Desde los Pirineos y  los Apeninos. La convergencia de oleadas migratorias en una ciudad pampeana

 

 

From the Pyrenees and the Aennines. The convergence of migratory waves in a pampean city

 

 

 

Bibiana Mabel Andreucci

Universidad Nacional de Luján (Argentina)

bandreucci@hotmail.com

 

Nicolás Mare

Universidad Nacional de Luján,

 Instituto Superior de Formación Docente Nº 6 (Argentina)

nicolasmare9@gmail.com

 

 

 

 

Resumen

Este artículo busca, a partir del análisis genealógico de dos familias de inmigrantes representantes de oleadas migratorias diferentes que convergieron en Chivilcoy, caracterizarlas según los lugares de origen, el contexto y las redes que configuraron. La finalidad,  es abordar la coexistencia de situaciones en las que se tendía a reforzar el vínculo con connacionales y otras en las que primaba la integración entre los distintos grupos de migrantes con la población criolla. La superposición de migrantes recientes con más antiguos y con la población criolla permite observar modos de  integración en algunos casos, pero no en todos y de asimilación o diferenciación según las circunstancias.

Para ello,  partiremos del estudio de las trayectorias del inmigrante vasco-francés Francisco Duarte y del italiano meridional Pasqual Grisolia, que  permiten observar  las relaciones sociales en movimiento,  al conjugar el tiempo corto del curso de sus vidas con  procesos estructurales y con los cambios que se fueron dando  en los traspasos generacionales. De este modo, tópicos tradicionales de los estudios migratorios como la endogamia y la participación civil se enriquecen al integrarlos al tiempo familiar y al colectivo.

 

Palabras Clave

Inmigración; Italia meridional; Región Vasco-francesa; Chivilcoy; estrategias familiares.

 

 

Abstract

This article aims at characterizing two migrant families, representative of two different migratory waves converging in Chivilcoy, based on their respective genealogical analysis, and according to their places of origin, the context and networks that were configured to address the coexistence of situations in which the link with fellow nationals tended to be reinforced and others in which the different groups of migrants and the Creole population prevailed. The overlapping of recent migrant groups, and the oldest ones with the Creole population allows us to observe modes of integration in some cases, but not in all of them; as well as assimilation and differentiation phenomena depending on the circumstances.

To achieve our goal, we will start by studying the trajectories of both Basque-French immigrant Francisco Duarte and Lagonegrin Pasqual Grisolía which allow us to observe actual social interactions and relations by combining the course of their lives with structural social processes and the changes derived from the generational transfers. Thus, traditional topics of migratory studies such as inbreeding and civil participation are enriched by their integration to the familiar and collective times.

 

Keywords

Immigration; Southern Italy; Basque-French Region; Chivilcoy; family strategies.

 

 

Introducción

Un folletín editado en la ciudad de Chivilcoy en homenaje al centenario de la Revolución de Mayo, destacaba las virtudes progresistas e industriosas de aquella ciudad del oeste pampeano. En cuanto a los productores agropecuarios el autor describía el perfil y trayectoria de uno en particular: Don Pascual Grisolía, refiriéndose a él de este modo:

 

“Grisolia, pues, debe contarse como una de las más vigorosas fuerzas propulsoras del desarrollo económico chivilcoyano, y para él vaya nuestro justo homenaje de admiración y de aplauso. Hombres del cuño de Don Pascual Grisolía necesitaría muchos la República Argentina para propender al desarrollo de nuestras principales ramas del trabajo: la ganadería y la agricultura”.[1]

 

Con estas palabras, se demostraba como un inmigrante de la región de Basilicata podía convertirse en un exitoso empresario.

En este trabajo abordaremos la cuestión de la inmigración desde el estudio de trayectorias individuales y familiares, como modo de integrar el tiempo individual con el familiar y colectivo, y a su vez, explicar los mecanismos de consolidación patrimonial e integración de inmigrantes que fueron arribando en distintas décadas de la segunda mitad del siglo XIX al partido de Chivilcoy y aledaños. En este recorrido distinguimos al menos dos etapas de inmigración: la temprana (1840-1860), conformada por vascos y genoveses y la intermedia (1870), en la que comenzaron a pesar los italianos meridionales.

La situación de una persona o una familia en un momento dado no es inmutable, más aún en el caso de los inmigrantes que se desplazaban espacialmente pero también socialmente con relativa rapidez, de ahí la importancia de conocer la duración de esa situación y las posibi­lidades de cambio y movilidad. Los casos individuales o micro grupales no son algo acaecido al azar sino el resultado de un proceso dentro de una estructura concreta que refleja determinadas estrategias de reproducción (García González, F., 2021). En esta oportunidad efectuaremos un análisis genealógico de dos familias de inmigrantes de trascendencia local desde mediados del siglo XIX e inicios del XX, exponente cada una de las oleadas migratorias mencionadas. A partir de ellas nos enfocaremos en la prevalencia de situaciones endogámicas con otras de fuerte integración entre grupos migratorios de las diferentes oleadas y con la población criolla. El foco de interés estará puesto en identificar etapas inmigratorias que se fueron sucediendo como oleadas, las que si bien han sido ampliamente descriptas por la historiografía, merecen aún estudios de escala local, contemplando factores que posibilitaron o dificultaron la inserción y los medios o estrategias utilizados por ellos. También, atenderemos la superposición de los migrantes recientes con los más antiguos y con la población criolla para observar modos de integración en algunos casos, pero no en todos y de asimilación o diferenciación según las circunstancias.

Como se señaló inicialmente, primará el análisis desde el estudio de las trayectorias, lo que permite observar las relaciones sociales en movimiento. El análisis de trayectorias demuestra la pertinencia historiográfica al conjugar el tiempo corto del curso de vida con los procesos estructurales, más aún cuando se trata de diferenciar los que atravesaron los distintos inmigrantes que confluyeron en Chivilcoy. A la vez, los estudios intergeneracionales, han demostrado su utilidad,  al abordar  el tiempo largo, cuando nos referimos a varias generaciones, permitiendo superar reduccionismos muy utilizados para describir la inmigración masiva de fines del XIX, como “cambio social o permanencias” o “rupturas o continuidad”, dando cuenta de la complejidad de los procesos que no son lineales, sino que presentan aceleraciones, oscilaciones, vueltas atrás e incluso contradicciones (García González, F., ibid.). Las genealogías de las familias seleccionadas permitirán conocer la vida de los padres, hijos e hijas, reconstruyendo los destinos de cada persona dentro de la familia desde el nacimiento, el matrimonio hasta la muerte. Consideramos que estos enfoques son los más pertinentes, ya que la extensión del período migratorio clásico (1850-1914) invita a pensarlo intergeneracionalmente.  Las oleadas migratorias que arribaron en distintos momentos hicieron entre otras cosas, que mientras que para algunas familias se pudiera hablar de segunda generación para 1870, en otras, recién pudiera hacérselo para 1920. 

En un análisis referido a inmigración, la movilidad social y espacial no pueden plantearse por separado, sino que forman parte de un mismo proceso.  Las estrategias diferenciales de reproducción social   a través de la observación de itinerarios vitales y trayectorias familiares, junto a variables relacionadas con el acto de emigrar que influyeron en los diferentes comportamientos, serán las piezas claves de esta presentación, pero junto a ellas, se tendrá en cuenta el papel de las coyunturas, así como, en no pocas ocasiones, la importancia de la iniciativa personal más allá de las estrategias familiares.

El recorrido se efectuará a partir de fuentes cuantitativas y cualitativas; dentro de las primeras, se usaran los boletines agricultura, ganadería y edificación correspondientes al partido de Chivilcoy del Segundo Censo Nacional de la República Argentina de 1895, los listados de contribución directa,  de escrituración y arriendo de tierras publicas y privadas, libros de entrada de pasajeros, padrones  de población y actas de libros parroquiales o de los Registros Civiles; y dentro de  las segundas,  genealogías en paginas especializadas, relatos familiares y  publicaciones locales.

 

La región

Para 1860-70, Chivilcoy era uno de los pueblos más promisorios de la Provincia de Buenos Aires. Fundado en 1854, pero con población desde dos décadas antes, era un centro triguero de relativa envergadura, con numerosas chacras a cargo de labradores provincianos que se habían desarrollado sobre tierras otorgadas en enfiteusis, muchas de ellas con cánones atrasados y derechos endebles, que habían llevado, en 1854, a un grupo de unos trescientos cincuenta labradores, a solicitar el loteo y venta a precio preferencial de las tierras que habían vuelto a ser públicas – por confiscaciones de Rosas o por falta de pago de cánones enfitéuticos- que eran aproximadamente 100.000 has (la mitad de las tierras del partido) y en las que ellos tenían sus chacras. Con elocuentes cartas a Sarmiento y Mitre, los labradores lograron su propósito y la ley de octubre de 1858 ordenó mensurar y vender a plazo los lotes de campo de 160 hectáreas. A esta oferta se sumó la de la tierra ejidal consistente en chacras de 42 y de quintas de 10 hectáreas, lo que terminó generando una abundante oferta de tierra financiada y distribuida en lotes de diferente tamaño. Pero además, la oferta de servicios a la vasta área de frontera que se extendía al oeste y   ser cabecera del primer ferrocarril que se trazó en Argentina (FCO) hicieron que Chivilcoy creciera muy rápido. De 6000 habitantes que tenía en 1854 pasó a más de 14.000 cuando se levantó el 1º Censo Nacional en 1869, siendo para esta fecha el partido de mayor población de la Provincia de Buenos Aires[2].

Desde mediados de la década de 1850 los inmigrantes comenzaron a asentarse en Chivilcoy, dando origen a una corriente inmigratoria temprana y para 1869, cuando el proceso recién se iniciaba en el país, ya había poco menos que un 20% de  población extranjera, alcanzando su pico máximo para 1895.

 

Cuadro Nº 1: Población total, urbana, rural, nativa y extranjera en Chivilcoy según censos nacionales y provinciales

 

Año

P.T

P.U

P.R

Argentinos.

Extranjeros     %

1869

14.232

6339

7894

11.622

2610  18.33%

1881

17.421

8041

9380

12.877

4544  26.08%

1895

30.133

14623

15.551

18.988

11.145 36.98%

1914

35.751

12819

22.932

26.378

9373

26.21 %

 

 

 

 

 

Referencias: PT: Población total. P.U: Población urbana. PR: Población rural.

Cuadro elaborado con información del 1ª, 2ª y 3ª Censos Nacional y con el Censo Provincial de 1881.

 

Los primeros en llegar fueron principalmente genoveses y vascos. Si se analizan las cédulas censales de la población inmigrante europea adulta del partido de Chivilcoy (más de 14 años) del censo de 1869, encontramos aproximadamente unos 1130 inmigrantes[3]. De ellos, 460 eran vascos; ya fueran vasco-franceses o vasco-españoles[4] y aproximadamente 500 eran del Piamonte, en cambio, del resto de España solo eran 60 y del de Francia 95. Esta primera oleada se anticipó a la que sería masiva y comprendería migrantes del sur de Italia – primero de Basilicata y luego de Sicilia- y de España.

 A fines de la década de 1860 en una ciudad que mostraba muy altas tasas de crecimiento y en la que predominaba aún población criolla, mayoritariamente provinciana, se estaba consolidando una pujante comunidad vasca y otra no menos importante ligur y piamontesa. Mucho más lejos quedaba la francesa, la española e irlandesa. Si nos guiamos por la edad de los hijos nacidos en Argentina de familias inmigrantes declaradas en las cedulas de 1869, datamos esta primera oleada entre 1854- año de la fundación de Chivilcoy – y 1864. El censo de 1869 que capta los primeros años de las comunidades inmigrantes locales, pone en evidencia un patrón de asentamiento principalmente urbano: más del 80 % de los inmigrantes residía en la ciudad. Como mencionamos, la ciudad, con más de 6300 habitantes era una de las más importantes de la provincia, ya que muchas de las que lo son hoy en día, aún no existían, además ofrecía un sector de servicios a su amplia zona rural y a los partidos del oeste que aún se encontraban escasamente poblados. El área rural, en cambio, era aun principalmente nativa. La inmigración temprana tuvo un carácter marcadamente familiar y/o grupal. Sí tomamos al universo vasco de Chivilcoy, encontramos muy pocos migrantes solitarios, situación que va a ser habitual en los censos más tardíos y entre los migrantes de otras nacionalidades.

Veinte años después, hacia 1880, el partido continuaba mostrando un importante crecimiento. En poco más de una década la población urbana había ascendido a 8.041 habitantes y la rural a 9.380. La relación entre nativos e inmigrantes comenzó a declinar en detrimento de los primeros- entre 1869 y 1881 los criollos aumentaron en poco mas de mil habitantes mientras que los inmigrantes los duplicaron-. Pero no solo hubo cambios significativos en la densidad demográfica, sino también en el perfil comercial y productivo. Para 1881, ya había 177 casas de comercio y 88 establecimientos industriales, que revelan la importancia que seguía manteniendo el partido en la región y el atractivo que presentaba como destino inmigratorio.  A ello pueden sumárseles las redes constituidas por los inmigrantes arribados tempranamente y sólidamente insertos. Para estos años fueron los italianos quienes lideraron la inmigración – aumentaron de 957 en 1869 a 2552 en 1881- mientras que la afluencia de españoles, franceses e ingleses continuó en un aumento más moderado.

Para el último lustro del siglo XIX, con la madurez alcanzada por Argentina en el mercado internacional como proveedora de materias primas, la fisonomía económica y social de Chivilcoy volvió a sufrir modificaciones. La población total pasó de 17.421 en 1881 a 30.133 en 1895, casi duplicándose. Si desagregamos la población extranjera, de 4544 habitantes que había en 1881 se triplico a 11.145 en 1895. Mientras que el crecimiento nativo ascendió de 12.877 a 18.898 habitantes. A ello debemos sumarle la variación del componente regional:   en el caso de Italia ascendió el componente meridional y se amesetó el de los inmigrantes septentrionales. También en la última década del siglo la curva de la inmigración española aumentó y comenzó a declinar notoriamente la francesa e inglesa.

Las condiciones que presentaba Chivilcoy por su ubicación regional, su tradición agropecuaria y actividad comercial lo situaron como un destino más que atractivo y conveniente. 

 

De los Pirineos a Chivilcoy

Entre los vascos arribados, el peso de los vascos españoles, principalmente guipuzcoanos, era muy superior al de los vascos franceses. Las transformaciones que se habían producido en la antigua comunidad de vecinos guipuzcoana -que era más que nada, una comunidad de propietarios en los que cada casa vecinal poseía sus propios bienes  y tenía acceso  a los comunes- se modificó por la presión demográfica de los siglos XVII y XVIII, dando paso a la extensión de formas de dependencia económica y en particular del arrendamiento, así como a estructuras cada vez mas minifundistas.[5] Esta circunstancia generó, para la segunda mitad del XVIII, el arrendamiento generalizado y en consecuencia, que  la explotación directa del caserío tuviera carácter excepcional, a tal punto  que  a comienzos del siglo XIX  solo el 5.3 % de los caseríos eran explotados por sus propietarios. Estos datos ponen en evidencia la falacia de una imagen muy extendida en la historiografía vasca, que mostraba al agro vasco explotado directamente por sus dueños. Muy lejos de eso, en el pedemonte de los Pirineos y en sus valles profundos predominó la explotación indirecta bajo dos formas de   contrato: el arrendamiento y la aparcería, diferenciadas porque en el primero el pago era una renta fija, mientras que en el segundo, se pagaba por un porcentaje fijo del producto agrícola obtenido en el año.

Como mencionamos, los vascos del este de los Pirineos, no emigraron tanto como los del oeste; en parte porque el aumento demográfico de la población francesa fue lento en el siglo XIX, ya que tempranamente habían adoptado practicas de control de nacimientos, pasando a tener tres hijos promedio por familia, salvo en las regiones rurales y de montaña, donde se mantuvo la alta natalidad hasta más tardíamente. Dentro de estas regiones, el “Basses Pyrenees” ( país vasco y el Bearn) conocieron  una emigración hacia América importante desde mediados del siglo XIX. En los Pirineos franceses, a pesar que desde 1804 regia el código napoleónico, que imponía la herencia igualitaria, muchas familias no lo cumplían para salvaguardar la integridad de la casa, que debía sobrevivir a las particiones que sobrevenían en cada traspaso generacional, asimilándose en la práctica a la primogenitura vasco española. Así la familia se ponía de acuerdo con que solo uno de los hijos se quedara con la casa y los otros se marcharan. Las estrategias no eran igualitarias, al contrario, instituían la desigualdad entre los excluidos, hijos e hijas. Sin embargo, permitieron la permanencia del sistema de herencia único a lo largo del siglo XIX, a pesar del Código Civil que establecía la repartición igualitaria. Así la emigración se convirtió en una estrategia necesaria para la supervivencia de la casa. Las posibilidades que brindaba la emigración a América hizo que la primogenitura no siempre se cumpliera, ya que podía suceder que el hijo mayor emigrase y dejase la casa a sus hermanos o hermanas. Las estrategias familiares consistían en compensar a los hijos e hijas excluidos de la herencia principal por sus partes del patrimonio. Eran estas compensaciones las que les permitían emigrar y como demostraremos a continuación, iniciar una vida relativamente holgada en América.

Las compensaciones les permitían a los migrantes vascos contar con cierto capital desde el inicio de sus actividades en el país de acogida. Esta circunstancia se observa  en  las planillas de la Contribución Directa de 1859 de Chivilcoy, en la que  se encuentra un pequeño grupo de inmigrantes vascos con capitales   módicos - rondaban   los 50.000 $- como Francisco   Duarte, Francisco y Miguel Muniagorri, Matías Echeverría, Juan Antonio Echaide, Pedro Gamen, Sebastian Echave, Sebastián Irigoyen, muy lejano al de ex –enfiteutas como Manuel López con 650.000, Gorostiaga con 680.000, Biaus con 1.015.000 o Terreros y Ovejeros con 1.600.000 y 800.000 respectivamente,  pero también de los pobres labradores criollos que no superaban los 30.000$.

 

Francisco Duarte

François Duarte nació en la Comuna de Lapiste en abril de 1817, en la maison Oyanto. Sus padres, que debieron ser arrendatarios, fueron Jean Uhart y Marienne  Chaldu.  Hasta ese entonces los desplazamientos de la familia habían sido de escasa envergadura. El abuelo de Jean era de Lantabat, a 15 kilómetros de Lapiste; en cambio, los abuelos maternos eran de los valles mas profundos de Aquitania, distantes 100 kilómetros de Lapiste.  Jean (1775-1858) tuvo siete hijos entre 1813 y 1830, de los que con seguridad dos, Arnaud y Marie se quedaron con ellos[6] en Lapiste y otros dos; Francisco y Dominique emigraron a Argentina tempranamente, antes de Caseros[7] . Francisco se casó en Argentina con Marie Manechena Echegoyen, de Souraïde (Zuraide) – pueblo a cincuenta kilómetros de Lapiste más hacia el atlántico-. Marie había nacido en noviembre de 1823 en la maison Urrutia. Sus padres posiblemente también arrendatarios, fueron Jean Manechena y Marie Etchegoyen, que al parecer tuvieron esa única hija.

Francisco y María se casaron en la Parroquia Nuestra Señora de Balvanera, en Buenos Aires, en noviembre de 1850.[8] En 1853 bautizaron a su hija María de los Dolores en la Iglesia Nuestra Señora de la Piedad de Capital, su madrina fue Catalina Echegoyen.[9] A la hija siguiente, Baldomera ya la bautizaron en Chivilcoy, adonde se instalaron en 1855, tan solo un año después de su fundación.[10]

 

Francisco Duarte y Chaldu y María Manechena Echegoyen

 

En Chivilcoy nacieron sus otros cuatro hijos; Sofía, María, Juan y Úrsula, que fueron apadrinados en sus bautismos por inmigrantes vascos de la comunidad local, como Sebastián Irigoyen [11] o María Echeverría[12].

Francisco se asentó como mediano propietario con la adquisición de unas 1000 hectáreas. Lo encontramos pagando las contribuciones directas en 1857, 58 y 59, en el cuartel 1º junto a otros vascos franceses como Vicente Laborde o León Amespil.[13]

Francisco falleció joven, en junio de 1868, “de repente” y su esposa María debió hacerse cargo del campo y de la crianza de sus cuatro hijos que eran los que habían sobrevivido: Baldomera, Juan, María y Úrsula.  Su único hijo varón, Juan, que había nacido en noviembre de 1858, tenía solo 9 años al momento de la muerte de su padre.

El censo de 1869 la encuentra a María con residencia urbana, pero a cargo de la explotación, como labradora, junto a sus hijos menores, peones y dos cuidadores de ovejas franceses. Si bien a mediados del siglo XIX Chivilcoy había sido un centro agrícola de relativa importancia, esta actividad quedó en manos criollas y en algunos casos de italianos del norte; pero raramente fue realizada por los vascos, que mostraron un perfil mas pastoril, dedicándose principalmente a la cría de merinos. Para 1895 ya había otros miembros de la familia a cargo de explotaciones en el cuartel 1º aledañas a la de María: su hijo Juan, que a la sazón tenía 37 años y se había casado con su prima hermana Adela Duarte y su yerno Pedro Elgoyen, casado con su hija María. La casa de Juan – de azotea y varias habitaciones- era una de las más valiosas de la zona rural. Con más de setenta años, María seguía encabezando su explotación, en la que había cien cuadras sembradas de maíz, posiblemente a cargo de su arrendatario Antonio Allo, un buen rodeo de vacas y una majada de ovejas.

El dinamismo productivo para esa época había quedado a cargo de su hijo y de su yerno. Juan, propietario y arrendatario, tenía sembradas 70 hectáreas de trigo y 124 de maíz y para ello contaba con uno de los mejores planteles de maquinarias del cuartel 1º, formado por 7 arados, 4 maquinas de segar, 2 rastrillos, pero lo que se destacaba era la trilladora a vapor. Juan Elgoyen tenía 180 hectáreas de maíz y contaba con 6 arados, 3 maquinas de segar y 2 rastrillos. La segunda generación de los Duarte formó parte de los productores que llevaron adelante el desafío que significó ampliar la superficie sembrada- principalmente de maíz- a la par que el mestizaje ovino y vacuno.

El hermano de Francisco, Domingo, también emigró a Argentina; de oficio carpintero, se quedo en Buenos Aires trabajando en la construcción para luego poner una fonda, que sirvió de umbral a muchos vascos recién arribados. La fonda le permitió mantenerse muy allegado a la comunidad vasca y como muestra todos sus hijos fueron apadrinados por vascos franceses y se casaron con jóvenes de ese mismo origen. Sin embargo, la segunda generación  abandono  Buenos Aires  y compartió con sus primos el rol central en la puesta en producción de las tierras nuevas: Bernardo,  que se fue desplazando paulatinamente desde Buenos Aires hacia el sur, se caso en 1º nupcias con Vicenta Aguirre en Chascomús y luego con María Ebarlin en Benito Juárez donde se instalo como criador,[14] Salvador se instaló en el cuartel 3º de Chivilcoy como  agricultor,[15] Juan hizo lo mismo en 9 de Julio[16] y Catalina  formó su familia también en  Juárez.

 

 

De Basilicata a Chivilcoy

Pascual Grisolía a principios del siglo XX.

Fuente: Archivo Literario Municipal de Chivilcoy

 

Hemos elegido para el otro estudio de caso a un representante de la segunda oleada de inmigrantes: Pasqual Grisolía, oriundo de Lagonegro, Basilicata. Ubicada entre el mar Tirreno y los Apeninos, Lagonegro, con poco menos de 5000 habitantes en 1861, tuvo un marcado descenso de su población hasta 1911 cuando llego a 4100 habitantes por la inmigración.[17] La historiografía ha señalado que algunas regiones de Salerno, Potenza y Cosenza mostraron una migración precoz y compacta, sin embargo, las regiones de expulsión comprendieron un territorio bastante limitado: algunas zonas alrededor de Salerno, el valle D’Agri y Lagonegro. Tanto los Grisolía como los Falabella se remontaban a principios del siglo XVIII por lo menos, en Lagonegro, y algunos de sus antecesores habían sido clérigos e integrantes de la iglesia católica de la región. A mediados del siglo XIX, la ola revolucionaria que sacudió Europa, también repercutió en el reino de las Dos Sicilias y en consecuencia en Lagonegro, los disturbios provocaron temor e hicieron que entre 1848 y 1855 varias familias se expatriaran principalmente a Argentina y dentro de esta, buscarín pueblos recién fundados, pequeños y así fue como llegaron a Chacabuco y Chivilcoy.

La familia Grisolía, tenía una larga tradición en Lagonegro. Pascual era el primer hijo de Nicola, labrador, que se había casado con Lucía Teresa Falabella, hilandera, en 1834, un año antes de su nacimiento. Luego la pareja tuvo dos hijas más; María y Rosa María.  La muerte prematura de Nicola a los 35 años, hizo que Pasqual se encontrara huérfano a los 9 años, con dos hermanas menores.

Pasqual, a mediados de la década de 1860 emigró a Boston, pero ciertos impedimentos de la sociedad de acogida, fundamentalmente idiomáticos y la poca cercanía de vínculos connacionales lo obligaron a dirigirse al cono sur. A su llegada a Buenos Aires entabló trato con Tomaso Devoto de la firma Rocha, Tomaso y Devoto, quien lo instó a aventurarse al interior de la provincia para expandir sus negocios[18] como acopiador de granos y materias primas.

En ese contexto, Pascual se dirigió a Chivilcoy, que era un destino atractivo por los motivos que mencionamos. [19] Aquí entró en contacto con sectores de la comunidad italiana septentrional provenientes de la primera oleada, pero a la vez rápidamente inició una nueva cadena de “paisanos” de Basilicata que daría origen a la migración intermedia de italianos a Chivilcoy. Pronto sería promotor y artífice de esferas tanto asociativas como comerciales[20].

Siguiendo la tradición familiar, volvió a Italia a buscar a su prometida María Filomena de Maio, con la que se casó en agosto de 1870[21] en Lagonegro. Su suegro era propietario y la familia política se dedicaba al comercio y tenía contactos y redes comerciales en la región de Basilicata. Esta experiencia le fue muy útil para conformar una amplia red social y económica en Chivilcoy. Pasqual emigró a Argentina y conformo su familia cuando ya no le quedaba ningún familiar en Italia, ya que su madre había fallecido en 1870.  Al año, ya de regreso en Chivilcoy, nació su primera hija, Lucía. Y, con una periodicidad propia del antiguo régimen, la pareja engendró a Luis en 1871, Juan en 1872, Nicolás en 1875, Felipe en 1877, Stela en 1880, Francisco en 1882 y Luis en 1885.

A su regreso instaló un negocio de acopio de frutos del país y envío de frutas y verduras al mercado del Abasto, controlado por la firma Devoto y compañía, en la Avenida Villarino Nº 345 de Chivilcoy. El negocio resultó muy exitoso y le permitió rápidamente adquirir campos en los cuarteles rurales N°2 y 3. Pronto su nombre apareció dentro de los círculos comerciales y empresariales locales y nacionales.[22] Tanto el negocio como sus explotaciones rurales, funcionaban como eje de una red de sociabilidad e influencias que le permitieron crecer económicamente, pero a la vez integrar a los inmigrantes meridionales al ofrecerles trabajo y estadía a los recién llegados[23]. En una coyuntura donde comenzó a hacer falta mucha mano de obra rural debido al aumento en la producción de cereales para el mercado internacional, Pasqual perfeccionó su cadena migratoria de campesinos de Basilicata.[24].Bajo esta coyuntura Grisolía fue el centro de una cadena migratoria micro regional de Basilicata, que se fortaleció en el último lustro del siglo XIX y primera década del XX. La cadena que conformó con los migrantes de Lagonero tuvo cierta concentración espacial, principalmente se ubicó en  el cuartel urbano 3º, en torno a su negocio. Con Pasqual emigró su cuñado, Nicolás De Maio y su primo, José Schiaffino. Y a partir de ellos la cadena comenzó a ganar fluidez.

La comisión vecinal creada en 1896 para la construcción de la Iglesia del Carmen en terrenos donados por Pasqual, frente a su negocio, muestra el funcionamiento de su actividad asociativa y civil. La nómina de integrantes reproduce la cadena de lagonegrinos. Entre ellos estaba su primo Francisco Antonio Falabella, comerciante,  - que se caso en  Chivilcoy  en 1881 con otra migrante lagonegrina,  Magdalena Archiprete;-   el panadero Vicente Calcagno, el zapatero Francisco Falabella, el zapatero Juan Guida, el carpintero José D’atri, el cónsul Miguel Rizzi y su hijo, el abogado José Rizzi, el fidelero José Lagrote, Vicente Medici, el panadero Juan Lasala,  Antonio Fevola, Pedro Raele, entre otros.[25] Elementos como la concentración de vecinos, la construcción de una Iglesia en terrenos donados por Pasqual[26]  y la recreación  de  los cultos y festejos de Basilicata, como fueron los de la Virgen del Carmelo, que derivarían ya en el siglo XX en la festividad oficial de la patrona local: La Virgen del Carmen,  muestran el funcionamiento   de la cadena lagonegrina.

Las inversiones en tierras las inicio tan solo cinco años después de llegar, cuando en 1884, en sociedad con Juan Voitano, adquirió 1500 hectáreas en el 2° cuartel rural de Chivilcoy, que se   extendía hacia el oeste del partido. Al poco tiempo la sociedad se disolvió y el campo se dividió en partes iguales y a Grisolía le tocaron 750 hectáreas [27]. En ese establecimiento, conocido como “La Destilería”, funcionó aproximadamente entre 1880 y 1890 una destilería de aguardiente, en sociedad con la firma Devoto y Cía.  Para 1895, contaba con dos chacras trabajadas a mediería de 40 y 35 hectáreas, en las que producía trigo y maíz[28]. Y, dos construcciones de un solo piso, una tasada en 3000 $, con techo de azotea, tres habitaciones con ventanas y puertas, habitada por dos familias   y otra de   techo de zinc, de una sola pieza y tasada en 500$[29]. Los cuarteles rurales 1º y 2º en los que estaban las estancias de Pasqual, concentraban las propiedades de los inmigrantes y se destacaban de los otros por concentrar las mejores edificaciones. De hecho, de las   quince propiedades censadas en esos cuarteles, el 60% eran casas de azotea, con precios que rondaban los 1000$, mucho más elevados que los ranchos de los otros cuarteles, que apenas alcanzaban los 300 $. Estos cuarteles habían participado del loteo de tierras públicas de extensiones de 160 hectáreas que facilitaron el acceso a la tierra a medianos productores, posiblemente por ello, el 80% de los propietarios fuera inmigrante. En su otro campo, “La Filomena,” en el cuartel 1º, tenía 1200 vacas mestizas y 121 bueyes para tareas agrícola.

Grisolía fue sin duda una de los mayores beneficiados de la gran expansión agrícola y ganadera que vivió la región en la ultima década del siglo XIX y en la primera del XX, años en los que amasó una considerable fortuna. Por un lado, cuatro mil cuadras dedicadas a la cría de ganado mestizo en Chacabuco, conocida como estancia “La  Verde”; por el otro, el  establecimiento del cuartel 2º  de Chivilcoy conocido como  “La Destilería”, y  por ultimo, en el cuartel 1º,  la estancia llamada “La Filomena”, de la que donó tierras para fundar una colonia que apellidaría Villa Grisolía y la estación de trenes del Ferrocarril Provincial (Estación Achupallas).

Plano general del pueblo Grisolía hecho por el agrimensor Luciano López en Septiembre de 1909. Fuente: Colección Privada de la Flia Grisolía.

 

Pasqual puede ser considerado el prototipo del inmigrante exitoso de la localidad. El derrotero por Estados Unidos de Norteamérica y la llegada a Argentina, con mas de treinta años y luego el retorno para contraer matrimonio en Italia retrasaron su instalación definitiva y su paternidad. Comenzó a tener hijos pasados los treinta y cinco años. Su hijo Nicolás, trabajó con él y heredó el comercio familiar como también la administración de los campos. Mientras que Felipe y Luis fueron a la universidad, el primero para estudiar ingeniería y la segunda abogacía. 

Para 1895, con una amplia trayectoria en los círculos civiles y comerciales de Chivilcoy y con casi sesenta   años, Pasqual estaba en la plenitud de su proceso de acumulación, que se había caracterizado por la apropiación ágil de las oportunidades que el contexto le ofrecía. La tendencia a incorporar nuevas razas y diversificar la producción de sus estancias puede verse como muestra de ello. El mestizaje del ganado lanar ya estaba casi concluido y estaba comenzando con el del bovino en la “La Verde”, que fue   su estancia predilecta.

Casco de la estancia “La Verde” hacia 1910 ubicada en las inmediaciones en Chacabuco. Grisolía adquiriría los terrenos en 1895. Fuente: Obituario en conmemoración del 25 de Mayo de 1810. Titulado: Partido de Chivilcoy

 

 En 1910, para celebrar el centenario de la Revolución de Mayo, se editó un obituario en Chivilcoy con sus vecinos más prominentes y las estancias modelo, entre la que se destacaba “La Verde”. Ahí se la describía como una estancia modelo, organizada de acuerdo a las más modernas tendencias ganaderas y por eso tenía amplios galpones preparados para el bienestar de los 1500 vacunos Durham, 2000 ovejas Rambouillet y 2000 Lincoln. Los toros dedicados a la reproducción y el mestizaje también eran de pura raza, provenientes de las mejores cabañas.[30]

Pasqual falleció en 1920 a los ochenta y cuatro años y el traspaso generacional lo hizo en vida, ya que en la primera década del siglo XX eran sus hijos, quienes administraban los negocios familiares. Nicolás se hizo cargo de La Verde, dedicada íntegramente a la cría e invernada de hacienda vacuna, lanar y yeguariza. Este campo ejemplar, tenía sus 4000 cuadras divididas equitativamente en diecisiete potreros alambrados y alfalfados: “Una estancia modelo, bajo el punto de vista que se examine, muy bien planteada y administrada con todo el tino que da una larga experiencia en la vida en el campo es, sin dudas alguna, “La Verde” del señor Grisolia[31].

 

Entre encuentros y desencuentros

Como mencionamos, los genealógicos permiten identificar las estrategias de las familias seleccionadas, provenientes   de diferentes regiones y arribadas en distintos contextos, pero que confluyeron a un mismo destino: Chivilcoy. Este microcosmos nos permitirá ver sus lugares de encuentro e integración, pero también los desencuentros, es decir los comportamientos que tendían a reforzar el vínculo con connacionales en detrimento de la integración. Lo interesante es que, en muchos casos, los dos tipos de comportamientos fueron paralelos, confluyeron,[32] lo que muestra la complejidad de las relaciones del contexto local.

En relación a los vínculos con connacionales, uno de los factores más notorios fue el carácter de líder étnico que Pasqual Grisolia desarrollo a lo largo de su vida. Al poco tiempo de llegar por primera vez fue uno de los fundadores de la Sociedad de Socorros Mutuos Italia, en 1867 y de la Sociedad de Socorros Mutuos Operaria Italiana un año después (Rossi, 2017: 7), institución que presidió casi ininterrumpidamente, hasta 1912.

Su faceta asociativa se sustentó con sus actividades comerciales y los vínculos que pudo forjar en esos años. La cadena de inmigrantes de Basilicata y principalmente de Lagonegro, que comenzó funcionar en la década de 1880, mostró la existencia de patrones comunes de trabajo y la recreación de pautas culturales, como fue el caso de la festividad de la virgen del Carmen promovida por él y sus allegados. Esta festividad surgió como un intento de traer su Italia a Chivilcoy y de fortalecer su identidad. Encabezó la comisión de la festividad durante muchos años y siempre estuvo secundado por lagonegrinos. Otra iniciativa que lo muestra como un destacado líder étnico fue la creación de la colonia “Villa Grisolía” pensada para arraigar familias lagonegrinas. En Pasqual, la actividad étnica asociativa se complementó con la participación civil y su crecimiento comercial. Su firma quedó impresa en las numerosas comisiones que se formaron en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX para dar vida a las instituciones civiles locales como los clubes, el hospital, el templo mayor, escuelas, biblioteca y sociedades comerciales. La conformación de su perfil público está ligada a su actividad asociativa y/o colaborativa en ciertos círculos de la elite local. No obstante, no tuvo una participación política local o nacional destacada. Hubo que esperar hasta la generación siguiente para encontrar miembros de esta familia en la arena política local y nacional. Ya en el siglo XX, su hijo, el Dr. Luis Grisolía- importante dirigente conservador- ejerció  la presidencia del Consejo Escolar y del Concejo Deliberante de Chivilcoy;  fue senador bonaerense en 1918; fiscal  de la provincia de Buenos Aires en 1931 y diputado nacional  entre 1932 y 1942.

La raigambre local que exigía la trama partidaria del partido conservador hacía que la mayoría de los legisladores nacionales fueran  a la vez presidentes de distrito o en su defecto, que lo fuera un familiar cercano.[33] En el caso de los Grisolía, mientras Luis fue diputado nacional, su hermano Nicolás, quedo al frente del comité local lo que muestra el éxito de la inserción local, a la par de la existencia de estrategias de ascenso social de claro carácter familiar.

Por el lado de los Duarte, María Echegoyen, viuda de Francisco Duarte no ocupó un lugar relevante en el ámbito civil local. La comunidad vasca no tuvo hasta bien entrado el siglo XX sociedades mutuas propias y se adscribió a la española o francesa de acuerdo provenir del lado oriental u occidental de los Pirineos. Pero mientras que casi no hubo vascos franceses en las comisiones de la Sociedad Francesa de Socorros Mutuos creada en 1865, si hubo muchos vascos españoles en la Asociación Española de Socorros Mutuos, fundada en 1870. Y, el grupo de vascos españoles estuvo muy presente en los demás espacios públicos, comisiones e instituciones locales. En las familias seleccionadas, los Duarte en consonancia con los Grisolía, mostraron un accionar político más destacado en la 2º generación. Juan - padre de Evita- fue concejal por el partido conservador en 9 de Julio, entre 1905 y 1908, a partir de la amistad que trabó con el caudillo conservador Nicolás Robbio.

 

Cena en conmemoración del XX de septiembre en 1889 en la Sociedad de Socorros Mutuos Operaria Italiana.

 

 Edificio de la Sociedad de Socorros Mutuos Operaria Italiana hacia 1910. Fuente: Archivo Histórico Municipal.

 

Las sociedades comerciales o industriales con connacionales podrían interpretarse como otro rasgo para fortalecer vínculos dentro de la comunidad étnica en detrimento de la integración. Grisolía fue socio inversionista y administrativo de la Destilería de Alcohol establecida entre mediados de la década de 1870 y principios de 1890 en el cuartel rural N°2, junto con la firma Devoto y Cia. que funcionó como una extensión de una planta que poseían en Campana. Este establecimiento contaba con una extensión de 600 hectáreas y cesaría sus actividades a mediados de 1890 (Abriola, 1992: 94; Astarita, 2001: 92). En el caso de los vascos, la fonda de Magdalena Irriboronde, esposa de Domingo Duarte, en la calle Cangallo de la Capital; así como la de los hermanos Muñagorri, en Chivilcoy, fueron un ámbito muy importante de acogida para los recién llegados. 

 

 

Establecimiento de la Destilería perteneciente a la firma Devoto y Cia. La foto data de 1895, fecha en la cual había cesado sus actividades productivas. Fuente: Archivo Literario Municipal de Chivilcoy

 

La formación de los matrimonios ha sido ampliamente estudiada por la historiografía dedicada a la inmigración para dar cuenta de las actitudes endogámicas o exogámicas de los grupos. En las genealogías analizadas encontramos situaciones paradójicas. El 23 de marzo de 1882, Juan Duarte, de 24 años se caso con su prima hermana Adela Uhart Irribironde, de 22, hija de Domingo, el hermano de su padre. Esta unión de claro carácter endogámico se acentúa porque algunas hermanas solteras de Adela fueron a vivir a la casa de los Duarte de Chivilcoy, reuniéndose las dos ramas que habían emigrado. La infidelidad de Juan al formar una familia paralela con Juana Ibarguren, la casera del campo que había arrendado en 1907 en Los Toldos, unión de la que nacería Eva Duarte de Perón, reafirma el carácter endogámico de las uniones entre miembros de la comunidad vasca.

Sin embargo, entre los matrimonios de la segunda generación de los Grisolía   y de los Duarte no quedan vestigios de pautas endogámicas.  Y, eso a pesar del carácter de líder étnico de Pasqual. Su hijo Francisco José, de 28 años, se casó en 1909, en primeras nupcias con María Duarte, de 26 y en segundas con Adelina, ambas hijas de Francisco Duarte, práctica conocida como “sororato”.

 Felipe Luis se casó con Josefa Bancora, de una reconocida familia dueña de un corralón de construcción y Luis se caso con Laurina Aramburu. Por parte de los Duarte, los hijos de Juan también abandonaron cualquier práctica endogámica y se casaron con descendientes de inmigrantes italianos; Catalina lo hizo con Anselmo Castagnino, Magdalena con Francisco Gatto y Eloísa con Francisco Rizzi. Las uniones muestran el desplazamiento de los intereses familiares que pasaron de buscar consolidar alianzas dentro del grupo étnico a hacerlo dentro de la incipiente elite local. Esta, se había conformado a fines del siglo XIX a partir de algunas familias de larga tradición local, como los Barrios, Bermejo, Calderón, Villarino, Loveyra o Barrancos a los que se sumaron algunas familias vascas y otras de Italia septentrional   que habían logrado escalar socialmente.

Por ultimo, la incorporación de pautas de consumo y gustos propios de la sociedad receptora y posiblemente ajenos a la sociedad de origen es otro factor que debió favorecer la integración. Pasqual Grisolia al final de su vida paso a tener gustos y consumos propios de sectores de la oligarquía argentina, como por ejemplo, los caballos “pura sangre” que criaba en La Verde. Declarado amante de los caballos de raza, el pedrigree de sus mejores caballos quedó bien destacado en el opúsculo conmemorativo del centenario; “Loub et” nacida en 1905, provenía de la estancia Santa Clara de Tomas Anchorena y el potrillo Rincons Signal Shot procedía de la cabaña de Tomas Bell, en Villa Elisa.

 

Caballos pertenecientes a la estancia “La Verde”. Fuente: Obituario en conmemoración del 25 de Mayo de 1810. Titulado: Partido de Chivilcoy.

 

Toros de la estancia “La Verde”. Fuente: Obituario en conmemoración del 25 de Mayo de 1810. Titulado: Partido de Chivilcoy.

 

 

 

Consideraciones finales

 

La convergencia de las distintas oleadas migratorias que se fueron superponiendo en los espacios pampeanos hicieron que las sociedades receptoras fueran altamente complejas al incluir inmigrantes de variados orígenes y perfiles y población criolla, principalmente en el medio siglo en el que la inmigración aumentó de manera considerable.  En este sentido, el análisis de los modos en que se fueron integrando los distintos grupos étnicos entre si y con la población nativa, en un lugar acotado, efectúa aportes al largo debate sobre la preeminencia de la teoría del crisol de razas o del pluralismo cultural.[34]  El análisis “situado” de las comunidades receptoras pone de manifiesto que la prevalencia de actitudes de cierre en torno a la comunidad de origen o de apertura e integración se fueron dando en forma paralela.

En los análisis genealógicos realizados sobre dos familias de importante trayectoria local: los Duarte, inmigrantes vasco franceses, arribados en la década de 1850 y los Grisolia, de Basilicata, arribados en la década de 1870, se pueden observar algunas cuestiones relevantes. En primer lugar, el fuerte liderazgo étnico de Pasqual y a la par, la escasa participación en los planos políticos y civiles durante la primera generación Grisolía. La integración a las esferas políticas locales y nacionales   se dio en la segunda, luego de que ambas familias consolidaran su base patrimonial, cuando sus miembros ocuparon importantes cargos en las filas del partido conservador.  En segundo lugar, si comparamos las trayectorias de los dos inmigrantes, encontramos que, si bien muestran ciertas diferencias en lo laboral   e incluso en lo social, mantienen una similitud que es central: la segunda generación ya goza del capital amasado por los pioneros y conforman la elite de fines de siglo.

En tercer lugar, prevalecen en las ambas, formas de contraer matrimonio relativamente “excepcionales”; por un lado, el marcado rasgo endogámico de la unión de Juan Duarte con su prima hermana Adela Uhart (el apellido se escribía con las dos fonéticas), unión de la que nacieron ocho hijos. Posteriormente Juan se unió a Juana Ibarguren.  Del mismo modo, el “sororato” de Francisco José Grisolía con María Duarte en 1º nupcias en 1909 y con su hermana Adelina en 1916.[35] Estas uniones ponen en evidencia las tensiones que se anidaban en el seno de estas familias y las dificultades para ingresar en el mercado nupcial con completa libertad para elegir compañeros/as. No obstante, la endogamia se manifestó más en los negocios que en las uniones matrimoniales. En el caso de Grisolía todos los que lo secundaron en su negocio fueron lagonegrinos; ya fuera su primo Schiaffino, su cuñado De Maio o incluso Carmen D’ Atri, su mano derecha, tanto en el asociacionismo, como en una de sus explotaciones pecuarias; la destilería con la firma Devoto y la consignación de frutos del país a ese acopio también fueron en la misma dirección. En la segunda generación, prefirieron contraer nupcias con miembros de la elite local, en lugar de mantener el patrón étnico. Dentro del espectro de la elite que ellos conformaron, hay otro punto de confluencia, y es la integración que se llevó a cabo entre los miembros de la segunda generación de migrantes: Grisolía-Duarte; Grisolía-Aramburu; Castagnino-Duarte y Elgoyen-Duarte. Desconocemos si los pioneros Pascual o Juan concurrieron o frecuentaron espacios de sociabilidad que les haya permitido intercambiar información o influencias, pero las generaciones que le siguieron tuvieron contactos que les permitieron trazar vínculos conyugales. Los límites en la integración que indicamos para la 1º generación a la hora de relacionarse conyugalmente, ya formaban parte del pasado en las primeras décadas del siglo XX y sus descendientes se relacionaban dentro del círculo de la elite local y compartían consumos suntuarios con la oligarquía. Una anécdota de público conocimiento a nivel local permite ver el grado de confluencia de los descendientes de estos pioneros migrantes. El 11 de enero de 1926 falleció Juan Duarte en un accidente automovilístico en Chivilcoy, dando lugar a uno de los episodios más mediáticos de la historia local: el ingreso al velatorio de Juana Ibarguren y sus hijos, entre los que estaba Evita. Supuestamente fue su yerno, Francisco José Grisolía, el mediador que hizo que los hijos de ambos matrimonios compartieran unos minutos del velatorio. A los efectos de este trabajo, más allá del clima ríspido del encuentro que las crónicas locales recrean, interesa marcar la total integración de ambas familias, provenientes de diferentes oleadas inmigratorias.

 

 

Bibliografía

 

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Recibido: 22/02/2022

Evaluado: 25/03/2022

Versión Final: 18/04/2022



[1] Partido de Chivilcoy. Industria, Ganadería, Agricultura, Comercio, Notas edilicias. Archivo personal de Marcelo Beccaria. Chivilcoy

[2] 1º Censo Nacional de la República Argentina, Imprenta del Porvenir, Buenos Aires, 1872

[3] Archivo General de la Nación, en adelante AGN, Cedulas Censales del 1º Censo Nacional, partido de Chivilcoy.

[4]Quienes levantaron el censo de 1895  no los  consignaron como vascos, sino como españoles o franceses con excepción de tres casos.

[5] Floristan , A y Imizcoz, J. M, La comunidad rural vasco-navarra. ¿Un modelo de sociedad? en

Mélanges de la Casa de Velázquez, tome 29-2, 1993. Epoque moderne. pp. 193-215; doi : 10.3406/casa.1993.2658

[6] France, Pyrénées-Atlantiques, Etat-Civil, 1792-1938", database, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QPZ1-WW4X : 15 May 2019), Arnaud Uhart, 1855 y "France, Pyrénées-Atlantiques, Etat-Civil, 1792-1938", database, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QP8W-MXBB : 15 May 2019), Marianne Chaldu in entry for Pierre Aintcy, 1860

[7] France, Pyrénées-Atlantiques, Etat-Civil, 1792-1938", database, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:QP8S-T72B : 14 May 2019), Saint Jean Uhart in entry for Marie Uhart, 1830

[8] Agentina, Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:V68Q-N4V : 23 February 2021), Francisco Dujar and Maria Menechena, 06 Nov 1850; citing Nuestra Señora de Balvanera, Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal, Argentina, parroquias Católicas, Buenos Aires (Catholic Church parishes, Buenos Aires); FHL microfilm 685,744.

[9] Argentina, Capital Federal, registros parroquiales, 1737-1977," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:XN33-R36 : 23 February 2021), Maria Manochena in entry for Maria de los Dolores Duhart, 29 Mar 1853; citing Nuestra Señora de la Piedad, Ciudad de Buenos Aires, Capital Federal, Argentina, parroquias Católicas, Buenos Aires (Catholic Church parishes, Buenos Aires); FHL microfilm 1,096,678.

[10] Argentina, Buenos Aires, registros parroquiales, 1635-1981," database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:XJM9-18L : 9 September 2021), Franco. Eduarte in entry for Sofia Eduarte, 21 Nov 1856; citing Baptism, San Pedro, Chivilcoy, Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina, 21 Nov 1856, parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Buenos Aires Province, FHL microfilm 733,586.

[11] Argentina, Buenos Aires, registros parroquiales, 1635-1981," database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:XJMS-V27 : 9 September 2021), Francisco Duhart in entry for Juan Duhart, 08 Feb 1859; citing Baptism, San Pedro, Chivilcoy, Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina, 08 Feb 1859, parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Buenos Aires Province, FHL microfilm 733,586.

[12] "Argentina, Buenos Aires, registros parroquiales, 1635-1981," database with images, FamilySearch(https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:XNT8-F2S : 9 September 2021), Francisco Duarte in entry for Maria Duarte, 04 Aug 1862; citing Baptism, San Pedro, Chivilcoy, Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina, 04 Aug 1862, parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Buenos Aires Province, FHL microfilm 733,587.

[13] Archivo historico de Chivilcoy, en adelante AHCH;  Planillas de contribution directa, 1856-57-58 y 59.

[14] Argentina, Buenos Aires, registros parroquiales, 1635-1981," database with images, FamilySearch (https://www.familysearch.org/ark:/61903/1:1:QLY6-M9F2 : 9 September 2021), Bernardo Uhart and Maria Ebarlín, 03 May 1905; citing Marriage, Nuestra Señora del Carmen, Juárez, Benito Juárez, Buenos Aires, Argentina, 03 May 1905, parroquias Católicas (Catholic Church parishes), Buenos Aires Province, FHL microfilm 1,223,639

[15] Argentina, censo nacional, 1895," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:MW7K-TXP : 19 February 2021), Salvador Ubarte, 1895; citing Chivilcoy, Cuartel 03 (Población rural), Chivilcoy, Buenos Aires, Argentina, district Chivilcoy, source piece , Archivos Nacionales (National Archives), Buenos Aires

[16] Argentina, censo nacional, 1895," database with images, FamilySearch (https://familysearch.org/ark:/61903/1:1:MW4Y-S6S : 19 February 2021), Juan Uhart D., 1895; citing Cuartel 03 (Población rural), Nueve de Julio, Buenos Aires, Argentina, district Nueve de Julio, source piece 1238, Archivos Nacionales (National Archives), Buenos Aires.

[17] ISTAT- Elaboración grafica a cargo de wikipedia

[18] Dentro de la memoria oral familiar esta es la versión que subsistió a lo largo del tiempo sobre su llegada a la Argentina y particularmente a Chivilcoy. No obstante, podemos presumir su veracidad ya que en las décadas posteriores Pascual Grisolía tendría algunos intentos fallidos de establecer industrias en Chivilcoy, muchas de ellas, con el sello y capital de la firma Devoto.

[19] En 1866 el FCO Ferro Carril Oeste Argentino, expandio su línea férrea de Mercedes hasta Chivilcoy, siendo esta punta de riel hasta mediados de la década de 1870. Esta condición trajo ventajas para la sociedad y productores locales.

[20] Grisolía es mencionado como miembro fundador de la Sociedad de Socorros Mutuos Operaria Italiana en 1867. Además de su actividad asociativa, fue colaborador directo de Lazaretos sanitarios como de la corporación municipal.

[21]https://www.familysearch.org/es/wiki/Italia,_Potenza,_Lagonegro,_registro_civil_(tribunal)_(Registros_hist%C3%B3ricos_de_FamilySearch)

 

[22] AHCH, Registro de extranjeros, año 1899.

[23] Según la tradición oral local, además de comerciar frutas, verduras y algunos bienes para la producción agropecuaria también ofrecía trabajo y estadía a los recién llegados. Otra función era la compra y venta de pasajes a Italia como también el envío de dinero a la patria de origen (remesas). Astarita, Gaspar J., (2001) Italianos en Chivilcoy. (1860-1920) El barrio del Pito, Don Pascual Grisolía. GraFer: Chivilcoy.

[24] Cacopardo, Maria Cristina., Moreno, Jose Luís., (2000), Características regionales, demográficas y ocupacionales de la inmigración italiana a la Argentina (1880-1930). En: Devoto, Fernando., Rosoli, Gianfausto., (eds.), 2° ed. Buenos Aires: Biblos

[25] Cedulas censales del 2º Censo Nacional, https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:S3HY-DTTV-4Y?i=295&cc=1410078&personaUrl=%2Fark%3A%2F61903%2F1%3A1%3

[26] Santucci, Mirta G., (2014) La inmigración italiana y el surgimiento de un barrio meridional en Chivilcoy. Fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Chivilcoy: Municipalidad de Chivilcoy

[27] Al analizar los boletines del Censo Nacional de 1895, Grisolía solo figura en algunos casilleros, pero trabajando muy pocas hectáreas en comparación a lo mencionado antes. Lo más probable es que las haya arrendado.

[28] Segundo Censo Nacional de la República Argentina. Boletín de Agricultura del Partido de Chvilcoy

[29] Segundo Censo Nacional de la República Argentina. Boletín de edificación del Partido de Chivilcoy

[30] Los toros eran “Crown Prince” de la cabaña “San Juan” de Malbrán, y “Count Lavender” nacido en Cabaña Chapadmalal de Ezequiel Martinez de Hoz. Ambos toros habian recibido premios los años anteriores.

 

[32] Santucci, Mirta G., (2014) La inmigración italiana y el surgimiento de un barrio meridional en Chivilcoy. Fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Chivilcoy: Municipalidad de Chivilcoy

[33]Bejar, M. D.,  “El régimen fraudulento desde la dinámica facciosa del conservadurismo bonaerense.” Revista de Historia, Año 1, Nª 1, Mar del Plata, inicios de 2005.

[34] Marquiegui, D. (1999). Del crisol de razas al pluralismo cultural: el debate historiográfico como herramienta orientadora de las estrategias para la enseñanza de la historia. Clio & Asociados (4), 37-54. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.10249/pr.10249.pdf.

[35] Libro de casamientos de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, Chivilcoy, pág. 280 y 1021.