Reseñas bibliográficas

 

 

Vázquez, C. (2020). Campesinos de pie. La formación del movimiento campesino en Formosa. Universidad Nacional de General Sarmiento- Universidad Nacional de La Plata - Universidad Nacional de Misiones: Los Polvorines. La Plata: Posadas, 211 páginas.

 

Cristian Vázquez, Magister en Ciencias Sociales por la UNGS-IDES, forma parte del Instituto de Investigaciones sobre el Lenguaje, Sociedad y Territorio (UNaF-CONICET) y es docente en la cátedra de Historia Regional en la Universidad Nacional de Formosa. Su obra, editada en conjunto por la UNGS, UNLP y UNaM, forma parte de la Colección “Entre los libros de la buena memoria” dedicada a la publicación, bajo la modalidad open-access, de trabajos inéditos sobre historia reciente y memoria, por lo cual se puede acceder al e-book gratuitamente.

Campesinos de pie es un aporte al dinámico campo de estudios sobre historia reciente; en esta obra se aborda la gestación de, lo que el autor considera, la mayor experiencia organizativa que ha tenido lugar en la provincia de Formosa. Vázquez nos propone así, desentramar el complejo proceso que ha llevado a la emergencia de la organización campesina en Formosa, proceso que se ha cristalizado en 1971 con el nacimiento de la Unión de Ligas Campesinas Formoseñas (ULICAF).

Producto de una investigación sostenida por un corpus documental rico y variado, este trabajo se apoyó, por un lado, en prolíficas fuentes escritas entre las que se incluyen la prensa escrita, estadísticas, folletos, actas e informes internos de instituciones y organizaciones eclesiales y laicas. Un punto aparte merece el trabajo con fuentes orales, que aparece como un verdadero aporte metodológico a la investigación. De este modo, gracias al contacto mediante entrevistas formales, conversaciones y correspondencia electrónica con informantes clave, que protagonizaron los procesos desarrollados en la investigación, el autor aborda estos testimonios como un tipo particular de evidencia histórica que enriquece considerablemente el trabajo.

Campesinos de Pie se inicia rescatando de la prensa escrita la voz de Hilarión Patiño, una de las tantas personas que habitaban el medio rural formoseño, que padeció el expolio y abandono del Estado en la década del sesenta. Desde aquí, el autor comienza a delinear su objeto de estudio. En dicho apartado, a modo de introducción, Vázquez se ocupa de definir la construcción de los límites temporo-espaciales y de problematizar conceptualmente su sujeto, el campesino. Remitiéndose a los estudios y debates actuales sobre el campesinado, el autor justifica el uso de la categoría de campesino para el caso de Formosa, y se ocupa de elaborar una definición precisa, adecuada a su objeto de investigación: “entendemos por campesino a la población rural que se dedica principalmente a la agricultura. Sin embargo, la producción de la tierra a menudo se complementa con otras actividades económicas… La producción del campesino, sea directamente para el consumo o con destino al mercado, tiene como objetivo la subsistencia” (p. 32). Por último, y en íntima relación con lo antedicho, el autor, refiriéndose a la experiencia liguista en el nordeste de la Argentina, presenta al lector un estado del arte en el tema y marca las diferencias entre el derrotero formoseño y el de las provincias vecinas.

En cuanto a su estructura, el cuerpo del libro se divide en cuatro capítulos, además de la conclusión y un anexo en el que se comparten mapas, fotos y otras documentaciones. El capítulo primero se ocupa de presentar la estructura agraria formoseña. Con la intención de evidenciar las particularidades que configuraron social y económicamente a Formosa, se traza un itinerario que parte desde fines del siglo XIX y llega hasta el periodo estudiado. La tenencia de la tierra, la manera en que actuaron las legislaciones, las principales actividades económicas, la composición del campesinado y las condiciones en las que se encontraba este último, son algunas de las cuestiones trabajadas. Asimismo, se ofrece una visión comparada con las realidades de las zonas de Chaco y norte de Santa Fe buscando enfatizar en los rasgos peculiares de la situación local y, especialmente, en las circunstancias socioeconómicas que ceñían al campesinado.

El segundo capítulo, titulado “Violencia y despojo contra el campesinado formoseño”, analiza minuciosamente el proceso de privatización de tierras fiscales que tuvo lugar en los sesenta, en el marco del nacimiento institucional de la provincia de Formosa y de la armazón jurídica que le dio cuerpo. El autor explica de qué manera tal situación fue reforzada por las acciones del gobierno de facto de la “Revolución Argentina” a mediados de la década, montándolo a su vez, sobre una estructura económica regional en crisis. Este capítulo procura evidenciar el modo en que esa articulación de factores fue en detrimento de la población campesina, empujándola bruscamente a una situación cada vez más crítica.

Habiendo presentado la estructura que ha absorbido la trayectoria de cientos de vidas y familias, Vázquez decide recuperar nuevamente a Hilarión Patiño, quien encarna la realidad de su sujeto de estudio; esto lleva al autor a la decisión de tomar esa experiencia concreta, situarla en el escenario descripto y hacerla dialogar con el cuerpo de la investigación, analizando el proceso a luz del testimonio de Patiño.

Luego de examinar la situación local, el autor se vuelca a rastrear los esfuerzos y las acciones que se ensayaron en el medio rural. Es así que el corazón de la investigación se encuentra en los últimos dos capítulos.

En el tercero, se explora la actuación de distintas instituciones que comenzaron a penetrar en la vida rural en los sesenta; intervenciones sin las cuales es imposible pensar la constitución del “campesino como sujeto político” (p. 89). Aquí, el autor examina, por una parte, el desenvolvimiento de la joven Diócesis de Formosa, la actitud y proceder del obispado, y las primeras acciones pastorales en el agro formoseño. En segundo lugar, estudia la labor del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en la generación de espacios de sociabilidad en el medio rural, así como la articulación de acciones entre esta entidad y las de filiación católica. En este capítulo se presenta entonces, la antesala del establecimiento del Movimiento Rural de Acción Católica (MRAC) en Formosa.

Finalmente, el último y más extenso capítulo aborda con gran detenimiento los antecedentes que hicieron posible el surgimiento del MRAC, sus principales líneas de acción, su articulación con asociaciones del sector civil: el PUCAM (Por Un Campo Argentino Mejor), su arribo y actuación en Formosa y finalmente su retirada. Al mismo tiempo, se presenta un panorama de los cambios en la Iglesia católica a nivel mundial y continental, que influyeron en la actitud del MRAC y, de su mano, en el proceso de politización del campesinado. A este respecto, se analizan las tensiones suscitadas tanto en la jerarquía eclesial a nivel nacional, como los conflictos que llevaron a la ruptura del MRAC con el PUCAM, y la final expulsión del cada vez más agitado Movimiento Rural de la organización madre, la Acción Católica Argentina. Desde aquí, se puede rastrear la emergencia de la organización campesina en Formosa, materializada en el nacimiento de la ULICAF (Unión de Ligas Campesinas Formoseñas) en 1971.

Para concluir, Vázquez propone al lector una síntesis reflexiva, que procura resignificar la experiencia de los campesinos formoseños, su participación y compromiso con un legítimo proyecto político. A lo largo de Campesinos de pie, el autor se ocupa de remarcar esa identidad de la población rural formoseña como grupo social, identidad que le fue negada desde el Estado y los espacios académicos al reducir el concepto de campesino a los aspectos netamente productivos. En este sentido, Vázquez sostiene que el uso de las categorías de pequeño productor o minifundista como sinónimo de campesino, no ha hecho más que invisibilizar a estos últimos.

Es así que, en la integridad de la obra subyace la intención del autor por rescatar el concepto de campesino en toda su complejidad, dotando al sujeto de dicha identidad que le fue negada; la misma que años después, gracias a la articulación de procesos históricos particulares, fue asumida políticamente por los propios protagonistas de las ligas campesinas formoseñas en su lucha por la subsistencia y la tierra.

Este trabajo realiza una importante contribución al desarrollo de la historiografía regional y brinda un acercamiento tanto al mundo rural formoseño como al universo eclesiástico, poniendo de manifiesto el carácter intrincado de la realidad histórica abordada. Asimismo, permite al lector mirar y analizar, desde la experiencia de Formosa, el entrecruzamiento de procesos económicos y sociales más amplios. Lo local iluminando lo global.

 

 

Emilia Sol Delgado

Universidad Nacional de Formosa (Argentina)

soldelgadofsa@gmail.com                

 

 

 

 

 

Ríos, J. (2019). Un franquismo con franquistas. Sevilla: Editorial Renacimientos, 396 páginas.

 

A pesar de que existen importantes investigaciones sobre historia cultural y producción intelectual de la dictadura del general Franco, este espacio temático es el que menos desarrollo historiográfico ha tenido hasta la fecha. La mayoría de investigadores se han volcado con cuestiones políticas y socio-económicas de la historia española del siglo XX, dejando el mundo de la cultural en una segunda fila. Un franquismo con franquistas[1] es la culminación de un largo proceso de estudio, planteado sobre el análisis de la creación cultural surgida de ciertos personajes y acontecimientos destacados, entre los años cuarenta y setenta del siglo pasado.

Juan Antonio Ríos Carratalá[2] afirma, de forma un tanto sarcástica, que es bastante complicando ensamblar diferentes casos referenciales de estudio sobre el sistema de  producción cultural de la dictadura. El título de la obra parece que pretende llamar la atención, también contiene una connotación irónica y condensa el mensaje principal de libro. La realidad de aquellos tenebrosos años es bastante complicada, porque está llena de personajes singulares y mediocres (que van desde interesados y a fanáticos). El estudio de la obra y la personalidad de algunos individuos rompe los marcos tediosos de investigación académica, pero no por ello deja de tener rigor histórico. El resultado es una sucesión de historias, reconstruyendo contextos y escenarios, que evidencian la falta de capacidades creativas durante aquellos años y la obsesión por someter el mundo de la cultural, la comunicación y la interpretación artística. La disposición de elementos sin orden cronológico, en cada capítulo, dota a la obra de una carcasa ensayística, pero la estructura de la obra no tiene una estricta naturaleza de ensayo.    

En el primer capítulo, “Franco, figura racial y prez de España”, se hace un repaso a la construcción de la imagen de Franco en público, también se resumen la personalidad del dictador a través de curiosidades, anécdotas y fuentes primarias (prensa, memorias y cine). El mundo de la cultura, más allá de estar controlado, estuvo instrumentalizado por el aparato del Estado, para colocar los engranajes de una compleja y multifuncional maquinaria propagandística. Los movimientos antifranquistas minusvaloraron la capacidad que la dictadura tenía para moldear a la opinión pública y limitar el acceso a la información subversiva.

“Don Francisco, censor residente en RTVE” es el título del segundo capítulo. En estas páginas se hace un repaso del papel rector del nacional-catolicismo en las instituciones culturales y los medios de comunicación, desde el caso de estudio de la trayectoria profesional del jesuita Francisco Ortiz Muñoz. La acción de la censura y la promoción de contenidos adecuados muchas veces fueron improvisadas y sujetas a criterios individuales, pero formaron parte de una estrategia global de control y disuasión, que fue evolucionando ante los diferentes contextos socio-políticos. En la parte final del capítulo se presta atención a las continuidades de la reforma comunicativa y la apertura periodística de la fase final de la dictadura y de los primeros años de la restauración borbónica.

Los contenidos culturales destinados a los espectadores españoles, muchas veces, se diseñaban para ser proyectados también hacia el exterior, para coadyuvar en la promoción de una imagen de España diferente. El tercer capítulo, “Jaime de Mora y Aragón, golfo distinguido”, se plantean algunos ejemplos de proyectos empresariales que acabaron en enriquecimiento y popularidad. La publicidad, el espectáculo y el entretenimiento adquirieron una nueva dimensión en la década de 1960, en la que las narrativas oscilaban entre la banalidad rosa y el amarillismo intrascendente.  

“José Vicente Puente, estrenista” (cuarto capítulo) hace referencia a la trayectoria profesional del señor Puente García-Arnaiz, licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid (antigua Universidad Central de Madrid). Formó parte de las redacciones de Arriba, Informaciones, El Correo Español, La Voz de España, Domingo, Fotos, ABC, Primer Plano, Semana, Y, Vértice, La Codorniz, La Hoja del Lunes, Indiscreto Semanal y Ya. También fue corresponsal de Clarín en España y colaboró en la elaboración de decenas de programas para Radio Nacional de España y Televisión Española. Un ejemplo de periodista polifacético, con tendencia al entretenimiento informativo; diseñador de contenidos por encargo del oficialismo.

“Guillermo Sautier Casaseca, rey de la lágrima” es el título del quinto capítulo. Un ejemplo de publicista y fotógrafo que realizó muchos proyectos de colaboración con Ondas, la sección de reportajes gráficos de ABC y el departamento de publicidad de Radio Madrid. Cuando se consolidó comercialmente la Sociedad Española de Radiodifusión (actual cadena SER), participó en la producción de las grandes programaciones seriales, que se convirtieron en el símbolo cultural de los años cincuenta y sesenta. Fue un gran conseguidor para los grupos mediáticos y un seleccionador de trabajadores del “periodismo” y la ficción sonora. Un paradigma del “apoliticismo de derechas”, que se hizo rico creando radionovelas de entretenimiento.  

En “Fernando Vizcaíno Casas, autor con inquietudes” (sexto capítulo) se pone de manifiesto la estrategia franquista de aparentar libertad de pensamiento y de expresión entra las diferentes familias que componían el Movimiento Nacional. El autor Vizcaíno Casas es el caso de estudio escogido en estas páginas, por ser un miembro diferencial de su generación. La función principal de este dramaturgo fue idealizar el pasado, mediante la construcción de narrativas y ambientaciones nostálgicas. Durante el Tardofranquismo, se cultivaron muchos textos y modelos informativos que presentaban a la primera fase de la dictadura como un periodo entrañable para todos los españoles. Vizcaíno Casas fue uno de los arquitectos de aquella construcción de un “pasado feliz”.

“Luis Carrero Blanco, guionista aleccionador” es el título del séptimo capítulo. En estas páginas se cuenta como la cúpula política de la dictadura se implicaba directamente en el cribado de los productos culturales y los contenidos comunicativos. Se presta una especial atención a la serie televisiva Crónicas de un pueblo. En la fase final de la dictadura se consolidó una vieja tendencia por la trasmisión de valores y consignas a través de creaciones de ficción. Dichas creaciones se proyectaron fuera de un contexto político, pero con una gran carga de adoctrinamiento, con el objetivo principal de combatir el pesimismo social por el devenir de los acontecimientos. El propio almirante Carrero Blanco se implicó en estas tareas de control de guion y selección de guionistas. En Televisión Española se produjeron muchas series y programas bajo esa premisa, hasta conformar un modelo estable, que estuvo vigente hasta casi una década después de la muerte de Franco.   

El octavo capítulo, “Plinio en ‘Un paisaje de boinas’”, continúa con el tema de la ficción, pero se focaliza sobre los aspectos sociales de las historias policiales y del periodismo de sucesos. Destacando algunos nombres que se adentraron sobre una serie de cuestiones prácticamente inexploradas durante los primeros años de la dictadura. El noveno capítulo, “Justas poéticas y otras ceremonias”, ironiza sobre la nómina de ganadores del Premio Nacional de Poesía durante la dictadura. También, se pone el foco sobre las labores transformadoras de Fraga. Se pone como caso de estudio el NO-DO y los objetivos interministeriales: la acción de reformar algunas cosas para lograr que nada cambie.

El profesor Ríos Carratalá (décimo capítulo: “Mao Tsé Tung, chino sensual”) recoge algunos ejemplos sobre la interpretación nacionalista de la realidad que provocan hilaridad. Destaca una información del Diario de Zamora, que explicitaba que Mao Tsé Tung estuvo amancebado con una cabaretera valenciana. “Mayo del 68 en una capital de provincias” es el sugerente título del décimo primer capítulo. Aquí se cuenta el pánico de los gestores de la prensa del Movimiento Nacional ante los acontecimientos de las revueltas estudiantiles en París y las tensiones sociales en los Estados Unidos. Se enumeran algunas de las estrambóticas estrategias institucionales llevadas a cabo para evitar que el derrumbe del “orden internacional” tuviese un efecto pernicioso entre las nuevas generaciones de españoles, desde una perspectiva provinciana y chovinista.

En el último capítulo (décimo segundo) el autor plantea una serie de reflexiones sobre la pervivencia de la cultura de la dictadura después de la muerte del dictador.  Aquí se hace una descripción del franquismo digna de ser transcrita: “[…] El franquismo fue violento y cruel, más si cabe que otros periodos dictatoriales, por una mediocridad elevada a definitiva razón de Estado. Las víctimas se acumularon a lo largo de los años y espero que algún día tengan el debido reconocimiento de una democracia incapaz, hasta ahora, de mirar atrás sin el miedo de observar unos rostros demasiado familiares. De ahí que ‘la culpa’ se haya personificado en unos pocos y aislados sujetos hasta crear la ilusión de un franquismo sin franquistas. […]”. Estas líneas condensan el sentido general de la investigación, también una idea del autor repetida en muchas de sus publicaciones y manifestaciones académicas.

En el prólogo se profundiza sobre la idea de que la memoria socio-política de un tiempo está muy influenciada por la imagen construida por algunos elementos culturales. El franquismo construyo un sistema de creación cultural sostenido por, en palabras del autor, “logreros, oportunistas, caraduras y otros colectivos”. Dicho sistema promovía unos estándares de producción basados en el control ideológico, lo que generó un contexto de mediocridad generalizado. Todos los capítulos (sin numeración tipográfica) poseen un vínculo de interconexión temática e interpretativa. El autor hace un gran esfuerzo de síntesis y de ordenación temática, ya que trata de crear un marco de análisis cultural para el franquismo, a través de microhistorias y selecciones de aspectos fractales de la sociedad de aquel periodo institucional. La bibliografía es muy miscelánea en los temas, pero siempre dentro del marco de investigación de las creaciones culturales, intelectuales y artísticas.

 

 

 

José Antonio Abreu Colombri

Universidad de Alcalá (España)

abreucolombri@gmail.com

 

 

 

 

 

 

De Cristóforis, N. (Dir.) (2020). Los españoles en Buenos Aires. Activismo político e inserción sociocultural (1870-1960). Teseo: Buenos Aires, 340 páginas.

 

Las migraciones de los españoles en Argentina recién comenzaron a ser objeto de análisis de los historiadores profesionales a partir de la última década del siglo XX, a pesar de que los peninsulares constituyeron el segundo grupo nacional en términos numéricos en arribar al país (sólo fueron superados por el colectivo italiano). La obra que aquí nos ocupa reúne el trabajo de investigadores (algunos más jóvenes y otros con una larga trayectoria) que vienen contribuyendo en los últimos años a la ampliación de este campo de estudios. Dirigido por la Dra. Nadia De Cristóforis, el libro se propone examinar las formas de activismo político y los procesos de inserción de migrantes y exiliados españoles en Buenos Aires desde una perspectiva de análisis sociopolítica y sociocultural, mediante nueve estudios de caso que abarcan un heterogéneo conjunto de personalidades, periódicos e instituciones. Los trabajos que integran la compilación fueron discutidos en su mayoría en el seminario “Inmigrantes y exiliados españoles: trayectorias y formas de integración socio-cultural en la Argentina contemporánea”, realizado en junio de 2018 en la Universidad de Buenos Aires.

La introducción, a cargo de De Cristóforis, aparte de exponer los principales objetivos del libro y efectuar una presentación de cada capítulo, realiza un breve pero valioso balance historiográfico que incluye algunos ejes que los estudios migratorios sobre los españoles en Argentina ya han indagado, junto con algunas conclusiones a las que estos trabajos previos han permitido arribar. Tras afirmar que este volumen se propone ir más allá de otras líneas de investigación ya exploradas anteriormente, la autora brinda precisiones sobre dos conceptos claves que estructuran la obra: los de “activismo” e “inserción”, que no serán entendidos como productos de modelos únicos, universales y atemporales, sino como “procesos históricos particulares, signados por el tiempo, el espacio y las redes sociales en los cuales tuvieron lugar” (p. 12).

En los primeros cuatro capítulos, enmarcados cronológicamente en el período comprendido entre 1870 y las tres décadas iniciales del siglo XX, se aborda la participación e inserción de los migrantes peninsulares en periódicos étnicos (Garabedian) e instituciones asociativas (Ganza), así como también se desarrollan casos de activismo político desplegados al interior del movimiento obrero y del asociacionismo gallego (Díaz) o mediante cargos diplomáticos (Castro Montero). La primera contribución, elaborada por Marcelo Garabedian, analiza la cabecera de prensa étnica El Correo Español y a sus lectores entre 1870 y 1910. A partir de un minucioso análisis del área urbana en dónde este periódico fue más demandado y gracias a una reconstrucción de su universo de lectores, mayormente trabajadores de sectores medios, el autor permite apreciar cómo la prensa hispánica en Buenos Aires constituyó una vía de inserción de los españoles en la sociedad porteña y, a su vez, un ámbito desde el cual los directores y redactores disputaron espacios de poder con la élite local y con la inmigrada.

Enfocándose en una localidad próxima a la ciudad de Buenos Aires que ha sido poco indagada por la historiografía, Denise Ganza reconstruye en el segundo capítulo la participación de los inmigrantes españoles en la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina, fundada en 1901. A través de distintas fuentes institucionales como estatutos, fichas de ingreso de socios, libros conmemorativos y publicaciones periódicas, la autora logra precisar el perfil sociodemográfico de los miembros peninsulares. También deja en evidencia la capacidad de liderazgo que tuvieron algunos españoles dentro de la entidad, como lo fue el caso del dueño de la fábrica textil Campomar y su familia, quienes contribuyeron al desarrollo de la sociedad cosmopolita manteniendo importantes vínculos simbólicos y materiales con la misma.

Al examinar la etapa juvenil del activista gallego Ramón Suárez Picallo (1894-1964) durante su estancia en Buenos Aires entre 1911-1912 y 1931, el capítulo de Hernán Díaz busca dilucidar de qué manera se integró a la sociedad argentina y hasta qué punto esa integración pudo lograrse. Tomando como referencia sus trabajos previos, los cuales involucraron una amplia revisión de los escritos de Suarez Picallo, Díaz traza con precisión los derroteros de este activista en el ámbito laboral, en el movimiento obrero argentino y en el asociacionismo étnico gallego. A través de esta reconstrucción biográfica, el autor se propone repensar la noción de “integración”, entendida como un proceso paulatino de acercamiento entre pautas culturales y económicas de diferentes grupos, donde se ponen en juego las estrategias individuales para lograr una serie de resultados satisfactorios. Sin embargo, como Díaz intenta demostrar con el caso de Suárez Picallo, esas estrategias individuales están en buena parte mediadas por los conflictos estructurales del país de llegada.

El trabajo de Ángeles Castro Montero se aboca también a la investigación de una trayectoria política: la del embajador español en Argentina entre 1928 y 1930, Ramiro de Maeztu. A partir del examen de las propuestas ideológicas que este escribió en La Prensa sobre su labor de embajador y las repercusiones del viaje que realizó a la ciudad de Bahía Blanca y a otras regiones de la Patagonia argentina en su condición de diplomático, la autora logra constatar que la embajada de Maeztu se caracterizó por un fuerte tono cultural y de propaganda política, y que su propósito final fue convertir a los inmigrantes españoles en destinatarios predilectos de los proyectos de unidad cultural hispanoamericana promovidos por la dictadura primorriverista. Por este motivo, Castro Montero propone el concepto de “embajada cultural” para describir el vínculo que mantuvo el mencionado intelectual y diplomático con las asociaciones de inmigrantes españoles.

Los cinco restantes capítulos de la obra abordan estudios de caso que se encuentran atravesados por la Guerra Civil española o por el período inmediatamente posterior a la misma. Que esta contienda bélica ocupe un lugar significativo dentro del arco temporal del libro está justificado por los múltiples efectos que generó, no sólo entre los inmigrantes hispánicos y sus asociaciones, sino en la sociedad argentina en general. El capítulo de Alejandra Ferreyra explora las audiciones radiales emprendidas por los simpatizantes del franquismo en Buenos Aires durante y luego de los enfrentamientos entre republicanos y franquistas. Tras revelar las características generales que desarrolló la radiodifusión en apoyo a los nacionales, la autora se enfoca en investigar la labor de una singular exponente del mundo del periodismo femenino: María Teresa Casanova, directora de la mayoría de los proyectos radiales que adhirieron al Gobierno de Burgos durante la guerra civil. Gracias a la abundante producción escrita que dejó Casanova a través de su faceta periodística, Ferreyra deja en evidencia la transformación de su discurso: mientras que a lo largo de los años en los que se desarrolló la contienda la periodista abogó por cierta participación femenina en la arena pública y política mediante una retórica más combativa, una vez finalizados los enfrentamientos convocó a las mujeres a retornar a la reclusión del hogar y las preocupaciones domésticas, amoldando así su discurso a las líneas directivas del nuevo sentido de la femineidad hispana promovido por el franquismo.

La trayectoria del jurista, político y diplomático español Ángel Ossorio y Gallardo (1873-1936), último embajador de la República Española en Argentina antes de la derrota de los republicanos en la guerra civil, es el objeto de análisis del trabajo de Silvina Montenegro y Mariano Rodríguez Otero. Si bien la investigación busca poner de relieve la actuación de Ossorio y Gallardo en su tránsito de embajador a exiliado — esto es, en los años que transcurrieron entre su llegada a Buenos Aires como diplomático (junio de 1938) y su muerte (mayo de 1946)—, Montenegro y Rodríguez Otero hacen también un especial énfasis en las ideas y características personales de este político en el período previo a su arribo a la capital argentina, aspecto fundamental para comprender su rol de referente de la comunidad española y de los exiliados republicanos que se refugiaron en el Río de la Plata en los últimos meses de la II República y durante el primer franquismo.

Mediante un abordaje del exilio desde una perspectiva cultural, el séptimo capítulo, a cargo de Marcela Lucci, indaga cómo los catalanistas de Buenos Aires concibieron al sistema republicano. Al explorar el discurso de Ressorgiment, la revista escrita en lengua catalana más longeva del continente, vocera del grupo conocido como los “Catalanes de América” de Buenos Aires, y la producción escrita de Hipòlit Nadal, periodista y escritor catalán que fue uno de los fundadores de dicha publicación, Lucci logra dar cuenta de la vitalidad y profundo arraigo de los ideales republicanos dentro del sector catalanista que habitó la capital del país austral durante el transcurso de la guerra civil española (1936-1939).

Considerando la menor atención que la historiografía ha dedicado a los exiliados gallegos adherentes a la izquierda política en relación con los nacionalistas del mismo colectivo regional, la contribución de Laura Fasano analiza los derroteros de Manuel García Gerpe (1908-1949). Este abogado y periodista, afiliado a Izquierda Republicana, se insertó en dos ámbitos asociativos de importante vitalidad para la época: la Federación de Sociedades Gallegas y el Centro Republicano Español. A partir de este estudio de caso, que recupera el intenso accionar político, periodístico y cultural que García Gerpe desplegó en el ámbito institucional hispano durante su exilio rioplatense, Fasano advierte la presencia de fricciones de diversa índole a lo largo del proceso de integración de los exiliados gallegos en el marco asociativo hispánico y galaico en particular de la ciudad de Buenos Aires.

El noveno y último capítulo, a cargo de la directora del libro Nadia de Cristóforis, se concentra en los intercambios culturales establecidos durante la segunda posguerra entre un significativo representante del exilio gallego en Buenos Aires, Luis Seoane, con el escritor, intelectual y político residente en Galicia, Francisco Fernández del Riego. Utilizando como fuente primaria principal la correspondencia que Seoane mantuvo con Fernández del Riego a partir de 1947, la autora demuestra la existencia de un amplio y original diálogo de libros, periódicos y pinturas entre Galicia y Buenos Aires, aunque de limitado impacto sobre la comunidad emigrada en la Argentina, más preocupada por su progreso material dentro del país sudamericano que por consolidar un proyecto cultural en Galicia y para los gallegos.

Si bien la obra se compone de artículos de investigación elaborados por historiadores profesionales y dirigidos a un público académico, consideramos acertada la decisión de utilizar el sistema de citado APA, porque permite evitar la proliferación de notas al pie y por ende facilita la lectura entre el público no especializado. Un detalle no menor es que se puede acceder gratuitamente al libro en formato electrónico en la página web de la editorial Teseo (https://www.editorialteseo.com/archivos/17573/los-espanoles-en-buenos-aires/).

En conclusión, los nueve estudios que componen Los españoles en Buenos Aires…, fruto de investigaciones originales y de un riguroso manejo de fuentes editas e inéditas, permiten apreciar las fuertes vinculaciones políticas, ideológicas y culturales que existieron entre las sociedades española y argentina entre 1870 y 1960 y contribuyen a acrecentar nuestros conocimientos sobre las migraciones y exilios de los españoles en Buenos Aires. Aparte de demostrar la potencialidad del estudio del activismo político y de la inserción sociocultural de los migrantes peninsulares, la obra utiliza ejes de indagación que pueden ser retomados para el análisis de otros grupos migratorios.

 

Gianfranco Calzini

Universidad de Buenos Aires (Argentina)

gianfrancocalzini@gmail.com

 

 

 

 

Moreno Fabaro, C.; Ferrari, A.; Mercado, R.; Vera, C. y Coria Blarasin, L. (2019). Prácticas de fe. San Juan, siglos XIX y XX. UNSJ: San Juan, 167 páginas

 

La historia de las instituciones, los actores y las prácticas de religiosidad se perfila en la actualidad con especial importancia debido a la influencia que ejerce el universo religioso en la vida de la sociedad. Prácticas de fe. San Juan, siglos XIX y XX es una obra colectiva, elaborada por investigadores del Instituto de Historia Regional y Argentina “Héctor Domingo Arias” dependiente de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan en el marco del proyecto “Instituciones, actores y prácticas de la religiosidad en la historia sanjuanina (siglos XIX-XX)”.

La religiosidad, desde hace algunos años, es objeto de estudio en diferentes proyectos historiográficos, especialmente aquellos dedicados a indagar sobre el desarrollo de una sociedad, su aspecto cultural y el transcurrir de la vida cotidiana. En Prácticas de fe. San Juan, siglos XIX y XX las expresiones religiosas se encuentran vinculadas no sólo con la sociedad, la cultura y la vida cotidiana sino también con la salud, la política e inclusive la economía, evidenciando el complejo entramado de los procesos históricos que permiten acceder a un tema desde múltiples perspectivas. De ahí que este trabajo, si bien se focaliza en el abordaje del impacto socio-cultural de la religiosidad en la población sanjuanina, constituye un interesante aporte para indagar otras problemáticas, propuestas -en algunos casos- por los propios autores.

El libro se inicia con un “Referato” a cargo de Viviana Ceverino, destacada historiadora que afirma que la obra es “mucho más rica que lo que sugiere su título, ya que no se agota en una semblanza con características de historia de la religión” (p.9). A continuación los autores expresan a través de la “Presentación” que el hilo conductor de los trabajos expuestos ha sido analizar el lugar que ocupa la fe en la sociedad. El cuerpo de la obra se compone de seis contribuciones de reconocidos investigadores con una vasta trayectoria en los temas estudiados. Finalmente una reflexión en la contratapa de la académica Susana Clavel Jameson aporta que la investigación se centra en el análisis de las instituciones, los actores y las prácticas religiosas abordados desde la confluencia de perspectivas teóricas brindadas por la Historia, Antropología, Economía, Educación, Política y Ciencias de la Salud.

En el primer texto “Para alivio de las almas y los cuerpos. El Hospital San Juan de Dios de la ciudad de San Juan (siglos XVIII y XIX)”, Alejandra Ferrari analiza la labor del Hospital cuando estuvo bajo la administración de la Iglesia Católica. Caracteriza el contexto socio-cultural y económico-político así como las problemáticas que debió atravesar la citada institución en medio del proceso independentista. De lectura amena, a pesar de la abundancia de citas y notas bibliográficas, la autora conduce al lector a vivenciar las condiciones socio-sanitarias de la sociedad colonial sanjuanina, a la vez que destaca sutilmente los cambios y progresos a medida que avanza en el tiempo hasta llegar al siglo XIX. Presenta un cuadro de elaboración propia con los productos existentes en la Botica del Hospital y sus aplicaciones medicinales. La mayoría de estos remedios estaban preparados a base de productos naturales. La interpretación de las fuentes permite a Ferrari entrar en debate con historiadores de larga trayectoria en la provincia de San Juan como Leonor Paredes de Scarso y Antonio Carelli, entre otros. Cierra su exposición planteando nuevos interrogantes que serán motivo de futuras investigaciones acerca de la secularización del Hospital y las simpatías políticas de sus administradores en tiempos de la guerra por la independencia.

El siguiente artículo llega de la mano de Lisandro Coria Blarasin sobre “Historia del protestantismo en San Juan. Una aproximación a sus orígenes, teología y prácticas (siglo XIX)”. El autor explica que ha realizado una exhaustiva búsqueda de fuentes para reconstruir el protestantismo en lo referente a orígenes, principios religiosos, diversidad de tradiciones que dan fundamento a la creencia, prácticas institucionales y comunitarias, roles que cumplen sus protagonistas, entre otros. El historiador dialoga en forma permanente con las fuentes y trabajos historiográficos consultados para construir su objeto de conocimiento y proporciona conclusiones parciales a medida que desarrolla su investigación. Sostiene que, si bien durante el siglo XIX los credos protestantes no fueron institucionalizados en San Juan, es destacada la labor en educación, religión y derechos humanos llevada a cabo por los seguidores de esta religión (p. 86). Se interesa por analizar la actuación de los predicadores protestantes que llegaron a San Juan en las primeras décadas del siglo XIX con el propósito de predicar el evangelio y promover la educación a través de la lectura de la Biblia. Para Coria Blarasin los prisioneros confinados en este territorio tras las invasiones inglesas en el Río de la Plata de 1806 y 1807 fueron los primeros difusores del protestantismo afianzado posteriormente por la inmigración de ciudadanos estadounidenses y británicos.

El tercer aporte “Cultos populares en San Juan” corresponde a la autoría de Ramón Mercado, quien expresa que dichas creencias tienen su origen en las llamadas canonizaciones populares. Estas últimas  tienen lugar cuando el pueblo adjudica diferentes milagros a personas que han sufrido una trágica muerte. El doloroso desenlace de estas víctimas inocentes promueve en la gente la necesidad de rendirles culto convirtiéndolos en santos populares. Son venerados con rezos, ofrendas y peregrinaciones entre otras manifestaciones de fe y se transforman en objeto de culto sin la intervención de la Iglesia Católica. Para los creyentes no existe diferencia entre estos santos populares y los santos oficialmente reconocidos por la Iglesia. En territorio sanjuanino existen numerosas personas-en su mayoría con vidas ejemplares- que forman parte del devocionario del pueblo. Los fieles de estas creencias se manifiestan masivamente sobre todo en Semana Santa. A pesar de ello, el autor afirma que rendir culto a los santos populares es “más bien una actuación individual que social” (p.95). Estos santos son personas que no se han destacado por su espíritu religioso sino por el ejercicio de valores como solidaridad, honestidad, trabajo, amor, entre otros. La fe de los devotos les atribuye características sobrenaturales y milagrosas elevándolos a la categoría de intermediarios entre Dios y los seres humanos. Generalmente se los invoca a cambio de una promesa que deberá ser cumplida inexorablemente. Todo este proceso dinamiza las religiones que van incorporando lentamente nuevas devociones.

A continuación, Claudio Vera escribe sobre “Los orígenes de la Acción Católica en San Juan (1931-1934): Notas para su conocimiento” con el objetivo de indagar sobre el impacto que la naciente institución tuvo en la provincia, así como sus rupturas y continuidades. El autor sostiene que la Acción Católica tuvo un rápido desarrollo en la provincia y buscó unificar fuerzas con el propósito de fortalecer la cristianización de la sociedad. Esta institución llevó a cabo numerosas acciones destinadas a resaltar la figura del Sumo Pontífice, a procurar mayor presencia social en los actos de protesta contra la ley de divorcio e inclusive intervenir activamente para pacificar los ánimos tras la cruenta revolución que derrocó al gobernador Federico Cantoni. Más allá del lógico impacto religioso, la Acción Católica estaba inmersa en un medio socio-cultural del que no podía aislarse. Algunos de sus miembros formaban parte de sectores socio-económicos con una importante gravitación en la provincia. Dada esta situación y respaldado por el acervo documental del archivo de la Acción Católica de San Juan, Vera propone continuar la investigación siguiendo otras líneas de análisis que permitan establecer los vínculos entre la dirigencia de la Acción Católica con las elites bodegueras; los sectores conservadores de la vida social local y las redes de sociabilidad originadas, entre otros temas.

Los dos últimos trabajos de este libro corresponden a la autoría de Carlos Moreno Fabaro. El acercamiento a las manifestaciones religiosas de la vida cotidiana constituye el núcleo central sobre el cual se proyecta la investigación de ambos artículos.

El primero de ellos “Análisis del texto y el contexto de la publicación católica Nuestra Ley. Una lectura en torno a las costumbres y a la concepción histórica del momento” tiene como objetivo analizar el contenido del manual católico Nuestra Ley, publicado en 1948 por el Consejo Nacional de Acción Católica. El manual era una publicación de 70 páginas en la que se abordaban temas de la doctrina católica enriquecidos con relatos y reflexiones. Tuvo amplia circulación entre los niños, los jóvenes y los grupos sociales más humildes. Tenía la doble finalidad de orientar a los jóvenes -especialmente varones- en la práctica de la virilidad, santidad, ascetismo, heroísmo, valentía, virtud, rechazo por el placer e inculcar el carácter misional de la labor junto al sentido del destino de trascendencia. Nuestra Ley hacía referencia a los preceptos de la iglesia y a principios moralizantes destinados a formar el carácter de las personas frente a los avances del mundo moderno y de ideologías tales como marxismo, liberalismo e inclusive el protestantismo. Para desarrollar la investigación el autor ha cotejado el corpus con otros textos católicos, con fuentes diversas y testimonios orales. Concluye que dicho manual evidencia el objetivo de la Acción Católica tendiente a lograr que toda la vida de las personas estuviese regida por el orden religioso.

El otro artículo del citado historiador, “Un acercamiento a las expresiones cotidianas de la religiosidad sanjuanina en función de la memoria y las fuentes escritas (1946-1952)”, se centra en la religiosidad de las actividades cotidianas durante la etapa peronista considerada por algunos sectores de la iglesia como un período de una marcada descristianización. En este trabajo el autor refiere hábilmente las costumbres de la época en cuanto a los festejos sociales después de tomar un sacramento, ya sea bautismo, comunión, confirmación o casamiento; destaca los llamados bautismos presidenciales. También describe las prácticas habituales relacionadas con el noviazgo, las diversiones, la muerte y la medicina casera, la cual era ampliamente combatida por la Iglesia. Moreno Fabaro señala que cada momento religioso de la vida familiar era acompañado por encuentros festivos mientras que la solemnidad sacramental quedaba diluida en el carácter social de la celebración. De este modo los creyentes prescindían de los sacerdotes para acercarse a lo divino. Un cambio en estas costumbres estuvo dado por el terremoto de 1944 que provocó la caída de la mayoría de las iglesias de la ciudad de San Juan. Ante la magnitud de la tragedia y la necesidad de buscar consuelo espiritual, los fieles, no solo acudieron a los templos de emergencia sino que también promovieron la creación de nuevas parroquias.

Prácticas de fe. San Juan, siglos XIX y XX anuncia desde el título el eje vertebrador del libro: la fe en sus distintas expresiones, ya sea desde la doctrina religiosa o desde el sentir popular. Nos lleva a recorrer a través de sus páginas, semblanzas de la historia de esta provincia, que permiten ahondar en el conocimiento de la forma de expresar la fe en aquellos espacios donde se fusiona la vida pública del estado con la vida cotidiana de la población. El carácter costumbrista induce al lector a vivenciar de cerca el pasado, a veces, muy lejano. Esta propuesta refleja claramente que la Historia es una y total, que si bien podemos recortar parcialmente un aspecto de la vida social para estudiarlo, no debemos descuidar el complejo proceso en el que está inmerso. El trabajo de los autores denota una profunda búsqueda de fuentes de archivo, bibliografía y en especial el rescate de los testimonios orales. Esta obra constituye, sin duda, un valioso aporte a la historia de San Juan y a la historia regional.

                                                                                                                      Adela Alejandra Varas

Universidad Nacional de San Juan,

Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes,

Instituto de Historia Regional y Argentina “Héctor Domingo Arias” (Argentina)

adalvaras@hotmail.com



[1] El trabajo original fue registrado por el departamento de Publicaciones de la Universidad de Alicante. El libro fue publicado por Editorial Renacimiento (Sevilla, España). El grupo empresarial fue fundado en 1981, especializándose en temáticas de estudios históricos y literarios.   

[2] Es Catedrático de Literatura Española en la Faluctat de Filosofia i Lletres en la Universitat d´Alicant. Imparte las asignaturas de “Teatro del Siglo de Oro”, “Literatura Española Actual” y “Teatro y Cine en la España Contemporánea”. La mayoría de sus publicaciones sobre la contemporaneidad española están relacionadas con la evolución de los arquetipos literarios, la comunicación social, la cultura franquista, la memoria histórica y la divulgación de acontecimientos históricos en el cine.