Prácticas patrimoniales en el
contexto de la celebración por el centenario del primer despacho de cemento en
Argentina
María
Eugenia Conforti
Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas;
Instituto de
Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano;
Programa Interdiscipinario de Estudios del Patrimonio;
Facultad de Ciencias Sociales;
Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Argentina)
mariaeugeniaconforti@gmail.com
Griselda Lemiez
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas;
Instituto de
Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano;
Programa Interdiscipinario de Estudios del Patrimonio;
Facultad de Ciencias Sociales;
Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Argentina)
griseldalemiez@gmail.com
María Vanesa Giacomasso
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas;
Instituto de
Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano;
Programa Interdiscipinario de Estudios del Patrimonio;
Facultad de Ciencias Sociales;
Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Argentina)
María Luz Endere
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas;
Instituto de
Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano;
Programa Interdiscipinario de Estudios del Patrimonio;
Facultad de Ciencias Sociales;
Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (Argentina)
luz.endere@gmail.com
Resumen
En este trabajo se presentan y analizan un conjunto
de actividades enmarcadas en la conmemoración del centenario del primer
despacho de cemento de Argentina que se realizó en el año 1919 desde la Fábrica
de Cemento San Martín, ubicada en la localidad de Sierras Bayas, partido de
Olavarría, Buenos Aires. Su abordaje metodológico se basó en el estudio de
casos cualitativos referidos a: tres exhibiciones y un monumento conmemorativo
construido e instaurado con motivo del aniversario. Este acontecimiento
histórico, vinculado con los inicios de la industria minera, marcó un hito
fundamental en la identidad del partido de Olavarría ya que contribuyó a su
crecimiento poblacional, económico y social que repercutió, además, en la
consolidación de su imagen como “ciudad del cemento”. A 100 años del primer
despacho, las acciones de activación del patrimonio industrial buscaron
comunicar su historia con marcas particulares y distintivas. En este punto,
este estudio cobra relevancia porque permite identificar los procesos de puesta
en valor del patrimonio local, los principales grupos de interés y los desafíos
futuros que afronta esta comunidad a partir de las transformaciones recientes.
Palabras clave
Patrimonio industrial; Puesta en valor; Activación
patrimonial; Historia del cemento; Identidad local; Argentina.
Abstract
In this paper, a set of
activities carried out in the framework of the commemoration of the centenary
of the first cement dispatch in Argentina are presented and analysed. It took place in 1919 from the San Martín
Cement Factory, located in the town of Sierras Bayas, County of Olavarría, Buenos Aires province. The methodological
approach was based on the study of qualitative cases referred to three
exhibitions and a memorial monument built on the occasion of the anniversary.
This historical event, linked to the beginnings of the mining industry in the
region, marked a fundamental milestone in the identity of the county of Olavarría as it contributed to its population, economic and
social growth that also affected the consolidation of its image as “the city of
cement". One hundred years after the first dispatch, the activation
actions of the industrial heritage sought to communicate its history with
particular and distinctive brands. At this point, this study becomes relevant
because it allows us to identify the processes of value assessment of the local
heritage, the main stakeholders and the future challenges of this community in
the face of recent transformations.
Keywords
Industrial heritage;
Enhancement; Heritage activation; Cement history; Local identity; Argentina.
Introducción
El partido de Olavarría, ubicado en el
centro de la provincia de Buenos Aires (Figura 1) se constituyó desde
principios del siglo XX como un área minera por excelencia, a partir de la
instalación de empresas dedicadas a la producción de cal y cemento. En ese
contexto, en el año 1919 se realizó desde la Fábrica San Martín, radicada en la
localidad de Sierras Bayas el primer despacho de cemento de Argentina. Esta fue
la primera fábrica de cemento de Sudamérica, de propiedad de la Compañía
Argentina de Cemento Portand, de capitales tejanos.
El envío del primer despacho marcó un hito en la historia del pueblo, del
partido y del país. En el año 2019, se cumplió su centenario, motivo por el
cual, desde diferentes sectores de la comunidad se desarrollaron un conjunto de
actividades y exposiciones conmemorativas. En este trabajo se presentan y
analizan los principales eventos efectuados en vinculación con dicho festejo
con el fin de reconstruir los sentidos e imágenes que refuerzan la asociación
de Olavarría como la “ciudad del trabajo” y la “ciudad del cemento”.
Es interesante destacar que son sólo
algunas localidades del partido de Olavarría (principalmente Sierras Bayas,
Loma Negra y Sierra Chica) las que están asociadas a explotaciones mineras y
que ello no ocurre con la ciudad de Olavarría, cabecera de partido, que está
ubicado lejos de las sierras y en la planicie de inundación del arroyo
Tapalqué. Sin embargo, en el discurso oficial se ha instalado desde hace
décadas el slogan “Olavarría ciudad del trabajo” (asociado al boom minero
fabril que atraía obreros de otros países y de otras regiones) o “ciudad del
cemento”, cuando en realidad debería hacerse referencia al partido. Esta
cuestión referida a los imaginarios sociales de la ciudad de Olavarría ha sido
objeto de diferentes investigaciones (Boggi, 2005; Gravano, 2005, 2015).
Figura 1.
Ubicación del partido de Olavarría. Fuente: Autoras.
Cabe destacar que Olavarría se ha
consolidado históricamente en base a su patrimonio industrial minero, el cual
contribuyó al desarrollo económico y al crecimiento poblacional que posicionó
al partido como un polo industrial, a nivel nacional e internacional. Por esta
razón, no es casual que las celebraciones por el centenario hayan activado una
serie de procesos de puesta en valor de ese legado histórico y movilizado a
diferentes sectores y actores sociales vinculados, directa e indirectamente con
él, para visibilizar su importancia.
En este sentido, en el marco de este
trabajo se identificaron cuatro casos de estudio: tres exhibiciones y una
monumentalización, que comenzaron a diseñarse y ejecutarse a partir del año
previo del centenario (2018) y que acompañaron las celebraciones del
aniversario más allá de la fecha exacta de febrero 2019. La primera, fue una
muestra que tuvo lugar en setiembre de 2018 y que se denominó “ADN Olavarría,
raíces mineras”; mientras que la segunda fue la exposición “Historia del
Cemento Portland en Argentina” efectuada en noviembre de 2018. En 2019 se
inauguró una tercera exhibición denominada “Centenario del primer despacho de
cemento de la Planta Sierras Bayas”. Finalmente, el cuarto episodio considerado
para este análisis fue la instalación del monumento “100 años del primer
despacho de cemento (1919-2019)” que se ubicó en el predio de la fábrica
cementera de Sierras Bayas, coincidiendo con el lugar desde donde se realizó el
primer despacho de Cemento Portland del país.
Para el abordaje metodológico se trabajó
con el Estudio de Casos Cualitativos (Galeano Marin,
2004; Stake 1994) tomando en consideración a estas
cuatro manifestaciones conmemorativas. A partir de este trabajo se espera
contribuir al análisis en torno a los procesos de puesta en valor[1] del
patrimonio industrial en el partido de Olavarría y a la discusión crítica sobre
el uso de estrategias de comunicación y visibilización
que refuerzan unas determinadas memorias e identificaciones locales por sobre
otras.
El partido de
Olavarría y el desarrollo de la industria minera (1919-2019)
El Partido de Olavarría se encuentra
ubicado en el centro geográfico de la provincia de Buenos Aires, Argentina.
Además de la ciudad cabecera, que fue fundada en 1867, está integrado por las
localidades de Sierra Chica, Loma Negra, Sierras Bayas, Hinojo, Colonia Hinojo,
Colonia San Miguel, Colonia Nievas, Cerro Sotuyo, La
Providencia, Espigas, Recalde, Santa Luisa, Durañona, Pourtalé,
Rocha, Mapis, Muñoz, Iturregui y Blanca Grande.
Olavarría se posiciona en la actualidad como “el principal distrito minero de
la provincia” y ocupa el primer lugar en la minería no metalífera nacional
(i.e. áridos y rocas de aplicación) (Municipalidad de Olavarría, 2016).
El desarrollo industrial de Olavarría se
puede dividir en dos grandes etapas: la primera de ellas, conocida como etapa
preindustrial abarca el período comprendido entre 1870 y 1917 y se destaca por
la gran producción de granito y cal; la segunda, es la industrial profesional
de fábrica que se estableció a partir de la primera instalación de una empresa
de cemento en Sierras Bayas en 1917, la cual comenzó su producción en 1919. El
éxito de la primera industria moderna y la disponibilidad de piedra caliza y
arcilla en la zona, incentivaron nuevas inversiones. En el año 1926 fue
inaugurada la primera planta de Loma Negra S.A, propiedad de Alfredo Fortabat,
siendo esta la primera empresa de capital argentino que utilizó una tecnología
de producción continua. Por último, en el año 1932 se suma a estas empresas
cementeras Calera Avellaneda S.A., que se caracterizó por elaborar el cemento
con las más modernas tecnologías de su tiempo. “A partir de esta fecha, cuando
estas empresas se instalaron en el partido, la actividad minera se convirtió en
el principal recurso económico de la región” (Lemiez
& Conforti, 2019:3).
La antigua forma de producción, envasado y
comercialización del cemento requería gran cantidad de mano de obra, que además
debía residir en las cercanías de las fábricas debido a las características del
ciclo continuo de producción del cemento. Asimismo, estas debían situarse cerca
de los yacimientos mineros y canteras, como consecuencia del escaso desarrollo
del transporte y la infraestructura de caminos. La instalación de la industria
extractiva en la zona serrana olavarriense motivó la iniciación del desarrollo
económico-productivo local y que actuó como disparador de atracción de
población, conformando un enorme mercado de trabajo que era hasta ese momento
inexistente. En esos espacios rurales y en las poblaciones cercanas no había
una oferta suficiente de trabajadores, por lo tanto, la necesidad de atraerlos
y fijar su residencia en las proximidades de las plantas se convirtió en una
tarea prioritaria para las empresas cementeras (Lemiez,
2013).
En consecuencia, las denominadas
"villas obreras" o "villas serranas", levantadas casi a la
sombra de cada fábrica, fueron producto de esa necesidad de contar con un
mercado de trabajo estable. En ellas se desarrollaron políticas patronales de
corte paternalista, destinadas a la fijación y adaptación de la mano de obra,
también llamadas "obras sociales" (Sierra Álvarez, 1990). Estos
modelos empresariales conocidos como sistema
de fábrica con villa obrera (Neiburg, 1998), en
donde la esfera de producción y reproducción de la fuerza de trabajo se
encontraban estrechamente unidas y moldeadas por relaciones sociales y
laborales paternalistas, funcionaron hasta la década de 1980.
Actualmente, el Partido de Olavarría ocupa
un lugar muy importante en la producción minería no metalífera. El trabajo en
minas y canteras representa el 38,5% del Producto Geográfico Bruto (PGB), según
los datos de la Dirección de Estadísticas y Censos, de acuerdo al PGB
desagregado municipal del año 2003. En los últimos tiempos la producción minera
en la ciudad de Olavarría se ha convertido en un sector de alto crecimiento a
nivel económico y comercial, debido al incremento del área de la construcción y
de la obra pública. Esto conlleva al aumento de inversiones y desarrollo de
actividades en los ámbitos asociados. Adicionalmente, dicho crecimiento genera
un impacto positivo en diversos sectores tales como agrupamientos industriales,
transportes, sector comercial y de servicios, y de mano de obra indirecta,
entre otros. Actualmente, la industria minera de Olavarría posee recursos
estratégicos para su desarrollo, tales como el granito, la caliza y la
dolomita, y los subproductos derivados del proceso industrial como el cemento
(Municipalidad de Olavarría, 2016).
Aspectos
teóricos y metodológicos del trabajo
El patrimonio
cultural e industrial
La historia del desarrollo de la industria
minera cementera y las memorias asociadas se convirtieron en un legado que se
fue transmitiendo de generación en generación y que llega hasta la actualidad,
constituyendo una importante marca de identidad para el partido de Olavarría
que se manifiesta a través del patrimonio cultural, en general y del patrimonio
industrial, en particular (Alfrey & Putnam,
2003).
Al respecto, es necesario referir al
concepto de patrimonio cultural que se entiende como una construcción social
constituida por bienes materiales e inmateriales -como las costumbres, los
conocimientos, los sistemas de significados y formas de expresión simbólica-
que determinados grupos desean preservar como parte de su historia e identidad
(Bond & Gilliam, 1994; García Canclini, 1999; Prats 2000, 2007; Rosas Mantecón,
2005; Endere, 2009). Esto da cuenta de su carácter
relacional, inseparable de las experiencias y prácticas humanas y de las
significaciones, percepciones y valoraciones que los grupos producen sobre su
espacio y territorio. Por lo tanto, el "patrimonio" es en última
instancia una práctica cultural, involucrada en la construcción y regulación de
una gama de valores y entendimientos (Smith, 2006: 11).
En este sentido, resulta interesante
abordar la relación que se establece entre la comunicación y el proceso de
puesta en valor del patrimonio cultural, cualquiera sea su tipo. En términos de
Grimson (2000) “comunicar” supone una relación social
y significa “poner en común”; es decir la producción de un código compartido
para que un elemento cualquiera pueda convertirse en significante al interior
de una determinada estructura colectiva. Por ello es que se entiende que “poner
en valor” constituye la acción de “poner en común” que aplica para el proceso
de activación patrimonial (Conforti, 2013). La puesta
en valor de un bien cultural -o de un conjunto de bienes- se fundamenta,
principalmente, en el aprecio social del mismo, basado en sus cualidades
representativas. Conlleva implícita la protección (del bien o de aquello que
representa) y su objetivo culmina con la difusión pública para fomentar su
perdurabilidad y memoria a través de la interpretación. La intención de generar
empatía con el público que lo apreciará se constituye en una acción de
fortalecimiento de la cultura e identidad de un colectivo social.
En suma, el valor del patrimonio cultural
se relaciona, entre otras cosas, con su función de representación de la
memoria histórica; como seña de identidad, como proceso de reconocimiento
intergeneracional que da sentido a la pertenencia de grupo y de comunidad; la
cual se presenta ante los demás a través de su patrimonio (Ballart,1997).
Sin embargo, la construcción del patrimonio
está atravesada por dimensiones políticas, y también económicas, que hacen que
dicha construcción lejos de ser un proceso neutral o inocente, se active[2] de acuerdo
a determinadas ideas, valores e intereses diversos que se ponen en juego en
situaciones históricas concretas (Prats, 2000). De acuerdo a este postulado, en
la mayoría de los casos las activaciones que predominan se caracterizan por
procesos Top-Down (“de arriba a abajo”) en detrimento de procesos Botton-Up (“de
abajo a arriba”) de promoción del trabajo colaborativo y de participación
ciudadana.
En estos procesos, la comunicación, como
construcción e intercambio de sentidos y productos simbólicos, ejerce un papel
central en relación con las dinámicas culturales, tanto para legitimar
expresiones hegemónicas, como para disputar y negociar discursos y prácticas
(Giménez, 2007).
Por otra parte, en relación con el
patrimonio industrial puede afirmarse que este surge como emergente de diversas
actividades que tuvieron y siguen teniendo profundas consecuencias históricas.
Su valor social se encuentra en la impronta que fue dejando en la población y
que se refleja en un sentimiento que contribuyó a la construcción de la
identidad (Wicke & Golombek,
2018). Está presente en las maquinarias, en el paisaje industrial, en la
documentación escrita, y también en los registros intangibles de la industria
almacenados en los recuerdos y las costumbres de los actores sociales que
fueron parte un determinado contexto (Álvarez-Areces, 2008).
De este modo, el patrimonio industrial le
da un sustrato material a la historia comunitaria y a la memoria colectiva. Las
fábricas y sus villas obreras, como elementos de arquitectura y arqueología
industrial, y el amplio elenco del patrimonio intangible convierten a los
paisajes postindustriales en verdaderos territorios-museo. Diversos casos y
experiencias nacionales e internacionales, arquetipos de regiones con vestigios
notables de la revolución industrial sirven para ilustrar los límites y
posibilidades de los programas de desarrollo regional a partir del turismo
cultural (Rojek & Urry,
1997). La integración de la arqueología industrial y los bienes
culturales supone un reto para recomponer territorios o espacios singulares y
hacer más habitables los entornos urbanos. Una apuesta y una oportunidad que
supone la puesta en valor del patrimonio industrial, natural y cultural como
fundamento de una política territorial (Álvarez-Areces, 2008).
Cabe destacar que en el partido de
Olavarría existen pasivos mineros productos de antiguas explotaciones a cielo
abierto que no han sido remediadas y que constituyen remanentes de la minería protoindustrial (en el sentido de Paz 2009). Esto es
particularmente evidente en la localidad de Sierras Bayas en donde se conservan
antiguos hornos y caleras en la propia planta urbana. Sin embargo, son aún
escasos los vestigios materiales relacionados con la industria del cemento,
dado que la producción industrial continúa siendo actualmente el motor
económico regional. Por este motivo se considera necesario interpretar el
patrimonio industrial no como un elemento aislado propio del pasado, sin
vinculación con el contexto social y económico actual (ver ICOMOS & TICCIH
2011), sino en la dinámica de la vida cotidiana. Si bien el patrimonio
industrial incluye una materialidad diversa: edificios, máquinas, utillaje,
objetos, archivos, infraestructuras productivas, viviendas, se corresponde con
un patrimonio intangible no menos significativo que está asociado a la memoria
de sus protagonistas. De este modo, la patrimonialización
en sociedades mineras (tan necesitadas de estímulos y transformación) se
convierte en un campo de expectativas, proyectos e ilusiones para la población
local, al tiempo que posiciona al patrimonio minero en articulador de procesos
de acción social (Hernández Ramírez & Ruiz Ballesteros, 2005a: 118).
La
metodología de estudios de casos
En cuanto a los aspectos metodológicos este
trabajo se basa en un enfoque de investigación cualitativa (Bodgan
& Taylor, 1992) fundado en el estudio de casos, entendido como una
estrategia investigativa de descripción e interpretación a partir de un
conjunto de materiales concretos y reales, estructurados con ese fin (Galeano
Marín, 2004). El caso (como unidad de investigación) se estudia en sí mismo y
en correlación con otro/s, como acontecimiento significativo de una dinámica de
determinado grupo en su marco sociocultural particular (Pérez Serrano, 1994).
Los cuatro casos analizados, son eventos y/o elementos conmemorativos que se
utilizaron para poner en valor el patrimonio industrial de Olavarría en el
marco del centenario del primer despacho de cemento de Argentina. Se trata de propuestas
diferentes que son presentadas y estudiadas, primero de manera individual, y
puestas luego en relación para su interpretación y análisis (Uribe, 1993). Para
ello se combinó una serie de estrategias que consistieron en la observación
participante (Woods, 1987) de las mencionadas actividades que fue
posteriormente completada, por un lado, con un trabajo de registro fotográfico
y audiovisual, y por el otro, con el análisis documental (Erlandson,
1993) que incluyó diversas fuentes (material periodístico, folletería, libros
de visitas y archivos disponibles en Internet, etc.). Finalmente, y para
complementar los
estudios de caso se procedió a realizar entrevistas en
profundidad (Guber, 2011) que permitieron contextualizar los festejos del
centenario en cada uno de los eventos analizados.
La Puesta en
valor del centenario del primer despacho de cemento portland de Argentina.
Presentación de casos y análisis.
En términos de Vélez Restrepo y Galeano
Marín (2002), los casos de estudio seleccionados tienen el carácter de ser
participativos ya que “se centran en una situación, evento, programa o fenómeno
particular”, es decir que son cada uno importante por lo que revela del
fenómeno (en este caso, de la puesta en valor del patrimonio industrial minero local)
y por lo que puede representar para su análisis. Cabe destacar que los estudios
de casos resultan apropiados para investigaciones como la que aquí se presenta,
es decir, de pequeña escala en un marco histórico limitado de tiempo, espacio y
recursos. En este sentido, como proceso de descripción sistemática y de
análisis, el presente estudio de casos pretende construir conocimiento sobre
las regularidades del proceso social de puesta en valor del patrimonio
industrial minero, identificando las particularidades y los patrones
recurrentes en las mismas, así como las tensiones y las contradicciones que
plantean.
Antes de iniciar la presentación de los
eventos analizados, cabe aclarar que por definición el estudio de caso lleva
implícita la descripción (Stake 1994). La
presentación y narración en detalle que sostiene un caso constituye una base
importante del análisis, ya que brindará los sustentos propios
así como los de su puesta en relación con otros. Frente a esta decisión
metodológica general es que se exponen a continuación cada uno de los cuatro
“eventos” que constituyen nuestras unidades de análisis (casos). La descripción
que los presenta es necesariamente pormenorizada y extensa, ya que los detalles
y particularidades de cada uno ponen de manifiesto las cuestiones más
importantes que constituyen los ejes de discusión y análisis de este trabajo.
●
Caso 1. “ADN. Raíces Mineras”
En Olavarría, los festejos conmemorativos
por el centenario del primer despacho de Cemento comenzaron en el año 2018. La Municipalidad,
a través de la Secretaría de Desarrollo Económico[3],
organizó la exhibición itinerante “ADN Olavarría. Raíces Mineras”. Esta muestra
se llevó a cabo entre el 24 y 30 de setiembre en la Casa del Bicentenario, un
edificio municipal que es usado para actividades sociales y culturales. En
dicha exhibición “se propuso un recorrido
por los orígenes de los olavarrienses, a través de sus actividades productivas
mineras, con el objetivo de poner en valor el patrimonio histórico e industrial
local” (Municipalidad de Olavarría 2018). La dinámica del evento consistió
en una semana completa de actividades: entre los días 24 y 28 la exposición
estuvo abierta solo a visitas escolares programadas[4],
el día 29 se realizó la inauguración oficial y en dicho marco se efectuó además
un reconocimiento a actores vinculados al sector minero (Figura 2). Finalmente,
durante la jornada del domingo 30 se abrió la exhibición al público en general,
con la utilización de diversos recursos expositivos, incluyendo paneles infográficos,
realidad virtual y exposición de piezas originales cedidas en préstamo por el
Museo Municipal de la Piedra “Emma Occhi” de la
localidad de Sierra Chica (principalmente herramientas de hierro empleados para
la extracción manual de la piedra y su posterior procesamiento) (Figura 3).
Figura 2.
Tarjeta de invitación a la inauguración de la exhibición ADN. Fuente: Autoras.
Figura 3:
Imágenes representativas de la exposición ADN. Fuente: Autoras.
La muestra se completó con la exhibición de
actividades artesanales en vivo (realización de modelado en arcilla y talla de
piedra del taller de picapedreros y escultores) (Figura 4), eventos musicales y
ferias gastronómicas. Según datos públicos, alrededor de 1.500 personas
asistieron a la exhibición en el transcurso de la semana que tuvo de duración[5].
Figura 4.
Escultura del eslabón de la cadena de ADN realizado en vivo por integrantes del
Taller de Picapedreros y Escultores. Fuente: Municipalidad de Olavarría.
El eje temático que orientó el guión fue el uso histórico de la piedra como recurso
natural local. La exhibición principal fue montada sobre paneles móviles dando
versatilidad al armado y a la adaptación espacial. Los contenidos abarcaron una
amplia línea de tiempo que se inicia hace 15 mil años, con la utilización de
las canteras para la confección de instrumentos líticos por parte de los grupos
indígenas que habitaron el territorio. Luego se describe la producción minera
artesanal de mano de obra inmigrante durante fines del siglo XIX y principios
del XX, destacando el rol de las familias pioneras, tanto en la producción de
la cal como en el trabajo de la piedra. Culmina el relato con el desarrollo de
la industria cementera a gran escala, a partir de la segunda década del siglo
XX, que conllevó a la instalación de las Villas Obreras como modalidad
habitacional. En el cierre se hace hincapié en la aplicación de los minerales
extraídos de Olavarría y su impacto en la vida cotidiana. Finalmente, la
narración llega hasta el presente enfatizando la vigencia y el auge de las
empresas cementeras del partido y su gravitación en la economía regional.
La historia desarrollada a través de los
diferentes paneles fue construida sobre infografías, a partir de textos
apoyados con imágenes. Se utilizaron dibujos originales realizados por una
artista plástica local y fotos de archivo cedidas por investigadores, familias
pioneras, empresas y el Archivo Municipal. Los recursos complementarios fueron
piezas de museo y filmaciones en 4k que permitieron, a través de la utilización
de cascos virtuales, apreciar diferentes escenas actuales del proceso de
extracción y producción minera local, por ejemplo, la rotación 360° para
apreciar las voladuras de frentes de cantera[6]
y el transporte de materia prima desde un camión volquete. Para su construcción
los organizadores solicitaron el asesoramiento a la Facultad de Ciencias
Sociales local (UNICEN) que, a través de sus investigadores, brindó apoyo en la
elaboración de los contenidos.
Resulta oportuno destacar los
reconocimientos que se efectuaron a diferentes actores de la actividad minera
local. Los premios se dividieron en seis categorías y se distinguió a obreros
activos y retirados, empresarios y familias pioneras de la zona (Tabla 1).
Tabla 1.
Detalle de reconocimientos entregados en el marco de la muestra “ADN Olavarría.
Raíces Mineras” (Fuente: registros de Autoras).
En esta oportunidad el único orador fue el
intendente Municipal Ezequiel Galli, quien destacó que
“cuando nace este evento (ADN Olavarría.
Raíces Mineras), nos motivó la importancia de reconocernos en los valores que
han potenciado nuestra ciudad y la necesidad de revisar nuestro pasado,
nuestras raíces y nuestra historia para entender lo que moldea la impronta
minera e industrial de Olavarría; y que ha dado lugar a que nos posicionemos
como ciudad referente del centro de la Provincia de Buenos Aires…La minería y
la industria nos han dado la posibilidad de posicionarnos como referentes de la
región impulsando desarrollo, tecnología y conocimiento, generando valor
agregado desde varios aspectos, logrando así configurar una Olavarría pujante y
transformadora identificada como tal, no sólo en el ámbito local, sino también
en la provincia y en todo el país”[7].
En este discurso se reflejan las
intenciones de empresarios y autoridades de poner en valor este recurso como
acción de patrimonialización tendiente a reflotar,
reforzar e intensificar en el presente local la impronta minera desde una
arista netamente productiva que posiciona actualmente, así como a lo largo de
la historia, a Olavarría en los mercados nacionales e internacionales.
A partir del nombre de la muestra “ADN
Olavarría. Raíces mineras” se apela a la minería como el constituyente
principal del “material genético de los olavarrienses”, invisibillizando
otros componentes de la identidad local. Este sesgo también se evidencia en
todos los aspectos de la exhibición que fue organizada por el personal del
municipio, basándose en textos de expertos y que no incluye en su guión las opiniones de los protagonistas cotidianos
(obreros y vecinos), quienes son puestos en escena por otros y a partir de
reconocimientos externos. A pesar de que en la jornada de inauguración se
presentaron videos realizados por la productora de contenidos audiovisuales de
la Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría con el testimonio de quienes
fueran los seleccionados para la premiación, podría concluirse que tuvieron una
visibilidad menor.
Cabe destacar que esta muestra fue exhibida
sólo en dos oportunidades, una durante la semana de su inauguración en
setiembre de 2018, y otra, en el mes de noviembre de 2018, durante la
realización de un Congreso Internacional sobre Hormigón Armado (ver a
continuación el caso 2 de este apartado).
●
Caso 2. “Historia del Cemento Portland en
Argentina”
Una segunda
actividad directamente vinculada con el aniversario de los 100 años del primer
despacho de cemento fue la exposición denominada “Historia del Cemento Porland en Argentina”, la cual estuvo abierta al público en
general, en el marco del Congreso Internacional del Hormigón que se llevó a
cabo en la ciudad de Olavarría en noviembre de 2018. Precisamente la razón por
la cual esta ciudad fue sede del congreso se relaciona con los festejos por el
centenario, tal como lo expresó el ingeniero local Fabián Irassar,
docente e investigador de la Facultad de Ingeniería de Olavarría, una de las
instituciones intervinientes en la organización del evento:
“Este Congreso
tiene la particularidad de llevarse a cabo en el marco del centenario del
primer despacho del Cemento Portland que salió de Sierras Bayas, que se cumple
en febrero de 2019. Esto redunda en beneficios vinculados a la obra pública y
la infraestructura de la que hace uso toda la sociedad”[8].
La vinculación del evento con la historia
local y la economía regional se expresa claramente en las palabras del
Intendente Ezequiel Galli quien, en la conferencia de prensa inaugural,
sostuvo: “Para nosotros, como capital del
cemento, es un orgullo poder contar con este Congreso, en un momento donde
tenemos grandes inversiones en la ciudad, con una proyección muy positiva para
toda la zona”[9].
En este congreso, desarrollado en el Centro de Convenciones Olavarría
(CCO), además de realizarse
presentaciones referidas a temas diversos relacionados a los diferentes tipos
de cemento (los procesos, propiedades, residuos sólidos industriales y
municipales; las obras de
hormigón, históricas y actuales; las estructuras del patrimonio
arquitectónico, etc.), se llevaron a cabo actividades complementarias como
visitas técnicas a los Centros de Investigación Tecnológica y a las Fábricas de
Cemento de Olavarría, así como conferencias, paneles de obras y exposiciones
conmemorativas sobre la historia del cemento.
La
exposición fotográfica, que tuvo una duración de una semana, se expuso en un
espacio del CCO de gran circulación y de tránsito de los participantes del
congreso hacia otra sala donde se encontraba expuesta la muestra “ADN
Olavarría, Raíces Mineras”. La idea de exhibir reproducciones de fotografía
históricas surgió a propuesta de
la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland y contó con la colaboración
del Grupo de Investigación en Antropología y Arqueología Industrial (GIAAI) de
la Facultad de Ciencias Sociales de la ciudad. Dicho grupo dirigido por el Dr. Carlos Paz, participó en
la selección y edición de fotografías vinculadas a la minería local y que
formaban parte del archivo digital del mencionado grupo, que cuenta con más de
2500 fotografías y videos recopilados a lo largo de dos décadas de trabajo.
La
muestra se centró en 12 imágenes en total (Figura 5) que cuentan
cronológicamente la historia de la producción cementera local, desde la década
de 1940 -con una primera fotografía que muestra desde arriba la “Fábrica de Loma
Negra”- hasta una última imagen del año 1999, en donde se puede observar la
“Fabrica San Martín” de Sierras Bayas, también desde una toma aérea.
Figura 5.
Imágenes de la muestra “Historia del Cemento Portland en Argentina”, expuestas
en el CCO. Fuente: Autoras.
Las fotografías que siguen a la primera
muestran “La Compañía Argentina de Cemento Portland” en el año 1943 y en los
años 50 a los “Edificios para Oficinas y Laboratorios” (1955); a “Alfredo
Fortabat con gente del pueblo” (1956) y al “Edificio de la Escuela de Sierras
Bayas” (1958). De los años ‘60 no se presentan fotografías y de los años ‘70 se
exponen las “Casas de empleados y capataces”; la “Vista Aérea de Fábrica”
(1971) y también la “Calle principal de Hormigón” (1973) y la “Construcción de
Silos” (1978). Entre las últimas imágenes se incluyeron dos fotografías de la
“Fábrica Loma Negra”, una de 1980 y otra de 1990 (Figura 6).
Figura 6.
Imágenes de la muestra “Historia del Cemento Portland en Argentina”, expuestas
en el CCO. Fuente: Autoras.
De esta exposición se destaca un anclaje
puesto en lo visual, ya que la muestra no contiene texto, así como en la
fotografía como fuente documental de una historia local ligada a la industria
del cemento, donde prima el registro sobre la fábrica y/u otros edificios
asociados con esta, como sus oficinas y laboratorios. Sin embargo, la vida
alrededor de este modelo de producción, se observa solo a través de imágenes de
las viviendas de empleados y capataces y de la escuela del barrio, aunque en ellas
se prescinde de la población. La participación de los vecinos se observa sólo
en dos oportunidades: una como anexo del concepto central de la fotografía que
versa sobre las calles de hormigón, donde pueden verse niños en el fondo; y
otra, donde el protagonista de la imagen es Alfredo Fortabat emitiendo un
discurso sobre un escenario rodeado de vecinos del pueblo (Figura 7). Esta
imagen demuestra una presencia sobresaliente de este personaje por sobre otros,
que se rescata como la única figura omnipresente de la historia cementera
local.
Figura 7.
Imágenes de la muestra “Historia del Cemento Portland en Argentina”, expuestas
en el CCO. Fuente: Autoras.
●
Caso 3. “Centenario del primer despacho de
cemento de Planta Sierras Bayas”
Con el objetivo de conmemorar el centenario
del primer despacho de cemento Portland de la fábrica de Sierras Bayas, en el
Museo Municipal de la Estación de dicha localidad, se organizó una exhibición
que tenía como propósitos presentar la historia de la fábrica San Martín y dar
a conocer las tradiciones de un pueblo vinculado estrechamente al trabajo del
cemento. Dicha muestra buscó acercar a los visitantes a los estilos de vida de
la villa obrera, tomando como referencia el trabajo específico en la fábrica,
los quehaceres cotidianos y el modo en que todo el conjunto
de las relaciones sociales estaban permeadas por una actividad minera
que dejó sus huellas identitarias en la comunidad sierrabayense.
La inauguración se realizó el día 10 de febrero de 2019.
La exhibición incluyó un registro
fotográfico, textos e instalaciones, material audiovisual y escenográfico que
ofrecieron al visitante información variada para comprender la relevancia que
tuvo esa fábrica en la construcción de la identidad comunitaria local.
Luego de su inauguración, la muestra
permaneció en el Museo de la Estación de Sierras Bayas durante tres meses. Si
bien la invitación fue dirigida al público en general, se hizo especial
hincapié en la difusión a la comunidad educativa para que concurrieran docentes
y estudiantes de las escuelas primarias y secundarias de la ciudad de Olavarría
y sus localidades.
En el museo, cada uno de los espacios
fueron utilizados para representar - con fotografías, imágenes y planos- la
historia de la industria de cal y cemento en Sierras Bayas y los actores que
fueron parte de este proceso desde sus inicios hasta la actualidad (Figura 8).
Presentadas en un orden cronológico con sus respectivas informaciones, las
diversas gigantografías ilustraron las etapas por las que fue transitando la
empresa cementera (Figura 9). Cabe destacar que al ingresar por la puerta
principal del Museo se encontraba la máquina original utilizada por los
trabajadores del cemento para “marcar tarjeta” al inicio y finalización de su
jornada laboral y que también servía como control del pago mensual y quincenal.
Esto representó un gran atractivo para los estudiantes, quienes tuvieron la
oportunidad de marcar una tarjeta tal como lo hacían sus antepasados, los
obreros de fábrica.
Figura 8. Izquierda
Sala 1(ingreso a la Exhibición). Derecha Sala 2 (“la embolsadora”), Museo de la
Estación de Sierras Bayas. Fuente: Autoras.
Figura 9.
Fotografía aérea de la fábrica San Martín de la Compañía Argentina de Cemento
Portland en Sierras Bayas, año 1965. Fuente: colección del Museo de Sierras
Bayas.
También se expusieron las primeras bolsas
de tela blanca utilizadas para envasar y despachar el cemento Portland y las
máquinas de coser utilizadas para su elaboración, así como la impresión del
logo de la empresa en color azul. Esas bolsas adquirieron a lo largo de los
años un alto valor simbólico en la historia de todos los sierrabayenses.
La máquina de coser cumplió un rol muy importante dentro de la empresa, ya que
significó la fuente de trabajo de decenas de mujeres, que se encargaban de
reparar las bolsas que retornaban a la fábrica. Se exhibieron además las
primeras camisetas de fútbol utilizadas para representar al Club Social y
Deportivo de Sierras Bayas. El dato anecdótico en relación a la importancia de
la actividad industrial cementera en el pueblo es que los colores que
representaban al club (amarillo y negro) fueron tomados del logo de la empresa.
La muestra también incluyó un sector
destinado para la exposición de la obra perteneciente al artista plástico sierrabayense Daniel Fitte,
llamada "Guantes usados por obreros de una fábrica productora de cal"
que representa un homenaje constante al obrero. Para realizarla, los
trabajadores le facilitaron sus guantes, sus herramientas y sus prendas, a fin
de que pudieran ser plasmados en una obra que se complementaba a la perfección
con la muestra del centenario del primer despacho de cemento Portland. Según Fitte, el sentido principal fue -a través de estos objetos
materiales- otorgarle voz propia a esos trabajadores,
visibilizar con objetos la actividad industrial y poder rescatar el patrimonio
cultural de la comunidad. La obra de Daniel Fitte se
construye en base al legado material y simbólico del pueblo de Sierras Bayas,
lugar donde nació, vive y trabaja. Este artista considera que las huellas del trabajador sobre una pala constituye “el
espíritu vivo de quien las usa, sus guantes, la piel más fiel y las
herramientas que lo acompañan todos los días, como su DNI”[10].
Cabe destacar que el día posterior a la
inauguración de esta exposición en el Museo de la Estación (11 de febrero de
2019) se realizó un acto protocolar conmemorativo, también en la localidad de
Sierras Bayas, específicamente en el lugar donde se emplaza el monumento en
homenaje al Trabajador del Cemento[11].
Si bien este acto no constituye una acción de puesta en valor vinculada al
proceso de patrimonialización aquí abordado,
representa una instancia más de resignificación que permite recuperar las voces
de diversos actores sociales (locales, regionales y nacionales), mediante sus
discursos alusivos al centenario.
La celebración comienzó
luego del tradicional sonido del silbato que cien años atrás marcaba el inicio
de la jornada laboral, posteriormente tomaron la palabra los representantes de
la Asociación de Fabricantes de Cemento Portland y del Instituto Argentino de
Cemento Portland. En sus discursos coincidieron en destacar a este evento como
algo representativo de toda la industria argentina, señalando la relación
directa que existe entre la industria cementera y las diferentes actividades
propias de la vida cotidiana “donde el cemento interviene en todos nosotros a
través de las diferentes construcciones materiales como por ejemplo los
hogares, las escuelas, los hospitales y las rutas”.[12]
Aseguraron que “era un honor” poder compartir con la comunidad de Sierras Bayas
este momento tan importante de conmemoración de los cien años de la primera
bolsa de cemento despachada desde la industria nacional, acontecimiento que
permaneció presente en el desarrollo del país y que continúa en la actualidad.[13]
También se calificó al evento como una
“fiesta de los trabajadores” que fueron los actores centrales y encargados de
construir esta realidad. Se insistió en considerar al cemento como “la máxima
expresión de la industrialización del valor agregado argentino a un producto
minero”, y se mencionó el recorrido por los establecimientos industriales y los
yacimientos de rocas, destacando las inversiones necesarias para incrementar la
productividad y la economía en todo el país.
Asimismo se recordó la historia de la ciudad de
Olavarría, en dos momentos, por un lado se hizo referencia al
un fuerte militar de 1870 protegía a los comerciantes de los “aborígenes” y,
por el otro a las primeras décadas del 1900, cuando se lograría obtener lo que
hoy es el cemento.
Para cerrar los discursos, el intendente de
Olavarría aseguró que para los olavarrienses es muy importante estar cumpliendo
cien años del comienzo de la fabricación del cemento, además destacó que
“actualmente se está produciendo el cincuenta por ciento del cemento del país,
lo que posiciona a la ciudad en una situación de privilegio y de absoluta
responsabilidad”. Celebró que las cementeras que están ubicadas en Olavarría
estén llevando adelante inversiones para seguir creciendo, para “seguir
produciendo ese cemento tan necesario para la vida cotidiana de todos los
argentinos”. Caracterizó “estos cien años, como cien años de producción, de
trabajo” y, además, expresó el gran deseo de que esto continúe creciendo y que
“Olavarría siga siendo la capital del cemento para poder estar presente en cada
punto del país”.
Posteriormente se descubrió una placa
recordatoria de la celebración del centenario y se dio paso a la entrega de
reconocimientos a más de 40 personas que estuvieron ligadas a la industria
cementera y que ocuparon diferentes puestos de trabajo en la fábrica.
La intención de hacer mención a este acto
en el contexto de las múltiples celebraciones por el centenario fue la de
ofrecer mayores elementos de comparación a fin de poder contrastar los
diferentes ámbitos y actores involucrados, lo que resulta útil para
caracterizar la relación actual que los diferentes agentes sociales establecen,
tanto con la historia como con la producción actual de cemento. Cabe destacar
que, por un lado, en la exhibición del museo se planteó como principal objetivo
el de acercar al visitante a conocer la vida laboral y social que proponía la
fábrica, mientras que por otro, quienes representan
los intereses políticos y económicos de la industria (tanto a nivel nacional
como provincial y local), ponen el acento en resaltar la importancia que tuvo,
y sigue teniendo, la producción cementera para el desarrollo del país y
concretamente para la ciudad de Olavarría. No obstante, quienes fueron los
actores más inmediatos y centrales en este proceso, es decir los trabajadores y
las familias obreras de Sierras Bayas, lejos de rescatar los aspectos
vinculados a lo material y a lo económico, le otorgan a la instalación y
permanencia de la muestra en el museo otro sentido: el de reconstruir la
historia de Sierras Bayas y dar a conocer las marcas identitarias que la
producción de cemento fue dejando en toda la comunidad y que mantienen su
vigencia.
●
Caso 4. “Monumento conmemorativo del
centenario del primer
despacho”
Finalmente, la construcción de un monumento
en el acceso a la localidad de Sierras Bayas también fue parte de las
actividades que rememoran los comienzos de la industria minera en la localidad.
La escultura fue realizada por el artista plástico local Juan Ignacio Cardiello, quien fue convocado por el municipio, la empresa
Loma Negra y el Rotary Club local (Figura 10). Consta de tres piezas con un
gran valor simbólico que se construyeron utilizando elementos originales
vinculados a la industria cementera. La base (primer pieza)
está realizada con una antigua herramienta llamada moledora de piedras calizas,
el Nº 100 (segunda pieza) fue construido con cemento
y, por último, una antigua bolsa de cemento (tercera pieza) fue recreada con
piedra dolomita tallada, una roca característica de la zona que forma parte del
legado minero de la localidad de Sierras Bayas[14].
Figura 10. Monumento inaugurado en febrero
de 2019 al conmemorarse los 100 años del primer despacho de cemento Portland.
Fuente: Autoras.
La importancia de esta pieza escultórica
radica, más allá de su valor artístico, en su carga simbólica, es decir en su
capacidad para representar la significación del centenario para este pueblo
pionero en particular, pero también para la comunidad toda de Olavarría. La
monumentalización posee un significado social e histórico vinculado a los
patrimonios de determinadas comunidades, porque tiene la capacidad de evocar
hechos, acontecimientos, vivencias, en tanto testimonio tangible de una
determinada cultura, de un modo de hacer o, como en este caso, de un modo de
producción y de vida asociada a ella, que marcó una época emblemática en el
partido. Si bien actualmente existen otros tipos de estrategias de puesta en
valor menos restringidas que la de la instalación de un espacio y un elemento
conmemorativo, este modo clásico continúa estando vigente en el imaginario
social, ya que remite a un pasado como testimonio de un período de la historia
que ya no existe, que se desea recordar, que a menudo se idealiza (Samuel,
1994; Lowenthal, 1998) y que conlleva implícita la
idea de preservar y proteger la materialidad remanente. Paradójicamente, el
monumento fue emplazado en febrero de 2019, en el predio de la fábrica que en
septiembre del mismo año anunciaría su cierre definitivo para ser reemplazada
por una nueva planta procesadora con tecnología más avanzada, emplazada en la
localidad de Loma Negra. De este modo la fábrica de Sierras Bayas ha quedado en
desuso,[15]
convirtiéndose en un pasivo industrial de destino incierto. Esta situación
tiene un impacto a nivel nacional, regional pero también local, ya que dota al
monumento realizado por Cardiello de un valor aún
mayor para la comunidad sierrabayense ya que no sólo
simboliza el pasado sino también el presente incierto de la colectividad
minera, situación que es contradictoria con el contexto de celebraciones que
marcó el inicio del mismo año.
Conclusiones
En este artículo se presentaron las
diferentes actividades de rememoración y puesta en valor que se realizaron en
la ciudad de Olavarría y en la localidad de Sierras Bayas en el contexto de las
celebraciones por el centenario del primer despacho de cemento de Argentina. A
lo largo de este trabajo se hizo hincapié en la diversidad de acciones que
fueron gestadas por los diferentes sectores sociales, por lo que las
celebraciones fueron adquiriendo en dicho proceso improntas particulares y
distintivas. En ese marco cabe preguntarse, ¿quiénes fueron los principales
interesados en movilizar estos procesos de activación patrimonial?¿Qué
aspectos se seleccionaron para ser visibilizados en el marco de la
conmemoración del centenario y cuál fue el rol -primero previsto y luego
efectivo- de la comunidad?
Como se mencionó anteriormente, en rasgos
generales, la activación se realizó “desde arriba”, con el asesoramiento de
expertos y muy escasa participación social de vecinos, trabajadores y ex
trabajadores, por lo que el rol previsto para ellos fue el de destinatarios,
asimilados al público en general. En cada uno de los casos, puede apreciarse
que los sectores vinculados a la gestión política y económica de la ciudad
fueron los protagonistas, actuando algunos investigadores de ámbitos académicos
locales desde el rol de asesores expertos.
Esta cuestión no es menor ya que, tanto en
el guión de las muestras, como en los discursos de
los representantes del sector público y empresarial, se presentan de manera
indiscutidas algunas cuestiones como la valoración de la industria minera, del
progreso, así como la necesidad efectuar permanentes cambios, acompañando el desarrollo
económico del país. Sin embargo, ese discurso se contrasta con la realidad
cotidiana de Sierras Bayas impactada por las marcas territoriales que deja la
explotación minera en el propio casco urbano, el cierre de la emblemática
fábrica que, dada su ubicación estratégica
domina el paisaje sierrabayense, al que se
suman los hornos históricos abandonados y los pasivos mineros que dejan los
pozos de las canteras en desuso y que van dando lugar al “fantasma” del paisaje
posindustrial en el corazón mismo de la localidad.
De modo que no es extraño esperar que sus
habitantes experimenten una fuerte nostalgia por los tiempos pasados, por
aquella “época de oro” de una fábrica que demandaba gran cantidad de mano de
obra y de un modo de vida que estaba dominado por los ritmos que imponía la
dinámica laboral, incluidas las celebraciones anuales, como la Fiesta Nacional
del Cemento (ver Giacomasso, Lemiez
& Conforti, 2019). En los testimonios que se
recogieron en las producciones audiovisuales se destaca precisamente el orgullo
por el trabajo minero y la nostalgia por las épocas de auge de la localidad.
Así, el mundo del trabajo cargado por los
emblemas de la fábrica está siempre presente en las diferentes evocaciones del
pasado, en las muestras e exhibiciones locales, en las
obras de los artistas, que usan materiales reciclados, en la camiseta del club
local que aún conserva los mismos colores y en los saberes tradicionales que se
intentan transmitir, como las técnicas de los picapedreros artesanales.
En ese marco, se abre un panorama incierto
para la localidad que se irá configurando con mayor agudeza en las próximas
décadas. Esa nostalgia del pasado puede, no obstante, servir para promover una
actitud valorativa de todos estos vestigios que ha dejado el mundo del trabajo
fabril y que son susceptibles de poner en valor. Esta no es una cuestión menor
si se reconoce que el patrimonio cultural contribuye, además, a la promoción de
sentidos de pertenencia, integración y responsabilidad; así como la producción
de acciones democráticas en asuntos de interés común (UNESCO, 2014). La puesta
en valor del patrimonio natural y cultural de la zona es sin duda un desafío a
asumir, no sólo desde el espacio de la conmemoración, sino a través de una gestión sostenible.
La remediación de antiguos pasivos mineros, la preservación de instalaciones
industriales, maquinarias y herramientas, así como de otros edificios que
forman parte del conjunto fabril y la villa obrera serán todo un desafío para
los próximos años, así como la recuperación de las memorias asociadas.
Las recientes actividades de conmemoración
-analizadas aquí como casos- se presentan como hechos aislados y sin intención
de continuidad. No se observa desde la gestión gubernamental una política
patrimonial que vaya un poco más allá del discurso y las buenas intenciones. La
comunidad local, por su parte, demanda una acción permanente de preservación y
de rememoración, así como un espacio que se constituya en un repositorio de esa
memoria social; lo que supera ampliamente lo desarrollado hasta el momento. El
museo local ubicado en la antigua Estación de Tren se encuentra en malas
condiciones edilicias y carece de una muestra permanente que dé cuenta de la
historia sierrabayense en su integralidad. Mientras
tanto queda pendiente una verdadera reflexión comunitaria sobre el futuro
postindustrial de Sierras Bayas, así como una planificación desde la gestión
política, con la participación ciudadana, que abra nuevos horizontes para la
población local.
La reconversión de las estructuras fabriles
en un patrimonio industrial susceptible de generar nuevas oportunidades para el
turismo sustentable local (ICOMOS, 1999; Richards, 2000) será, sin duda, uno de los grandes
temas de discusión. Cabe destacar que para el patrimonio minero se constituya
en un articulador de procesos sociales y generador de dinámicas culturales de
revalorización comunitaria, se requiere que “la patrimonialización
dé el salto al ámbito de influencia de la política local”, como señalan
Hernández Ramírez & Ruiz Ballesteros (2005a: 118). En efecto, la sinergia
entre una política sostenida de puesta en valor del patrimonio y el interés e
iniciativa de la comunidad local es esencial para activar estos procesos y
darle largo aliento. Las experiencias desarrolladas en otros sitios y lugares
del patrimonio industrial dan muestra y sin duda refuerzan esta afirmación (Alfrey & Putnam, 2003; Hernández Ramírez & Ruiz
Ballesteros, 2005b; Álvarez-Areces, 2008).
Agradecimientos
Agradecemos a los referentes de cada uno de
los casos analizados en este artículo por ceder su testimonio, así como
permitir el acceso a los espacios presentados para su registro. Este trabajo
fue realizado en el marco del programa Interdisciplinario de Estudios del
Patrimonio (PATRIMONIA), del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y
Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA-UE CONICET), con
financiamiento proveniente de los subsidios dirigidos por la Dra. María Luz Endere: PIP CONICET 1122015 – 0100106 CO “Estudio de las
significaciones sociales del patrimonio cultural del partido de Olavarría,
provincia de Buenos Aires. Propuesta metodológica para su visibilización
y salvaguarda” y PICT ANPCyT 0551/2106
“Investigación, Gestión y Significación Social del Patrimonio Cultural en el
Centro de Buenos Aires y Centro-Este de San Luis”, y de la Dra. María Eugenia Conforti: PICT ANPCyT 0624/2017,
“Patrimonio arqueológico y comunidad local. El caso del partido de Benito
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Evaluado: 20/02/2020
Versión Final: 03/04/2020
[1] En
este trabajo se utiliza el concepto de puesta en valor (ver definición más
adelante en el apartado teórico) pero además nos referiremos a él con otras
expresiones a las que le atribuimos un significado equivalente tales como
“valoración”, “activación del patrimonio” o “proceso de patrimonialización”.
[2] Se
entiende que los bienes patrimoniales son repertorios que se activan por ideas
y valores, subsidiarios de los intereses de quienes los propugnan y comparten.
De acuerdo a esta concepción es posible entender las diversas activaciones
patrimoniales, no solo como representaciones simbólicas de ciertas versiones de
la identidad, sino también como estrategias políticas, al servicio de intereses
determinados.
[3]El
evento fue organizado en conjunto por la Secretaría de Desarrollo Económico -a
través de sus Direcciones de Minería y Turismo- y la Subsecretaría de Cultura y
Educación, además se sumaron empresarios industriales.
[4]A
los grupos escolares de nivel primario y secundario se les ofrecían visitas
guiadas, a cargo de personal de la Municipalidad que se desempeña en el área de
Museos, y se les entregaba un material bibliográfico con información sobre los
contenidos de la muestra para su tratamiento en el aula.
[5]Fue
visitada por 14 escuelas, contabilizando un total de 850 estudiantes; 200
personas participaron de la inauguración oficial y la entrega de
reconocimientos y el día domingo asistieron 450 visitantes (https://lu32.com.ar/nota/66916/importante-convocatoria-en-adn-olavarria-raices-mineras)
[6]Las
“voladuras” son explosiones que se realizan a cielo abierto para la extracción
de materia prima (rocas), generando así un pozo profundo denominado cantera.
[8]https://www.olavarria.gov.ar/se-presento-el-congreso-internacional-del-hormigon/
[9]https://www.olavarria.gov.ar/se-presento-el-congreso-internacional-del-hormigon/
[10]http://www.lu32.com.ar/movil/nota.php?ID=3219
[11]
Dicho monumento se inauguró también un 10 de febrero del año 2010, al
conmemorarse el 91º aniversario del primer despacho de cemento. La obra fue
realizada por el artista plástico local Daniel Fitte y organizado por el Rotary
Club serrano. http://www.sierrasbayas.com.ar/HISTORIA/CEMENTO/monumentotrabajadordelcemento.html
[12] https://enlineanoticias.com.ar/secciones/ciudad/sierras-bayas-a-un-siglo-del-primer-despacho-de-cemento
[13]https://enlineanoticias.com.ar/secciones/ciudad/sierras-bayas-a-un-siglo-del-primer-despacho-de-cemento/