BANDIERI, S., MÉNDEZ, L., PIANTONI, G., PIERUCCI, L. y MORALES, M. (2021). Río Negro. Los caminos de la Historia. Neuquén: Pido la Palabra, 311 páginas (tomo 1) y 425 páginas (tomo 2).

Este trabajo reconstruye de manera integral la historia del territorio de la actual provincia de Río Negro, desde tiempos antiguos -cuando no existía como entidad administrativa delimitada- y hasta la actualidad, a través de un abordaje por diferentes contextos que articula dimensiones políticas, sociales, económicas y culturales. En este recorrido, las autoras piensan las múltiples y contradictorias identidades rionegrinas, vinculando su configuración con los procesos de construcción del espacio geográfico, las relaciones sociales que tienen lugar allí, y la difusión de imaginarios que han caracterizado a la provincia y a su heterogénea población. Ponen su foco de atención en diferentes prácticas sociales, representaciones e identidades, en su dimensión histórica y espacial. Junto con el objetivo explicitado por las autoras de “recuperar una historia rionegrina para sus habitantes”, este trabajo se presenta como un gran aporte académico frente a la escasez de estudios que abordan el devenir de esta provincia de forma tan completa. Cabe decir, las cinco escritoras son docentes e investigadoras de la Universidad Nacional del Comahue y de la Universidad Nacional de Río Negro.

La obra se compone de dos tomos y un total de 23 capítulos que no se presentan como apartados aislados, sino que mantienen una unidad y coherencia, lo que permite apreciar su escritura colaborativa. En su desarrollo, el análisis histórico está acompañado por una reflexión que entabla un constante ida y vuelta entre el pasado y el presente de la provincia, identificando cambios, continuidades y desafíos que llegan hasta los tiempos recientes. Por este motivo, la reconstrucción no sigue necesariamente un orden cronológico. Dicha reflexión incluso incorpora elementos para pensar el contexto de la pandemia mundial del Covid-19, vigente durante el momento de la producción de los dos libros. En definitiva, se trata de un trabajo que no se limita a la narración del pasado, sino que demuestra el compromiso de las autoras con el presente, incluso a través del planteo de enunciados propositivos de cara al futuro.

La investigación evidencia el relevamiento y análisis de una multiplicidad de fuentes documentales, así como la lectura de bibliografías que aportan a la reconstrucción de las transformaciones históricas del territorio rionegrino desde diferentes disciplinas y perspectivas. Estos materiales han posibilitado el abordaje de los diversos sectores productivos, las relaciones sociales, las organizaciones políticas y las manifestaciones culturales desarrolladas por los pobladores de la provincia. Por otra parte, a lo largo de esta obra, el espacio rionegrino es pensado como una región construida por vínculos sociales -configurados como resultado de complejos procesos históricos-, que trascienden los límites político-administrativos provinciales y nacionales. Así, por ejemplo, se visibilizan las dinámicas relaciones mantenidas por los habitantes del territorio rionegrino con el sur de Chile y con el resto del espacio pampeano-patagónico. Esta concepción espacial hace que el análisis de las dinámicas regionales esté en diálogo con los contextos nacionales e internacionales.

Los diferentes capítulos explican los procesos sociales e históricos que llevaron a la configuración de una provincia caracterizada por la fragmentación espacial y los desiguales desarrollos socioeconómicos entre sus cuatro principales regiones: la zona andina, la región sur, la zona valletana y la costa atlántica. Como parte de ello, son explicadas las diferencias interregionales que se manifiestan en conflictos, la emergencia de proyectos localistas y las pujas por alcanzar la hegemonía política y económica provincial. Cabe destacar que las autoras también tratan la heterogeneidad existente al interior de cada región, para lo cual contemplan múltiples actores que han intervenido en el devenir provincial. Sumado a esto, historizan diversos proyectos de desarrollo económico, político y social para la provincia. Algunos más exitosos y otros que quedaron inconclusos producto de la imposición de intereses hegemónicos.

El trabajo inicia su recorrido histórico dando cuenta de los poblamientos humanos más antiguos de los que se tiene conocimiento en el actual territorio rionegrino, teniendo en cuenta la complejidad de las relaciones humanas a través del tiempo. Allí, se identifican los tempranos contactos entre diferentes poblaciones a ambos lados de la cordillera de los Andes. Por otra parte, las autoras prestan atención a las particularidades, relaciones y conflictos de las sociedades mapuche y tehuelche -especialmente en el siglo XIX- en el corredor pampeano-patagónico. Éste es entendido como un espacio social dinámico atravesado por tensiones y fluidos intercambios comerciales y culturales entre los pueblos originarios y las sociedades hispanocriollas. La reconstrucción destaca la agencia histórica de las comunidades indígenas en diferentes contextos, teniendo en cuenta su organización política, sus actividades económicas y su estructura social. Es decir, las poblaciones indígenas no son presentadas como actores aislados, sino como participantes de entramados sociales y políticos a escala regional y nacional. De este modo, se supera la visión de la Patagonia como un territorio vacío antes de la mal llamada “Campaña del Desierto”, y el análisis regional deja ver la inexistencia de los límites políticos actuales en aquel momento.

Una de las tantas preocupaciones de este trabajo es el impacto que tuvo sobre la Patagonia el proceso de consolidación del Estado nacional hacia 1880 y la inserción de la Argentina en el mercado capitalista mundial como país exportador de materias primas. Esto incluye un análisis de los hechos de la conquista militar llevada adelante por el Ejército argentino contra las sociedades indígenas con el objetivo de afianzar la soberanía nacional y expandir la economía ganadera. Por eso, se detallan aspectos de este suceso fundante de la nación, incluyendo el papel jugado por expedicionarios y religiosos, las avanzadas militares, las resistencias indígenas y el destino de las poblaciones derrotadas. Dicho evento, considerado como un genocidio, produjo la desestructuración de las comunidades originarias, junto con efectos que duran hasta la actualidad, como la desterritorialización, la invisibilización y la negación de sus identidades. Las autoras vinculan esto con las preocupaciones actuales de las poblaciones indígenas por recuperar y mantener sus identidades como pueblos preexistentes, junto con sus reclamos por reivindicaciones territoriales.

El escrito desarrolla los pormenores del reparto de las tierras arrebatadas a los indígenas, incluyendo las legislaciones y las características de su ocupación a finales del siglo XIX y principios del XX, destacando la acumulación de grandes extensiones en pocas manos y el desplazamiento de los pobladores originarios a terrenos marginales. También es tratado el desenvolvimiento económico de la Patagonia luego de la campaña, con la continuidad del predominio de la ganadería extensiva y los contactos comerciales con Chile hasta bien entrado el siglo XX. La narración relata la fundación de numerosos poblados rionegrinos, desde aquellos más pujantes hasta otros que no lograron prosperar.

Un periodo que recibe especial atención es la etapa inaugurada en Río Negro con la ley 1532 de Territorios Nacionales de 1884, la cual creó estas jurisdicciones y estableció su dependencia directa respecto del gobierno nacional. Las autoras abordan las dificultades de la etapa territoriana propiciadas por la escasez de recursos, la falta de instituciones educativas y servicios de salud, las limitaciones a la participación política de sus habitantes, entre otros. A pesar de los discursos emitidos desde esferas gubernamentales, que apuntaban a la nacionalización de la población de los Territorios Nacionales, la débil presencia del Estado dio paso a la emergencia de diversas prácticas y organizaciones impulsadas por la sociedad civil. Según comentan las investigadoras, los procesos de institucionalización en Río Negro se desarrollaron de manera lenta, discontinua y desigual. Recién en los años treinta se evidenció una mayor presencia estatal a través de políticas nacionalizadoras en el marco de los gobiernos conservadores.

Tampoco quedan afuera los debates en torno a la provincialización, los reclamos por la representación parlamentaria y las formas alternativas de ejercicio de la ciudadanía por parte de la población territoriana. En relación a esto, se profundiza en la etapa del peronismo, durante la cual se propició una mayor presencia del Estado en los Territorios Nacionales, con aumento de las inversiones en salud, educación, infraestructura y derechos para los trabajadores. El análisis tiene en cuenta las particularidades regionales de la “peronización”, las mejoras laborales, la preocupación por la situación de los pequeños productores y los empleados rurales, entre otros. De igual modo, es examinada la apertura que el peronismo propició en relación a las demandas por derechos políticos y civiles de los habitantes territorianos. Dentro de la segunda mitad del siglo XX también es abordada la etapa abierta a partir de la concreción de la provincialización luego del golpe de Estado de 1955. Esto incluye el proceso de desperonización en Río Negro y la promulgación de la primera constitución provincial en 1957. Asimismo, las autoras analizan el impacto concreto del desarrollismo de los años sesenta en las áreas productivas de la provincia, contrastando esa planificación con las políticas estratégicas más recientes que han buscado impulsar la diversificación productiva de las diferentes regiones.

Los dos libros dan cuenta de la forma en que la sucesión de gobiernos dictatoriales y democráticos en el siglo XX influyó en distintos aspectos de la realidad provincial, imponiendo agendas, prácticas y sentidos en diálogo o pugna con los proyectos regionales. Entre otras cuestiones, se detalla el impacto de la represión estatal en el territorio rionegrino durante los años sesenta y setenta. A su vez, se indaga en los descontentos sociales durante la dictadura de la “Revolución Argentina” y se incluye una descripción de algunas puebladas en la provincia, caracterizadas por ser conflictos intrarregionales entre los sectores dominantes locales. También tiene su apartado el desenvolvimiento del terrorismo de Estado en Río Negro durante la última dictadura cívico-militar.

Misma atención recibe el contexto del retorno de la democracia. Dentro de ello, se presenta un pantallazo de las fuerzas políticas en aquel momento, y se explica la raíz del dominio del radicalismo en la provincia a finales del siglo XX. Las autoras dan cuenta de las transformaciones culturales traídas por la democracia y reflexionan acerca de las políticas y los desafíos afrontados desde 1983. Además, esta obra analiza los efectos de las políticas neoliberales en territorio rionegrino durante los años noventa, incluyendo la privatización de empresas, el aumento del desempleo, la descentralización del sistema educativo y los conflictos sociales generados.

El escrito reconstruye y caracteriza en los diferentes contextos a lo largo de los siglos XX y XXI el particular desarrollo de diferentes aspectos, sectores y organizaciones que forman parte de la historia rionegrina. Por ejemplo, la trayectoria del sector educativo provincial en sus distintos niveles, el sistema de salud, las instituciones científico tecnológicas, las prácticas en el tiempo libre, la administración de los recursos naturales y la conservación del patrimonio cultural. Los distintos capítulos dan cuenta de los diversos actores estatales y de la sociedad civil que intervienen en cada ámbito, identificando la convivencia entre políticas nacionales y proyectos locales/regionales. Así también, consideran los cambios históricos en cuanto a las prácticas, discursos y concepciones en las diferentes dimensiones abordadas, teniendo en cuenta tanto los intereses hegemónicos como las propuestas e identidades alternativas. Sumado a esto, se presentan las similitudes y diferencias al respecto entre las distintas zonas de la provincia y al interior de cada una.

Algunos capítulos puntualizan el desarrollo histórico de distintos sectores productivos de la provincia, rastreando sus transformaciones hasta el presente. En ese recorrido se analizan los desarrollos, las crisis, los conflictos, y los cambios sociales y territoriales motivados por cada actividad situada. Asimismo, se tiene en cuenta las contradicciones y particularidades al interior de los diferentes sectores. Estos apartados indagan en el lugar ocupado por ciertas actividades en la construcción de identidades socioeconómicas regionales. Por ejemplo, el caso del turismo como actividad predominante en el espacio andino y en la zona atlántica, y la fruticultura de exportación en el Alto Valle. En concreto, se reconstruye el devenir histórico de la ganadería, la agricultura, el turismo, la minería y el comercio. Además, las autoras profundizan en las particularidades, proyectos e intereses desplegados en el sector energético, teniendo en cuenta las características de la explotación de hidrocarburos, el aprovechamiento hidroeléctrico y las potencialidades de las energías renovables limpias.

En el caso de cada sector económico se reconstruyen los orígenes de la actividad, los avances tecnológicos y de infraestructura, o, por el contrario, los estancamientos productivos; su promoción por parte de determinados gobiernos y su impacto bajo contextos de predominio neoliberal. Además, el desarrollo de los capítulos considera los actores implicados en las diferentes actividades: obreros, campesinos, pequeños y medianos productores, latifundistas, inversores extranjeros, y el Estado en sus distintos niveles. En cada caso se tiene en cuenta el papel de los sectores públicos y privados en diversos períodos, así como los cambios en los discursos, orientaciones y apoyos a cada actividad. Asimismo, se diferencian las diversas modalidades productivas, desde las economías de subsistencia hasta los grandes negocios empresariales.

Las autoras analizan críticamente los criterios de manejo de cada sector productivo y plantean las necesidades y los posibles caminos a seguir en cada uno de ellos, teniendo en cuenta la dimensión social, el cuidado del ambiente y la conservación de las diferentes culturas. De esta manera, comentan las crisis ambientales producidas como resultado del desarrollo de las economías no sustentables, los conflictos derivados de la explotación de los recursos naturales por parte de actores con diferentes visiones e intereses; y las problemáticas sociales acarreadas en cada caso. Como parte de ello, señalan las tensiones suscitadas por la convivencia de modelos productivos contradictorios en algunas regiones. Una especial mención la reciben las problemáticas estructurales y coyunturales que afectan a la zona sur, conocida por ser una región con poca presencia estatal y sometida a permanentes crisis económicas, sociales y ambientales que han perjudicado a las economías de subsistencia.

Luciano Arancibia Agüero

Universidad Nacional del Comahue

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas

Instituto Patagónico de Estudios en Humanidades y Ciencias Sociales (Argentina)

luciano_arancibia@yahoo.com.ar