulaba entre los jóvenes y conflictuaba las aspiraciones de la jerarquía.
Con menor frecuencia, otro espacio en donde son ubicados los
jóvenes católicos es en la calle. La investigadora Miranda Lida analizó las
prácticas del catolicismo de masas que durante la última dictadura argentina
permitió que la población despolitizada y temerosa, volviera a salir. Destacó
la fuerte presencia juvenil y la postura de las autoridades eclesiales al
tratar de brindarles un lugar destacado, sin embargo, la autora no problematizó
sobre la relación entre adultos y jóvenes. Por su parte Estela Shindel (2005), discute la idea de la despolitización en el
mismo periodo y en el caso de los católicos, propone que las peregrinaciones y
el aumento en las parroquias de grupos juveniles se convirtieron en posibilidad
de acción y otras formas de participación política. Cabe preguntarse cuáles
fueron los lugares de organización y manifestación política de los católicos
del CHE además de las universidades.
Para reflexionar sobre la militancia católica de los integrantes
del Consejo, retomo las propuestas de los estudiosos mexicanos Roberto
Blancarte (1994) y la ya mencionada María Aspe (2007), quienes aplicaron el
concepto integrismo en sus estudios sobre la Iglesia católica mexicana y las
relaciones entre la jerarquía y los grupos de laicos. Consideran que el
integrismo se dirigía a la formación de católicos de tiempo completo que podían
y debían incidir en todo el ámbito social para restaurar el orden social
cristiano. Por otro lado, intransigencia es la oposición al liberalismo y su
negación como ideología oficial de toda la sociedad moderna. Sumo las
aclaraciones realizadas por Alicia Puente (2002) respecto a la delimitación de
los laicos, que los define como aquellos sujetos bautizados que no han hecho
una consagración especial para ingresar a la estructura eclesiástica y puede
ser que no cumplan con una función institucional.
En el caso mexicano,[1]
destacan los trabajos comparativos y de redes sobre agrupaciones de jóvenes
católicos mexicanos, pertenecientes a la Organización Nacional el Yunque[2]
y los jóvenes nacionalistas argentinos nucleados bajo la denominación Tacuara.
Los investigadores Mario Santiago (2016) y Luis Herrán (2015), contribuyeron a
la comprensión del anticomunismo y las acciones de la derecha a nivel
continental. Siguiendo a otra agrupación católica intransigente, los Tecos,[3]
la historiadora Mónica López (2010) estableció sus mecanismos de contacto y
articulación en una de las redes transnacionales anticomunistas de derechas, la
Confederación Anticomunista Latinoamericana[4] y
sus acciones durante la guerra fría. La vinculación entre las derechas
mexicanas, las suramericanas, específicamente con sus pares argentinos, son
propuestas historiográficas recientes y escasas. Las investigaciones
mencionadas, enfocaron su análisis en identificar a los sujetos, intelectuales
o dirigentes, participantes sin problematizar el hecho de que eran jóvenes
católicos.
Este artículo propone que el análisis de los congresos del Consejo
Hispanoamericano de Estudiantes permite ubicar a los jóvenes católicos como
grupo etario diferenciado de los adultos que se adhirieron a las redes
trasnacionales anticomunistas con una agenda propia y en un espacio de acción
ceñido al ámbito universitario.[5]
Sobre las diferencias ideológicas o doctrinarias, antepusieron los
elementos comunes; su catolicismo intransigente, anticomunista, hispanista,
tomista y sobre todo auto-reconocimiento como jóvenes
católicos. En el caso mexicano, los católicos intransigentes se propusieron
instaurar el reino de Dios en la tierra, por su parte, los católicos
tradicionalistas argentinos se enfocaron en consolidar la nación católica. Las
reuniones del CHE ejemplifican la posibilidad de coincidencia y establecimiento
de un proyecto regional de recristianización de la sociedad. Considero que el
análisis de su militancia requiere el dialogo entre los estudios
historiográficos sobre la juventud y los estudios sobre las derechas, en los
que la juventud católica de derechas ha sido escasamente problematizada. Para
completar la investigación, es necesario considerarlos en perspectiva
transnacional que permita dar cuenta de sus vínculos y estrategias regionales.
La primera parte del artículo hace un recuento de los sujetos e
instituciones relacionadas en la fundación del CHE en México, así como un breve
recorrido por los hechos relevantes de 1979. Ello contribuye a delimitar las
dinámicas de trabajo a partir de las cuales se organizaron los jóvenes en
cuestión. La segunda parte se concentra en la reunión del consejo realizada en
Córdoba, junto a otras acciones del catolicismo tradicionalista. El trabajo
cierra con un balance sobre las representaciones y tensiones en torno a la
militancia de los jóvenes católicos en las fuentes.
Las fuentes utilizadas para el análisis de las acciones de los
jóvenes son publicaciones periódicas y revistas mexicanas y argentinas; la
información de las tarjetas y expedientes elaborados por los agentes de la
Dirección Federal de Seguridad y la Dirección de Inteligencia de la Policía de
la Provincia de Buenos Aires (DIPBA) y el testimonio de un militante inactivo
del catolicismo intransigente en México.[6]
La fundación
del Consejo Hispanoamericano de Estudiantes y la primera visita del papa Juan
Pablo II (México, 1979)
El anuncio de la primera visita del papa Juan Pablo II a México en
enero de 1979 desató fuertes polémicas entre diversos sectores políticos del
país para establecer si la presencia del pontífice implicaba o no una violación
al Estado laico.[7]
En aquellos años, el país atravesaba una crisis económica y de legitimidad ante
el desgaste del consenso que mantuvo en el poder por varias décadas al Partido
Revolucionario Institucional. José López Portillo llegó como candidato único a
la presidencia en 1976 (Cedillo 2010; Héctor Aguilar/Lorenzo Meyer, 2000 ; Córdova 1979; Fernández 1978).
Entre los sectores opositores a los regímenes posrevolucionarios y
que habían expresado su rechazo a López Portillo, incluso antes de ocupar la
presidencia, se encontraban los jóvenes católicos intransigentes militantes de
las estructuras públicas de los Tecos y del Yunque. De origen común, ésta
última de carácter secreto y anticomunista, fue fundada en el estado de Puebla
en el año de 1953 y al finalizar la década de los setenta, ya había atravesado
por una importante fase de expansión por el territorio nacional, complejizando
su estructura, activando grupos que funcionaran públicamente y fortaleciendo
sus vínculos internacionales.
Sin embargo, en los años posconciliares, tuvieron importantes
diferencias doctrinarias con los Tecos, cuando éstos desconocieron la autoridad
del papa acusándolo de judío infiltrado, lo que les valió la excomunión de su
guía espiritual, el sacerdote José Manuel Figueroa. Por otro lado, los
militantes del Yunque, aunque desaprobaron las conclusiones del Concilio, se
mantuvieron fieles a la autoridad del Papa.
La escisión no estuvo exenta de agresiones entre sus militantes, lo que
llevó a las organizaciones al quiebre definitivo y a la enemistad. Por esa
razón, su articulación transnacional se dio en distintas redes anticomunistas
(López 2010).
La visita del Papa a México se realizó en el marco de su primera
gira por países latinoamericanos e incluyó República Dominicana y las Bahamas.
En México, recorrió los estados de Oaxaca, Nuevo León, Jalisco y Puebla, en
donde tuvo a cargo la inauguración de la III Conferencia Episcopal
Latinoamericana cuyo tema fue Evangelización
en el presente y futuro de América Latina. También pasó por la Ciudad de
México, en la que ofició misas en la catedral metropolitana y en la Basílica de
Guadalupe.
Durante la visita del papa a México, los jóvenes católicos
manifestaron públicamente su fe y repudio a los gobiernos posrevolucionarios.
Sin embargo, el desacuerdo con el régimen ya había sido expuesto años antes,
una de las expresiones de descontento que destaco por su nutrida asistencia fue
una concentración llamada Primer
Encuentro Nacional Juvenil, se llevó a cabo en agosto de 1975 en Naucalpan
de Juárez, Estado de México. La organización estuvo a cargo de las
organizaciones juveniles vinculadas a las estructuras públicas del Yunque (Santiago 2012; Alcántara 2016), como el Consejo
Nacional de Estudiantes (CNE).[8]
La prensa mexicana registró algunos fragmentos de los discursos de los jóvenes,
destaca una lectura de la historia de México en la que se construyen como
oposición juvenil al partido único, al tiempo que denuncian reiteradamente como
juventudes silenciadas, en lucha y oposición permanente y comprometidos a
“trabajar por México para hacer una nación libre y justa”.[9]
Unos días antes del arribo del pontífice, el 20 de enero de 1979,
el CNE y el Movimiento de Unificación Estudiantil, organizaron el Primer Congreso Internacional de Estudiantes
Universitarios Católicos. Realizado en la Universidad Intercontinental,
ubicada al sur de la Ciudad de México. Los mexicanos recibieron delegados de
grupos católicos de Francia, España, Argentina, Brasil, Chile, Uruguay,
Colombia y Perú. Acudieron observadores del Colegio Lasalle y de la Universidad
Iberoamericana.[10]
De acuerdo a la información de la prensa y de la DFS, asistieron 300 jóvenes
entre nacionales y extranjeros. El evento abrió con discursos de bienvenida y
la lectura de encíclicas,[11]
para dar paso a las ponencias de los delegados extranjeros[12]
en las que predominaron temas que consideraron problemáticas universitarias,
por ejemplo, la subversión y la masificación.
Entre las participaciones registradas, se encuentran la
intervención del uruguayo Heraclio Labandera, quien
denunció que la “subversión había llegado hasta las universidades llena de
falsas ideas para lavar el cerebro de los jóvenes, corrompiendo la misión de la
universidad” y por eso fue necesario que “nuestros países, más de una vez,
hayan recurrido a las fuerzas armadas como salvaguarda de los valores
permanentes.”[13]
El argentino Pablo
Garat[14]
advirtió que se estaba atentando contra la ira de Dios y rechazó lo que llamó
“teorías ateas y antropocéntricas” (haciendo referencia al liberalismo,
marxismo, freudismo, freirerismo, racionalismo y
evolucionismo) porque sus explicaciones contravenían “el orden natural” y como
jóvenes católicos debían tener muy claro que “o se está con Cristo o se está
contra él (es) es nuestra obligación ser soldados de Cristo.[15]
El español Vicente José Fernandez Burgueño declaró
que “la universidad presenta unos fines concretos y la idea medieval era la de
acercarse lo más posible a la verdad […] (y) este valor está en crisis desde
hace mucho tiempo”.[16]
Su compatriota, Javier Urcelay Alonso,[17]
enfatizó que los jóvenes en su país deseaban que la universidad naciera,
creciera y se enriqueciera al calor de la Iglesia, porque eso era cien veces
preferible a la inspección laica e incompetente de directores y ante la
situación “no hay combate más excelso que aquél en que el soldado tiene que ser
a la vez salvador y civilizador”.[18]
Finalmente, se
registraron las palabras del joven francés Jean-Paul Arnaud, quien se refirió a
las movilizaciones estudiantiles de 1968 calificándolas como “espectáculo
vergonzoso de todas las universidades en huelga durante varios meses […] y está
siempre en la memoria […] (por eso) los jóvenes franceses hemos utilizado todos
los medios que se requieran para decir no a la revolución”.[19]
Además prevalecieron las declaraciones fatalistas que alertaban que el mundo
estaba en crisis y que las universidades estaban riesgo por la “infiltración
marxista.”[20]
Los reunidos
concluyeron que los problemas tenían un origen común en el alejamiento de las
enseñanzas de la Iglesia. Una de sus principales propuestas era incluir de
manera obligatoria la cátedra de Teología en todas las universidades
hispanoamericanas.
Al finalizar del encuentro, redactaron
un documento con las conclusiones y acordaron la fundación del Consejo
Hispanoamericano de Estudiantes, que seguramente funcionó como estructura de
coordinación de numerosas organizaciones de jóvenes católicos de los países ahí
reunidos. El resumen de las conclusiones se redactó de la siguiente manera:
1) La fundación del Consejo
Hispanoamericano de Estudiantes.
2) Adicción fiel a la Santa Madre
Iglesia y acatamiento, como obligación para su conducta la voz de los pastores.
3) Instituirse nuevamente la materia de
teología en las Universidades
4) Justificación de la intervención de las
fuerzas armadas para salvaguardar los valores permanentes en una nación.
5) Oposición a la politización de las
universidades.
6) Que los centros de estudios universitarios
vuelvan a adoptar la doctrina social de la Iglesia para que ésta haga que se
resuelvan los problemas de desempleo y violencia en el mudo. [21]
Los jóvenes reunidos eran conscientes
de la proximidad del arribo del Papa y la inauguración de la III CELAM, por lo
que se plantearon “hacer escuchar su voz”, entregando al obispo tomista y
rector de la Universidad Católica Argentina, Octavio Derisi,[22]
un paquete de documentos que incluían las transcripciones de las conferencias y
las conclusiones, para que expusiera su contenido ante los asistentes de la
Conferencia Episcopal.[23]
El rector Derisi trataría de mantenerse cercano y
guiar las actividades de los jóvenes, sin embargo, ya había participado de
algunas tensiones con estudiantes de la Universidad católica por intentar
tutelar o desaprobar su militancia política[24]
Cipriano Calderón,[25]
director de la edición en español del diario L’Obsservatore Romano.[26]
El CHE se comprometió a mantenerse activo y encargarse del cumplimiento
continental de las conclusiones generadas en la ceremonia fundacional.
El papa llegó a México el 26 de enero de 1979. Dedicó varios
discursos a los jóvenes destacando su energía y capacidad transformadora,
seguramente, los que más impacto causaron a los integrantes del CHE, fueron los
dirigidos a los estudiantes católicos cuando dijo:
¿qué puede esperar el mundo universitario
católico mexicano y latinoamericano de las palabras del papa? […] que la
universidad católica debe encontrar su significado último y profundo en Cristo,
en su mensaje salvífico […] debe ser un ámbito en donde el cristianismo sea
vivo y operante.[27]
En su testimonio, Directivo,[28]
ex militante del CHE, recordó que miles de jóvenes salieron las calles para ver
y escuchar a Juan Pablo II:
para nosotros fue una cosa impresionante,
nunca había venido un Papa a México […] el hecho de que hubiera venido era
súper importante y participamos […] y ahí estuvimos, claro, entonces, estar en
las calles, participar […] nos quedamos toda la noche para ver otra vez pasar
al Papa, fue una cosa muy bonita.[29]
Las palabras del Papa, reafirmaron en los jóvenes militantes la
certeza de su protagonismo y que sus acciones se encaminaban por el camino
correcto. Los integrantes del CHE se reencontraron un año después, en Córdoba
Argentina.
El Consejo
Hispanoamericano de Estudiantes en Córdoba
En el contexto de la primera visita del papa Juan Pablo II a México
y los conflictos limítrofes entre Argentina y Chile por el Canal del Beagle,
casi al finalizar el año de 1979, el episcopado argentino declaró la
celebración de un año Mariano. Lo que intensificaría las movilizaciones masivas
del catolicismo y en el que la prensa destacó la fuerte presencia y
participación juvenil. Entre todos los actos llevados destaca el II Congreso
Mariano, celebrado del 8 al 12 de octubre en Mendoza,[30]
al que asistieron personajes de la jerarquía vinculados al papa Juan Pablo II,
por ejemplo, el cardenal Paolo Bertoli, designado
parte del grupo de negociación vaticana, quien le entregó al general Videla una
carta del Papa en donde expresaba “la importancia que el Vaticano otorga al
evento religioso que se efectuará en Mendoza.”[31]
Durante la clausura del congreso celebrada en el estadio mundialista, el
camarlengo ofició la misa y leyó un mensaje del Papa a los asistentes. Estuvo
presente el general Videla que dio el discurso de clausura.
A diferencia de México, en donde el establecimiento del estado
laico limitó la injerencia de la jerarquía y de sectores católicos laicos en el
plano educativo, durante la dictadura de Videla, los católicos tradicionalistas
interesados en la educación universitaria establecieron acuerdos con el ministro
de Cultura y Educación Juan Rafael Llerena Amadeo,[32]
entre sus logros destacó la instauración de la asignatura de Formación Moral y
Cívica.[33]
Ante la fuerte presencia de sectores tradicionalistas, las universidades
nacionales no permanecieron ajenas a estos actos, declararon su adhesión al
congreso y procuraron otorgar a los docentes y estudiantes las facilidades para
asistir sin tener consecuencias administrativas por sus faltas. [34]
La secretaría del Ministerio de Cultura y Educación informó que los asistentes
tendrían que presentar un aval de sus respectivas diócesis para justificar sus
ausencias.[35]
En el transcurso de los preparativos para la celebración del
congreso mariano, en los que destacó una intensa participación juvenil, el
obispo Jorge Cassaretta, manifestó su preocupación
por el impacto negativo de los acontecimientos nacionales sobre los jóvenes y
la falta de “maestros que les muestren el camino”, mientras que los “falsos
profetas” los llevaron a ser “arrastrados por el camino de la violencia”.[36]
En el mismo sentido se expresó el ex rector de la Universidad Católica de
Córdoba, sacerdote jesuita Jorge Fourcade, quien
manifestó su preocupación al declarar que “el joven universitario hoy está
todavía un poco ausente en el interés por los problemas argentinos […] un
decaimiento, una apatía general”[37]
La reunión de los jóvenes católicos del CHE recibió
el nombre de II Congreso Internacional de
Estudiantes Católicos, Presente y
futuro de la Universidad y fue declarada de interés nacional.[38]
Formó parte de un ciclo de congresos realizado en el complejo turístico de
Embalse de Río Tercero en Córdoba, que abarcaron desde el 21 al 27 de octubre.[39]
Al concluir la reunión de los jóvenes se inauguró el congreso La Hispanidad: la nación cristiana a través
de su vertiente hispanoamericana, con asistencia internacional en la que
predominaron los adultos.
Seguramente, el CNE estuvo encargado de la
coordinación de la delegación mexicana y en Argentina, la organización estuvo a
cargo de la Coordinadora Universitaria Nacional.[40]
Contó con la presencia de 200 asistentes entre delegados nacionales y
extranjeros. Las ponencias presentadas fueron: La proletarización universitaria (de México); La subversión científica (de Argentina), La docencia universitaria (Perú); La investigación Universitaria (España); El gremialismo universitario (Chile); La participación estudiantil (Uruguay). Entre los ponentes
destacados se mencionan a los Doctores Felix Adolfo
Lamas[41]
y Bernardino Montejano,[42]
quienes tuvieron a su cargo dos clases magistrales referidas a El tomismo en la reconstrucción del ser
universitario y la restauración
universitaria. Otra de las personalidades destacadas que estuvieron
presentes, fue el sacerdote Octavio Derisi.[43]
De modo similar a las dinámicas de trabajo del primer Congreso, se redactó un
documento con las conclusiones obtenidas a partir de las discusiones generadas
después de las conferencias, que llamaron La
subversión científica.[44]
Sin embargo, la reunión de los jóvenes no recibió
la misma atención que el Congreso Internacional de Filosofía Cristiana nombrado
La Hispanidad: la nación cristiana a
través de su vertiente hispanoamericana, que fue organizado y convocado por
el Instituto de Promoción Social Argentina (IPSA)[45]
y la Fundación Pacinter.[46]
Se registraron 500 asistentes entre teólogos, historiadores y economistas de
prestigio internacional y fue declarado de interés nacional.[47]
Los presentes se dedicaron a “reflexionar sobre la realidad humana y espiritual
del conjunto de pueblos que hablan castellano en el mundo y que constituyen una
suerte de última reserva del mundo occidental”.[48]
El programa de trabajo se compuso de 21 ponencias y 10 foros de trabajo.
Algunos de los temas fueron: Esencia de
la nación hispánica; la hispanidad y su proyección político-cultural en el
mundo contemporáneo; El potencial económico de la Hispanidad; la revitalización
de la nación hispana; Hispanoamérica y los principios de la política cristiana;
La identidad hispanoamericana; Elementos estratégicos para la defensa de
Hispanoamérica; Elementos subversivos de las superurbes
en Hispanoamérca; Elementos totalitarios de los
partidos políticos Hispanoamericanos; Hispanoamérica en las esperanza de la
Cristiandad.
Entre la lista de asistentes se encontraban
destacados sacerdotes y catedráticos del catolicismo intransigente y
probablemente con vínculos previos entre las redes anticomunistas. Venían de
Chile, Bolivia, Uruguay, Perú, Estados Unidos, México, Venezuela, Paraguay,
España y Francia. Algunos nombres que quedaron en la prensa[49]
fueron: “el Dr. Juan Antonio Widow (Valparaíso);[50]
Dr. Alberto Caturelli (Córdoba); Dr. Federico
Ibarguren (Buenos Aires); Dr. Bernardo Montejano (Buenos Aires); prof. Rubén Calderón Bouchet (Mendoza); Dr. Vicente Ugarte
del Pino (Lima);[51]
Dr. Federico Wilhemsen[52]
(Dallas); Dr Julián Gil de Sagredo Arrivas (Granada); Dr. Diego Ferreiro (Montevideo); Lic.
Carlos Podestá (Asunción); Roberto Brie[53]
(Buenos Aires); Arq. Federico Muggemburg (México);[54]
Dr. José Pereda Crespo (Puebla);[55]
Dr. Sergio Tapia (Lima); Dr. Jean Ousset (París);[56]
Dr. Martín Gutierrez (Montevideo); Edgardo y Enrique
Díaz Araujo,[57]
Calderón Bouchet (Argentina).
El rectorado de la Universidad de Salta (en respuesta a la
solicitud de adhesión de IPSA), declaró su auspicio al Congreso Internacional
sobre Hispanidad, debido a que “dicha convocatoria hace referencia a la Nación
Cristiana en su particularidad hispanoamericana […] (incluyendo los elementos)
que nos definen como portadores de la civilización occidental y cristiana”.[58]
Los asistentes propusieron que el reforzamiento de la identidad
hispanoamericana permitiría un análisis regional de aspectos socioeconómicos y
culturales de la región, así, las conclusiones obtenidas serían “una verdadera
propuesta de integración Hispanoamericana sobre los principios de la Doctrina
de Iglesia”.
Conclusiones
En las reuniones transnacionales de las que dio cuenta este
artículo texto, se percibe a los jóvenes intransigentes como asistentes,
organizadores, coordinadores, conferencistas, discutiendo con sus pares de
otros países, haciendo viajes nacionales e internacionales para establecer
contactos o consolidarlos, dialogando con adultos laicos o de la jerarquía
eclesiástica. Al mismo tiempo eran estudiantes universitarios y parte de la
militancia estudiantil vinculada al catolicismo. Las universidades fueron los espacios
de actividad militante, desde las cuales deseaban contribuir a la
recristianización de Hispanoamérica.
Sin embargo, la prensa nacional, las publicaciones católicas
revisadas y la documentación de espionaje, les prestan poca atención. Los datos
sobre los congresos se registran con la intención de plasmar la capacidad de
articulación internacional de los católicos o para denunciarlos, en cambio, los
jóvenes aparecen únicamente cuando un adulto (intelectual laico o integrante de
la jerarquía) o una institución le impregna un valor a sus actividades y a sus
espacios de reunión. Entre las dificultades que presentan las fuentes para el
estudio de los jóvenes católicos es que reproducen las aspiraciones
arquetípicas de los adultos laicos o de la jerarquía sobre la militancia
juvenil, que apuntaba a una participación despolitizada y dócil de los jóvenes.
Existen escasos registros sobre sus posturas o discusiones políticas y son
mencionados cuando secundan la opinión de un adulto, dando la impresión de reafirmaran
la falta de tutelaje.
Más allá de las complicaciones con las fuentes, esas
características son un indicador de las tensiones en torno a la definición del
joven católico y su papel en las universidades y en los proyectos
transnacionales de consolidación de las naciones hispanoamericanas.
A pesar de las palabras de aliento del Papa y del reconocimiento
de la juventud católica ocurrido desde el Concilio Vaticano II, lo que expresan
sectores católicos son posturas que desconfían sobre su “fuerza renovadora”. En el caso
argentino, su integración al “Proceso” tendría que ser bajo el tutelaje
intelectual y espiritual de los adultos, para evitar el riesgo de la
“desviación marxista”. Los adultos, los veían con cierto recelo y preferían
mantener tuteladas sus actividades. Esto abre diversas interrogantes sobre cómo
o quiénes construyeron los significados en torno a ser un joven católico frente
al mundo de los adultos.
Referencias
bibliográficas
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Testimonio
Directivo (seudónimo). Entrevista realizada por Mónica Alcántara Navarro,
Ciudad de México, 8 de junio del 2015.
Recibido: 01/02/2019
Evaluado: 23/02/2019
Versión Final: 17/03/2019
[1] Para el caso
Mexicano, unos meses después de la llegada al poder del Partido Acción Nacional
(PAN) en el año 2000, en el diario Reforma
se publicó un artículo sobre la presencia y monopolización del partido por
parte de un grupo reservado-secreto integrado por católicos de extrema derecha,
la organización referida era el Yunque. La revelación destapó el interés
mediático por las derechas mexicanas, hasta entonces, habían sido estudiadas de
forma aislada en los trabajos del periodista Manuel Buendía. El creciente
interés por las derechas se visibiliza en los trabajos del periodismo de
investigación mayoritariamente concentrados en denunciar al Yunque.
Desafortunadamente, el interés académico entre los historiadores no acompañó
ese auge periodístico. A mi consideración, la coyuntura política que despertó
el interés en la derecha mexicana terminó por constreñir el desarrollo
historiográfico y nos llevó al análisis de las escasas posibilidades de las
derechas, es decir, al Yunque y a organizaciones vinculadas. En comparación al
desarrollo historiográfico argentino sobre las derechas, el mexicano resulta
escaso.
[2] Las ramas
juveniles del Yunque son: Frente Universitario Anticomunista (FUA)
y el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO).
[3] El origen de la
organización se ubica en el año 1935 en la Universidad Autónoma de Guadalajara,
entre sus objetivos destacaron frenar el avance comunista en la universidad y
se convirtió en un grupo de choque compuesto por jóvenes católicos. Al igual
que el Yunque, se le ha ubicado entre las extremas derechas mexicanas.
[4] Para una
propuesta sobre las familias anticomunistas de derechas y sus articulación en
redes transnacionales: (Bohoslavsky 2017; Rostica 2017; Bohoslavsky y Vicente, 2014).
[5] Hasta el momento, la investigadora Laura Rodríguez ha presentado el
único trabajo académico en el que se ha mencionado al Consejo Hispanoamericano
de Estudiantes sin que éste sea el objeto central de su investigación. Ha sido
tema secundario en sus múltiples trabajos sobre la actuación de sectores del
catolicismo nacionalista y tradicionalista en las universidades argentinas
durante la última dictadura. Sobre la autora se pueden consultar los trabajos: )Rodríguez 2011, 2015, 2016).
[6] El testimonio
identificado como Directivo fue un
joven militante católico entre al finalizar la década de 1970. Inició su
militancia en los grupos públicos del Yunque, primero en el MURO, luego en el
CNE y se vinculó a las actividades del Consejo Hispanoamericano de Estudiantes.
Directivo (seudónimo). Entrevista
realizada por la autora, Ciudad de México, 8/06/2015.
[7] Desde la
promulgación de las Leyes de Reforma, decretadas por los liberales radicales
tras su ascenso al poder en 1855, la Iglesia en México fue perdiendo terreno
político y económico. La Constitución de 1857 decretó en su artículo 3° que la
educación quedaba libre de coacción y se otorgó a todos los ciudadanos el
derecho de expresar y publicar cualquier opinión o doctrina que adoptasen. La
Constitución de 1917, emanada de la Revolución Mexicana, resultó una embestida
aún mayor al poder de la Iglesia. En el artículo 3° quedó establecida una
educación laica y prohibía a las corporaciones religiosas o ministros de culto
que se encargaran de las escuelas. El conflicto por el control educativo entre
el Estado, la jerarquía y los grupos laicos, es una de las disputas que
atraviesa el siglo XX mexicano.
[8] El Consejo
Nacional de Estudiantes fue fundado meses antes en la Universidad de Querétaro,
uno de sus objetivos más importantes era coordinar las actividades y reuniones
nacionales de otras organizaciones de jóvenes católicos, así como vigilar el
cumplimiento de los acuerdos alcanzados en cada evento. El CNE forma parte de
la estructura del Yunque.
[9] “Los jóvenes católicos lucharán contra las
doctrinas que denigran al hombre”. En: El
Universal, 18 de agosto de 1975.
[10] Agentes de la Dirección Federal de Seguridad
y periodistas mexicanos estuvieron presentes en la reunión y proporcionaron
información relevante y breves reconstrucciones de lo sucedido, sin embargo, no
especifican el nombre de los observadores asistentes o las organizaciones
católicas a las que pertenecían los jóvenes extranjeros.
[11] Se revisaron las
encíclicas Militantis Ecclesiae, Humani
Génesis, Divini Illius Magistri, Quadragesimo Anno, Divini Redemptoris
[12]Cabe aclarar que
ni en los documentos de la DFS, ni en prensa mexicana o argentina, se
identificaron las organizaciones a las que pertenecían los jóvenes en sus
respectivos países.
[13] Ignacio Ramírez,
“Congreso de la Joven derecha. Dictadura militar, sí; revolución, no”, en: Proceso, No. 117, 29/01/1979, p. 16-17.
[14] Abogado y docente
de grado y posgrado de la materia derecho constitucional en la Universidad
Católica Argentina. Es identificado como presidente de la organización
Civilidad e integrante de la Fundación Nuevas Generaciones (ambas
organizaciones ligadas a Ciudad Católica),
entre sus funciones destacan la organización de cursos dirigidos a los jóvenes.
Recientemente formó parte del grupo de veintidós expositores en la última
audiencia en el senado sobre el debate por la Ley de Interrupción voluntaria
del embarazo. Se pronunció en contra de la iniciativa y declaró que: “estamos
transformando un delito en un derecho y esto no lo dice el doctor Garat sino el
proyecto aprobado en Diputados”, finalizó su exposición citando a la madre
Teresa de Calcuta diciendo: “no los aborten, no las aborten, dénselos a todos
aquellos que tienen amor para recibirlo”. Las intervenciones del debate pueden
ser consultadas en: http://www.senado.gov.ar/prensa/16591/noticias;
[15] Ignacio Ramírez,
“Congreso de la Joven derecha…” op. cit.
[16] Ibidem.
[17] Nacido en Madrid,
licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense. Ha realizado
trabajos de investigación histórica en los que destacan los temas sobre
carlismo, guerras civiles en el siglo XX. Es autor de ensayos sobre la Teología
de la Liberación, avances científicos, medios de comunicación y familia. Fue
candidato al senado por las provincias de Castellón y de Avala y miembro del
Comité de Bioética español ante la UNESCO.
[18] Ignacio Ramírez,
“Congreso de la Joven derecha…” op. cit.
[19] Ibidem.
[20] AGN, DFS, CNE, Exp. 15-13-79, L-1, F-155-157. La historiadora Laura Rodríguez afirma
que la Coordinadora Universitaria Nacional (CUN) se cuenta entre los miembros
fundadores del CHE y el grupo estaba encargado de articular las organizaciones
de universitarios católicos de distintas provincias argentinas como Buenos
Aires, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Corrientes y Salta. En; Laura Rodríguez,
“La ‘subversión científica” op. cit.
[21] Hasta el momento,
las fuentes consultadas no permiten tener certeza de quienes redactaron el
documento. AGN, DFS, CNE, Exp. 15-13-79, L-1, F-155-157
[22] Fue el primer rector de la Universidad
Católica Argentina desde su fundación hasta 1980 y presidente de la
Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL).
Educado como teólogo católico y
filósofo laico, se convirtió en una de las cabezas del tomismo en argentina
durante la segunda mitad del siglo XX, por lo que impulsó en
las universidades el pensamiento tomista y se le considera formador de jóvenes
católicos. Mantuvo estrechos vínculos con el Vaticano y en 1953 fue designado
prelado doméstico de Pío XII, con derecho al tratamiento de monseñor. En 1979 se encontraba en México como
parte de la delegación argentina asistente a la III CELAM.
[23] LA DFS ya no registra si en las reuniones en Puebla se expusieron o no,
las aportaciones del CHE.
[24] En el expediente de la Universidad Católica generado por la
Dirección de Inteligencia de la Provincia de Buenos Aires, quedó asentado que
durante una asamblea estudiantil en las instalaciones de la universidad,
moseñor Derisi declaró su desaprobación las actividades estudiantiles, reiteró
la prohibición existente en las universidades para realizar actos políticos y
negó que esos jóvenes representaran a las mayorías estudiantiles.
[25] En los años del Concilio Vaticano II ejerció una
intensa actividad periodística como jefe de la sección de la Oficina de Prensa
del concilio, por lo que prácticamente asistió a todas sus sesiones. Numerosos
lectores pudieron seguir aquel acontecimiento por sus crónicas y artículos de
opinión. En 1968 el papa Pablo VI lo nombró director de la edición en español
de L´Osservatore Romano. Para el año
de 1979, además de asistir a la fundación del CHE, se convirtió en una figura
cercana a Juan Pablo II.
[26] Eduardo Arvizu,
“Ajenos a la CELAM los aspectos políticos y Económicos. Derisi”, El Universal, 22/01/1979, p. 10.
[27] Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a los
Universitarios católicos de México, 31 de enero de 1979, en:http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/speeches/1979/january/documents/hf_jp-ii_spe_19790131_messico-guadalupe-univ-catt.html; [Consultado:
1/11/2018].
[28] Directivo op. cit.
[29] Íbidem.
[30] Un relato
pormenorizado en la celebración en el estadio en Miranda Lira op cit.
[31] “Videla recibió
al enviado del Papa” en: Los Principios,
7/10/1980, p. 4.
[32] Abogado católico,
defensor e impulsor de la enseñanza privada, en especial del nivel
universitario. Fue profesor titular de la Facultad de Derecho de la UCA y de la
Universidad el Salvador. No logró que se volviera a enseñar educación cristiana
en las escuelas públicas. En 1978 fue nombrado ministro de Cultura y Educación.
En el ámbito internacional, ocupó el puesto de presidente de la comisión
Ejecutiva Permanente para la Educación, la Ciencia y la Cultura, de pendiente
de la OEA.
[33] El ministro
defendió la materia bajo el argumento de la necesidad de reforzar los
contenidos morales de la educación nacional (Cersósimo, 2014).
[34] La Universidad de
Salta recomendó incluso otorgar asueto docente y administrativo conforme a las
normas. Resolución del Rectorado de Salta No 508-80
[35] “Adhesión al
Congreso Mariano”, La Voz del Interior, 7/10/1980,
p. 9.
[36] “El obispo de
Rafaela dijo que los jóvenes necesitan de testimonios auténticos”, La Voz del interior, 9/10/1980, p. 9.
[37] “Quizás hay
temores en la juventud, o falta de causes para que pueda participar”, La Voz del interior¸17/10/1980, p.
7.
[38] Decreto No. 1830/80 P.E.N.
[39] Un año antes, se realizó en II Congreso
Mundial de Filosofía Cristiana, también en Embalse del Río Tercero. A este
congreso también asistió monseñor Octavio Derisi. Este acontecimiento muestra
ya se había echado a andar una estructura logística y también fue declarado de
interés nacional por el presidente de facto Videla. Entre los asistentes, hubo
delegaciones de España, Francia, Italia, Brasil, México, Estados Unidos, Chile,
Portugal, Polonia, Venezuela. La organización corrió a cargo de la Asociación
Católica Interamericana de Filosofía y la Sociedad Internacional Tomista.
[40] La Coordinadora
articuló organizaciones universitarias católicas de provincias como: Buenos
Aires, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Corrientes y Salta. Laura Rodríguez, “La
‘subversión científica” op. cit.
[41] Licenciado en
Derecho por la Universidad Católica de Rosario, obtuvo su doctorado en la UCA.
universidad de la que más tarde sería docente e investigador, al igual que en
la UBA. Perteneció al Movimiento
Unificado Nacionalista Argentino. En la década de los ochenta fundó el
Instituto de Estudios filosóficos Santo Tomás de Aquino en Mar del Plata (Orbe,
2016).
[42] Defensor del
hispanismo y profesor de filosofía del derecho en la UCA
[43] Entre las
universidades que hicieron llegar su auspicio y adhesión, destacan los
siguientes centros universitarios: Nacional de Buenos Aires, Universidad
Católica de Argentina, Universidad Católica de Salta; Universidad Nacional de
Rosario; Universidad Nacional de San Luis; Universidad Nacional del Litoral;
Universidad Nacional de Tucumán, Universidad Nacional de la Plata; Universidad
Nacional de Jujuy, Universidad Nacional de
Salta, Universidad Nacional de Catamarca, Universidad Nacional de Cuyo,
Universidad Católica de Santiago del Estero; Museo Social Argentino; Argentina
John F. Kennedy; “Reunión Internacional de Universitarios Católicos”, Los Principios, 23 /10/1980, p.6;
“Programaron el II Congreso Internacional de Estudiantes Universitarios
Católicos”, La Voz del interior, 21/10/1980,
p. 9.
[44] En el documento
denunciaron la “infiltración marxista” en las universidades e instituciones
como UNESCO, CLACSO y FLACSO. Consideraban que uno de los principales problemas
en las instituciones educativas era que “caminaban apartados del Orden Natural
y Cristiano”. Mientras que FLACSO y CLACSO expandían “el cáncer revolucionario
por América Latina. Denunciaron por “marxistas” a intelectuales como Gino Germani,
Francisco Urondo, Rodolfo Puiggrós, Enrique Flores Cano, Elizabeth Jelin. Las
conclusiones del II Congreso organizado por el CHE fueron tomadas del artículo
de Laura Rodríguez “La subversión” op. cit.
[45] La nota de prensa
aclara que “IPSA es una organización de laicos inspirada en la doctrina social
de la Iglesia católica, opuesta a las diversas formas de totalitarismo moderno
y de la subversión anticristiana y tiene como fin iluminar con sana doctrina la
acción concreta” En “Congreso internacional sobre la Hispanidad”, Los Principios, 11/10/1980, p. 6. Entre
sus fundadores se encuentran figuras como Carlos Sacheri, Antonio Caponnetto y
Roberto Pincemin. El grupo de católicos integristas Ciudad Católica, se encargaba de los congresos de IPSA. El congreso
de la Hispanidad se considera el VII organizado por IPSA, Laura Rodríguez, “La
suvbersión” op. cit.
[46] Sus actividades
fueron consideradas de interés nacional por el decreto N° 1764/79. Realizó
reuniones y congresos periódicamente desde el año 1969, en los que brindaba
asesoramiento a universidades públicas y privadas (El documento de la
Universidad no aclara qué tipo de asesoramiento) Resolución del rectorado de la
Universidad de Salta N° 509-80. Hasta el
momento, no se han localizado mayores referencias de dicha organización.
[47] Decreto P.E.N. No. 1586/80
[48] “Congreso
internacional sobre la Hispanidad”, Los
Principios, 11/10/1980, p. 6.
[49] Ibidem.
[50] Discípulo del
sacerdote Osvaldo Lira. Licenciado y
profesor en filosofía por la Universidad Católica de Valparaíso, de la que
después sería titular de cátedra Metafísica
y Filosofía Política, de la misma universidad. Obtuvo el Doctorado en la
Universidad Complutense de Madrid con la tesis, La Quarta Via de Santo Tomás, en 1968, bajo la dirección de Antonio
Millán Puelles. Considerado uno de los referentes del tradicionalismo católico
en Chile“. Es fundador de la revista Tizona,
en: http://www.larramendi.es/i18n/consulta_aut/registro.do?id=3572
[51] Formó parte de
las redes internacionales establecidas por el grupo Ciudad Católica. Laura Rodriguez “La subversión” op. cit.
[52] Colaborador en la
revista Verbo. (Rodríguez y
Barbarito, 2011). Católico
tomista de origen estadounidense, radicó en España en donde estableció contacto
con sectores carlistas y tradicionalistas, a su regreso a Estados Unidos, fue
profesor de la Universidad Católica de Dallas hasta su muerte, ocurrida
en el 1996, Miguel Ayuso, “In memoriam. Frederick Wilhelm”. Verbo, No. 345-346.
[53] Abogado de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires
(UBA), Doctor en Filosofía por la universidad de Barcelona. Ha sido secretario general de la Universidad,
Decano Interino y rector de la Universidad Católica de la Plata.
[54] Arquitecto
católico y militante del Partido Acción Nacional, es considerado parte del
grupo de jóvenes fundadores de la estructura del Yunque y dirigente nacional
del MURO. A partir de 1969 es ubicado participando en congresos sobre educación
y juventud. En 1975, el Yunque intervino en las elecciones de la Unión Nacional
de Padres de Familia, colocándolo como vicepresidente. Edgar González, Muro, memorias y testimonios, 1961-2002,
Puebla, Gobierno del Estado de Puebla/Benemérita Universidad Autónoma de
Puebla, 2003, p. 400; Mario Santiago, Anticomunismo católico. op. cit; El
periodista Álvaro Delgado recoge el testimonio identificado como Luciano Ruiz
Chávez quien afirmo que el militante que viajaba a España y estableció contacto
con Ciudad Católica fue, Federico Muggenburg. Álvaro Delgado, El ejército de Dios. Nuevas revelaciones
sobre la extrema derecha en México, Plaza Janés, Ciudad de México, 2004.
[55] Fue alumno
de la Facultad de Medicina de la UNAM y militante del MURO. En 1967 los jóvenes
muristas emprendieron una campaña de desprestigio contra autoridades y
profesores de la universidad y se declararon en “lucha contra el comunismo”. En
ese contexto, Pereda Crespo robó los expedientes psicológicos de los consejeros
universitarios acusados de “rojos”, no obstante, fue descubierto, detenido,
expulsado de la universidad y a pesar de la gran movilización de sus compañeros
de militancia, estuvo preso durante un año. El 25 de enero 1971, fundó en el
Estado de México, la Sociedad Cruzados de Cristo Rey, un tiempo después, se
convirtieron en consejeros espirituales del ejército mexicano. (González 2003:
374; Santiago 2016: 85, 111-112).
[56] Teólogo francés
fundador de la organización Cité
Catolique en 1946, su medio de difusión y formación doctrinal fue la
revista Verbe. Postuló la necesidad
de crear una élite católica que pudiera modificar a la sociedad.
[57] Escritor
nacionalista, egresado como abogado de la Universidad Nacional de La Plata en
1960. Se desempeñó como docente en la Universidad Nacional de Cuyo. (Orbe 2016)
[58] Resolución del
Rectorado de la Universidad de Salta No. 508-80.