Crónicas para exaltar a la Patria.
Noticias sobre las principales batallas de la “Guerra Guazú” en “El Semanario
de Avisos y Conocimientos Útiles” (1865-1868)[1]
Chronicle to the exalt the Fatherland.
News about the main batles of the “Guerra Guazú” in the “El Semanario de Avisos
y Conocimientos Útiles” (1866-1868)
Universidad Nacional de Asunción (Paraguay)
caballerocamposherib@gmail.com
Resumen
En este texto se pretende describir y analizar las noticias sobre las
batallas más relevantes entre los años 1866-1868 en la prensa oficial del
Paraguay, cuyo principal exponente fue el periódico El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles (1853-1868). Desde
que comenzó el conflicto El Semanario
fue el medio utilizado por el gobierno para difundir las principales noticias y
hacer llegar a la población en general su posición y su visión sobre el
desarrollo del conflicto. Su publicación abarca los primeros cuatro años del
conflicto y constituye una fuente relevante para comprender el uso
propagandístico de la prensa en una guerra del siglo XIX. Para el análisis se
han seleccionado algunas de las principales batallas, tanto que resultaron en
victoria como en derrotas para el ejército paraguayo, de ese modo se pudo
comprobar que el mensaje que se hacía llegar a la población era verosímil mas
no certero y veraz.
Palabras Clave
Prensa; Propaganda Oficial; Guerra;
Paraguay
Abstract
This text tries to describe and analyze the news about the more
important battles, between 1886 and 1868, presented by the official press of
Paraguay, whose main expression was the newspaper “El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles (1853-1868). Since the beginning of the war El Semanario
was the mean used by the government to spread the news and its position and
viewpoint on the development of the conflict to the population.
The newspaper covers the first four years of the conflict and is a
relevant source for understanding the press for propaganda purposes in a 19th
century war. Some or A few main battles, both resulting in victory and defeats
for the Paraguayan army, have been selected for this analysis. By doing so, it was possible to verify that the news sent to the population was a
plausible message but not accurate and true.
Keywords
Press; Government Propaganda; War;
Paraguay
Introducción
La Guerra contra la
Triple Alianza (1864-1870), en la que Paraguay se enfrentó al Brasil, Argentina
y Uruguay fue el conflicto bélico de mayor envergadura del siglo XIX disputado
en la América del Sur, y que estalló en 1864 como consecuencia de la invasión
de Brasil al Uruguay, hecho que había sido considerado por Paraguay como un casus belli. Dicho conflicto tuvo
consecuencias profundas para el Paraguay tanto en lo social como en lo
económico al igual que en lo político. Dicho conflicto ha sido estudiado desde
diversas aristas y en los últimos años ha llamado la atención de investigadores
de varias partes del mundo, aportando nuevas miradas y temáticas, que van
enriqueciendo una comprensión más amplia de un conflicto que tuvo efectos
duraderos en todos los países intervinientes, pero aún más en el Paraguay.
Una de las
perspectivas desde la cuál ha sido estudiada esta guerra, conocida como Guerra
Guasu –Guerra Grande en guaraní– ha sido el aspecto de la prensa, pues el combate
entre los contendientes no sólo se había disputado en el campo de batalla sino
que también se había realizado en los periódicos. Son diversas las
investigaciones realizadas que abordan el conflicto desde dicha temática[2]. El estudio de la
prensa no lleva a comprender que la misma se constituía en el siglo XIX en “…el vehículo de proyectos el instrumento de
debate, el propulsor de valores, uno de los principales medios de hacer
política” (Alonso, 2003,10).
Este trabajo forma
parte de un proyecto de más largo aliento en el que se ha estudiado desde diversas facetas a El Semanario de
Conocimientos y Avisos Útiles, en este
caso la investigación se centra en el
análisis de la forma en que los
redactores trataban la información el vocero del gobierno paraguayo, El Semanario de Avisos y Conocimientos
Útiles, único periódico que circulaba entre la población civil y que
era prácticamente la vía casi exclusiva
de comunicación entre el gobierno y las autoridades de las poblaciones del
interior y a través de ellas con la ciudadanía.
El Vocero
oficial
La prensa en
el Paraguay surgió ya en forma tardía –si tenemos en
cuenta el resto de las naciones del Río de la Plata–, el primer periódico publicado en el país, fue El Paraguayo Independiente, que fue vocero del gobierno y difusor
de la causa paraguaya en la disputa por el Reconocimiento de la independencia
paraguaya por parte de la Confederación Argentina, el mismo dejó de circular
dos meses luego de que se logró el objetivo, cuando el gobierno del general
Justo José de Urquiza reconoció al Paraguay como una nación independiente, en
1852 (Centurión, 1947, 291).
Tras el
reconocimiento de la independencia, comenzó a aumentar el número de
embarcaciones que comenzaron a cubrir la carrera del Paraguay, así como las
oportunidades de negocios comenzaron a expandirse, por tal motivo luego de casi
ocho meses de silencio periodístico, comenzó a circular desde el 21 de mayo de
1853, un nuevo órgano de prensa El
Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles.
Al explicar
su aparición y su objetivo se declaraba que:
“Poco mas de un año hace, que el
comercio Esterior de la República se vé libre de los embarazos y travas que lo
interrumpian, y lo hacian incierto y poco seguro. Desde entonces nuestro
mercado seha visto abundantemente provisto de todos los artículos de
importacion, y consumo, y los frutos y productos de la tierra han encontrado, y
consumidores, mas numerosos, cuya concurrencia es ventajosa...”[3].
Afirmaba así
mismo que además de dar información sobre los negocios, costos e impuestos y
movimiento del transporte fluvial, también querría evitar la “aridez” por lo
que sugería que pretendería excitar “la curiosidad”, de forma tal de proveer
asuntos de conversación hasta a los “hombres mas escasos de conocimientos é
instruccion”[4], tratando
en lo posible para lograr dicho objetivo utilizar “un estilo claro, sencillo y
sobre todo, tan útil como pueda ser”[5].
Ante la nueva
situación, el gobierno precisa de un vocero que no sólo estaba dirigido al
público local sino también a los extranjeros que comenzaban a arribar al
Paraguay luego de poco más de treinta años de haber cesado prácticamente casi
en tu totalidad el comercio debido a la política del gobierno paraguayo junto
con la hostilidad de Buenos Aires, al no querer reconocer que dicha nación no
era la “provincia rebelde” que ellos sostenían que era. Para Carlos R.
Centurión, El Semanario tenía como
principal objetivo “explicar la orientación política del gobierno de Carlos
Antonio López” (Centurión, 1947, 291), y para Juan Francisco Pérez Acosta no
cabía la menor duda de que dicho periódico era “un órgano político” (2011,247).
Su primer
redactor fue Juan Andrés Gelly, un importante colaborador del gobierno de
Carlos Antonio López, quien tras su enfermedad fue reemplazado por Ildefonso
Bermejo, un docente español contratado por el gobierno, quien regresó a su país
a comienzos de 1863. Según Juan Crisóstomo Centurión le sustituyó Natalicio
Talavera, otros redactores fueron Luis Caminos, Andrés Maciel, Gaspar López,
Carlos Riveros y Julián Aquino (Pérez Acosta, 2011, 478), Por su parte
Centurión afirma que cuando inició el conflicto y Talavera fue como
corresponsal de Guerra, le sustituyó al frente del periódico Gumercindo
Benítez, quien había sido escribiente del presidente Carlos A. López
(Centurión, 1987, 101) y que había dirigido hasta el número 750, pues luego
cayó en desgracia por la
investigación de la conspiración en contra de Solano López, no pudiéndose
precisar quien dirigió los últimos números de El Semanario (Caballero,
2018, 93). Los artículos publicados “raramente identificaban al autor por su
nombre, pero no es difícil entender a estos escritores como grupo. Como ocurría
con muchos de sus contrapartes brasileños y argentinos, medían el mundo como lo
hace un ingeniero, en líneas derechas, vivos colores, colosales potencialidades
en mármol y acero [...] se consideraban hombres progresistas tratando de
despojar a los paraguayos de sus orígenes primitivos” (Whigham, 2010,351-352).
El rol del periódico fue indudablemente
“clave enlazando las comunicaciones más relevantes entre las distintas
clases sociales al transmitirles los últimos avances que puedan garantizar la
modernización del Paraguay” (Gómez, 2018, 59).
El periódico
era publicado semanalmente, y su último número según Centurión fue en 1868 con el número 753 (Centurión, 1947,
292). Los artículos publicados en el periódico demostraban una “sorprendente
sofisticación de análisis” sobre diversos temas desde doctrina política hasta
la política exterior, de formas de cultivo hasta medicina entre otras materias,
logrando una “madurez periodística comparable con la de los periódicos de
Buenos Aires y Rio de Janeiro” (Whigham, 2010, 351).
La guerra fue
un momento en el cual se fueron
también disputando la justicia de la causa que se defendía, ante
el ataque por parte del periódico bonaerense La Nación Argentina, que el Paraguay era un país bárbaro “…la
prensa paraguaya reposicionó a los sujetos, invirtiendo su relación con la
fórmula en litis: así se comenzó a diseñar una nueva identidad nacional basada
en esa dicotomía, pero ofreciendo una interpretación en la que Paraguay
representaba a la civilización atacada y en peligro de desaparecer en manos de
la expansión de sus bárbaros vecinos” (Johansson, 2016,283). En el caso del Brasil las principales
publicaciones brasileñas apoyaron la acción de su gobierno (Arias & García,
2016, 258).
Las
Principales Batallas
Para analizar la crónica desarrollada por El Semanario se han seleccionado unos
acontecimientos que permitirán hacer una contrastación de sus discursos en
situaciones diametralmente opuestas. La
selección realizada incluye dos batallas relevantes en los dos primeros años
–una derrota y una victoria en cada año– y en el año 1867 que fue un año en el
que prácticamente la mayor parte del tiempo no hubo combates importantes, se
pretende observar como el periódico realizó la recordación de dos batallas, al
igual que en los años anteriores una en la que las armas paraguayas resultaron
victoriosas y otra en la que el resultado del combate fue adverso.
Cuadro Nro. 1
Batallas a ser analizadas
Año |
Batalla |
Fecha |
1865 |
Riachuelo |
11 de junio |
Mbutuy |
26 de junio |
|
1866 |
Tuyutí |
24 de mayo |
Curupayty |
22 de septiembre |
|
1867 |
Aniversario de
Tuyutí |
24 de mayo |
Aniversario de
Curupayty |
22 de septiembre |
Con respecto a la batalla Naval de Riachuelo
en el número inmediatamente publicado luego de que la misma acaeció se
incluyeron en el número 582, dos artículos, el primero titulado “Apreciaciones”
y el segundo “Sucesos del 11 y 13”[6].
El primero de ellos es un artículo más de
opinión que parte del principio que “Nacionales y extranjeros, en la República
y en el exterior, confiesan el valor y heroísmo del soldado paraguayo”. En ese
sentido señalaba en varias ocasiones que “son soldados patriotas”. Según el
redactor quedaba claro en esos militares que formaban parte del ejército
paraguayo que ellos daban en el momento exigido “…testimonio de amor patrio, de
heroísmo y decisión en justa defensa de nuestra paz de medio siglo que de una
manera audaz pretenden arrancarnos los envidiosos de nuestra prosperidad”.
Sostenía que la guerra era provocada por las pretensiones expansionistas del
gabinete brasileño y sus “pérfidos” aliados los generales Bartolomé Mitre y
Venancio Flores. Frente a los elementos superiores o el mayor número de los
efectivos de los ejércitos aliados, afirmaba la crónica que “contamos á nuestro
favor fuertes y poderosos elementos: tales son el verdadero amor á la Patria,
la unión compacta y sólida de los ciudadanos, cuyas ideas y pensamientos
campean por la salvación de los derechos de la Nación, amenazados: la decisión
sin par, el valor, entusiasmo y abnegación de los ejércitos de la República”[7].
En la crónica más de carácter periodístico
titulada Sucesos del 11 y el 13 se
hacía una descripción de lo acontecido “Algunas leguas debajo de la ciudad de
Corrientes”. La narración da cuenta de los acontecimientos y cuando refiere al
saldo, habla de los cuatro vapores perdidos por la flotilla paraguaya, pero a
pesar de ello perfila como una victoria lo acontecido en Riachuelo cuando
afirma “El enemigo ha tenido pérdidas muy considerables, en su personal,
particularmente el vapor que habiendo sido abordado, puedo después rescatar”,
así mismo informaba que “no se puede saber todavía la perdida personal que
hemos tenido”. Concluía la noticia afirmando que “El día 11 de junio será
muy señalado entre los gloriosos de la Patria”[8].
En una carta publicada en ese mismo número
del corresponsal de El Semanario se
hace una relación también de lo acontecido en la batalla naval de Riachuelo
afirmando que “a pesar de la inferioridad grandísima de nuestra escuadrilla
que V. Conoce con la que tenia el enemigo compuesta de diez buques todos de
algos bordos con una artillería compuesta de mas de cien cañones de grueso
calibre y de invención moderna, hemos conseguido infundir el terror entre los
enemigos, castigando severamente á los esclavos de D. Pedro”[9]. En el número 583 al referirse al Boletín de
Campaña que incorpora el reporte del combate de Riachuelo el Semanario comenta “…es
un hecho que honra altamente el honor y la dignidad de la Patria, y aunque,
como era de esperar, su resultado no ha sido en el momento decisivo, establece
desde ya, nuestro nombre y nuestra reputación marítima, y militar en todo
sentido”[10].
Así
mismo se incluía un artículo titulado A
los héroes de la Patria Fallecidos en los combates de Mayo y Junio, en el
que se exaltaba el valor y el heroísmo de los que luchan por la "causa
santa”, afirmaba que “Os habéis inmolado en aras de la Patria, habéis
llenado el modo mas heróico el supremo deber del ciudadano”, sosteniendo que
sus nombres serían grabados “en letras de oro”[11].
En el número 585 en un suelto titulado Rasgos Patrióticos se afirmaba que “Hartas
pruebas de patriotismo tienen dadas los paraguayos en general en la cruzada de
la paz y justicia que emprende la República contra el Imperio del Brasil y sus
aliados, pero nadie queda aun satisfecho. El corazón paraguayo es inagotable
del amor á la Patria. Así como en la época de paz la cosa pública es el
talismán, ó el ideal del paraguayo, así también hoy la causa nacional que
sostiene la República por las armas, es el objeto primordial, es el punto de
mira de la gran familiar del pueblo paraguayo”[12]. Daba cuenta de actos realizados en
Paraguarí, en Tacuatí y en Areguá donde los hombres se presentaron
espontáneamente para marchar hacia el sur con el ejército expedicionario.
Ahora bien pese a la forma en que fue
presentada al público la batalla de Riachuelo, la misma tenía por objetivo
destruir a la flota brasileña, el ataque debía suceder al amanecer pero debido
a un desperfecto de una de las naves, el capitán Ignacio Meza espero la reparación
de la misma que demoró casi cuatro horas, por lo que el ataque no fue
sorpresivo y las consecuencias fueron graves las fuerzas paraguayas “…tuvieron
cerca de mil heridos en combate y alrededor de doscientos muertos, incluidos
dos capitanes […] cuatro vapores: el Jejui, El Salto Oriental, el Marqués de
Olinda y el Paraguarí, casi doce mil toneladas en total. Todos los barcos que
tomaron parte sufrieron serios daños y tuvieron que retornar a Asunción para
reparaciones” (Whigham, 2010, 350-351).
El historiador militar paraguayo, Teodoro
Delgado afirma que como consecuencia de dicha batalla se tuvo “…la casi
total destrucción de la Flota Mercante del Estado, sino también perdió el mejor
medio de transporte de personal y abastecimientos, y peor todavía, la derrota
aseguró a la escuadra brasilera el control absoluto de los ríos Paraná y
Uruguay” (Delgado, 2012, 83).
En cuanto a la Batalla de Mbutuy acaecida el
26 de junio de 1865, se tuvo noticia de dicha victoria el 15 de julio de 1865
cuando en la edición de ese día se publicó la carta del comandante Antonio
Estigarribia fechada el 28 de junio del mismo año en San Donato. En esa carta
explicaba la tarea que tenía una pequeña avanzada de 410 hombres bajo el mando
del capitán José López y el teniente 1° Amancio Barreto. El informe del
comandante Estigarribia es pormenorizado de lo acontecido por dicho grupo y
como durante 5 horas combatieron contra el enemigo provocándole muchas bajas,
que en palabras del comandante “han combatido con denuedo y bizarría con el
enemigo, superior en número y armas, y han triunfado de ellos, trayendo con el
lustre y honor las armas que se les han confiado, y la bandera nacional que han
hecho tremolar en frente de los cobardes enemigos entre repetidas vivas á la
digna y benemérita persona á V.E. y á nuestra amada patria y mueras al pérfido
monarca imperial, sus servidores cobardes y todos sus secuaces…”[13].
En un recuento del avance de la guerra el
redactor de El Semanario se dirige a
al “heroico pueblo paraguayo, que habéis mostrado ya vuestra loable
subordinación, adhesión al Gefe Supremo, entusiasmo por la justa causa que
sosteneis, y el valor y bravura con que combatis al enemigo aliado, dándoles
severos escarmientos en cuantos lugares han presentado sus pechos aun con
formidables ventajas”, en ese sentido el suelo periódistico culmina equiparando
cada uno de los enfrentamientos acaecidos hasta entonces sin discriminar los
resultados de las mismas pues afirma que “una memoria indeleble se trasmitirá a
vuestra posteridad de las proesas que como soldados paraguayos habéis
acreditado en los memorables días de 25 de Mayo, 11, 13 y 26 de junio en las
provincias de Corrientes y Rio Grande, jornadas brillantes que eternizarán
vuestro valor, decisión y disciplina militar”[14].
En cuanto a las batallas de 1866, podemos
señalar que sobre la librada en Tuyutí el 24 de mayo, en el número publicado el
26 de mayo, se publicó la nota titulada La
Victoria del 24 de Mayo. La nota comenzaba afirmando “La espléndida
victoria alcanzada por el Ejército Nacional sobre el enemigo el 24 del
corriente mes, sobre el «Estero Bellaco», es el tributo que la iniquidad y el
crimen rinden en aras de la justicia y el derecho. Es el premio que la mano de
Dios acuerda á las armas de la libertad.- Es el fruto de las virtudes cívicas
que adorna al Pueblo Paraguayo. Es el reflejo de la sabiduría de la preclara
inteligencia y del gran tacto guerrero de ese génio tutelar de la República el
invicto Mariscal Lopez.- Es el triunfo del valor, del denuedo y de la
disciplina militar que distinguen al soldado paraguayo sobre la muchedumbre
corrompida e impotente que representa el enemigo. Es el consecuente resultado
de la unión solida y compacta que existe en toda la Nacion paraguaya entre el
Supremo Gefe del Estado hasta el último ciudadano, vinculada en el sentimiento
sublime y santo, y en la firme e inquebrantable resolución de ¡Salvar la
Patria, ó Morir por ella”[15].
Consideraba en reiteradas pasajes del texto
que la victoria ofrece “…glorias inmortales á la Nación paraguaya” así mismo
afirmaba que el ejército bajo el liderazgo de López “han escarmentado al osado
y bárbaro enemigo, y han aumentado los preciosos laureles de nuestro escudo
nacional”[16].
Otros artículos que formaron parte del
número, uno titulado Gran Triunfo y
otro Gran Batalla Campal sobre el Estero
Bellaco[17].
El día 24 de mayo el plan trazado por el
Mariscal Francisco Solano López consistía en un ataque frontal y dos
desbordamientos tanto por la izquierda como por la derecha al campamento del
grueso de las tropas aliadas en Tuyutí. El ataque frontal estaría a cargo del
entonces coronel José E. Díaz, con 7 batallones y el coronel Hilario Marcó con
unos 4.200 hombres, en total según Delgado unos 9.230 hombres. Por la izquierda
el ataque estuvo a cargo del general Francisco I. Resquín y por la derecha una
columna mandada por el general Vicente Barrios debía atravesar el bosque de
Sauce y salir en Potrero Piris en el flanco izquierdo de los aliados con cerca
de 8.700 hombres. Una vez allí Barrios debía lanzar un cohete como señal para
iniciar el ataque. Además del apoyo de la artillería, en total poco más de
24.000 soldados paraguayos contra 40.000 soldados aliados.
El ataque debía comenzar al amanecer pero
acaeció cinco horas tarde “El enemigo sabía perfectamente dónde estaban los
paraguayos y sus intenciones. No obstante, el general Vicente Barrios dio la
señal convenida para empezar el ataque cinco horas tarde, y en el momento en
que la fuerza aliada ya se encontraba sobre las armas” (Delgado, 2012,152).
Whigham escribe que “a excepción del
mariscal, todos coincidían en que aquel había sido un día terrible para el
ejército paraguayo. Habían perdido 4 piezas de artillería, 500 mosquetes, 700
espadas y sables, 200 machetes, 400 lanzas, 50.000 balas, 12 tambores, 15
cornetas y ocho banderas de batalla y banderolas de regimientos. Los informes
iniciales fijaron el número de paraguayos muertos en 4.200 pero al final cerca
de 6000 fueron encontrados entre los arbustos y esteros. Otros 350, todos ellos
heridos fueron tomados prisioneros por los aliados. El número de soldados
paraguayos que llegó al hospital de Humaitá y otros puntos más al norte se
acercó a 7.000. Aquellos con heridas menor no recibieron permiso de unírseles y
tuvieron que reasumir inmediatamente sus posiciones de las trincheras a lo
largo del brazo norte del Bellaco. La escasez de medicinas y las condiciones
insalubres y desordenadas del lugar hicieron inevitable que muchos de ellos
sucumbieran luego de septicemia” (Whigham, 2010,106).
Centurión anoto en sus memorias “Nuestras
pérdidas fueron enormes, como era consiguiente: 5 mil cadáveres más bien más
que menos, quedaron alrededor del campamento enemigo, y los hospitales de
Humaitá recibieron más o menos 7.000 heridos, que fueron trasladados en su
mayor parte a Asunción, dos o tres días después” (Centurión, 1987,102).
En septiembre de 1866, las fuerzas aliadas
estaban preparando un gran ataque sobre las posiciones paraguayas. La posición
escogida para el ataque fue la fortificada Curupayty. Dicha batalla se libró el
22 de septiembre, y sobre la misma se relató en El Semanario en una nota en primera planta titulada La Victoria de Curupaiti para poner en
contexto comenzaba la crónica exponiendo que “Nadie puede poner en duda que
el ataque traído por las fuerzas aliadas sobre Curupaití es el mas formal que
hasta se han atrevido á ejecutar”[18].
El artículo periodístico continuaba afirmando
“Es el colmo de la ceguedad. Pero el escarmiento que acaban de llevar una
vez mas, es horrible, y en estos momentos maldicen la hora en que fue concebido
aquel indigno pensamiento. Las hordas de la triple alianza inspiradas
poéticamente por el Generalísimo Mitre, han avanzando a paso de trote como para
tomar la posición de Curupaití, y han dejado comprender sus actos que
efectivamente eran alucinados por la esperanza de no encontrar resistencia ante
el empuje de sus ataques”[19].
La extensa crónica da glorias al mariscal
Francisco Solano López y concluía la misma afirmando que “Las armas
nacionales triunfantes levantan en alto el estandarte de la Patria que domina
la situación actual, y la confianza pública se pronuncia con los adalides de la
libertad é independencia Sud Americana. La Patria Canta ya sus glorias y el
Ejército Nacional va á presentarla en breve los grandes trofeos alcanzados en
el campo del honor”[20].
En el mismo número se publicaban otras notas
como “El Entusiasmo del pueblo y la situación del enemigo” al hacer
consideraciones sobre la justicia de la causa paraguaya es llamativo que la
nota discurre con el objetivo de demostrar que el éxito se logrará en la medida
que se mantenga la confianza y la lealtad al mariscal López. Lo interesante de
la nota es la visión histórica que plantea, en un primer momento reflexiona y
dice “llámese á la historia é interróguesele: cuál es la nación que sin
contar el número de sus enemigos haya sacrificado su paz y su sangre, por la
libertad de los pueblos estraños? Ella enmudecerá, y sonreirá al presentar á la
Nacion Paraguaya cual el primer ejemplo de tan alta virtud”[21].
En ese mismo sentido explicaba que “una de
las causas motrices del entusiasmo del Pueblo Paraguayo ha sido la conciencia
de sus elementos propios, dijimos, y en verdad; recórrase la historia de la
guerra en que se encuentra empeñada, y se encontrará que si ese entusiasmo lo
hubo al entrar en ella los muchos e importantes acontecimientos que la pueblan
y que con justicia han llenado de admiración al mundo lo han justificado y
dádole un poderoso impulso. Sobre esta parte vamos á hacer algunas referencias.
No irémos á la campaña del Norte, ni nos detendremos ante el examen de los
monumentos del Riachuelo, La Merced, Cuevas, Yatay, Mbutuy, Corrales, Banco de
Itapirú, Confluencia, Estero Bellaco, 2 y 24 de Mayo, Yatai Cora, Sauce y
Curupaiti y otros muchos que atestiguan la pujanza, y el heroismo del soldado
Paraguayo, que deslumbran á los primeros guerreros del mundo, y que están
grabados con el buril de la victoria. Bástenos los últimos sucesos, pero para
llegar á ellos téngase presente el tiempo que lleva andado la guerra, las
circunstancias ventajosísimas en que ha luchado el enemigo y los medios de que
se ha valido”[22].
En el número 650 en la Revista del Mes, se
describe la victoria de Curupayty con las siguientes palabras: “Para las
cuatro de la tarde las fuerzas enemigas fueron rechazas en toda la línea,
pereciendo casi totalmente sobre 60 batallones argentinos y brasileros que
trajeron el ataque. El campo de batalla quedó sembrado de muertos y heridos,
computándose el número de los primeros en seis á ocho mil hombres, entre ellos
como 800 entre Gefes y oficiales. Por nuestra parte solo hemos tenido un Gefe
muerto el Mayor Avertano Zayas, y en la clase de tropa y oficiales no alcanza á
cincuenta muertos, siendo esto una cosa casi increible, pero que es la verdad.
Quienes conozcan la posición, y los valientes que la ocupaban no hesitán un
momento sobre el particular”[23].
La idea de los jefes brasileños era la de
atacar las posiciones paraguayas en Curupayty, que fuera fortificada con
trincheras en los días previos. Por su parte el general Bartolomé Mitre,
comandante de las fuerzas aliadas creía que había que flanquear las posiciones
paraguayas por el Estero Bellaco. El 22 de septiembre de 1866 la flota
brasileña empezó el bombardeo de las posiciones paraguayas desde las 7:00 de la
mañana por casi cuatro horas. “Una enorme nube de humo dominaba la escena y
los cañoneros brasileños suponían que estaban causando una extensa devastación
detrás de ella” (Whigham, 2010,196).
Al mediodía se lanzaron al ataque las
columnas aliadas, que vestían traje de parada, en total 20.000 hombres contra
los casi 5.000 paraguayos atrincherados en Curupayty. “Las tropas aliadas
avanzan lentamente bajo intenso fuego de artillería que hacía estragos atroces
entre sus formaciones. No obstante, impertérrito y con admirable valor embisten
la primera línea de trincheras y la supera, pero con onerosas bajas. Cantando
ya victoria prosiguen sin arredrarse, pero se topan contra otra fortificación
protegida por enmarañados troncos y ramas espinosas de árboles abatidos y
colocados delante de altos parapetos” (Delgado, 2012, 182).
La batalla dejó un saldo según Whigham de
2.082 argentinos y 2011 brasileños, en cuanto a las tropas paraguayas nos
superaron los 250 muertos. Al respecto de esta batalla Juan Crisóstomo
Centurión escribió “Curupayty por más de una circunstancia, es la batalla
más trascendental que ha tenido lugar en la pasada guerra. Es la victoria más
positiva, más ruidosa y gloriosa que han alcanzado las armas paraguayas…” (Centurión,
1987,211).
Luego de la victoria de Curupayty hubo por
diversas razones un cese al fuego no declarado del conflicto, cada uno de los
combatientes se mantuvo en sus respectivas líneas. Así que 1867 fue un año de
poca actividad guerrera, salvo encuentro de patrullas o algunos incidentes
trágicos como la herida al general José Eduvigis Díaz en febrero de dicho año,
provocándole la muerte.
El domingo 26 de mayo de 1867 la primera
noticia en la primera plana se titula “El 24 de mayo”. La crónica comienza con
una exaltante afirmación que en dicha gran batalla “las armas de la
República se han cubierto de honor y glorias, es un acontecimiento grandioso y
de inmensos resultados para el porvenir de la América Democrática”[24].
Las causas de dicha victoria según el
redactor del periódico fueron “...el esclarecido génio del magnánimo
guerrero americano, el ilustre Mariscal Lopez, y el incontrastable valor y
heroísmo de los defensores de la Patria, se han entronizados sobre el poder
representado por las fuerzas aliadas de un Imperio y dos Repúblicas
Sud-Americanas coligadas para conquistas y predominar Estados Soberanos de
nuestro continente”[25].
El cronista sostenía que “La Patria está
salvada: los furiosos elementos de nuestros agresores se han estrellado contra
el poder sólido é inquebrantable de la nación, que tiene la gloria de sostener
sin auxilio de nadie, con sus propios recursos, la causa americana en una lucha
heróica contra un Imperio y dos Repúblicas, y de haber aniquilado y postrado el
orgulloso poder de que venían revestidos, con aires de conquistadores”[26].
En el caso de la Conmemoración de la Batalla
de Curupayty no hemos podido acceder al número del primer aniversario, pero si
al del segundo, en 1868.
En el número 751 se publicó con el título 12 y 22 de septiembre, se hacía
consideraciones sobre la entrevista de Yatayty Cora y la victoria de Curupayty.
Afirmaba el articulista que ambas fechas “…se registran en las efemerides
patrias de la Republica, pero que pertenecen tanto á ella como á toda la
humanidad, porque tanto á ella como á la humanidad entera atañen los grandes y
gloriosos acontecimientos que ellas conmemoran, pues, tales con los principios
que guían á las armas de la República y los sostiene con todos sus esfuerzos y
la más digna abnegación…”. Se sostenía que “Responda el bárbaro enemigo
de los doce mil cadáveres que ha hecho del mismo setiembre en Curupayty.
Responda de esos muchos millares mas de cadáveres que ha hecho posteriormente
en los campos de batalla, y en las ciudades, los pueblos y las aldeas”.
Concluía la publicación dando vivas a López como a los vencedores de Curupayty[27].
El rol del
Semanario en la exaltación patriótica
Los gobiernos del siglo XIX tenían claro el
rol que cumplía la cada vez más necesaria prensa diaria. En ese sentido el
gobierno paraguayo desde Carlos Antonio López, quien ocupaba parte de sus
actividades gubernamentales con la redacción y selección de materiales para El Paraguayo Independiente, y que
mantenía hasta su muerte una supervisión cercana sobre El Semanario.
Lucrecia Johansson afirma que “…los
periódicos que se publicaron en Paraguay durante el transcurso del conflicto
fueron órganos de propaganda del gobierno, razón por la cual predominó en sus
artículos el estilo apologético y el estilo combativo” (2012,105).
En plena guerra, fueron varios los miembros
del Gabinete los que mantenían una activa participación en la supervisión de
los materiales que debían ser publicados. En ese sentido quedaba bastante claro
a los redactores de El Semanario cual
era su rol en ese sentido y mucho más en el contexto del conflicto. En uno de
los números de mediados del años 1867 se podía leer como entendían su función
los redactores de El Semanario,
cuando afirmaban que “ La prensa nacional cumple el mas grato de sus
deberes, tributando al magnánimo y generoso Mariscal Lopez, el sabio Magistrado
de la Nación, é invicto General en Jefe de sus Ejércitos, la mas respetuosas
felicitaciones por el próspero acontecimiento que en todos los ámbitos de la
República se conmemora con el mas puro entusiasmo, haciendo los más sinceros
votos por la salud y feliz conservación del Vencedor de los Ejércitos de la
Triple Alianza que tanta glorias ha hecho alcanzar á nuestra Patria Querida”…
Concluía la nota felicitando luego al grueso del ejército, a los jefes
oficiales previamente al “invicto Mariscal Lopez”[28].
Es así que podemos ver claramente que desde
un principio en el tratamiento de la información por parte de la prensa en este
conflicto, que la verdad es una de sus primeras víctimas. Un testigo y hombre
cercano al propio mariscal Solano López, también colaborador asiduo de las
columnas periodísticas de El Semanario, Juan Crisóstomo Centurión deja asentada
en sus memorias, cuál era el tratamiento de la información por parte del
entonces corresponsal del periódico, el célebre poeta Natalicio Talavera.
Centurión escribió en sus memorias: “¡El pobre Talavera, tan inteligente y
laborioso, hizo, como decirse suele, de tripas corazón, para disfrazar sus
verdaderos sentimientos en la correspondencia que dirigió al Semanario sobre la
batalla del 24 de mayo! “El enemigo”, dijo en uno de sus párrafos, “queda
completamente destrozado y con una debilidad, que no ha podido ocultar a
nuestros ojos. Un nuevo esfuerzo, uno solo, y no habrá ya invasores en nuestro
suelo!” (Centurión, 1987,106). Como se ha expuesto tanto en las crónicas
del 24 de mayo de 1866 como en el primer aniversario, el gobierno quería que la
población en general tuviese la percepción de que la batalla de Tuyutí, fue una
victoria aplastante. Incluso hasta hoy en día hay quienes afirman que fue una
victoria alcanzada con un alto precio, que a la larga no tuvo un efecto
favorable para el ejército paraguayo, pero ese no es un asunto del que nos
ocuparemos en este artículo. Lo que si nos interesa es ver que para la
ciudadanía en general a la que llegaron informaciones sobre la batalla mediante
El Semanario, indudablemente Tuyutí
fue una victoria indiscutible del ejército paraguayo. En ese mismo sentido un
año antes cuando la batalla naval de Riachuelo, tal vez con más inexperiencia y
aportando datos concretos sobre el número de navíos dañados y la cantidad de
bajas en el bando paraguayo, el cronista presentaba como una victoria obtenida
por la marina paraguaya lo acontecido el 11 de junio de 1865.
En cuanto a las victorias el discurso
periodístico estaba más próximo a la exaltación extrema, en donde debía
descuidarse en varios pasajes incluir consideraciones sobre el rol de López en
ese sentido, se agradecía su talento, sus planes y sus estrategias pese a que
el en ninguna de las batallas hasta entonces libradas estuvo al frente de las
tropas. Es así como llama la atención que la referencia al general José
Eduvigis Díaz es bastante mínima y casi referencial, para luego dar paso a las
consideraciones sobre las dotes de jefe brillante con que el corresponsal de El Semanario trata al jefe del ejército
paraguayo.
Ese discurso apologético sobre la figura del
líder, y la unidad del pueblo en torno a su figura hizo que se vaya presentando
a la población una visión casi mesiánica de su liderazgo, con motivo de su
cumpleaños número 40, se leía en el periódico un detallado reporte de los
festejos tanto en la Capital como en diversas poblaciones, concluyendo una de
esas crónicas afirmando “ Elevemos pues, al Altísimo nuestros votos, por que
se conserve por dilatados años la preciosa vida de ese eminente Ciudadano y
Gran Capitan del siglo y sea colmado de felicidades por prolongados años”[29], al reflexionar sobre Tuyutí, Natalicio Talavera había escrito “Es el
reflejo de la sabiduría de la preclara inteligencia y del gran tacto guerrero
de ese génio tutelar de la República el invicto Mariscal Lopez”[30]. No
es que solo sus funcionarios y el propio Talavera lo veían como un
líder protector, sino que hasta el final “…López intenta ligar el
destino nacional a su persona y hacer pasar sus muchos caprichos como reflejos
de la voluntad de sus ciudadanos” (Whigham, 2016, 49).
Otro ejemplo de la visión que se iba
construyendo de López desde la prensa ante la ciudadanía se constata en las
crónicas conmemorativas de El Semanario
con motivo del primer aniversario de la batalla de Tuyutí y el segundo
aniversario de la batalla de Curupayty, se puede apreciar que tenían una clara
percepción sobre la relevancia histórica de los hechos que estaban aconteciendo
en el conflicto y la grandeza del sacrificio, en esa visión se visualizaba ya
la intención clara de demostrar la clarividencia, y la imagen casi de protector
de la Patria que le daban a Solano López.
De hecho había una relación directa entre la Patria y el Presidente de la República a la sazón también
jefe de los ejércitos, pues “3l sentido de lo patriótico, de todas
maneras, estaba signado por el compromiso con la defensa del líder “Gefe
Supremo” cuya “dignidad ultrajada” había que defender” (Caballero &
Gómez, 2017, 131).
En cuanto al impacto de las noticias
publicadas por El Semanario podemos
afirmar que las mismas llegaban a las autoridades de los pueblos del interior
del país, quienes a su vez las difundían entre los pobladores. Ese método leer
en voz alta las noticias, ha sido comprobado en el Paraguay de la época, con la
remisión de números a las autoridades políticas de las diversas poblaciones, un
ejemplo es que las noticias del periódico eran leídas como un bando, es decir
juntaban a la población en la plaza para darles lecturas de las noticias más
relevantes, según consta en casos comprobados tanto en Villa Franca como en
Carmen del Paraná (Caballero, Ferreira, 2007:488). Dicho método de informar a
la ciudadanía fue común en el siglo XIX, Martyn Lions afirma que en Londres
incluso hasta mediados del siglo XIX sobrevivió en la clase media “…Kilvert,
párroco de Shropshire y autor de un diario … visitaba a menudo a sus feligreses
para leerles. Participó en varios recitales públicos, o «lecturas de penique»
en los que «se congregan hasta sesenta personas a la puerta de la escuela. Se
suben y se cuelgan de las ventanas como si fueran abejas, encaramos a las
sillas, asomados a las ventanas para oír, con sus caras formando gradas»”
(Lyons, 2011, 422).
El Semanario continuo sus publicaciones hasta fines de
1868, por lo tanto fue el medio de prensa que tuvo un mayor impacto tanto por
la cantidad de números publicados como por la llegada hasta los diferentes
puntos de la República, de alguna manera cumplió su tarea además de la labor
desplegada por las autoridades pues afirma el historiador Jerry Cooney “…el
pueblo paraguayo respondió de forma magnifica a los sacrificios que le
pidieron” (Cooney, 2017,76).
Consideraciones
Finales
El Semanario
de Avisos y Conocimientos Útiles,
fue el medio de prensa oficial del gobierno paraguayo que mediante sus crónicas
periodísticas en el caso analizado de las batallas, destacaba la valentía y el
coraje de los soldados paraguayos con el propósito claro de mantener en alto la
moral y el patriotismo de la población en general que se constituían el público
al que iba dirigido el discurso desarrollado. A la par que se disputaba el
conflicto en el frente de Guerra, el gobierno de Solano López no descuido a la
retaguardia, encargándose de tener un estricto control de las informaciones que
llegaban a la ciudadanía sobre cómo iba desarrollándose el conflicto.
Así mismo se pretendía exaltar cada vez más
la figura de Solano López, como se ha podido ver en la medida que iba
transcurriendo el conflicto las apologías con respecto a las virtudes y
cualidades que adornaban el rol del jefe del ejército paraguayo.
Se puede observar que en las crónicas
seleccionadas, en un principio se hacía mención a datos concretos que al
cotejarlos podía permitir a un lector despierto que la información presentada
no era tan veraz, pero con el avance del conflicto las crónicas estaban más
compuestas de un discurso más apologético que informativo, dando prioridad a
destacar los aspectos que permitirían a los lectores a aumentar su orgullo
nacional, su estimación por la valentía y el sacrificio de los soldados paraguayos
y acrecentar al mismo tiempo la admiración al mariscal Francisco Solano López.
El discurso de El Semanario hasta sus últimos números iba acrecentando su función
de incrementar el patriotismo destacando
en las crónicas lo justo de la causa y que sólo el patriotismo y la unidad en
torno al líder podrían garantizar la victoria, pues la causa por la que estaban
luchando no sólo era justa por razones terrenales sino que también tenía un
carácter de cruzada, pues los paraguayos estaban luchando no solo por su
soberanía e independencia sino que lo hacían además contra la tiranía, la
barbarie y la libertad de América.
Un análisis más amplio de los artículos
publicados en el vocero oficial del gobierno paraguayo pueden aportar mayores
datos sobre las intenciones y los discursos que iban presentándose a la
población paraguaya, en los diferentes momentos del conflicto, de modo a tener
una perspectiva mucho mayor y comprender a cabalidad la forma en que se buscó
exaltar a la Patria mediante los textos periodísticos sobre los acontecimientos
de una guerra, que cada día se percibía más adversa para los habitantes del
Paraguay.
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El
Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción, 29/09/1866.
El
Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción, 06/10/1866.
El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 27/07/1867.
El
Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción, 19/09/1868.
El
Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción, 8/07/1865.
Recibido: 02/05/2019
Evaluado: 20/05/2019
Versión
Final: 27/07/2019
[1] Este artículo fue redactado en el marco del Proyecto 14-INV-422
Rescate Histórico del Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles, realizado
entre los años 2015 2019, financiado por el Programa PROCIENCIA del CONACYT
(Paraguay).
[2] Entre las investigaciones más recientes sobre el tema de la
prensa de la Guerra podemos señalar En los últimos años se
han desarrollado investigaciones sobre la prensa y su rol en el mencionado
conflicto, en ese sentido cabe señalar estudios enfocados en la ocupación
paraguaya de la Provincia de Corrientes y el desarrollo del conflicto (Ramírez,2004), la
construcción de la imagen del enemigo en la prensa paraguaya (Caballero &
Ferreira, 2007), el uso de los grabados en el proceso de identidad nacional
(Capdevila, 2007), o como el lenguaje popular formaba parte del periodismo de
combate (Huner,2007) o el discurso patriótico de la prensa paraguaya (Whigham,2012), al igual
que las representaciones y el lenguaje político utilizado (Baratta, 2012), la
propaganda en la prensa paraguaya durante el conflicto en general (Johansson,2014) o la construcción de las identidades nacionales a partir de los
intercambios periodísticos (Johansson, 2016), así como el uso de la prensa en la guerra como un espacio de
combate mas (Arias & García, 2016) la igual que el análisis de lo jocoso y
el humor en el semanario El Centinela
(Baratta, 2016) o la campaña política desplegada en los años iniciales del
conflicto por parte de El Semanario (Caballero & Gómez, 2017).
[3] El Semanario de Avisos y Conocimientos
Útiles, Asunción, 21/05/1853, p. 1.
[4] El Semanario de Avisos y Conocimientos
Útiles, Asunción, 21/05/1853, p. 2.
[5] El Semanario de Avisos y Conocimientos
Útiles, Asunción, 21/05/1853, p. 2.
[6] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 17/06/1865, p. 1.
[7] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 17/06/1865, p. 2.
[8] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 17/06/1865, p. 2.
[9] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 17/06/1865, p. 4.
[10] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 24/06/1865, p. 1.
[11] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 24/06/1865, p. 4.
[12] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 8/07/1865. p.2.
[13] El Semanario de Avisos y Conocimientos
Útiles, Asunción, 15/07/1865. p.1
[14]El Semanario
de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción,
15/07/1865. p.2.
[15]El Semanario
de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción,
26/05/1866. p.3,
[16] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1866. p.3,
[17] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1866. p. 4.
[18]El Semanario
de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción,
29/09/1866. p.1.
[19]El Semanario
de Avisos y Conocimientos Útiles, Asunción,
29/09/1866. p.1.
[20] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 29/09/1866. p.1.
[21] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 29/09/1866. p.1.
[22] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 29/09/1866. p.2.
[23] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 06/10/1866. P.1
[24] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1867. p.1.
[25] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1867. p.1.
[26] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1867. p.1.
[27] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 19/09/1868. p. 1.
[28] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1867. p. 1.
[29] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 27/07/1867, p. 4.
[30] El Semanario de Avisos y
Conocimientos Útiles, Asunción, 26/05/1866, p.4.