Reseñas bibliográficas
Monasterolo, E. y Pittaluga, R. (Eds.) (2018). Formas de la política. Experiencias de
activismo en el pasado reciente. Argentina (1969-2010). Santa Rosa: Universidad
Nacional de la Pampa, 207 páginas.
Formas de la política reúne una serie de investigaciones que abordan en
clave social, cultural y política distintos aspectos del pasado reciente
argentino, en su mayoría centrados en la provincia de La Pampa y en diálogo con
otros escenarios del país. En su totalidad, se trata de un conjunto de trabajos
que interpelan sobre el concepto de “lo político” y “la política”.
El libro está estructurado en tres partes. La primera agrupa tres
capítulos cuyo eje transversal es la actividad laboral de distintos colectivos
profesionales; la segunda se concentra en la militancia desplegada por dos
organizaciones en distintas temporalidades y; la tercera, se aboca a las
construcciones de la memoria del pasado reciente en el campo cinematográfico y
en el ámbito universitario.
La primera parte inicia con la investigación de Roberto Pittaluga y Anahí
Huarte. En el marco de la nacionalización de la Universidad Nacional de La
Pampa (UNLPam), los autores indagan en la formación del Instituto de Estudios
Regionales. Entre los aspectos que exploran se encuentra la renovación
académica e intelectual que ese espacio introdujo, cuyo objetivo consistió en
promover un modelo de universidad “abierta al pueblo” y en generar conocimiento
para el desarrollo regional. Según los autores, este último aspecto fue de
especial relevancia dado que la idea de regionalización condujo a la reflexión
sobre el vínculo entre lo local y lo nacional al pensar en clave dependentista
la situación pampeana y su imbricación en la historia nacional.
En el segundo capítulo, Mauricio Chama aborda el proceso de politización
y radicalización de un sector de abogados porteños durante los años sesenta y
setenta. El autor analiza la relación entre el ejercicio laboral y el
compromiso político a partir de la dimensión generacional que reconoce en la
militancia universitaria un ámbito fundamental de socialización. A la vez,
identifica los espacios en los cuales se organizó la militancia en base a las
adhesiones partidarias hasta la conformación de la Asociación Gremial de
Abogados de la Capital Federal, instancia institucional que aglutinó a aquellos
profesionales que abogaron por un perfil profesional comprometido. Desde allí
muestra como sus integrantes cumplieron un rol fundamental en la gestación de
nuevas redes o espacios organizativos que articularon junto a otros actores y
organismos políticos la demanda por la defensa de los presos políticos y las
denuncias sobre la violencia estatal y paraestatal. Asimismo, Chama examina la
multiplicidad de repertorios de acción que se apoyaron en el aprendizaje de
prácticas preexistentes que, aggionadas a la nueva coyuntura, resultaron en una
activa movilización que tuvo a los abogados como protagonistas de las
movilizaciones, reconociéndose su actuación en el espectro de la militancia
radicalizada.
El tercer capítulo cierra la primera parte del libro. Allí, Damián
Repetto destaca el surgimiento del género policial en el país y la irrupción de
una nueva generación de escritores que introdujeron nuevas suturas y tópicos en
el campo literario. Como muestra el autor, las novelas policiales de los años
ochenta se caracterizaron por la resolución del crimen y/o problema a la vez
que se involucraron en la revisión del pasado reciente. En esa línea, inscribe
el trabajo Manual de Perdedores de Juan Sasturain al ofrecer una lectura de la obra en relación a la violencia estatal
que la impregnó. A la vez, en base a las características del género policial y
situándose en el escenario regional, Repetto analiza ¡Ay Masallé!, novela de
Juan Carlos Punilla. Ambientada en los años setenta, a través de la búsqueda de
un periodista que oficia de detective, exhibe la problemática del despojo de
tierras de las comunidades originarias, asociada a la importancia económica de
las salinas para la región. De esta manera, en el análisis de las dos novelas
se anida lo regional y lo nacional, al mismo tiempo que evidencia como en el
discurso literario se ponen de relieve distintas problemáticas que tienen un
trasfondo eminentemente político.
La segunda parte inicia con el capítulo cuatro de Mora González Canosa
que analiza las prácticas políticas de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)
durante el bienio 1970-1971 y el modo en que se relacionó con amplios sectores
sociales. Las FAP como organización política y militar e identificada –al poco
tiempo- con el peronismo responde, según la autora, a un proceso de doble
ruptura atravesado; por un lado, con la forma de hacer política de los partidos
en los cuales sus miembros iniciaron su militancia, que consideraban a la lucha
armada como un recurso a emplear en última instancia y; por otro lado, con la
ruptura de la concepción ideológica liberal y crítica sobre el peronismo. En
base a ello, examina las reelaboraciones y las distancias establecidas con el
legado guevarista, particularmente en el alcance nacional otorgado a la
experiencia foquista y en su carácter urbano debido a la importancia otorgada a
la clase obrera. A su vez, destaca las lecturas que las FAR realizaron sobre la
violencia popular previa, entendiéndola “como antecedentes o etapas de un ciclo
ascendente que evidenciaba la necesidad de la violencia guerrillera” (p.112).
En este aspecto puntualiza González Canosa al mostrar cómo las lógicas de las
FAR apuntaron a considerar a la acción armada como el principal recurso de
lucha y activador de la conciencia revolucionaria.
En el siguiente capítulo, Elvio Monasterolo examina el activismo
universitario a la luz del núcleo disidente que surgió de la agrupación radical
Franja Morada, la Corriente de Liberación Nacional (CLN) concentrándose en los
casos de la UNLPam, la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Universidad
de Buenos Aires (UBA) donde tuvo mayor preeminencia. Así, muestra como luego
del triunfo en la mayoría de las casas de altos estudios y a pesar del umbral
de coincidencias en las reivindicaciones en torno al ingreso irrestricto, la
regularización de la planta docente y la plena autonomía universitaria, fueron
delineándose dos grupos en el interior de la agrupación radical producto de la
dificultad de articular la línea política del partido gobernante con sus
posicionamientos en las universidades. Por un lado, se encontraban las
expresiones orgánicas del partido que respondían al sector de la Junta
Coordinadora Nacional que, en sus diferentes vertientes, mantuvieron la línea
política del partido sin mayores cuestionamientos. Por otro lado, se constituyó
un sector crítico del rumbo adoptado por el gobierno alfonsinista,
principalmente en materia económica y en torno a los lineamientos de la política
de derechos humanos. Su referencia principal se encontraba en la regional de
Córdoba cuya militancia tuvo autonomía de las autoridades partidarias y una
fuerte articulación con el resto de las agrupaciones estudiantiles. Monasterolo
señala las similitudes del caso pampeano con el recorrido de la agrupación
cordobesa, al mismo tiempo que destaca como en ambos casos el activismo
estudiantil cumplió un rol preponderante en la elección de las autoridades de
esas casas de estudios. Así, recorre el derrotero de la experiencia disidente
hasta el congreso de la Federación Universitaria Argentina (FUA) de 1987 cuando
el Frente “Santiago Pampillón” le disputó la hegemonía de la representación
estudiantil a Franja Morada. De esta manera, muestra como luego de esa derrota
se diluyó la lógica movimentista característica desde la apertura democrática y
se produjo un repliegue partidario de las agrupaciones estudiantiles, que en el
caso de CLN se expresó primero en el Frente 29 de Mayo y luego en el Frente
Amplio de Liberación (FRAL).
La tercera y última parte está conformada por dos capítulos que tienen
como eje transversal los procesos memoriales. En el primer trabajo de esta
sección, Fabricio Laino Sanchis indaga en la dimensión política de tres films:
Nietos (identidad y memoria), ¿Quién soy yo? y Victoria. El autor muestra las
continuidades y las transformaciones temáticas, estéticas y discursivas en el
campo cinematográfico en relación a la apropiación de niños, la identidad y la
militancia setentista. Entre los aspectos analizados, señala como inmutable en
el conjunto de los films la presencia de Abuelas de Plaza de Mayo. A su vez,
advierte que el discurso sobre el pasado inmediato se había caracterizado por
exponer el accionar represivo del terrorismo de Estado, razón por la cual se
había omitido la condición militante de los desaparecidos. Este aspecto se
alteró con la irrupción de la generación de “los hijos” que implicó
transformaciones importantes en el relato sobre el pasado reciente –tal como
evidencian los dos últimos films- al recuperar la dimensión militante de sus
padres e interrogarse –muchas veces desde su propia biografía familiar- sus
recorridos militantes, sus proyectos y sus horizontes políticos.
Finalmente, en el último capítulo Monasterolo y Pittaluga se concentran
en el estudio de la producción audiovisual realizada con motivo de cumplirse
cuarenta años de la nacionalización de la UNLPam. Los autores exploran las
rememoraciones y los sentidos que los protagonistas otorgaron a la
“nacionalización”, reconstruyendo las movilizaciones que la antecedieron y
enmarcándolas en el clima contestatario que caracterizó al país durante los
años setenta.
En síntesis, el aporte de estos trabajos en conjunto radica en la
(re)conceptualización y ampliación del término política al incluir bajo este
concepto a un conjunto de experiencias y colectivos que exceden los límites de
la política formal u organizada. En tanto actores con capacidad de agencia, las
experiencias incluidas en este volumen muestran la complejidad de sus prácticas
y evidencian claramente su dimensión política.
María Constanza Castro
Universidad Nacional de Mar del Plata (Argentina)
constanzacastro2593@gmail.com
Baratta, M. V.[1] (2019) “La Guerra del Paraguay y la Construcción de
la Identidad Nacional”. Buenos Aires: Sb Editorial, Colección Paraguay Contemporáneo,
202 páginas.
…Si durante la gran batalla de
Tuyutí, el sol del firmamento brillaba o no, lo ignoro, pero se bien que el sol
exclusivamente argentino, bordado como emblema de la Patria en el centro de nuestros
Estandartes, parecía contemplarnos, en ese día con paternal benevolencia, y
queriéndonos decir: Hijos Míos, venced.
Daniel Cerri, veterano
argentino, originario de Lombardía, Italia.[2]
Cuando
pensamos en la Guerra Contra la Triple Alianza (1864-1870) nos vienen a la
mente los episodios bélicos y los relatos producidos por la historia militar:
este libro es un libro sobre la guerra, pero que va más allá de los acontecimientos
bélicos: es un libro sobre la construcción de la identidad nacional de la Argentina
en relación con la guerra, teniendo como premisa un abordaje teórico historiográfico
muy rico en el uso de fuentes.
El libro se
basa en la investigación doctoral de la autora, contando con un amplio abanico
documental, hemerográfico y bibliográfico que nos habla de los numerosos
archivos, academias, museos, bibliotecas y hemerotecas consultados de toda la
región del Río de la Plata, para la realización de éste.
El uso de
las fuentes también nos habla del gran proyecto emprendido por la autora, sobre
el análisis de la identidad nacional argentina y sus transformaciones en
relación con la Guerra del Paraguay, a través del análisis de documentos de la
época, testimonios de los actores, correspondencias entre los mismos, y
discursos en la prensa que van desde líneas editoriales y proclamas políticas
hasta el uso de caricaturas e ilustraciones.[3] Otras fuentes utilizadas
incluyen cantares populares, y testimonios de veteranos que durante la guerra
ostentaban diversos rangos militares, lo que aporta también una mirada más
amplia y colectiva.
En síntesis,
es un exhaustivo análisis historiográfico sobre los discursos de identidad de
las elites letradas del Río de la Plata. El arco narrativo del libro se divide
en cinco capítulos.
El primer
capítulo, dedicado a explicar el conflicto en una síntesis muy bien lograda,
integradora y necesaria para entender los siguientes episodios. También este
capítulo es ampliamente recomendable como material divulgativo.
El segundo,
dedicado a dilucidar las diferentes identidades argentinas en pugna a mediados
del siglo XIX, tanto las provinciales y regionales, así como las que le son
transversales políticamente como la de los federales, unitarios, centralistas
porteños, autonomistas, liberales y americanistas. Muy importante notar en este
punto, que es el tema central, la transformación de las identidades, tanto en
oficialistas como en opositores, que se da por medio del transito de una
sociedad que salía de la colonia y de los conflictos políticos de las primeras
décadas de independencia, donde se produce una transición en los sistemas
sociales y políticos como el paso de milicias provinciales a la profesionalidad
militar y el cambio de los regímenes agrarios comunitarios a una lógica de agro
producción más terrateniente.
Estos
cambios transformaron tanto a soldados provinciales e incluso extranjeros que
participaron en la guerra bajo una misma bandera, como el relato testimonial de
Daniel Cerri, quien inició la guerra como un militar de origen italiano
(Lombardía), y terminó la misma ya como un veterano argentino.
El tercero,
es la relación de los discursos identitarios de la Confederación Argentina y
sus actores políticos frente al Paraguay, y al mismo tiempo cómo el Paraguay y
sus diferentes actores también observan lo que es la Argentina. Este eje es
sumamente importante ya que permite la reconstrucción de la representación del
otro antagonista, cruzados por la desconfianza mutua y el discurso de
“Civilización vs. Barbarie” en contra del Paraguay, en algunos casos.
El cuarto, dedicado
a la relación de los diferentes discursos de identidad frente al aliado
problemático representado por el Imperio del Brasil, donde los discursos
políticos de libertad interpretados por los diferentes actores políticos de
Argentina se ven interpelados al que consideran -en el peor de los casos- como
una monarquía esclavista que habla otro idioma, posee otra matriz racial[4] y que
posa su mirada hegemónica sobre el Río de la Plata -y en el mejor de los casos-
como un mal menor y un convidado incómodo a una alianza que es sumamente frágil.
La
impopularidad de la guerra en la Argentina en gran parte de debió -como lo
explica la autora- más a la rivalidad y desconfianza hacia el aliado/rival brasilero
que a una solidaridad propiamente dicha con el Paraguay.
Y
finalmente, el quinto capítulo, donde se habla de la relación identitaria sobre
el aliado débil, el Uruguay, el lugar donde se originó el conflicto. Así como
también la autora debate con las corrientes revisionistas rioplatenses la
posibilidad de participación del aliado fantasma o el cuarto aliado,
representado por el Imperio Británico.
Aparte de las conclusiones del trabajo, que no adelantaremos en esta
reseña, el libro posee un único anexo que es muy fuerte y contundente, como lo
señala el prologuista Ignacio Telesca: El Tratado Secreto de la Triple
Alianza entre la Argentina, el Brasil y el Uruguay, del 1 de mayo de 1865.
Este anexo es sumamente importante ya que el tratado en sí mismo y su
publicación posterior es analizada en cada uno de los capítulos: así como la
reacción de los diferentes actores políticos argentinos y sus discursos de
identidad frente al tratado diplomático. También causaría la gran impopularidad
a nivel internacional de esta guerra, tanto dentro como fuera de la región
rioplatense, entre otros factores analizados y mencionados anteriormente.
Entre los logros de este trabajo, podemos citar el lenguaje empleado, el
cual no deja de ser científico y académico, desarrollando distintos abordajes
teóricos; pero a la vez es divulgativo, adaptado al público general gracias a
su sencillez y elegancia: lo que permite que este texto sea recomendado, tanto
para académicos e investigadores como una fuente importante para sus estudios, así
como para aquellos aficionados a la historia.
En cuanto al lenguaje, está la cuestión conceptual sobre las
responsabilidades y los modelos causales explicativos sobre los orígenes de la
guerra. Durante décadas, el debate pasó de culpas individuales -primero Francisco
Solano López, luego Bartolomé Mitre, Pedro II y Venancio Flores- hasta la
visión del revisionismo rioplatense tanto de derecha como de izquierda de que
la culpa es del imperialismo británico, celoso del supuesto modelo de
desarrollo económico e industrial estatista de un Paraguay “autónomo” y “potencia
regional”.
La autora desdobla el concepto de “culpa” -el cual contiene una
connotación más propia de la religión que de las ciencias sociales y las
humanidades- y lo reemplaza por el
concepto de “responsabilidad”: este es un logro importante, ya que es una
ruptura con los discursos históricos tradicionales que fomentan la simple culpa
como explicación total del hecho, y, por ende, no permiten ir más allá de la
guerra ni comprender que los fenómenos históricos son complejos, sobre todo si
hablamos de la conformación de las identidades de los estados nacionales y sus
conflictos inter e intra elites en la región del Río de la Plata.
Con el concepto de responsabilidad es posible construir modelos más
complejos de los actores individuales y colectivos; y sus relaciones como
representantes de diversas elites sociales, políticas y económicas con sus
determinados intereses; lo que constituye una telaraña de complejos entramados:
en la Argentina, a los federales, unitarios, centralistas porteños,
autonomistas, liberales y americanistas y provinciales; en el Paraguay a los
gubernistas y los opositores exiliados o “legionarios”; en el Brasil a los
conservadores y liberales, que derivarían también en monarquistas y
republicanos; y en el Uruguay a los liberales colorados y nacionales blancos.
Todos estos grupos construyeron redes de alianzas intrincadas, así como
rivalidades, que transcendieron los propios estados nacionales.
Otro logro importante de esta obra es que la misma busca responder a las
preguntas en torno a la guerra y a la conformación de la identidad nacional de
Argentina -y de la región también indirectamente- con explicaciones referentes a
las mentalidades y a la psicología propias del siglo XIX, evitando así un mal
endémico en los abordajes de los historiadores como lo es el anacronismo:
llevar al pasado los criterios del presente. Ese es el gran debate que la
autora tiene con el revisionismo rioplatense y sus modos de construir la
narración histórica.
También, el uso de testimonios y autores del siglo XIX enriquece esta
visión. Particularmente, cito en esta ocasión al uso de la teoría Carl von Clausewitz[5]
referente a la guerra y las elites, y un parafraseo que particularmente llama
la atención porque explica la complejidad de las relaciones políticas de ese
tiempo: Si la guerra es la continuación de la política por otros medios -en
referencia a los hechos comprendidos entre 1864 y 1870- la ocupación por parte
de los aliados entre 1869 y 1876, fue la continuación de la guerra por otros
medios. En este caso ya la disputa por la hegemonía en la región entre el
Imperio del Brasil, con mayor presencia militar, y la Confederación Argentina,
quizás la victoriosa en cuanto a la ocupación cultural del Paraguay.
La autora, ella es consciente en esta obra que la temática de la Guerra
Contra la Triple Alianza es una cuestión muy sensibilizada, sobre todo en el
Paraguay, donde el conflicto aún resuena en la memoria como modelo explicativo;
incluso a los contextos políticos, económicos, sociales y culturales actuales.
En ese
sentido, la autora evoca emotivamente a Julia Echagüe, nacida en 1862 en San
Pedro, Paraguay, y que figuró en el Censo Nacional Argentino de 1869 como una
sirviente de siete años, llevada como parte del tráfico humano, consecuencia de
una guerra total que destruyó al país. Julia Echagüe, es la prueba de la
complejidad del entramado de las identidades en el Río de la Plata, ella era y
es la tatarabuela paraguaya por línea paterna de la historiadora argentina
María Victoria Baratta.
Este libro
forma parte de la “Colección Paraguay Contemporáneo”, que abarca otros trabajos
de historia, sociología, ciencia política y literatura -todos de nivel
doctoral- sobre el Paraguay, entre los que podemos citar a: Luc Capdevilla con
“Una guerra total: Paraguay, 1864-1870”; Ana Inés Couhonnal Cancio con “Donde
nací como tú. Perspectivas en torno a la articulación de un sujeto político en
Paraguay”; Magdalena López con “Transición y Democracia en Paraguay [1989-2017]
El cambio no es una cuestión electoral”; y, Carla Daniela Benisz con “La
“literatura ausente”. Augusto Roa Bastos y las polémicas del Paraguay
post-stronista”.
Se destaca
la Editorial Sb por su fuerte apuesta a mujeres científicas, cuyos trabajos
doctorales componen la mayoría de las investigaciones presentadas en la
mencionada colección sobre el Paraguay, lo que denota su compromiso editorial
con prácticas más inclusivas.
Claudio José
Fuentes Armadans
Universidad
Católica Nuestra Señora de la Asunción;
Universidad
del Norte;
Investigador
PRONII de CONACYT;
Comité
Paraguayo de Ciencias Históricas;
Academia
Paraguaya de la Historia (Paraguay)
cjfataekwondo@yahoo.com.ar
[1] María Victoria Baratta es Investigadora
del CONICET con sede en el Instituto de Historia Argentina y americana “Dr.
Emilio Ravignani”; Doctora en Historia por la Universidad de Buenos Aires;
docente de Pensamiento Argentino y Latinoamericano en esa misma casa de
estudios. Ha realizado estancias de investigación posdoctoral en la Universität
zu Köln, Alemania y en la Universidad Nacional Autónoma de México.
[2] Álbum de la Guerra del Paraguay, Buenos
Aires: 1893-1895, 1 de junio de 1893: 134.
[3] Recordemos que, como señala Peter Burke,
el uso de ilustraciones y caricaturas, ayudan a divulgar los discursos
políticos a las masas iletradas, ya que el lenguaje visual de las imágenes
posee mayor alcance. Burke, P. (2005) Lo Visto y No Visto. El Uso de la
Imagen Como Documento Histórico. Barcelona: Editorial Crítica.
[4] Los discursos de todos los otros países
involucrados tienen elementos racistas en contra del Imperio del Brasil, por el
alto componente poblacional afrodescendiente. Sabemos por numerosos estudios
que los países de donde emanaban estos discursos -Argentina, Paraguay y
Uruguay- también tenían una importante población afrodescendiente.
[5] Clausewitz, C.V. (1832) (1970). De la guerra. Buenos Aires: Círculo Militar. Biblioteca del Oficial.