Reseñas bibliográficas

 

 

González Canosa, M. (2021). Los futuros del pasado. Marxismo, peronismo y revolución: una historia de las FAR. Prometeo Libros: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 298 páginas.

 

Mora González Canosa es Doctora en Ciencias Sociales y Licenciada en Sociología por la Universidad Nacional de La Plata. El campo de estudios en el que inserta su producción refiere a temas de historia reciente argentina, procesos de politización y radicalización política, Nueva Izquierda (NI) y los vínculos entre memoria, historia y política en las últimas décadas.

El presente libro a lo largo de sus apartados bucea en las aguas profundas de la historia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), organización muy poco explorada hasta el momento y, que en ocasiones, ha sido subsumida en sus análisis y claves interpretativas a la experiencia de Montoneros[1]. El objetivo de esta obra es examinar los orígenes y gestación como el desarrollo de las FAR y, en ese marco, comprender el proceso de identificación de esta con el peronismo y su dinámica de funcionamiento como organización político militar. En la medida que indaga en estas dimensiones del objeto, se detiene sobre el carácter distintivo de esta experiencia de izquierda que se peroniza y que supuso un cauce de radicalización política y una identidad distinta respecto del campo más amplio de las Organizaciones Armadas Peronistas (OAP) y de lo que ha sido denominado como NI.

Esta categoría se trabaja como perspectiva o enfoque desde los aportes y trabajos que produce María Cristina Tortti. En primer lugar - contra toda suerte de “violentologia”- la autora recupera los aportes de la NI para observar su objeto desde una mirada amplia, que contempla, pero que no subordina el análisis de la experiencia a la violencia política y organización armada. De este modo se dedica a observar también los vínculos gestados entre diversos grupos, movimientos y organizaciones que hicieron posible y protagonizaron el fenómeno de interés. El otro aporte de la NI sobre el que vuelve tiene que ver con la idea de que esta debe entenderse como una suerte de magma resultante de las convergencias entre diversas tradiciones político-culturales. Dicho esto, el trabajo adopta esta perspectiva como caja de herramientas para pensar y reconstruir los itinerarios políticos e intelectuales que hicieron posible a las FAR contemplando la trama mayor en la que se inscribió dicha organización, el sentido que los actores le dieron a sus prácticas y discursos y las rupturas y transformaciones político culturales que posibilitaron su emergencia y signaron sus características indentitarias.

El libro realiza un análisis exhaustivo de las discusiones y derivas que hicieron posible que determinados actores de la izquierda tradicional convergan en el peronismo. Subsidiariamente a la historia de la organización, profundiza también en varios temas claves de la historia reciente en Argentina y del proceso de activación, politización y radicalización que tuvo lugar a fines de los sesenta y principios de los setenta en el país. Por mencionar algunos: las expectativas revolucionarias de amplios y diversos sectores sociales; la transformación y convergencias novedosas que se dieron entre diferentes tradiciones políticas como las de la izquierda-marxista y el peronismo y la opción por la lucha armada y legitimación de la violencia como forma de intervención política, entre otros.

Las más de doscientas páginas que materializan la trayectoria de investigación en el tema de la autora y que plasman el producto de su tesis doctoral, dan cuenta no solo de la enorme variedad interna de las organizaciones armadas peronistas (OAP) y de la particularidad que supuso dentro de este campo las FAR; sino también de los cambios y continuidades que estas experimentaron a lo largo del tiempo. La autora restituye la contingencia de los itinerarios y mediante la impronta procesual con que observa el objeto nos revela no solo la multiplicidad de opciones disponibles, dificultades y dilemas que atravesaron los protagonistas de esta experiencia, sino que también, a partir de ello, permite volver sobre el carácter no esencialista de las identidades políticas. Estas no se producen de una vez y para siempre, sino que están sometidas, como en el caso de estudio, a un proceso de transformación y reactualización permanente del cual la investigación da cuenta.

Los tres primeros capítulos reconstruyen los principales grupos fundadores de las FAR que van desde diferentes núcleos disidentes del Partido Comunista, del Movimiento de Izquierda Revolucionario-Praxis liderado por Silvio Frondizi hasta experiencias guevaristas que fueron parte de la sección argentina del Ejército de Liberación Nacional dirigido por Inti Peredo. Sobre esta última experiencia, se destacan los intentos guerrilleros en los años sesenta y el vínculo con Cuba que resalta el texto. En este recorrido la autora logra poner en juego diversas escalas de análisis complejizando –a partir de los casos de Córdoba y Tucumán principalmente- el mapa organizativo, político e ideológico que nutrió la organización. Asimismo, en estos capítulos, el libro vuelve sobre los debates que se suscitaron en el marco de estos derroteros - hasta formarse las FAR- y reconstruyen los tres principales cauces de radicalización política que hicieron posible la organización. En otro orden, a partir de ello justifica una de sus ideas fuerza; esta radica en sostener que las FAR expresaron un estilo de peronización distintivo que se explica por las huellas de origen en que se formaron sus fundadores y una sensibilidad propia de la cultura de izquierdas.

En los últimos dos capítulos se trabaja sobre dos temas relevantes del período de los orígenes de la organización, las discusiones sobre el peronismo y la opción por la lucha armada. En ambos se observan ciertas continuidades como rupturas respecto de las huellas de origen mencionadas.

En el capítulo cuatro el trabajo atiende al proceso específico de peronización o, en otras palabras, al modo en que asumen las FAR la “opción” por el peronismo conjugándolo con el marxismo. El relato conduce a observar las principales discusiones en el nivel interno como en el diálogo con otras OAP; y afirma que, más allá de esta apuesta política y la revalorización que hicieron del peronismo, las FAR continuaron observando el fenómeno desde las lentes marxistas propias del cauce de radicalización a través del cual se formó.

A medida que el libro detalla la interpretación del fenómeno peronista de esta experiencia se destaca, entre otras cosas, la importancia que le adjudicaron a la discusión y producción teórica tornando visible su vínculo con ciertas usinas intelectuales de la época. Y, por otro lado, entre las principales complejidades del intento de síntesis con esta tradición, el texto pone énfasis en la resistencia y dudas que despierta en los militantes de las FAR –más allá de la “voluntad peronizadora” de la conducción- el liderazgo de Perón, a quien distinguían como un “líder popular” no así “revolucionario”.

La historia de esta organización culmina en el último capítulo con el desarrollo y observación de su dinámica de funcionamiento, así como de sus principales prácticas políticas. A partir de las huellas de origen reseñadas, se destaca que las acciones político-militares y la construcción del “Ejército del pueblo” resultaron una forma de lucha y práctica política importante de la organización. El capítulo recorre el camino de discusión que atraviesan las OAP en la coyuntura corta, pero de mucha densidad, que inaugura el año 1972, retoma algunas acciones conjuntas y los principales reacomodamientos en este nuevo escenario. Algunas de las principales preguntas que quedan resonando a la espera de los nuevos avances de investigación de la autora tienen que ver con el vínculo con Montoneros y la dinámica de la nueva organización ya una vez fusionadas y en un período democrático como el que inaugura el año 1973.

Como hemos expuesto anteriormente, en los cinco capítulos el libro la autora reconstruye las claves más transcendentales de los orígenes e itinerarios de formación y desarrollo de las FAR con una enorme riqueza de datos apoyados en extensa bibliografía y diversidad de fuentes entre las que cabe señalar numerosos testimonios y entrevistas a los protagonistas, documentos internos y públicos de la organización, informes de reuniones y publicaciones de la época, entre otras.

A modo de cierre, el libro de Mora González Canosa y su lectura nos deja un mapa sumamente ordenado y detallado de las diversas rupturas organizativas y transformaciones político culturales que hicieron posible y configuraron las FAR, y en ese marco enriquece enormemente el campo de estudios sobre la NI y las OAP. A su vez, al tratarse de un estudio pionero y sistemático acerca de esta organización, resulta un valioso aporte para pensar los encuentros y desencuentros posibles entre izquierda y peronismo del período y, sin dudas, instala en el campo de estudios un nuevo piso de interrogantes y resulta un punto de referencia indiscutido para una agenda de investigación futura.

 

 

 

Jessica Priscila Murphy

Universidad Nacional de la Patagonia

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológica

Instituto de Estudios Sociales y Políticos de la Patagonia (Argentina)

jessik.murphy88@gmail.com

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Camarero, H. y Ceruso, D. (2020). Comunismo y clase obrera hasta los orígenes del peronismo. Eudem- Grupo Editor Universitario: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 128 páginas.

 

La edición de un libro dedicado al estudio del Partido Comunista desde sus orígenes hasta promediar la década del 40 en el marco de una colección titulada La Argentina Peronista: política, sindicalismo y cultura, resulta en sí misma sugerente. Ya que invita a pensar a dicho actor como parte de los cimientos constitutivos de la identidad obrera previa al fenómeno peronista y, por lo tanto, como un fragmento del tejido social sobre el que aquel se asentó.

Sin embargo, siendo ambos autores estudiosos desde hace décadas del movimiento obrero y la izquierda en la Argentina de la primera mitad del siglo XX, advierten que la intención del libro no es entender el desenvolvimiento del PC en aquellas décadas como un conjunto de procesos afluentes que desembocarán necesariamente en el ascenso de una clase trabajadora ligada Perón, sino como una de las experiencias más relevantes de la izquierda argentina en su conexión con el movimiento obrero local.

En este sentido, si bien se trata de un libro destinado a un público amplio, con un lenguaje no académico, sus definiciones no dejan de entrar en diálogo con los grandes debates historiográficos sobre el periodo. ¿De qué forma moldearon las tendencias políticas y sindicales durante las décadas pre-peronistas la fisonomía del movimiento obrero en aquella etapa? ¿Qué estrategias políticas influyeron en su desenvolvimiento y en qué medida el PC aportó rasgos distintivos en su constitución social, cultural e ideológica? ¿En qué medida la tradición comunista se constituyó en una subcultura dentro de una más amplia cultura obrera, y -por qué no- de izquierda, en las décadas del 20, 30 y 40? A su vez, el libro se adentra en las principales preguntas que han orientado los estudios sobre el comunismo en este periodo: ¿Qué repertorios de acción habilitaron el exponencial crecimiento de la inserción del PC en el movimiento obrero durante estas décadas? ¿Cómo coexistió este ininterrumpido ascenso con los sucesivos virajes políticos que efectuó dicho partido en esta etapa? ¿De qué manera se conjugaban aquellos cambios estratégicos con las directivas de la Internacional Comunista?

Al abordar estas preguntas el libro constituye un poco frecuente intento por establecer una síntesis, en lenguaje de divulgación, respecto de las elaboraciones que en las últimas décadas han abordado estos tópicos. Para recorrer ese camino los autores parten de un claro posicionamiento metodológico, el cual señala que la historia social y la política están íntimamente relacionadas. Esto se traduce en un énfasis a la hora de establecer una interacción permanente entre la historia de la izquierda (o izquierdas), en este caso el PC, y la historia del movimiento obrero. Esto es, una indagación que aborda desde una perspectiva clasista a las estructuras políticas y al mismo tiempo introduce la dimensión subjetiva y política en el examen del medio social. Los puntos de contacto entre ambas esferas de una misma realidad social, y la perspectiva de determinar la mutua influencia que ejercen en su constitución desde un plano político, social, cultural e ideológico, conforman el registro en el cual se inscribe el texto.

A lo largo de sus capítulos el libro alterna una descripción de los posicionamientos políticos y los virajes institucionales del PC en las diversas coyunturas nacionales e internacionales, con una reflexión sobre el impacto de aquel desenvolvimiento en diversos medios sociales, desde el movimiento de mujeres y los intelectuales, hasta el movimiento obrero organizado con sus múltiples puertas de entrada para la investigación: desde la dimensión institucional vinculada a las centrales obreras y sindicales hasta el proceso de organización en los lugares de trabajo, las huelgas y los variados repertorios organizativos que constituyeron la experiencia comunista.

Así, el texto realiza un repaso sobre los principales debates que hicieron a la constitución del comunismo argentino, desde su inicial aparición como una ruptura “internacionalista” del Partido Socialista (PS), inspirada en el faro de los bolcheviques rusos, hasta su férrea adhesión a los mandatos cominternistas identificados con los intereses de la burocracia soviética, pasando por las diversas rupturas y fraccionamientos de los años veinte. Los autores describen los procesos paralelos que decidieron el ascenso del grupo encabezado por José Stalin dentro del Kremlin, como expresión de un movimiento contra revolucionario que se impuso sobre la Oposición de Izquierda encabezada por León Trotsky -y luego sobre todo tipo de oposición- con la consolidación de los rasgos monolíticos y centralistas que adoptó PC argentino. Desde allí establecen los vínculos que sellaron la dependencia de la dupla que finalmente se erige como dirigente del PC, la de Victorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi, con los sucesivos virajes políticos de la Internacional Comunista, particularmente los establecidos durante el periodo de Clase Contra Clase y del Frente Popular.

Sin embargo, lejos de una simplificación que describiera el accionar del PC como una réplica mecánica de las orientaciones cominternistas, el libro intenta resaltar las formas particulares que adoptaron aquellos cambios. Estas se observan a partir de las dificultades y tensiones que tuvo el PC local para adecuar su orientación política a cada contexto y en su interrelación con el resto de los actores políticos locales, particularmente aquellos que intervenían en el movimiento obrero, desde el anarquismo y los incipientes nucleamientos trotskistas, hasta el socialismo y el sindicalismo, de fuerte presencia en la CGT, además del radicalismo y los organismos estatales.

Respecto de los vínculos con el movimiento obrero, Camarero y Ceruso alternan la descripción cronológica con el estudio de algunos casos que ilustran las características del accionar comunista. Así, cobran particular relevancia la experiencia del PC en la organización de los obreros de la construcción y su aporte a la constitución de la Federación Obrera Nacional de la Construcción, tras la huelga del sector en 1936, como un “modelo” del sindicalismo industrial al que apostó. A su vez, el estudio sobre la inicial proletarización a través de las células fabriles y el posterior trabajo sistemático en instancias de base atraviesan el conjunto de la exposición aunque sin una definición global sobre la dinámica entre el pragmatismo tendiente a la centralización y concentración de las negociaciones con el Estado y la persistencia de aquellos organismos que no necesariamente fueron una contra tendencia. También queda pendiente en el texto una articulación y reflexión sobre el impacto de la acción del PC en la lucha de clases, entendida no solo desde el plano sindical o reivindicativo sino como un proceso que establece una relación de fuerzas determinada entre las clases en disputa a nivel político.

Además de lo específicamente vinculado al movimiento obrero ocupan un lugar no menor en el texto las actividades culturales que tiñeron la práctica cotidiana de los afiliados comunistas, incluidas las infancias, los diversos intentos por organizar a las mujeres mediante repertorios organizativos tanto dentro como fuera del lugar de trabajo, y las tensiones surgidas con artistas e intelectuales, muchos de los cuales se limitaron a actuar bajo la rúbrica de “compañeros de ruta”.

Vale destacar que la pregunta sobre el peronismo reaparece con fuerza en las conclusiones del texto. Pero ya no mediante el clásico planteo respecto de la contribución del derrotero del PC en el impulso inicial del peronismo y su arraigo entre los trabajadores. Se invierte la formulación, colocando la mirada sobre el fenómeno peronista para desde allí mirar al PC y al movimiento obrero. Aquella reformulación de la pregunta, implícita a lo largo del texto, abre una reflexión teórica, historiográfica y política, centrada en las causas exógenas y endógenas que aceleraron el declive del PC, ilustrado en su inclusión dentro de la Unión Democrática sostenida por las cámaras empresariales y la embajada norteamericana.  En este sentido, el libro ofrece, tanto para quienes se plantean por primera vez estos interrogantes, como para aquellos que los han recorrido en otros textos, un interesante abanico de sugerencias para continuar el debate.

 

 

 

Gabriel Piro Mittelman

 Instituto de Historia Argentina y Americana “Dr. Emilio Ravignani”,

Facultad de Filosofía y Letras,

Universidad de Buenos Aires (Argentina)

gabrielpiro90@gmail.com

 

 

 

 

Tortti, M. C. y González Canosa, M. (2021). La nueva izquierda en la historia reciente argentina. Prohistoria Ediciones: Rosario, 316 páginas.

 

En la presente intervención nos proponemos reseñar la obra colectiva La nueva izquierda en la historia reciente argentina. Debates conceptuales y análisis de experiencias. El libro, editado en 2021 por Prohistoria Ediciones de Rosario, reúne una serie de artículos de diversos investigadores cuyo epicentro de trabajo es la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Allí, un conjunto de jóvenes intelectuales y académicos de larga trayectoria, se plantean discutir el período de los largos años sesentas en Argentina utilizando como clave de entrada la reflexión sobre la pertinencia de la categoría nueva izquierda para denominar al heterogéneo movimiento de movimientos que, a lo largo de la década de los sesentas y hasta mediados de la siguiente, impugnaron el orden social capitalista imperante en nuestro país. Si bien podemos rastrear ciertas raíces del concepto hasta la noción de nueva oposición social que Juan Carlos Torres plantea, al calor del ciclo de protestas abierto con el Cordobazo dos años antes en una breve intervención de agosto de 1971 en la edición 21 de la revista Los Libros. Un mes de publicaciones en América Latina, el uso académico temprano de nueva izquierda en nuestro país puede situarse en los trabajos pioneros de Claudia Hilb y Daniel Lutzky durante los ochentas y en los de Oscar Terán a inicios de la década siguiente. Si los primeros hacían hincapié en vincular el término a organizaciones político-militares donde la violencia ocupaba un rol clave en su cosmovisión e intervenciones políticas, el segundo la ligaba al surgimiento en el campo intelectual argentino, entre los años 1956 y 1966, de una fracción de intelectuales críticos del liberalismo imperante en la época y preocupados por temáticas como la cuestión nacional y el antiimperialismo. En línea con esta última corriente aparecen, hacia finales de los años noventa y con el despunte del nuevo siglo, los trabajos de María Cristina Tortti que, al día de hoy, se revelan como los aportes hegemónicos en torno a la conceptualización de la categoría de nueva izquierda. Tortti recupera de manera crítica la identificación unidimensional de nueva izquierda con respecto a las organizaciones político-militares para plantear una conceptualización más amplia que, abarcándolas, incluye a un amplio y heterogéneo abanico de fuerzas sociales protagonistas del ciclo de movilización y radicalización abierto durante los largos años sesentas que englobó desde el estallido social espontáneo y la revuelta cultural hasta las organizaciones guerrilleras, y desde movimientos urbanos insurreccionales hasta la aparición de direcciones clasistas en el movimiento obrero organizado.

Siguiendo a Tortti, para comprender algunas de las transformaciones en el campo ideológico nacional de la época que dieron lugar a la emergencia de la nueva izquierda en nuestro país, es fundamental conjugar las consecuencias de la creciente ola de protestas, en el marco de la pérdida de credibilidad de las instituciones del Estado, con el proceso de modernización cultural vivido por los sectores medios e intelectuales, y su rápida articulación en el plano político con las nuevas ideas revolucionarias. Un contexto novedoso, caracterizado, en el plano interno, por la importante conflictividad obrera y su persistente adhesión al peronismo y, en el plano externo, por la crisis del orden colonial europeo en Asia y África, la Revolución Cultural China, el movimiento antirracista en los Estados Unidos, las protestas de las clases medias juveniles europeas y la Revolución Cubana, dio pie a una serie de debates en el seno de diversas tradiciones político-culturales argentinas que apuntaban a la revisión de algunos de sus elementos clave. Entre las principales líneas de reorientación política que podemos mencionar para dar cuenta de la formación del fenómeno socio-político de la nueva izquierda argentina se encuentran la revisión del fenómeno peronista al pensarlo como una experiencia nacional-popular de liberación nacional con potencialidades revolucionarias, la crítica de las perspectivas evolucionistas, parlamentaristas y reformistas de los partidos de la izquierda tradicional, la aparición de un ala izquierda del peronismo que reactualizaba las demandas históricas de justicia social desde una perspectiva socializante y, finalmente, la mencionada influencia de eventos internacionales como la Revolución Cubana (1959), el Concilio Vaticano II (1962-1965) y los procesos revolucionarios del Tercer Mundo en general. La aparición de líneas sindicales combativas, el fortalecimiento de corrientes católicas progresistas y revolucionarias ubicadas dentro de la teología de la liberación, la emergencia de organizaciones armadas, la ruptura de los partidos tradicionales de izquierda que dio lugar al surgimiento de nuevos grupos y organizaciones y la manifestación de experiencias de oposición cultural e intelectuales dan cuenta del variopinto movimiento que se encuadra dentro del concepto de nueva izquierda. Estos sectores, provenientes del peronismo, la izquierda tradicional, el nacionalismo y el catolicismo, encontraban su punto de cohesión en una flamante cultura contestataria caracterizada por prácticas y discursos que dialogaban sobre liberación nacional, socialismo y revolución en un espacio de debate común. Las referidas precisiones teóricas son el ámbito en el cual se inserta y dentro del cual debemos leer La nueva izquierda en la historia reciente argentina.

Luego de una presentación de la obra a cargo de Juan Alberto Bozza, el libro cuenta con diez capítulos. En el primero, María Cristina Tortti revisita parte de sus reflexiones en torno a la noción de nueva izquierda en virtud de discutir con ciertas interpretaciones críticas de las mismas surgidas durante los últimos años. Reafirmando los lineamientos que hemos mencionado en las páginas anteriores, la autora hace especial hincapié en la necesidad de plantear un enfoque procesual que permita no perder de vista las transformaciones que la propia nueva izquierda sufrió durante los casi veinte años en los cuales la ubica. En el siguiente, Mora González Canosa y Mauricio Chama abordan una serie de reflexiones en torno a dos categorías que suelen encontrarse en los trabajos sobre la nueva izquierda, politización y radicalización. Ejercicio necesario en la medida en que estos conceptos no siempre ofrecen la claridad necesaria si tenemos en cuenta lo sumamente utilizados que son. Por su parte, Juan Alberto Bozza se propone reflexionar sobre las redes transnacionales abiertas en Latinoamérica por la nueva izquierda. En un texto que excede el escenario argentino, el autor plantea una fructífera escala continental de análisis a la hora de estudiar el surgimiento y desarrollo de grupos maoístas y castristas encuadrados dentro de la nueva izquierda al calor de los acontecimientos y procesos que tensaban los debates de la izquierda internacional durante aquellos años. Nayla Pis Diez se encarga de presentar el discurrir de dos grupos universitarios de la principal casa de altos estudios platense entre los años 1969 y 1972. Los mismos son el Frente de Agrupaciones Universitarias de Izquierda (FAUDI), organización universitaria vinculada al Partido Comunista Revolucionario (PCR) y la Federación Universitaria de la Revolución Nacional (FURN), espacio encuadrado dentro de la Izquierda Peronista local. Recuperando planteos discursivos y acciones concretas de estos grupos, la autora intenta mostrar lo productivo del concepto de nueva izquierda para abordar la cuestión universitaria del período. Más adelante, Fernanda Volonté rescata el desarrollo del Frente Revolucionario Indoamericano Popular (FRIP). Con orígenes en Santiago del Estero hacia 1961, será uno de los grupos fundantes en 1965 del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). En un trabajo destacable por analizar experiencias originadas en regiones muchas veces olvidadas por la mayoría de los trabajos sobre la nueva izquierda, la autora nos muestra una original experiencia donde se mixturan, desde un origen universitario, indigenismo y antimperialismo al calor del desarrollo de la Revolución Cubana y de las reflexiones sobre el rol revolucionario del proletariado rural del noroeste argentino. Juan Cisilino retoma, a la hora de examinar el caso del Partido Comunista Revolucionario (PCR), uno de los aspectos característicos de las primeras conceptualizaciones sobre nueva izquierda, el de la lucha armada. El autor afirma que los debates sobre esta, en tanto camino necesario que condujera al socialismo en Argentina, producidos al interior del Partido Comunista fueron el detonante a la hora de comprender el porqué de su ruptura y el surgimiento del PCR hacia 1968. Por otra parte, Santiago Stavale recupera la experiencia del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT/ERP) en vistas a inscribirlo dentro de los marcos conceptuales de la nueva izquierda. Para el autor, la Revolución Cubana ofició como elemento clave en el desarrollo teórico y estratégico de la organización argentina, ofreciendo un modelo revolucionario alternativo al soviético para nuestro continente como lo fue el guevarismo. Mariela Stavale, asimismo, se adentra en una temática que hasta ahora no habíamos transitado demasiado en el libro, la radicalización del peronismo. La autora recupera experiencias editoriales ubicadas dentro del denominado alternativismo peronista durante el gobierno de Juan Domingo Perón de 1973-1974, como son las revistas Militancia Peronista para la Liberación, De Frente con las bases peronistas y Con Todo, con el objetivo de reconstruir la particular mixtura de peronismo y marxismo que las mismas sostenían. Fernanda Tocho, en otro capítulo que aborda la cuestión peronista, reflexiona sobre la participación en la gobernación bonaerense de Oscar Bidegain hacia 1973 de militantes de la Tendencia Revolucionaria del peronismo, particularmente en el Ministerio de Obras Públicas. Resulta interesante resaltar aquí un aspecto menos transitado en los estudios de la nueva izquierda como es el de los vínculos entre militancia y saber técnico y las consecuencias relativas a la inserción de la misma en las lógicas estatales. Finalmente, en una nueva participación, María Cristina Tortti se introduce en el análisis de la experiencia editorial que ha merecido buena parte de sus intervenciones durante los últimos años, Controversia. Revista impulsada por intelectuales argentinos exiliados en México luego de la clausura del proceso de radicalización dada con la dictadura cívico-militar de 1976, Controversia aparece como un momento de balance para quienes hasta hace poco bregaban por la revolución y la transformación social en Argentina. Las discusiones sobre las causas y consecuencias de la derrota y las reflexiones sobre el futuro del país ocupan parte de las disputas que la autora repone, ofreciendo un rico fresco de los debates que comenzaban a repensar y replantear muchos de los supuestos que estos intelectuales de la nueva izquierda habían sostenido años antes.

La nueva izquierda en la historia reciente argentina es un texto de combate. Último producto de un grupo de trabajo que puede remontarse ya más de una década, esta obra colectiva sienta una clara posición sobre la utilidad y conceptualización de la categoría nueva izquierda. Como la propia Tortti lo afirma en el primer capítulo de su autoría, el libro puede ser leído como una interrogación sobre la capacidad y productividad de la noción, tal y como la definen, para ser utilizada al momento de pensar el proceso de radicalización de los largos años sesentas. Reafirmando la necesidad de historizar y razonar en la mediana duración la noción de nueva izquierda, los aportes compilados bajo la dirección de las citadas Tortti y González Canosa y la coordinación del mencionado Bozza, nos invitan a seguir pensando este movimiento novedoso que impulsó demandas progresivas y revolucionarias desde un campo alternativo y diferenciado de la izquierda y el peronismo tradicionales.

 

 

Lucio Emmanuel Martín

Centro de Estudios Regionales “Prof. Félix Weinberg”,

Colectivo de Estudios e Investigaciones Sociales,

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Universidad Nacional del Sur (Argentina)

lucioemartin@gmail.com



[1] Las FAR se fusionaron con Montoneros en el año 1973. Esta última fue una de las organizaciones armadas hegemónicas del peronismo; característica que en ocasiones ha contribuido a invisibilizar muchos de los recorridos, experiencias y tradiciones que confluyeron en ella.