La FORA IX antes de Yrigoyen: estructura, funcionamiento interno y elenco dirigente (1915-1916)

FORA IX before Yrigoyen: structure, internal functioning and leaders (1915-1916)

Alejandro Belkin

Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales,

 Universidad Nacional de la Plata,

Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina)

ambelkin@gmail.com 

https://orcid.org/0000-0002-0725-0817

Resumen

El período comprendido entre el Centenario y la primera presidencia de Yrigoyen representa una fase de transición en varios sentidos, a nivel de la estructura económica, del sistema político y del movimiento obrero. En estos años acontece el declive del anarquismo y el fortalecimiento de la flamante corriente sindicalista. El estudio del movimiento obrero en este período resulta fundamental, no sólo para conocer su propia dinámica interna, sino también para comprender el devenir del conjunto de la sociedad argentina, por la centralidad que ocupan las organizaciones obreras en la historia nacional. En este artículo apuntamos nuestro análisis hacia la principal central obrera de la época, la denominada Federación Obrera Regional Argentina del IX congreso (FORA IX). Hemos recortado el período comprendido entre el noveno congreso de la entidad, realizado en abril de 1915 y la asunción de Hipólito Yrigoyen, en octubre de 1916, para comprender el tipo de central obrera con la que tuvo que lidiar el nuevo mandatario al momento de acceder a la presidencia. Para realizar la presente investigación hemos consultado un amplio abanico de fuentes, periódicos gremiales, prensa partidaria, diarios comerciales y documentos oficiales.

Palabras Clave

FORA; sindicalismo; anarquismo; socialismo; Yrigoyen.

Abstract

The period between the Centennial and Yrigoyen's first presidency represents a transition phase in several senses, at the level of the economic structure, the political system and the labor movement. In these years occurs the decline of anarchism and the strengthening of the brand new syndicalist current. The study of the labor movement in this period, not only to know its own internal dynamics, but also to understand the future of Argentine society as a whole, due to the centrality that workers' organizations occupy in national history. In this article we point our analysis towards the main labor center of the time, the so-called Argentine Regional Workers' Federation of the IX Congress (FORA IX). We have shortened the period between the ninth congress of the entity, held in April 1915, and the inauguration of Hipólito Yrigoyen, in October 1916, to understand the type of workers' union with which the new president had to deal when he agreed for president. To carry out this research we have consulted a wide range of sources, union newspapers, party press, commercial newspapers and official documents.

Keywords

FORA; syndicalism; anarchism; socialism; Yrigoyen.

El período comprendido entre el Centenario y la primera presidencia de Yrigoyen representa una fase de transición en varios sentidos. A nivel de la estructura económica se estaba llegando al límite de la frontera agrícola, abriendo las puertas a una crisis estructural del modelo agroexportador (Belini y Korol, 2012). Desde 1913 se inició una profunda depresión económica que se extendió hasta 1917, provocando cambios trascendentes en la sociedad argentina (Palacio, 2000). En el plano político son los años de transición entre el régimen oligárquico y un sistema de democracia ampliada (Ansaldi, 2000). En el terreno del movimiento obrero se estaba produciendo también un cambio fundamental, es el momento de declive del anarquismo y de fortalecimiento de la flamante corriente sindicalista. Por lo tanto, el análisis de este período resulta fundamental para comprender la historia argentina, en el marco de este proceso de transición multidimensional.

Los diversos planos de la realidad que hemos mencionado no fueron estudiados todos con la misma intensidad. Estos años fueron analizados especialmente desde la perspectiva del sistema político, por la novedad que representó la Ley Sáenz Peña. Es decir, fueron más estudiados “desde arriba” que “desde abajo” (Ansaldi, 2012; Botana, 1985; Castro, 2012; Garguin, 1999; Justo López, 2005; Sartelli, 1996). A diferencia de lo ocurrido con la primera década del siglo XX, donde el movimiento obrero fue estudiado por diferentes autores y desde muy diversas perspectivas (Barrancos, 1990; Bilsky, 1985; Godio, 1972; Martínez Mazzola, 2011; Poy, 2014; Suriano, 1988), no ocurre lo mismo con el sexenio siguiente. El período comprendido entre el Centenario y la asunción de Yrigoyen a la presidencia ha sido descuidado por la historiografía especializada[1]. La debilidad de las organizaciones gremiales y la ausencia de grandes conflagraciones sociales quizás explique la falta de interés por el movimiento obrero de estos años. Los estudios sobre los trabajadores, sus organizaciones y sus luchas, cobran nueva relevancia a partir de 1916, coincidiendo con el cambio de gobierno y con el inicio de un nuevo ciclo de conflictividad gremial (Ceruso, 2015; Garguin, 2000; Gordillo, 1988; Horowitz, 2015; Monserrat, 2011; Palermo, 2009). A pesar de la escasa atención recibida, el estudio del movimiento obrero entre 1910 y 1916 resulta fundamental, no sólo para conocer su propia dinámica interna, sino también para comprender el devenir del conjunto de la sociedad argentina, por la centralidad que ocupan las organizaciones obreras en la historia nacional.

En este artículo apuntamos nuestro análisis hacia la principal central obrera de la época, la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), específicamente estudiamos la fracción liderada por el sindicalismo revolucionario en alianza con un sector del anarquismo, la denominada FORA IX. Hemos recortado el período comprendido entre el noveno congreso de la entidad, realizado en abril de 1915 y la asunción de Hipólito Yrigoyen, en octubre de 1916. El estudio de la FORA IX, en ese período, resulta fundamental porque permite comprender el tipo de central obrera con la que tuvo que lidiar el nuevo mandatario al momento de acceder a la presidencia. Se ha debatido mucho acerca del supuesto «obrerismo» del gobierno de Yrigoyen, hasta qué punto el líder radical atendió las demandas del movimiento obrero, cuáles fueron las razones de esa política, qué tipo de relación estableció con los sindicatos, con qué sectores tuvo un vínculo privilegiado, entre otras cuestiones relacionadas con su política hacia el movimiento obrero (Garguin, 2000; Gerchunoff, 2016; Horowitz, 2015; Rock, 1977). El estudio que aquí presentamos contribuye a esos importantes debates, aportando al conocimiento de la central obrera más importante del período.

La historia de la FORA ha sido abordada por autores diversos (Abad de Santillán, 1933; Bilsky, 1985; López, 1987; Palacios, 1934). Sin embargo, la mayoría de los trabajos han privilegiado el análisis de la primera década del siglo o los vínculos entre la central obrera y el movimiento libertario. La historia de la FORA, posterior al Centenario, ha sido descuidada por los investigadores profesionales. Asimismo, los estudios sobre la FORA IX son escasos y fragmentarios (Díaz, 2014; D’Uva, 2012; Gluzman, 2017; Volkind, 2009). También encontramos menciones a la FORA en obras ya clásicas (Ansaldi, 1993; Del Campo, 1983; Pianetto, 1984). Asimismo, contamos con valiosos trabajos regionales, que realizan aportes fundamentales para una compresión nacional de dicha institución, ampliando su mirada también a las zonas rurales (Folco, 2014; Leyes, 2009; Pereyra y Latorre, 2021; Rau, 2006). Sin embargo, a pesar de los avances conseguidos, aún carecemos de una obra que aborde su historia de manera global, desde una perspectiva nacional, que incluya su actuación en las zonas rurales y urbanas, contemplando sus múltiples dimensiones. En este artículo nos hemos propuesto realizar una reconstrucción «anatómica» de la FORA IX. Hemos indagado en su estructura interna, los organismos que la conformaban, su forma de funcionamiento. En este sentido, nos hemos formulado diversas preguntas, ¿cuántos y cuáles fueron los gremios que adhirieron? ¿a qué sectores pertenecían? ¿cuáles eran sus organismos de conducción? ¿quiénes eran sus dirigentes? ¿cómo eran sus finanzas? También hemos investigado acerca de las relaciones que mantuvo con organizaciones políticas y sindicales de dentro del país y del exterior.

Para realizar la presente pesquisa, hemos consultado un amplio abanico de fuentes, el diario socialista La Vanguardia, el cotidiano ácrata La Protesta, la hoja de la corriente sindicalista La Acción Obrera, el órgano de prensa de la FORA La Organización Obrera, la publicación oficial de la Federación Obrera Ferrocarrilera (FOF) El Obrero Ferroviario, fuentes estatales como el Boletín del Departamento Nacional del Trabajo (DNT), entre otros. También hemos accedido a una fuente cuasi desconocida y poco transitada, nos referimos a las Actas del Consejo Federal de la FORA IX, su examen pormenorizado nos ha brindado una gran cantidad de datos que hemos recolectado y sistematizado, brindándonos información desconocida y reveladora sobre la composición, funcionamiento y vinculaciones del organismo de conducción de la central obrera[2].

En definitiva, el objetivo del presente escrito consiste en realizar un acercamiento preliminar a la compresión de la FORA IX, prestando atención a su conformación y funcionamiento interno, los sindicatos que la constituían, sus principales dirigentes y su extensa red de vínculos con entidades nacionales y extranjeras. Nos interesa comprender cuál era el estado de la FORA IX en el momento que Hipólito Yrigoyen asumió su primera presidencia, aportando a la comprensión de sus vínculos complejos y la deriva posterior de la institución. En este sentido, este trabajo constituye una contribución a la necesaria reconstrucción historiográfica de la principal central obrera de aquellos años y, por su incidencia en el devenir del país, también representa un aporte a la historia social y política de la Argentina.

Del anarquismo al sindicalismo: la disputa por la representatividad

Hacia 1915 el movimiento obrero atravesaba una situación extremadamente difícil. La represión desatada en el Centenario golpeo duramente a las fuerzas del trabajo. La ley de Defensa Social, aprobada ese mismo año, complementó el cerrojo represivo, estableciendo en los hechos un estado de sitio permanente contra las organizaciones gremiales. Esta situación aún persistía hacia mediados de la segunda década del siglo XX. Además de la coerción estatal, la clase obrera padeció los efectos de la crisis económica desatada en 1913, que deterioró las condiciones materiales de vida del pueblo trabajador y provocó el incremento masivo de la desocupación (Belini, 2019; Suriano, 2017). La represión y la pérdida de puestos de trabajo debilitaron aún más a las organizaciones gremiales. En ese contexto, aciago para las fuerzas del trabajo, se realizó el IX Congreso de la FORA, sesionó en la ciudad de Buenos Aires, entre los días 1º y 4 de abril de 1915, en la antigua sede del Vorwärts. La reunión congregó a más de 80 delegados obreros en representación de 65 organizaciones sindicales (Abad de Santillán, 1933, p. 241; Marotta, 1961, p. 183). Este cónclave constituye un hito en la historia del gremialismo argentino, porque expresa un viraje político fundamental en la principal central obrera de la época[3]. La antigua hegemonía libertaria fue suplantada por el liderazgo del sindicalismo revolucionario. Desde su quinto congreso, la FORA había adherido a los preceptos doctrinarios del comunismo anárquico[4]. Sin embargo, diez años más tardes, un nuevo congreso eliminó aquella declaración. El cambio de postura fue la expresión de un doble proceso. Por un lado, daba cuenta de la creciente influencia del sindicalismo revolucionario en el movimiento obrero. Por otro lado, fue producto de la crisis y división del movimiento libertario. En esa ocasión, las tesis neutralistas, propuestas por la corriente sindicalista, fueron apoyadas por una importante fracción de la militancia ácrata. De esta forma, una abrumadora mayoría, el 75% de los congresales, votaron a favor de retirar la recomendación del comunismo anárquico de los estatutos de la FORA[5]. Se iniciaba una nueva etapa en la vida del movimiento obrero argentino.

Sin embargo, no todos los militantes anarquistas aceptaron el cambio de orientación política de la central obrera. Una fracción minoritaria del movimiento ácrata desconoció el congreso y convocó a los partidarios del comunismo anárquico a reagruparse. La iniciativa partió de la Sociedad de Conductores de Carros, la cual convocó a los gremios que apoyaban la cláusula programática del comunismo anárquico a una asamblea que tendría lugar el jueves 8 de abril, para tratar los pasos a seguir[6]. La reunión se efectuó en el viejo local de la FORA, Australia 1837. La concurrencia fue escasa[7]. “Era en verdad sólo una minoría la francamente disidente; muchos anarquistas estaban dispuestos a la cooperación con los adversarios de ayer, creyéndoles de buena fe hoy” (Abad de Santillán, 1933, p. 254). La asamblea decidió “desconocer en absoluto los acuerdos del último congreso de la F.O.R.A. y negarse a entregar la secretaría de la misma al nuevo consejo elegido por los congresales”[8]. El secretario general saliente, Orlando Angel, envió un comunicado a las organizaciones obreras anunciando que las “sociedades en desacuerdo han pasado a cuarto intermedio hasta el día 2 de mayo”[9]. Ese día se reunieron los gremios disidentes en la Sociedad de Conductores de Carros[10]. La asamblea duró apenas dos horas y media, los sindicatos presentes reafirmaron los principios del 5º Congreso y el comunismo anárquico, como finalidad de la central obrera. Nacía la FORA del V Congreso.

La conformación de una central obrera disidente representó un enorme desafío para la flamante FORA IX. La utilización de las mismas siglas, distinguidas sólo por el número de congreso en el cual se referenciaban, abría las puertas a la confusión entre la militancia gremial. Francisco García, líder de los marítimos y secretario general de la FORA IX, sostenía que era una necesidad imperiosa “desautorizar la invocación del nombre de la FORA hecha por el elemento disidente de ésta, por causar con ese manejo un lamentable confusionismo perjudicial para la seriedad y estabilidad de la organización” [11]. Quedó planteada así la disputa por la representatividad de cada central obrera. El apoyo obtenido en el Congreso tenía que ser refrendado por las asambleas de cada uno de los gremios. Por esa razón, la primera tarea que asumió el nuevo Consejo Federal fue la de difundir su versión de los hechos y presentarse ante los sindicatos de todo el país como la conducción de la «verdadera» FORA.

Pocos días después de finalizado el IX Congreso, el 15 de abril de 1915, se realizó la primera reunión del flamante Consejo Federal[12]. Este organismo estaba conformado por nueve miembros, cuatro sindicalistas (Lucas Tortorelli, Sebastián Marotta, Juan Cuomo y David Scholnicoff), cuatro anarquistas fusionistas[13] (Francisco García, Emilio Basterrica, Bartolomé Senra Pacheco y Atilio Biondi[14]) y un anarquista gilimoniano[15] (Pedro López[16]). Se designó como secretario general a Francisco García, secretario de actas a Senra Pacheco y tesorero a Scolnicoff. Como primera medida, se decidió denunciar públicamente la conducta del anterior Consejo Federal, que se negó a entregar los sellos, los libros y demás enseres de la entidad. Se acordó enviar una nota a los diarios La Protesta y La Vanguardia para dar a conocer esta situación[17]. En el mismo sentido, se resolvió enviar una circular a todas las organizaciones gremiales, advirtiendo y criticando el comportamiento del anterior Consejo Federal[18]. Estas medidas estaban destinadas a denunciar a los quintistas[19] como impostores y a erigir a la FORA IX como la única y legítima heredera de la histórica central obrera anarquista.

El congreso había resuelto que las decisiones adoptadas en el mismo tenían que ser ratificadas por las asambleas de cada uno de los gremios[20]. Por lo tanto, la nueva conducción tenía que conseguir el respaldo de la mayor cantidad de gremios, comenzando por los que avalaron la nueva orientación de la central obrera. En el IX Congreso, fueron 46 organizaciones gremiales las que apoyaron la propuesta de eliminar la recomendación del comunismo anárquico. El 70% correspondía a sociedades de la Capital Federal y provincia de Buenos Aires. Los sindicatos de tres sectores resultaron claves en esa votación. En primer lugar, el gremio que aportó la mayor cantidad de votos fue el de los ferroviarios, trece seccionales de la Federación Obrera Ferroviaria (FOF) respaldaron la moción presentada por los sindicalistas. En segundo lugar, los gremios de la madera y de picapedreros aportaron 5 votos cada uno, avalando la neutralidad política de la central obrera. Entonces, ferroviarios, obreros de la madera y picapedreros, gremios orientados por el sindicalismo revolucionario, proporcionaron 23 votos, constituyendo la mitad del respaldo que recibió el cambio de orientación política. También se pronunciaron en el mismo sentido las sociedades de marineros y foguistas y la Federación de Artes Gráficas, sindicatos de larga tradición anarquista.

Como dijimos más arriba, el primer desafío de la nueva conducción consistió en conseguir que los gremios confirmen su apoyo a la nueva conducción, especialmente los que aprobaron el retiro del comunismo anárquico. A comienzos de mayo, una veintena de sindicatos habían manifestado su respaldo a los acuerdos alcanzados en el IX Congreso[21]. En los primeros días de junio las adhesiones se habían duplicado, sumaban 42 las sociedades que expresaron su consentimiento, el 60% correspondía a los gremios de ferroviarios, madera y picapedreros[22]. La nómina de los sindicatos adheridos fue publicada en el periódico La Vanguardia, a pedido de la FORA IX. Francisco García, su secretario general, decía que era imprescindible su difusión para evitar “el confusionismo en el campo obrero”, sembrado por los quintistas[23]. En el mes de julio, los sindicatos que habían prestado conformidad con los acuerdos del IX Congreso, superaban el medio centenar, las dos terceras partes pertenecían a los gremios ferroviarios, madera y picapedreros[24]. Finalmente, en agosto de 1915, en el periódico oficial de la FORA IX, se publicó el listado de sindicatos que habían notificado su adhesión, sumando 53 organizaciones obreras[25]. Entre las cuales, 27 eran seccionales ferroviarias (51%), 6 (11%) sociedades pertenecían al gremio de la madera, 5 (9%) eran asociaciones de picapedreros y 3 (6%) eran federaciones locales (Rosario, La Plata y Río Gallegos). El 60% de los sindicatos se encontraban en Capital Federal y provincia de Buenos Aires, el 17% en Santa Fe, 9% en Córdoba, otro 9% en el resto del país (Salta, Tucumán, La Pampa, Santa Cruz) y 2 federaciones nacionales (Federación de Trabajadores en Madera y Federación Obrera Ferrocarrilera). De esta forma, la FORA IX se erigía como la principal central obrera de la época, con una fuerte implantación nacional, donde sus principales apoyos provenían de los gremios ferroviarios, madera y picapedreros, 37 sindicatos pertenecían a estos tres sectores, representando el 70% del total.

En definitiva, el Consejo Federal de la FORA IX superó con éxito el primer desafío que se le había planteado, “la mayoría de las sociedades que estuvieron representadas en el IX Congreso, han aprobado en sus asambleas los acuerdos del mismo”[26]. Una gran parte las organizaciones gremiales ratificaron su adhesión a la nueva orientación de la central obrera. Asimismo, otros gremios, que no habían participado del congreso[27] o que habían votado en favor del comunismo anárquico[28], también avalaron a la flamante conducción. De esta forma, la entente anarco-sindicalista consiguió refrendar su triunfo, la mayoría de los gremios se encuadraron dentro de la FORA IX.

Estructura interna y vínculos nacionales e internacionales

El Consejo Federal era el organismo de conducción permanente que tenía la FORA, estaba compuesto por nueve miembros, los cuales se repartían los cargos en la forma que estimaban conveniente, así lo establecía el Pacto de Solidaridad aprobado por el IX Congreso[29]. Sus miembros originales fueron elegidos por el cónclave. Sin embargo, por diversos motivos, algunos fueron abandonando sus cargos, siendo reemplazados por otros compañeros. Desde abril de 1915 hasta diciembre de 1916, ocuparon un lugar en el organismo 15 delegados. En el mismo período se realizaron 57 reuniones, García (marítimos), Rosanova (ferroviarios) y Cuomo (ebanistas) fueron los que asistieron a la mayor cantidad de sesiones[30]. Los gremios a los cuales pertenecían estos tres dirigentes eran los que aportaban la mayor cantidad de afiliados a la central obrera[31].

La FOM contaba hacia 1916 con cerca de 2000 asociados, de los cuales cotizaban alrededor de 600 o 700 por mes[32]. Sin embargo, su ascendiente se proyectaba hacia los más de 6500 marineros y foguistas que trabajaban en el puerto de Buenos Aires (Caruso, 2012, p. 185). La FOF tenía en 1915 alrededor de 3500 afiliados. “Según el informe que el consejo federal presentó al congreso constituyente, que se efectuó en [...] marzo de 1915, la Federación era la organización más numerosa de todas las existentes en el país”[33]. En la Capital Federal trabajaban cerca de 3000 obreros ebanistas, el sindicato reunía a cerca de 1500 empleados, de los cuales cotizaban regularmente 1200, aproximadamente[34].

El Consejo Federal no había establecido una frecuencia fija para efectuar sus reuniones. Tampoco tenía un día de la semana prestablecido. En los hechos, el domingo fue el día preferido para sesionar, un 26% de las reuniones se realizaron ese día de la semana. Entre 1915 y 1916, en promedio, el Consejo Federal sesionó cada 11 días, casi 3 reuniones por mes. El tiempo máximo que estuvo sin reunirse fueron 33 días, entre el 14 de abril y el 25 de mayo de 1916. El momento de mayor actividad sucedió entre septiembre y noviembre de 1915, con 5 reuniones por mes. En el período bajo análisis, sólo dos reuniones se realizaron con la totalidad de sus miembros presentes. La mayoría de las sesiones se llevaron a cabo con 6 asistentes.

Las primeras tres reuniones del Consejo Federal se realizaron en el local de la FOM, Olavarría 363 (altos), las siguientes se llevaron a cabo en el local de Méjico 2070. Al comienzo, las sesiones fueron presididas por Francisco García. A partir de la décima reunión se alternaron en esa función diversos dirigentes. Entre abril de 1915 y octubre de 1916, Juan Cuomo presidió en 10 ocasiones, Fernando Fort en 9, Bartolomé Senra Pacheco, Sebastián Marotta y Cristóbal Montale asumieron esa responsabilidad 4 veces, Bautista V. Mansilla, José Maqueira[35] y Francisco Rosanova en dos oportunidades, David Scolnicoff y Daniel Alvaredo en una ocasión.

El Consejo Federal recibía, regularmente, correspondencias de organizaciones gremiales y políticas de todo el país y aún del exterior. Una parte importante de sus reuniones se dedicaba a su lectura, debate y respuesta. Hemos registrado 387 cartas recibidas por la FORA entre abril de 1915 y octubre de 1916, un promedio de 20 comunicaciones por mes. El 71% de la correspondencia, de origen nacional, provenía de Capital Federal y provincia de Buenos Aires, el 21% de Santa Fe y Córdoba y el 8% restante procedía de otras 7 provincias (Chaco, Entre Ríos, La Rioja, Salta, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán). En total, el Consejo Federal recibió notificaciones de 144 organizaciones distintas, pertenecientes a 60 localidades de 11 provincias (incluyendo Capital Federal). El 46% del intercambio epistolar se concentró en solo dos gremios: ferroviarios y picapedreros, abarcando a 30 seccionales de la FOF y 7 organizaciones de picapedreros de otras tantas localidades (Tandil, Cerro Sotuyo, Deán Funes, Villa Quilino, La Plata, Capital Federal y Balcarce). También ocupó un lugar importante las comunicaciones con las Federaciones Obreras Locales pertenecientes a seis localidades, Capital Federal, La Plata, Magallanes, Río Gallegos, Rosario y San Julián. Asimismo, se destaca la correspondencia proveniente de diversos organismos del Partido Socialista (Comité Ejecutivo, Centros Socialistas, Federaciones provinciales, etc).

Las comunicaciones recibidas desde el exterior procedían de 6 países diferentes, 2 europeos (Alemania y Portugal), 4 americanos (Brasil, Chile, México y Perú). Las organizaciones extranjeras que entraron en contacto con la FORA IX fueron las siguientes: Confederação Operária Brasileira (COB)[36], Associação de Classe dos Empregados da Companhia Carris de Ferro de Lisboa, Secretariado Internacional de Berlín[37], Confederación de Sindicatos Obreros de la República Mexicana[38], Confederación General de Trabajadores del Perú[39] y los sindicatos de panaderos y de mecánicos, ambos de la ciudad chilena de Iquique (Valencia, 2004; Yáñez Andrade, 2008).

El Consejo Federal también mantuvo vínculos con la American Federation of Labor (AFL). En 1916, el mexicano Carlos Loveira realizó una gira por Sudamérica, en representación de la central obrera norteamericana. En septiembre arribó al país, el día 14 se reunió con el Consejo Federal, en una sesión extraordinaria, presidida por Francisco García, expuso los motivos de su viaje[40]. La FORA acordó con el delegado de la AFL la realización de una conferencia pública para el 17 de septiembre, a las 20:30 hs en el local de Méjico 2070. Ese día, los asistentes desbordaron el salón del Centro Obrero, en nombre de la central obrera argentina habló Sebastián Marotta, quien saludó entusiasmado la presencia del representante de la AFL[41]. Estos vínculos demuestran que la FORA era un punto de referencia, en el plano internacional, del movimiento obrero argentino[42].

En definitiva, la nueva conducción de la FORA, apenas terminado el IX Congreso, logró poner en marcha al flamante Consejo Federal, constituyéndose en el principal centro organizativo del movimiento obrero argentino. Sus reuniones, aunque sin una frecuencia fija, se realizaban con una regularidad promedio de una sesión cada semana y media. El Consejo Federal recibía correspondencias de organizaciones gremiales y políticas de todo el país, incluso del exterior. Casi un tercio del intercambio epistolar se realizaba con secciones de la FOF, indicando la importancia del gremio ferroviario al interior de la FORA IX. La correspondencia con los gremios de picapedreros también fue numerosa, en especial, con la Unión Obrera de las Canteras de Tandil. Los dirigentes que participaron con mayor frecuencia, en las sesiones del Consejo Federal, fueron los líderes de los principales sindicatos de la central obrera, García (marítimos), Rosanova (ferroviarios) y Cuomo (ebanistas). El sindicato de picapedreros de Tandil, a pesar de su importancia numérica, no tuvo un representante directo en el Consejo Federal, la explicación quizás se encuentre en la distancia que los separaba de la Ciudad de Buenos Aires.

Después de poner en funcionamiento al flamante Consejo Federal y luego de conseguir la adhesión de la mayoría de las organizaciones gremiales del país, la entente sindicalista-anarquista, que conducía la nueva FORA, se propuso reconstruir otro de los organismos fundamentales de la central obrera. El Pacto de Solidaridad de 1904, refrendado en el IX Congreso, alentaba la unificación de los sindicatos por oficio de una misma localidad. De esta forma, desde hace años y en diversos puntos del país, se habían constituido varias Federaciones Obreras Locales. Como hemos visto, a la FORA IX adhirieron las de Rosario, La Plata y Río Gallegos. Sin embargo, todavía faltaba reconstruir la más importante de todas, la Federación Obrera Local Bonaerense (FOLB), que reunía a los sindicatos de Capital Federal y localidades circunvecinas. Por este motivo, el Consejo Federal de la FORA, en su séptima reunión, el domingo 20 de junio de 1915, decidió “convocar a los delegados de las sociedades adheridas que han aprobado las resoluciones del IX Congreso, a la reunión que se efectuará el sábado próximo [26/6/1915], a las 8 p.m., en Méjico 2070, a objeto de reorganizar la Federación Obrera Local”[43]. El encuentro fue citado con el siguiente temario: “I. Reorganización de la F. Local. II. Nombramiento del C. Local”[44]. En dicha reunión se nombró una “comisión provisoria encargada de realizar los trabajos necesarios” y se efectuó una nueva convocatoria para el viernes 2 de julio, la invitación se hizo extensiva también a las sociedades autónomas, además de las adheridas[45]. En la reunión, realizada en Méjico 2070, “se acordó nombrar un consejo provisorio encargado de confeccionar el proyecto de carta orgánica que se someterá a la consideración de una nueva asamblea”[46]. El consejo provisorio redactó un proyecto de carta orgánica que fue enviado a los sindicatos participantes. Se convocó a una nueva reunión, en el sindicato de ebanistas, para el 14 de agosto, para su evaluación[47]. Finalmente, se decidió efectuar una nueva reunión el martes 7 de septiembre, para “dejar definitivamente constituida la federación local”[48]. A dicha reunión asistieron delegados de los siguientes 9 sindicatos: “ebanistas y anexos, escultores en madera, ferroviarios (sección Haedo), herreros de obra y anexos, picapedreros y graniteros, bronceros y anexos, Unión confiteros, caldereros y anexos y marineros”[49]. Con ligeras modificaciones se aprobó el proyecto de Carta Orgánica, según la misma, los objetivos de la Federación Obrera Local Bonaerense eran los siguientes:

“a) Cuidar la buena marcha de los sindicatos adheridos y procurar constituirlos en todos aquellos oficios que aún no existan.

“b) Dirigir los movimientos de agitación de oficios o secciones de acuerdo con los comités locales, con los sindicatos y con las comisiones administrativas.

“c) Resolver las cuestiones que puedan surgir entre las organizaciones adheridas.

“d) Solidarizar los esfuerzos de los asalariados, haciéndole converger hacia el objeto final: la emancipación integral de los trabajadores”.[50]

La FOLB quedaba constituida por dos delegados por cada sindicato, ambos tenían voz, pero sólo uno tenía voto. El Consejo Administrativo estaba compuesto por un secretario general, un secretario de actas, un tesorero y seis vocales[51]. Para dicho organismo fueron electos los siguientes delegados obreros: Jerónimo Crosta, Dardo Fernández, Américo Biondi, Eduardo Pereira y Armando Gaffray. Se acordó que éste realice sus reuniones los días lunes, a las 20 hs, en el local de Méjico 2070[52]. De esta forma, cinco meses después de realizarse el IX Congreso, quedaba reconstruida la federación obrera local más importante de la FORA.

Los estatutos de la FORA establecían que, para decidir cuestiones de mayor envergadura, como una huelga general, el Consejo Federal tenía que incorporar a sus reuniones a un delegado por sindicato, constituyendo el denominado Consejo Deliberativo Regional (CDR). Este organismo debía reunirse ordinariamente cada tres meses y extraordinariamente cuando así lo resuelva el Consejo Federal o cuando fuera solicitado por cinco sindicatos. Para consolidar a la flamante FORA IX, la nueva conducción juzgó que era imprescindible restablecer el funcionamiento de todos sus organismos. Por ese motivo, en su segunda reunión, el Consejo Federal decidió solicitar a los sindicatos adheridos que designen un delegado para conformar el Consejo Deliberativo Regional[53]. En las semanas siguientes, diversas organizaciones gremiales anoticiaron al Consejo Federal sobre el nombramiento de sus respectivos delegados. En varios casos, cuando se trataba de sindicatos alejados de la Capital Federal, solicitaron que los represente un compañero que resida en la urbe porteña. Algunos gremios dejaron en manos el Consejo Federal la tarea de designarles un representante.

Finalmente, en la misma reunión que se decidió reconstruir la FOLB, el Consejo Federal resolvió la convocatoria a una primera reunión ordinaria del Consejo Deliberativo Regional[54]. La fecha establecida fue el 31 de julio, a las 20 hs, en el local de Méjico 2070, con el siguiente temario: “1º Informe del consejo federal, 2º lectura del balance, 3º integración del consejo federal, 4º asunto boicot a la Quilmes, 5º problema de la desocupación, 6º gira de propaganda, 7º asuntos varios”[55]. La reunión se extendió más de lo esperado, entonces se convocó a una segunda sesión, la cual se realizó el sábado 7 de julio. El Consejo Federal presentó un extenso informe, detallando lo actuado en los primeros tres meses de su gestión. En términos generales, el balance evaluaba favorablemente lo actuado por el Consejo Federal en dicho período y se mostraba optimista sobre el futuro de la institución. Con esta reunión, la nueva conducción conseguía regularizar el funcionamiento de uno de sus principales organismos, mostrando el avance en la construcción de la central obrera.

Las finanzas y el periódico

Un punto débil de la FORA IX, en sus primeros dos años de existencia, fueron los escasos fondos que logró reunir. Los aportes sindicales eran insuficientes, el informe mencionado anteriormente señalaba que “el número de sociedades que han cotizado es reducido en proporción a la cantidad de sindicatos adheridos”[56]. El tesorero de la FORA, David Scolnicoff, informaba al Consejo Federal, el 18 de julio de 1915, que habían cotizado 21 sindicatos[57]. Sin embargo, para esa fecha, los gremios adheridos superaban el medio centenar. Aunque la conducción de la FORA se mostraba optimista, porque varios sindicatos, que debían sus aportes, habían expresado su intención de cancelar en breve sus deudas, la situación no mejoró de manera inmediata.

El IX Congreso estableció que “las sociedades adheridas cotizarán con 3 centavos por adherente, cada mes”[58]. En 1915, entre mayo y diciembre, la tesorería de la FORA contabilizó 21332 cotizaciones ($639,96), lo que hace un promedio mensual de 2667 aportes ($80). En todo el año 1916, la FORA receptó 41124 cotizaciones ($1.233,72), una media de 3427 mensuales ($102,81). Es decir, la central obrera incrementó en casi un 30% el promedio mensual de cotizantes. Aun así, la cantidad de aportantes fue muy escasa en sus primeros dos años de existencia. La crisis económica, la caída del salario real y el aumento de la desocupación, resintió las finanzas de las organizaciones gremiales, este era el argumento que varios sindicatos esgrimían al momento de explicar las dificultades para cotizar de manera regular.

La debilidad financiera de la FORA explica también las dificultades que tuvo para publicar de manera regular La Organización Obrera, el órgano de prensa oficial de la institución. En 1915 se editaron sólo tres números y apenas dos el año siguiente. Finalizado el IX Congreso, la nueva conducción consideró que era una tarea de primer orden la publicación del periódico, estimando imprescindible su edición inmediata, para disputar con la FORA V el sentido de lo ocurrido y conseguir el aval de la mayoría de los sindicatos del país[59]. Ante la escasez de recursos, la FORA solicitó al sindicato Unión Chauffeurs la suma de $50 para solventar los gastos de imprenta y distribución del periódico[60]. El costo de imprimir y distribuir los 5 números editados entre 1915 y 1916 fue de $548,10, lo cual nos da un precio promedio de $109,62, por cada tirada[61]. Por lo tanto, el préstamo de la Unión Chauffeurs subvencionó aproximadamente la mitad de los gastos. De esta forma, el primer número se pudo publicar rápidamente, a menos de un mes del finalizado el IX Congreso, el 1º de mayo de 1915. En el mismo se publicaron las resoluciones del cónclave y el Pacto Federal. El tiraje fue muy elevado, el Consejo Federal aseguraba que gracias a la “gran difusión que se dio a este número nos permite asegurar que hoy [no] existe un sólo trabajador que se interese por los acción y propaganda sindical que no esté enterado de los acuerdos del Congreso”. Además, se mencionaba que el periódico había “circulado en más de 100 localidades donde nunca, o rara vez, había llegado la propaganda de la FORA”[62]. Por lo tanto, la rápida y masiva publicación del primer número de La Organización Obrera cumplió un papel importante en la consolidación de la nueva conducción, contribuyendo a difundir masivamente la versión de los hechos del flamante Consejo Federal.

En agosto de 1915, la FOL de La Plata propuso al Consejo Federal que el órgano oficial se publique semanalmente. Dicha proposición fue debatida y aprobada en la primera reunión del Consejo Deliberativo Regional. Para llevar a la práctica esa resolución se formó una comisión compuesta por H. Villalba, José Ruiz (hijo)[63], Emilio Santolaria[64] y D. Fernández[65]. A pesar de la voluntad comprometida en el proyecto, la FORA IX no pudo regularizar la aparición de su órgano de prensa oficial, como dijimos más arriba, en sus primeros dos años de vida sólo pudo publicar apenas 5 números. A pesar de los pocos números editados en este período, los gastos de imprenta y expedición insumieron un cuarto de los gastos totales. Recién en 1918, en un contexto político y económico muy diferente, la FORA IX pudo transformar su periódico en semanario.

Las figuras públicas

Hemos mencionado quienes fueron los militantes obreros que formaron parte del Consejo Federal, también enumeramos a los que presidieron las reuniones del organismo. En este apartado haremos referencia a los miembros del Consejo Federal que participaron en actividades públicas (actos, conferencias y asambleas) en representación de la FORA. Entre abril de 1915 y octubre de 1916, hemos registrado 88 eventos (45 actos callejeros, 28 conferencias públicas y 11 asambleas obreras), en los mismos participaron 9 miembros del Consejo Federal. Mansilla, Senra Pacheco y Marotta, en ese orden, fueron los dirigentes que intervinieron en la mayor cantidad de acciones. Mansilla estuvo presente en más de la mitad de las actividades registradas. Senra Pacheco y Marotta participaron en una de cada cuatro acciones. Destaquemos una particularidad sobre Francisco García, el secretario general de la central obrera. Hemos mencionado más arriba que tuvo una intensa actividad dentro de la FORA, fue el miembro con mayor asistencia a las reuniones del Consejo Federal y fue quien presidió en más oportunidades dichas sesiones. Sin embargo, apenas intervino en cuatro actividades públicas, de las cuales, solo dos se realizaron fuera de La Boca, donde se encontraba la sede del sindicato que conducía.

En el ámbito de la Capital Federal se realizaron 67 actividades públicas, si prestamos atención a su distribución geográfica, se desarrollaron en 16 barrios distintos. Sin embargo, más de la mitad estuvo concentrada en sólo tres: Balvanera (24%), San Nicolás (15%) y la Boca (12%). En el barrio de Balvanera se encontraba el local de Méjico 2070, sede de varios sindicatos, en su salón principal las organizaciones obreras realizaban habitualmente conferencias públicas. En el mismo barrio se localiza la Plaza Congreso, utilizada frecuentemente para realizar actos de protesta. En el barrio de San Nicolás se encontraban las sedes de Unione e Benevolenza y la Casa Suiza, dos ámbitos utilizados asiduamente por las asociaciones proletarias para efectuar actos, conferencias y asambleas. En ese mismo barrio también se encuentran las plazas Lavalle y Mazzini, ambos espacios públicos fueron utilizados por la clase trabajadora, en reiteradas oportunidades, para exteriorizar sus manifestaciones de protesta. En el barrio de La Boca, donde el puerto era el eje articulador de todas sus actividades, se situaba el local de los trabajadores marítimos. La sede central de la FOM estaba emplazada en la calle Olavarría 363, en el corazón de la zona portuaria.

En el período bajo estudio, la FORA organizó 30 actos en la Capital Federal, cubriendo trece barrios de su geografía, más de la mitad se llevaron a cabo en Palermo (17%), Parque Patricios (13%), La Boca (13%) y San Nicolás (10%). Los oradores favoritos, designados por la FORA, fueron Mansilla, Senra Pacheco y Marotta. El primero intervino en la mitad de los mítines, los otros dos hablaron en uno de cada tres actos. Como ya mencionamos, García tuvo escasa participación en estas actividades, apenas tomó la palabra en dos ocasiones. Todos los actos fueron convocados para protestar por los presos de Berisso. El momento de mayor actividad desplegado por la FORA tuvo lugar en abril de 1916, ese mes convocó a 12 concentraciones en 10 barrios distintos de la Capital Federal (Barracas, Caballito, Parque Patricios, Palermo, Boedo, La Boca, San Nicolás, Villa Crespo, Constitución y Mataderos). La cantidad y extensión territorial de la protesta muestran el potencial de movilización que tenía la FORA IX[66].

Reflexiones finales

En el IX Congreso de la FORA, la decisión de eliminar la cláusula favorable al comunismo anárquico fue avalada por 46 organizaciones gremiales, de las cuales 13 (28%) eran seccionales de la FOF. En los meses siguientes, las adhesiones a la central obrera ascendieron a 53 sindicatos[67], pero cambió su composición interna, se incrementó la presencia de los ferroviarios, la mitad de las organizaciones pertenecían a ese sector. Los otros dos gremios que se destacaban eran los de la madera y los de picapedreros, entre ambos alcanzaban un 20% del total de las sociedades afiliadas. En definitiva, el 70% de los sindicatos que conformaban la FORA IX pertenecían a solo tres sectores: ferroviarios, madera y picapedreros. Las características en común que tenían estos tres gremios era que sus afiliados pertenecían a oficios relativamente calificados y los dirigentes adscribían a la corriente sindicalista.

La conducción sindicalista-anarquista, que surge del IX Congreso, supo poner en pie y consolidar, rápida y eficientemente, la estructura de la flamante central obrera. Puso en marcha, en primer lugar, el Consejo Federal, para luego avanzar en la organización del Consejo Deliberativo Regional y la Federación Obrera Local Bonaerense. En los meses siguientes al cónclave, los principales organismos de la central obrera ya se habían reconstruido y puestos en movimiento. El Consejo Federal mantuvo vínculos estrechos y permanentes con organizaciones gremiales de todo el país, un centenar y medio de correspondencias así lo atestiguan, dando cuenta de la vitalidad de la FORA como centro organizador y de referencia del movimiento obrero argentino. Su red de relaciones también incluía a organizaciones sindicales y políticas del extranjero, pertenecientes a diversos países.

En el período que hemos analizado, la FORA realizó una gran cantidad de actos públicos de protesta en la Capital Federal y en otros puntos del país, exhibiendo una capacidad de movilización nada despreciable. Mansilla[68], Senra Pacheco y Marotta fueron sus principales oradores. Los dos primeros eran anarquistas y el tercero sindicalista. La colaboración entre ambas corrientes fue muy estrecha y sin fisuras, actuando como un bloque sólido y homogéneo ante los embates de la FORA V. Aunque los socialistas no participaron del IX Congreso, prontamente trocaron su indiferencia en apoyo y colaboración, contribuyendo al desarrollo y consolidación de la central obrera. Por lo tanto, la FORA se sustentaba sobre un bloque de fuerzas liderado por el sindicalismo revolucionario, en alianza con un sector del anarquismo y respaldado por el socialismo.

Cuando Hipólito Yrigoyen asumió la presidencia, en octubre de 1916, se encontró con una central obrera consolidada, con una nueva orientación ideológica, sus organismos internos funcionando regularmente y con una fuerte implantación nacional. Resulta difícil comprender la política laboral del primer gobierno radical si no se tiene cuenta el proceso interno por el que atravesó el movimiento obrero en el período inmediatamente anterior. Dejamos para un próximo trabajo el análisis de los cambios operados en la FORA IX en los primeros años del nuevo gobierno.

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Recibido: 20/03/2022

Evaluado: 30/06/2022

Versión Final: 08/08/2022

páginas / año 15 – n° 38/ ISSN 1851-992X /2023                             


[1] Entre las producciones académicas, apenas contamos con un estudio de caso, un trabajo donde se analiza la huelga ferroviaria de 1912 (Suriano, 1991). También encontramos menciones a la huelga de los marítimos, acontecida en aquella época, en investigaciones más amplias sobre el sector (Adelman, 1993; Caruso, 2016).

[2] Una copia de las mismas fue resguarda por Edgardo Bilsky, en su archivo personal.

[3] “Todos tienen la sensación de que esta importante asamblea constituye el episodio de mayor trascendencia en la historia del movimiento sindical argentino” (Marotta, 1961, p. 193).

[4] El 5º Congreso de la FORA “aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e ilustración más amplia, en el sentido de inculcar en los obreros los principios económicos filosóficos del comunismo anárquico”, en “Federación Obrera Regional Argentina: su quinto congreso”, La Protesta, IX, 616, 1/9/1915, p. 2 y “Resoluciones y acuerdos”, La Organización Obrera, VII, 44, febrero de 1906, p. 2.

[5] “Congreso de la F.O.R.A.: retiro del comunismo anárquico”, La Vanguardia, XXI, 2786, 3/4/1915, p. 3.

[6] “Por el Comunismo Anárquico”, La Protesta, XIX, 2513, 6/4/1915, p. 1.

[7] Según el periódico libertario, asistieron las siguientes sociedades: “O. Varios de Lanús y Talleres, Tabaqueros, Albañiles, Carpinteros, Electricistas, Alpargateros, Unión Chauffeurs, Cámara Sindical de Cocineros y Pasteleros, Conductores de carros, O. Varios de Santa Fe, Panaderos (Norte), Panaderos (Central), Panaderos (Belgrano)”, en “Contra el IX Congreso”, La Protesta, XIX, 2517, 10/4/1915, p. 2. La comisión directiva de la «Unión Chauffeurs» emitió un comunicado desmintiendo que haya participado de la reunión, ver “Unión Chauffeurs”, La Vanguardia, XXI, 2797, 16/4/1915, p. 3.

[8] “Ecos del Congreso de la F.O.R.A.”, La Vanguardia, XXI, 2792, 10/4/1915, p. 2.

[9] “Desconociendo el último congreso de la F.O.R.A.”, La Vanguardia, XXI, 2795, 14/4/1915, p. 2. David Scholnicoff y Juan Loperena, “ex miembros del consejo federal de la F.O.R.A. desde el congreso de concentración”, declararon: “no asumimos ninguna solidaridad con ese incorrecto procedimiento, el que condenamos como todos los obreros conscientes”, en “Contra 3 miembros del antiguo consejo de la F.O.R.A.”, La Vanguardia, XXI, 2798, 17/4/1915, p. 4.

[10] Concurrieron las siguientes organizaciones: Conductores de Carros, Carpinteros, Electricistas, Tabaqueros, Panaderos (varias secciones), Fundidores y anexos, Obreros del Puerto, Alpargateros, Confiteros y anexos, Centro Obrero del Este, Oficios Varios de Lanús y Talleres, Panaderos de Chacabuco, Oficios Varios de Berazategui, Obreros en Calzado de Rosario, Sección Ferroviaria de San Cristóbal, Oficios Varios de Santa Fe y Federación Entrerriana. Además, asistieron en calidad de observadores, la Federación de Artes Gráficas y la Cámara Sindical de Cocineros y Pasteleros, ver “Por la Federación del V Congreso”, La Protesta, XIX, 2537, 4/5/1915, p. 3 y “La Federación del V Congreso”, La Vanguardia, XXI, 2812, 5/5/1915, p. 2.

[11] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 28/5/1915, p. 23.

[12] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, p. 1. En el periódico oficial de la central obrera se afirma que la reunión se realizó el 19 de abril, ver “Informe del Conejo Federal”, La Organización Obrera, 2, 1/8/1915, p. 2.

[13] Denominamos así a los anarquistas favorables a la fusión de las centrales obreras y que no tenían inconvenientes en trabajar unitariamente con los sindicalistas. Este sector del movimiento libertario estaba dispuesto a eliminar la cláusula del comunismo anárquico de los estatutos de la FORA para facilitar la unidad gremial. Hacia julio de 1915 conformaron una agrupación libertaria denominada Orientación, en noviembre de ese año comenzaron a publicar un período con el mismo nombre.

[14] Atilio Biondi representa un caso especial, fue secretario general de la FORA en 1912, cuando se realizó el tercer congreso de unificación gremial. Era partidario de la recomendación del comunismo anárquico, pero anteponía la necesidad de la unidad gremial a la adscripción ideológica (Abad de Santillán, 1933, p. 237; Marotta, 1961, p. 182; Tarcus, 2007, p. 72).

[15] Denominamos gilimonianos a los militantes libertarios que adherían a las tesis de Eduardo Gilimón. Este anarquista de origen catalán rechazaba todo tipo de colaboración con los sindicalistas, era contrario a la fusión gremial y entendía que era indispensable mantener la adscripción ideológica de la FORA a los principios del comunismo anárquico.

[16] Finalmente, Pedro López jamás se presentó para integrar el Consejo Federal.

[17] En la misma, se informaba que “las comunicaciones a los sindicatos federados serán hechas con el nuevo membrete de la FORA, las cuales irán firmadas de puño y letra del secretario general”, toda comunicación “que no vaya en las condiciones especificadas, debe ser considerada apócrifa”, en “Federación O. R. Argentina: reunión del nuevo consejo”, La Vanguardia, XXI, 2798, 17/4/1915, p. 4.

[18] “Federación Obrera Regional Argentina: circular a los sindicatos federados”, La Acción Obrera, X, 357, 1/5/1915, p. 5.

[19] El término “quintista” se utiliza generalmente para referenciar a la FORA V y su militancia.

[20] En el IX Congreso se resolvió que se “pasaría a referéndum de las sociedades los acuerdos y resoluciones en él tomadas”, Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 19/4/1915, p. 3.

[21] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2814, 7/5/1915, p. 2. En el mismo artículo se anuncia que continuaban “las gestiones pertinentes para conseguir la adhesión a la FORA de las siguientes sociedades autónomas: Pintores, Sindicato de mozos, Albañiles y Obreros panaderos; Oficios varios de Punta Alta, Unión obrera de las canteras de Tandil y las siguientes secciones ferroviarias: Olavarría, Las Flores, Tucumán, Tafí Viejo, Mechita, Santa Fe, Bragado, La Bajada y Haedo”.

[22] A comienzos de mayo, el Consejo Federal instó a los sindicatos a que “se pronuncien desde ya en pro o en contra” de los acuerdos alcanzados en el IX Congreso, ver Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 5/5/1915, p. 14.

[23] “Federación O. R. Argentina”, La Vanguardia, XXI, 2840, 6/6/1915, p. 2.

[24] “Federación Obrera Regional Argentina”, La Acción Obrera, X, 358, 10/7/1915, p. 6.

[25] En febrero de 1916, el Consejo Federal anunciaba la adhesión de un nuevo sindicato, la Sociedad de Panderos de Trenque Lauquen, con este sindicato la FORA reunía 55 organizaciones, ver “FORA”, La Vanguardia, 3103, 25/2/1916, p. 5.

[26] “Informe del Conejo Federal”, La Organización Obrera, 2, 1/8/1915, p. 2.

[27] Catorce seccionales de la FOF no participaron del congreso, pero luego adhirieron a la FORA IX, correspondían a las siguientes localidades: Ameghino, Ayacucho, Haedo, Lincoln, Maipú, Santos Lugares, Tolosa, Caballito, Córdoba, Villa María, General Pico, General Güemes, Cañada de Gómez, Villa Constitución. Luego del congreso también se incorporaron a la FORA IX las federaciones nacionales de trabajadores de la madera (FTM) y los ferrocarrileros (FOF), las federaciones obreras locales (FOF) de La Plata y Rosario, la Unión de graniteros y picapedreros de Cerro Sotuyo, la Sociedad de obreros panaderos de Chascomús y los obreros del puerto de Rosario.

[28] Las sociedades de Cortadores de calzado y Caldereros y Anexos, ambas de Capital Federal, votaron en favor del comunismo anárquico en el congreso, pero luego adhirieron a la FORA IX. En la misma situación se encuentra el sindicato de Oficios Varios de Punta Alta, pero no aparece en el listado publicado, ver Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 28/4/1915, p. 9.

[29] “Pacto de solidaridad”, La Organización Obrera (segunda época), I, 1, p. 4. El Pacto de Solidaridad aprobado por el IX Congreso era una réplica, con algunas mordicaciones, del que fuera aprobado por la FORA en 1904 en su IV Congreso, ver “Pacto de Solidaridad”, La Organización Obrera, IV, 34, 25/7/1904, p. 1.

[30] Estadísticas elaboradas en base a las Actas del Consejo Federal de la FORA IX.

[31] El otro gremio importante en cantidad de afiliados era la Unión Obrera de las Canteras de Tandil, pero no tenía representación directa en el Consejo Federal.

[32] Boletín del Departamento Nacional del Trabajo, nº 40, febrero de 1919, p 39.

[33] “La organización ferroviaria en el país”, La Vanguardia, XXI, 3049, 1/1/1916, p. 10. “De todas las organizaciones existentes en el país, la nuestra es la que cuenta con mayor fuerza numérica”, en “Tres años de labor organizadora y de lucha”, El Obrero Ferroviario, III, 30, marzo de 1915, p. 3

[34] “Informe del Comité Mixto de la FORA y de la U. G. de T. sobre la huelga general”, La Unión Obrera, III, 43, marzo de 1906, p. 3. Ver también “El décimo congreso de la FORA”, La Organización Obrera, II, 65, 23/1/1919, p. 5.

[35] José Maqueira asistió al IX Congreso de la FORA en representación de la Unión Chauffeurs, junto con el secretario general del sindicato, José M. Bérquiz, integró la comisión “medios de lucha”, junto con Luis Bernard (sindicalista) y Pedro López (anarquista gilimoniano). Maqueira fue un anarquista fusionista, defendió la eliminación del comunismo anárquico de los estatutos de la FORA. “«Claudicantes» y «tránsfugas»… nos llaman a los delegados anarquistas que en el IX congreso hemos votado afirmativamente el dictamen [...] que anula la recomendación oficial del comunismo anárquico [...] voté a favor del dictamen [...] no solo cumpliendo con el mandato de mi sociedad, sino también con el imperativo de mi conciencia libertaria”, ver “Reafirmando”, La Voz del Chauffeur, III, 14, mayo de 1915, p. 1. Maqueira fue tesorero de la Unión Chauffeurs, ver “Sindicato «Unión Chauffeurs»”, La Voz del Chauffeurs, II, 9, 1/11/1914, p. 4.

[36] La Confederação Operária Brasileira fue fundada en abril de 1906, en la ciudad de Río de Janeiro. En 1913 y 1920 realizó su segundo y tercer congreso. Entre 1908 y 1915 publicó el periódico A Voz do Trabalhador (Bombonatto, 2021; Toledo, 2013).

[37] En las Actas se lo cita simplemente como “Secretariado Internacional. Berlín.”, probablemente se trate del Secretariado de la Federación Sindical Internacional, que tuvo su sede en la capital alemana (Goethem, 2006).

[38] En las Actas figura como “Confederación de Sindicatos de México”, en el periódico La Organización Obrera se la menciona como “Confederación de Sindicatos Obreros Mejicanos” y se aclara que tiene su sede en la ciudad de Veracruz, pensamos que se trata de la “Confederación de Sindicatos Obreros de la República Mexicana” (COSORM), fundada en 1912 en dicha localidad (Domínguez Pérez, 1988). “La primera organización nacional del trabajo, la Confederación de Sindicatos de los Obreros de la República, se fundó en Veracruz antes que la Casa del Obrero Mundial fuera organizada en la ciudad de México” (Fowler, 1970).

[39] En la Actas se refieren a la “Confederación de Trabajadores del Perú”, en La Organización Obrera se la menciona como “Confederación General de Trabajadores del Perú” (CGTP), probablemente el nombre no sea el correcto, porque la CGTP se fundó recién en 1929 (Delhom, 2021).

[40]. Explicó que los sindicatos mexicanos y la AFL se habían propuesto consultar a los principales referentes del movimiento sindical de la región para explorar la posibilidad de conformar una federación obrera continental, ver Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 14/9/1916, p. 203.

[41] “El delegado obrero mejicano”, La Vanguardia, XXII, 3308, 18/9/1916, p. 1.

[42] El delegado de la AFL se entrevistó con la FORA IX y el PS, no así con la FORA V, ver “¿Delegado obrero?”, La Protesta, XXI, 2965, 16/9/1916, p. 1.

[43] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2856, 22/6/1915, p. 4.

[44] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 20/6/1915, p. 25.

[45] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2862, 28/6/1915, p. 3.

[46] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2882, 18/7/1915, p. 2.

[47] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2908, 13/8/1915, p. 2.

[48] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2933, 7/9/1915, p. 3.

[49] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2935, 9/9/1915, p. 3.

[50] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2882, 18/7/1915, p. 2.

[51] Probablemente, el número de integrantes del Consejo Administrativo se haya modificado en el texto definitivo de la Carta Orgánica finalmente aprobada.

[52] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2935, 9/9/1915, p. 3.

[53] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 19/4/1915, p. 3.

[54] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 20/6/1915, p. 25.

[55] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2856, 22/6/1915, p. 4.

[56] “Informe del Conejo Federal”, La Organización Obrera, 2, 1/8/1915, p. 2.

[57] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 18/7/1915, p. 36.

[58] “Cotización a la Federación”, La Organización Obrera (segunda época), I, 1, p. 3.

[59] “En virtud de la escasez de recursos el Consejo Federal resolvió postergar la edición del folleto con las resoluciones del IX Congreso. En cambio, considerando de mayor urgencia la aparición del órgano oficial de la F. O. R. A., con motivo del 1° de Mayo, resolvió editarlo”, en “Informe del Conejo Federal”, La Organización Obrera, 2, 1/8/1915, p. 2.

[60] Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 5/5/1915, p. 12. Al año siguiente la FORA solicitó un nuevo empréstito, en esa oportunidad, se requirió al sindicato de ebanistas un préstamo de $150, un pedido similar se remitió al sindicato Unión Chauffeurs, pero sin especificar un monto preciso, ver Actas del Consejo Federal de la FORA IX, 13/3/1916, p. 154.

[61] “Tesorería”, La Organización Obrera, II, 61, 7/12/1918, p. 5.

[62] “Informe del Conejo Federal”, La Organización Obrera, 2, 1/8/1915, p. 2.

[63] J. Ruiz (hijo) era secretario general del sindicato «Unión Tapiceros», ver “A los tapiceros”, El Obrero en Madera, XI, 72, noviembre de 1915, p. 4.

[64] Emilio V. Santolaria fue delegado al IX Congreso de la FORA por el Sindicato de Mozos de La Plata, formando parte de la comisión “Pacto de Solidaridad”, junto a Francisco J. García y Juan Cuomo. También fue director del periódico La Antorcha, editado entre 1911 y 1914. Encontramos un artículo suyo en la La Acción Obrera, donde se muestra muy crítico de la legislación laboral y aboga por la huelga como método de lucha de la clase obrera, ver “Legislación obrera”, La Acción Obrera, VI, 148, 11/11/1910, p. 2.

[65] “FORA”, La Vanguardia, XXI, 2906, 11/8/1915, p. 5.

[66] Miembros del Consejo Federal participaron también en nueve actos realizados por siete gremios (Sociedad Obreros Ebanistas, Federación de Trabajadores en Madera, Sociedad de Obreros Caldereros, Unión Chauffeurs, Sociedad de Herreros de obra, Sociedad Obreros Bronceros y Federación Obrera Marítima). El gremio de ebanistas se destaca por la cantidad de actos efectuados con la presencia de representantes de la FORA, Senra Pacheco y Mansilla fueron los oradores que participaron en la mayoría de los casos.

[67] En contraposición, la FORA V apenas pudo reunir una docena de organizaciones gremiales en su asamblea fundacional, ver “Contra el IX Congreso”, La Protesta, XIX, 2517, 10/4/1915, p. 2.

[68] Mansilla era una figura de renombre en el movimiento libertario local, fue trabajador ferroviario y miembro del consejo editorial de La Protesta, antes del IX Congreso (Abad de Santillán, 1927). En diciembre de 1915, mientras García dirigía la huelga de la FOM, asumió como secretario interino de la FORA. En febrero de 1917, ante la ausencia de Rosanova por enfermedad, ocupó temporalmente el cargo de secretario general de la FOF. En mayo de 1918 fue expulsado del gremio ferroviario por continuar una huelga sin el aval de los afiliados. El ministro de Obras Públicas le dio un empleo de manera casi inmediata y en noviembre de ese año lo encontramos en Córdoba haciendo campaña en favor del candidato radical Elpidio González, a la gobernación de la provincia (Thompson, 1979, 1984, 1990), ver “El pago de la traición”, La Vanguardia, XXV, 4093, 19/11/1918, p. 1.