Recuerdo y muerte en las carreteras del Perú. Observación histórica a los cenotafios en la Panamericana Norte entre Lima y Trujillo 2021

Carlos A. De La Cruz Villanueva

páginas / año 15 – n° 39 Septiembre-Diciembre/ ISSN 1851-992X/ 2023

http://revistapaginas.unr.edu.ar/index.php/RevPaginas

DOI:

Recuerdo y muerte en las carreteras del Perú. Observación histórica a los cenotafios en la Panamericana Norte entre Lima y Trujillo 2021

Memory and death on the roads of Peru. Historical observation of the cenotaphs on the Panamericana Norte between Lima and Trujillo 2021

Carlos A. De La Cruz Villanueva

Universidad Ricardo Palma (Perú)

Carlos.delacruz@urp.edu.pe

carlosdelacruzvillanueva@gmail.com

https://orcid.org/0000-0002-7758-4046

Resumen

Las siguientes páginas sintetizan los resultados de investigación del proyecto: Cenotafios en los caminos costeros del Perú. Observación y análisis histórico a los recordatorios mortuorios a los márgenes de la carretera Panamericana Norte (Lima – Trujillo) 2021. Proyecto aprobado por la Universidad Ricardo Palma, el 24 de agosto de 2021 en el acuerdo de Consejo Universitario N° 1668 - 2021- virtual.  Este trabajo es parte de una observación de largo alcance, con la intención de comprender desde el ámbito de las ciencias sociales y en particular desde el ángulo de la historia, una de las manifestaciones mortuorias albergadas en nuestra cotidianidad y de constante materialización y reproducción en diversas regiones de nuestro país, desde el siglo XX hasta nuestros días. Nos referimos a los cenotafios colocados a los márgenes de las carreteras, nuestro análisis toma como ejemplo un tramo de la carretera Panamericana Norte, entre las ciudades de Lima y Trujillo, con la intención de iniciar la observación de la sensibilidad social e imaginario que se constituye ante la muerte súbita en las autopistas plasmados por la colectividad afectada, revelando una de las manifestaciones sociales ante la muerte.

Palabras clave: Cenotafios; historia; muerte; imaginario; Panamericana Norte.

Abstract

Our following pages condense the study and results of the project: Cenotaphs on the coastal roads of Peru. Observation and historical analysis of the mortuary reminders on the margins of the Panamericana Norte highway (Lima - Trujillo) 2021. Project approved by the Ricardo Palma University, on August 24, 2021 in the agreement of the University Council Agreement No. 1668 - 2021 -virtual. This labor is part of a long-range observation, with the intention of understanding from the field of social sciences and from the angle of history, one of the mortuary manifestations contained in our daily life and of constant materialization and constant reproduction in various regions of our country, from the 20th century to the present day. We refer to the cenotaphs placed on the borders of highways, our analysis takes as an example a section of the Panamericana Norte highway, between the cities of Lima and Trujillo, with the intention of beginning the observation of the social sensitivity and imaginary that is constituted in the face of sudden death on the highways shaped by the affected community, revealing one of the social manifestations in the face of death.

Keywords: Cenotaphs; history; death; imaginary; Panamericana Norte.

Introducción

Desde que nacemos y mientras nos desarrollamos en el tiempo, acumulamos experiencias y elaboramos ciertas manifestaciones, las cuales son evidencia de lo que constituimos y que comprendemos como la vida. Pero también en ese flujo, sea efímero, intermitente o prolongado, también apreciamos y nos aproximamos a comprender a lo que concebimos como la muerte. Noción y actitudes que a través de los tiempos hemos aprendido a expresar, confeccionar y adaptar, permitiendo establecer testimonios o fuentes en el tiempo, en las cuales subyace parte de esa construcción civilizada que se hace presente al homenajear a los muertos.

El proyecto de investigación que se ha desarrollado, se convirtió en una oportunidad intelectual, desde el ámbito de la historia, para observar y establecer los primeros pasos dentro del territorio peruano, por comprender una de las formas en cómo expresamos o manifestamos en la sociedad la muerte súbita en un tramo de las autopistas de nuestro país. Siendo los cenotafios en las carreteras, la evidencia material y fuente histórica monumental popular que simboliza y materializa una actitud ante la muerte, generada por los diversos riesgos en nuestras carreteras, y que se conforman en parte de nuestra realidad cultural registrada desde el siglo XX y que se mantienen hasta nuestros días, en pleno siglo XXI, este presente escrito, tiene como finalidad plasmar en forma elemental la labor realizada y señalar algunos de sus resultados.

Ideas preliminares

El observar las diversas manifestaciones sociales y en particular la actitud humana ante la muerte, ha sido uno de los intereses de la historia y en particular a sus diversas innovaciones historiográficas que, desde la segunda mitad del siglo XX, hasta nuestros días, han podido apreciar y emprender el camino de la comprensión de las diversas expresiones y actitudes que ha materializado la sociedad. Revelando mediante la observación científico social y humanística lo complejo del universo mental y su correlación imaginada sobre la muerte. Siendo aportes importantes desde la historia de las mentalidades, los de: R. Mandrou (1980); M. Vovelle (1985); G. Duby (1988); J. Le Goff (1980) y de la historia de lo imaginario: R. Chartier (1996); B. Baczko (1999); P. Nora (1997); Ch. Taylor (2006). Estudios innovadores para su tiempo, los cuales nos proporcionan una apreciación técnica, metodológica y teórica orientada al tratamiento de ámbito mental subyacente en el imaginario colectivo y materializado en una variada producción, reconocido como fuentes.

Es por ello que esta bibliografía preliminar fue necesaria para comprender la actitud social en el imaginario colectivo ante la muerte, en donde las vetas informativas como: testamentos, obras pictóricas, discursos, poemas, memorias, monumentos, etc. Nos revelan la continuidad, adaptación y cambios de los diversos comportamientos sociales manifestados en la cotidianidad, entendiéndose como un acercamiento del actuar ante la vida y la muerte. Por ello la elección del enfoque histórico de esta investigación inicial, pues mediante ello, nos acerca a la comprensión de la adaptación, permanencia, resistencia o continuidad en el tiempo de la actitud social ante la muerte en la carretera.

Debo agregar que, durante el desarrollo de la investigación se incorporó otros ámbitos científicos como la antropología, el arte y las humanidades, con el objetivo de complementar y nutrir desde otras perspectivas este fenómeno social complejo. Para lograr una preliminar observación de este fenómeno orientado a comprender la actitud ante la muerte, tal como lo señaló M. Vovelle (1985) a fines de los años 70 del siglo XX. “De entrada, para la reconstitución de las actitudes de las masas anónimas se ofrece la tentación de la antropología histórica, a partir del tesoro de las observaciones que los folkloristas han acumulado el siglo pasado al tomar, en vísperas de su desaparición, los rasgos de la civilización tradicional dieron a la muerte y a los gestos que la rodean el lugar que les corresponde como pasaje obligado en toda aventura humana después del nacimiento y el matrimonio. Pero el historiador, cuando lee a los folkloristas, solo puede sentirse a la vez colmado y turbado. Colmado porque descubre en ellos una información enorme, profusa y que nos hace acceder a un tesoro de conocimiento (…) a los que ninguna fuente escrita nos hará llegar. Toda una práctica popular, sobre todo rural, de la muerte (…) En contrapunto con el sistema oficial de la muerte, adquiere su rostro otro sistema.” (págs. 109-110).

Es por ello la necesidad de recurrir a una apreciación múltiple, para comprender nuestro fenómeno y poder orientar primarios postulados que contemplan la complejidad en las practicas ante la muerte, tal como lo señala Louis-Vincent Thomas (2017). A fines de los 80. “El hecho es que la asociación entre las prácticas tanatológicas y las cosas del velatorio es la única manera que le queda al hombre urbanizado de celebrar funerales decentes, que constituyen para el sobreviviente un medio de equilibrio indiscutible.” (pág. 323) situación en donde se entremezclan diversas circunstancias sociales, económicas, demográficas, patrimoniales, singulares, entre otras. Pero, además, la observación antropológica nos brinda un complemento que dota de fortaleza argumentativa y percatarnos de otros elementos categóricos que permiten mejorar la labor en comprender actitudes frente a la muerte y sus limitaciones.

Por ello es importante tener en cuenta que “En cuanto al comportamiento frente a la muerte, hoy estamos más que nunca en presencia de una pluralidad de actitudes muy difícil de manejar. No solamente nos encontramos con variantes debidas a los lugares, las épocas, las condiciones de vida, las ideologías – diferencia entre creyentes y ateos -, sino que también deben considerarse los tipos de muertes; buena o mala, violenta o súbita, con o sin coma; así como la naturaleza de las relaciones que se tenían con el difunto: si era un extraño, un amigo o un pariente; el ser amado, un sujeto odiado o un simple cliente; y también los tipos de personalidad que están presentes junto al que va a morir: caracteres y también funciones: médicos, sacerdotes, enfermeros. Además, la gente que no se comporta de la misma manera ante un niño, un adulto o un viejo que mueren; si se trata de un moribundo que sufre o que no sufre; que sabe que va a morir, que lo ignora o que tiene vagos presentimientos; si el fallecimiento se produce en la propia casa, en la calle o en la fábrica o en el moridero, como en la India, en el asilo o en el hospital. Demás decir que no nos es posible entrar en los detalles de todas estas diferencias. Pero deben deslindarse algunos temas.” (págs. 326 - 327)    

 A estas observaciones debo señalar la incorporación de los aportes de otras fronteras que abordaron el fenómeno de los cenotafios en las autopistas, los trabajos de: Salazar Fernández., R. (1993); Bondar., C y Olmedo, T. (2014) y Finol., J y Finol., E. (2009), fueron de gran interés, pues permitieron orientarnos en el tratamiento y abordaje de la fuente y la construcción social de la actitud ante la muerte, por medio de los cenotafios en las carreteras, autopistas, pistas, redes viales nacionales o vías de acceso longitudinales entre diversas localidades y por último, fue importante observar otros aportes nacionales como los de: F. Rosas M. (1988 y 2014); C. Casalino S. (1999); C. Rosas L (2005, 2007 y 2009), C. Flórez D.  (2004 -2018); Lossio (2021) y M. Cueto (2020).  Pues significan un acercamiento, desde nuestra frontera, al imaginado mundo de la muerte, desde la perspectiva histórica. Además, debo incluir un aporte significativo, el cual se observó ya al final de la redacción de este artículo, una tesis Chuquilano Falcón., A. (2018) que puede ser considerada un trabajo pionero con respecto a este tema en el Perú, la cual brinda un interés por este tipo de observaciones y se aúna en este esfuerzo de ir ampliando la brecha de análisis histórico referido al universo imaginado colectivo sobre la muerte en nuestra realidad nacional peruana en específico.

Estas múltiples apreciaciones nos permiten identificar aquello que reconocemos y llamamos “imaginario”, estableciendo una línea integrada de dos perfiles, para poder identificar y evaluar, el primero: La situación del universo mental que subyace del inconsciente, el cual se trata a partir de los elementos materiales, que pueden darnos una idea próxima, la cual se reafirma o complejiza en el devenir o en la comprensión imaginada de la intelectualidad y el segundo perfil que abarca lo evidente, no solo en situaciones expresas en relatos o monumentos, también de análisis, las perspectivas hermenéuticas y apreciaciones de ángulos de investigación.

Por tanto, esta observación generada entre lo aprensible y lo intersubjetivo, generan una reflexión interpretativa que proporciona, devela y desentraña ese mundo de interacciones y relaciones humanas que definen a la sociedad en acción, la cual desde múltiples expresiones como: el lenguaje, monumentos, símbolos, rituales, costumbres y demás. Nos acercan a una situación científico social más próxima a un sinnúmero de significados y sentidos no explícitos que, al volverse enunciados, evidencian una composición de representaciones, imágenes, percepciones, sentimientos y actitudes referentes a la sociedad en el devenir.

Otro punto importante a tomar en consideración, es que observar una fuente, permite el ingreso a una amplitud de criterios que pueden ayudar en comprender otros horizontes u orientaciones que evidencian múltiples elementos, rasgos y patrones. Encajando en categorías como la pluridiversidad, lo multicultural e intercultural, acercamientos próximos a lo propuesto por C. Walsh (2005) “Aunque la distinción entre lo multi- y lo pluri- es sutil y mínima, lo importante es que el primero apunta a una colección de culturas singulares con formas de organización social muchas veces yuxtapuestas, mientras que el segundo señala la pluralidad entre y dentro de las culturas mismas. Es decir, la multiculturalidad normalmente refiere, en forma descriptiva, a la existencia de distintos grupos culturales que, en la práctica social y política, permanecen separados, divididos y opuestos, mientras que la pluri, indica una convivencia de culturas en el mismo espacio territorial, aunque sin una profunda interrelación equitativa.” (Pág. 6)

En donde es necesario percatarnos de elementos como lo intercultural pues abarca o “se refiere a complejas relaciones, negociaciones e intercambios culturales, y busca desarrollar una interacción entre personas, conocimientos y practicas culturalmente diferentes; una interacción que reconoce y que parte de las asimétricas sociales, económicas, políticas y de poder y de las condiciones institucionales que limitan la posibilidad que el otro pueda ser considerado como sujeto con identidad, diferencia y agencia la capacidad de actuar. no se trata simplemente de reconocer, descubrir o tolerar al otro, o la diferencia en si, tal como algunas perspectivas basadas en le marco del liberalismo democrático y multicultural lo sugieren.” (pág. 6 y 7).

Como complemento a estos alcances, es necesario considerar la apreciación de interculturalidad brindada por G. Solís (1999) “… es la conducta cultural para desenvolverse en contextos de relación de culturas. Es una conducta de las personas o de los grupos humanos en situaciones de multiculturalidad. Se trata de un saber manejarse entre miembros de diferentes culturas con quienes se interactúa. La interculturalidad no implica a priori el saber manejarse bien o mal, solo implica saber manejarse, por una u otra alternativa especifica, dependerá de la política sobre la interculturalidad que asumen las personas o los grupos humanos. Dicha política puede estar explícitamente formulada o, lo que es común, estará implícitamente vigente. En este contado, et prefijo inter no hace referencia sino a la relación entre dos o más culturas, en que actúa el individuo o grupo humano”

Estas acotaciones teóricas, son nociones importantes, al observar y comprender una de las actitudes ante la muerte, por parte de la sociedad, materializada en los cenotafios en la carretera. Pues gracias a ellas podremos ampliar o señalar nuevas direcciones en la comprensión de la dinámica social en el tiempo en donde investigaciones como estas, se aproximan a brindar relaciones y comprender inicialmente dinámicas sociales albergadas en la cotidianidad, en donde lo inconsciente y consciente se entrelazan.    

Es por ello que, las siguientes páginas describen, a partir del registro inicial y sectorial de información, ¿qué son los cenotafios ubicados a la margen de la carretera Panamericana Norte desde Lima a Trujillo?, ¿Qué alcances nos brindan? Y ¿De qué manera estos alcances son ingreso u observación a una manifestación que refleja una actitud ante la muerte en nuestra sociedad peruana regional e interregional? Dudas que servirán para aproximarnos a una manifestación y a su vez la dinámica multi expresiva de la sociedad, que en el universo de la historia revela un accionar teórico – empírico.  

Aspectos que, en forma conjunta definen el accionar de la historia y nos permiten observar una importante actitud que se desarrolla y reelabora en la sociedad, a través del tiempo. Un prisma de las ciencias sociales, enfocado en el terreno de las mentalidades, lo imaginario social y aunado al aporte antropológico, lo cual nos brinda una aproximación al “actuar ante la muerte”, que es el desenvolvimiento social que se alberga en el cotidiano, el cual se ha reelaborado en el tiempo, que se expresa en la sociedad ante el fin de la vida, constituyendo en los sobrevivientes (parientes, amigos y demás miembros de la sociedad) ciertas manifestaciones que evidencian, simbolizan y plasman la necesidad de trascendencia o anhelo ante la perdida de la vida y que en forma continua constituye parte de nuestra realización social.

Tal como lo señala O. Rader (2006) en su estudio sobre la muerte sus monumentos y rituales de poder, sugiere comprender estos fenómenos es entender nuestra propia existencia social “uno de estos lazos del recuerdo entretejidos, asimismo aparentemente infinitos (…) son los cultos funerarios, que constituyen una parte importante de esos entrelazamientos de los lazos del recuerdo, ya que el pensamiento sobre la muerte figura entre los elementos inmediatos y totalmente esenciales de la cultura humana” (pág. 14).  Ante ello, lógicamente, para observar el actuar ante la muerte, debemos identificar alguna situación plasmada en la sociedad, lo que manifieste dicha actitud. Partiendo de ello, identificar una elaboración social materializada en las carreteras “los cenotafios “, es un punto de inicio para percibir la relación que existe, entre la situación material y las actitudes sociales ante la muerte.

Entendiendo inicialmente bajo esta premisa que los cenotafios en las carreteras son una expresión social que manifiesta una actitud ante la muerte. Son materializaciones parte del imaginario mental desarrollado en el tiempo por las sociedades que pueden ser concebidos, tal como lo señalado por M. Vovelle (1985), al identificar tres niveles de percepción o evaluación sobre y ante la muerte, recordando la vitalidad que existe en afrontar y observar ese fenómeno. “La muerte vivida es – si queremos simplificar – en principio la red de gestos y ritos que acompañan el recorrido de la última enfermedad a la agonía, a la tumba y al más allá. Por cierto, que con facilidad podría encerrarse esta muerte sufrida en el marco de lo cómodo y tranquilizador de las practicas funerarias, mágicas, religiosas, cívicas, que en todos los tiempos han tratado de domesticar la muerte dando a los ritos del último pasaje, funerales, sepultura y duelo, una estructura en la que se revela tanto un sistema como más a menudo una estratificación de sistemas ensamblados.” (pág. 103).

Con respecto a lo anteriormente mencionado por Vovelle, los cenotafios son esas representaciones que se encuentran en las formas en las cuales no solo se expresa o marca la muerte, se revela el duelo, el dolor y toda una estructura que en nuestro estudio iniciamos por develar. Lo que nos hace recordar que las manifestaciones y materializaciones, van de la mano, ellas expresan no solo lo sensible, también nos evidencian diversos niveles sociales, orígenes y motivación, algo que ya en la segunda mitad del siglo XX, P. Aries (1982), señalo necesario de observar

 

Sobre los cenotafios, la muerte y algunos de sus alcances

Es muy sabido en nuestra cotidianidad que, al pasar por nuestras carreteras en diversas partes de nuestro país, podemos ser testigos de construcciones singulares ubicadas a los márgenes, tienen por lo general un aspecto de casas pequeñas, con información de alguna persona, con un crucifijo que tiene inscrito fechas, entre otros elementos. Estas elaboraciones son los cenotafios a los márgenes de las carreteras, autopistas o caminos, expresiones materiales y para la investigación social, una fuente primordial.

Iniciar el camino, de entender a la fuente, es reconocerla como una categoría, que requiere una primaria definición genérica o general, enunciada por el diccionario Panhispánico de dudas de la Real Academia de la Lengua Española. “cenotafio. ‘Monumento funerario en el que no está enterrada la persona a la que se dedica (…) No debe usarse con el sentido que corresponde a otros monumentos funerarios que sí sirven de enterramiento, como mausoleo, sepulcro, panteón o túmulo.”[1]  Este concepto, de la mano del aporte desarrollado en amplitud en el libro de Finol., J y Finol., E. (2009), en donde proporciona un entendimiento cultural e intelectual sobre los cenotafios, en donde no solo son elaboraciones de homenaje, son medios por los cuales los vivos establecen un vínculo y recuerdo con los muertos en la carretera para el caso venezolano. “La práctica del uso de los cenotafios, en nuestro campo de trabajo y atendiendo a las denominaciones emic, reciben el nombre de Cruces de los caminos o capillitas, recuerdan al difunto e indican el lugar de la muerte por lo general violenta a causa de los accidentes, asesinatos o suicidios” (Finol 2009: pág 31). Otro de los grandes alcances desarrollados por Bondar., C y Olmedo, T. (2014)   quienes elaboran una tipología y variantes de los cenotafios en las carreteras, generadas por una parte de la sociedad argentina, estableciendo un mapeo ejemplar referido a la muerte en la carretera, proponiendo la necesidad de su cuidado pues son parte del patrimonio.    

A los aportes intelectuales, es de vital importancia sumar las denominaciones sociales como: Capillitas, nichitos, casitas, tumbas, generados por las sociedades de las distintas regiones, albergadas en sus tradiciones. Pues dichas denominaciones tienen como objetivo vincular estas construcciones con elementos sagrados de fe y protección como iglesias, templos y otros. Todas estas designaciones sirven para categorizar a la fuente, como cenotafios en las márgenes de la carretera, una construcción mortuoria, informal y popular que se encuentra al margen de las diversas autopistas, vías longitudinales, pistas, carreteras o caminos. Estas elaboraciones son señales que simbolizan una muerte súbita en la carretera generada por diversas circunstancias. Además, estas producciones son evidencia del riesgo y peligro en ciertos puntos de las vías automovilísticas en nuestro país y también el lugar donde por última vez estuvo con vida una persona o un grupo humano. Convirtiéndose en muestras del dolor, tienen como objetivo recordar y mantener en la memoria colectiva la pérdida y por el simbolismo religioso marcar el descanso eterno de su esencia y en lo cultural el punto de refugio y guía del alma.

Imagen que contiene exterior, edificio, casa, pasto

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Imagen 1: Cenotafio en la carretera Panamericana Norte a la altura del km 57. Archivo Fotográfico personal, octubre 2021.  

Sin dejar de lado que, estas elaboraciones, pueden tener diversas formas y ser desarrollados con diversos materiales, encierran una significancia en donde se plasma el dolor de una pérdida, la esperanza del descanso eterno y una advertencia del peligro en ese punto de la carretera. Materializaciones que son parte de nuestra realidad nacional y están dispersas en todo nuestro país, poseen diversidad de formas e información, constituyéndose en todo un recordatorio constante de los riesgos, imprudencia y temeridad en nuestras vías de acceso. Estos cenotafios, además de ser nuestra fuente privilegiada y elementos para adentrarnos en la comprensión de una parte de nuestro universo imaginado ante la muerte en la cotidianidad, son marcas que, simbolizan el fin de una vida en forma súbita y por lo tanto elaboraciones que debemos cuidar, pues son una muestra del actuar ante la muerte en nuestra sociedad, receptáculos de memoria que se reelaboran en el tiempo, amenazadas por la expansión urbana, imprudencia, descuido y olvido.

Al señalar que los cenotafios en las carreteras se constituyen en muestras directas de accidentes de tránsito, representan una relación directa como marcas de la fatalidad. Pero que deberían ser contrastadas con otras fuentes, como partes policiales de carreteras, noticias, entre otras. Las cuáles serán motivo de futuras investigaciones complementarias. Pero en la búsqueda de información se pudo ubicar una imagen, que es una de estas evidencias complementarias o de refuerzo ubicada en la plataforma de Google, que en su aplicación de Maps, ubica en el km 407, un cenotafio y además el delineado del peritaje de tránsito cuando hacen la reconstrucción de los accidentes, esto remarca el hecho y énfasis que hacen los familiares de colocar el cenotafio muy cercano o en la línea donde sucedió la pérdida de un ser querido.

Imagen 2: Delineado de una silueta humana tendida en el pavimento, desarrollada por el peritaje policial frente al cenotafio en el km 407. Recuperado de Google Maps. 2015.

Al iniciar el registro de la fuente se optó por una selección referencial y aleatoria, utilizando como escenario de acción la carretera Panamericana Norte, en el tramo correspondiente a la ruta Lima – Trujillo – Lima, en ambos extremos, partiendo de sur a norte y de norte a sur, abarcando más de 1120 km. Presentándose en el recojo de información ciertas limitaciones tales como: la dificultosa accesibilidad en algunos tramos de la carretera (vías rápidas de doble sentido, acantilados, viento cruzado, neblina, arenamiento, terreno accidentado, etc), la falta de cooperación de algunos oficiales de carretera, la conducción temeraria, la delincuencia o vandalismo en las carreteras y los accidentes de tránsito

Esta investigación se constituye en el registro con mayor alcance territorial y descripción detallada de esta fuente en Perú, identificando en el trayecto de Panamericana Norte desde el km 0 en la ciudad de Lima hasta el km 568 a las afueras de la ciudad de Trujillo, en ambos tramos sumando más de 1120 km, sobre los cuales se pudo realizar la observación de 544 cenotafios en ambos márgenes, producto del recorrido de sur a norte cuyo resultado fue 254 y de norte a sur con un resultado de 290, hasta diciembre de 2021. Los que entendemos como monumentos populares mortuorios que traducen una actitud ante la muerte y que esconden una múltiple evidencia de recuerdo y memoria social, plasmada de diversas formas dependiendo del alcance y posibilidades de los parientes o deudos, en su intención y acción de homenajear a sus muertos, mantener su recuerdo y señalar el fin de su vida.

Estas construcciones por su origen informal no tienen ninguna regulación o permiso legal, además de no poseer una normativa que los proteja, resguarde o preserve, solo dependen de la buena voluntad y la memoria de los deudos, situación que las pone en constante riesgo de desaparecer. Pues la ampliación de la carretera Panamericana, la conducción temeraria, la imprudencia, el vandalismo, olvido y otros factores las están destruyendo, y gracias a esta recopilación inicial, establecemos un registro que pueda mantener el recuerdo que los deudos en sus construcciones informales tratan de establecer, señalar el sitial donde una vida terminó y donde su alma inicio su camino al descanso eterno.

Estas construcciones populares e informales, representa una parte de la materialización del imaginario ante la muerte, que posee una trascendencia en el tiempo, manteniéndose hasta nuestros días. Se podría señalar que dichas elaboraciones podrían tener un referente muy remoto, los entierros a los extremos de los caminos a las ciudades en el mundo antiguo de la civilización occidental. Una actitud muy común ante la muerte, en donde las tumbas de los muertos eran la señal de ingreso a ciudades y márgenes de caminos, tal como señala P. Aries (1982):

 “La antigüedad grecorromana Prohibía que se enterrara dentro del Pomerium: las tumbas se alienaban a lo largo de las carreteras que abandonaban la ciudad. Tampoco el cristianismo primitivo admitía el entierro en iglesias, salvo contadas excepciones. No obstante, el sentimiento cobró más fuerza que las prohibiciones canónicas y transformó las iglesias y sus dependencias en una increíble concentración de cadáveres y esqueletos” (pág. 121).  

Con el transcurrir del tiempo las tumbas encontraron su lugar progresivo en las ciudades, primero a las afueras y luego en el interior pero también los cenotafios fueron instaurándose en simultaneo, mediante monumentos y señales, en plazas, caminos y espacios públicos, etc. Logrando asentarse en parte del imaginario e incluso normativa en el Nuevo Mundo, pues para la época virreinal del siglo XVI el Concilio de Lima establece la presencia y asentimiento de los mismos en caminos, tal como lo señala Bondar., C y Olmedo, T. (2014) “bajo estas nuevas normas y directivas, se comienza en Lima en el año 1551 – 1552 lo que se dio en llamar Concilio de Lima que estableció y reglamentó varias cuestiones  que hacían a la evangelización en esta región de América: entre ellas la práctica de señalizar el lugar con la cruz, para que el alma no quede penando” (pág. 4). Y progresivamente haciéndose parte de nuestras costumbres en el tiempo, lamentablemente en la actualidad, sin reglamentación para su construcción y protección.

Comprendiendo de esta manera que los cenotafios en las carreteras, son una reelaboración en el tiempo que se mantiene y mantendrá en nuestra civilización, pues ya es parte de su ser social, afincándose en tradiciones y prácticas que son heredadas o reelaboradas hasta nuestros días. Integradas notoriamente con otros elementos, funciones e intenciones que, en el siglo XX y XXI son marcas de descanso eterno, tal como en el imaginario señala: “una señal en donde el cuerpo se desprendió de su esencia o alma por la muerte, en donde estas estructuras son el refugio del alma u la entrada que le señala a donde debe ir y no vagar sin rumbo”. Una noción o entendimiento categórico en referencia al espíritu o alma, la brinda J. Rozas y M. Calderón. (2001) en su análisis, sobre la idea o noción que, existe en parte de la sociedad, con relación a la presencia del ser espiritual entre nosotros.

Entendiendo de esta manera que, lo que en el folclore se comprende como espíritu, alma o elemento incorpóreo esencial del cuerpo, se mantiene en sociedad. Pues los parientes vinculan a las almas con este mundo de los vivos, ya sea para; concluir algo, brindar compañía, ayuda a los vivos por diversa circunstancia, etc. O como en nuestro caso, se colocan los cenotafios, para que el alma que ha sido súbitamente despojada de su cuerpo, encuentre el descanso, refugio y el camino al mundo de los muertos y no quede en pena, errante en el mundo de los vivos. Revelando uno de los mecanismos que las sociedades en el tiempo han elaborado para guiar a las almas al descanso eterno y a su vez mantener su presencia o vínculo entre los vivos, tal como lo son; las veladas, oraciones, misas, quemas de incienso, entre otros recursos. Todo para mantener su recuerdo en nuestro mundo.    

Imagen 3: Recorrido de recopilación de los cenotafios. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022

Los kilómetros abordados por el proyecto, son una muestra de la enorme incidencia de incidentes automovilísticos trágicos en nuestro país. Ello inferido a partir de estas construcciones, en donde se evidencia una serie de patrones y múltiples particularidades. Alguno de los cuales señalaré en estas páginas y son el resultado de la observación generada en el desarrollo del proyecto de investigación. Uno de los primeros patrones es la concentración de las construcciones en el tramo que atraviesa diversas ciudades de nuestro Perú costero, como son: Lima, Chancay, Huacho, Huara, Barranca, Huarmey, Casma, Nuevo Chimbote, Chimbote, Coishco, Santa, Chao, Virú, Trujillo.

Cuadro 4: Cantidad de cenotafios tramo de recolección de información sur a norte. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022.

Cuadro 5: Cantidad de cenotafios tramo de recolección de información norte a sur. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022

El tramo revela una mayor concentración de los cenotafios en ciertos departamentos más alejados de las urbes principales o las afueras de cada ciudad importante, deduciendo el alto nivel de inseguridad en esos tramos de la carretera, pero a su vez, nos muestra el arraigo de homenajear a los muertos más en las provincias con mayor contacto con las regiones andinas o de la sierra de nuestro país.

Cuadro 6:  incidencias por departamento. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022.

Un aspecto de importancia al observar los cenotafios en las carreteras es concebirlos como elaboraciones culturales, las cuales evidencian múltiples aspectos, dos de ellos son: su popularidad e informalidad. Siendo populares, porque estas construcciones son una expresión generada por la población y que posee difusión social, pues mantiene una presencia en los diversos sectores sociales. Además, poseen una difusión y materialización territorial y temporal, evidente en nuestro territorio, tal como se presencia en los diversos kilómetros recorridos, lo que hace que sea parte del folclore, hábitos, utilidad social o costumbres de parte de nuestra sociedad en el tiempo. Siendo los registros más antiguos los tramos de sur a norte. Por ejemplo, el ubicado en el km 122, el cual corresponde al año de 1952 y que aun evidencia un adecuado mantenimiento.

Imagen que contiene exterior, edificio, viejo, pequeño

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Imagen 7: Cenotafio km 122 (área de 2x3 mt2) en el margen de sur a norte. Archivo fotográfico personal agosto 2021.

Siendo el cenotafio de mayor antigüedad que ha podido ser remozado y magnificado, con fines ideológicos y políticos, Es la cruz de Arévalo, un homenaje a uno de los líderes políticos apristas de la década del 30, que fue asesinado durante el proceso de represión y violencia hacia los partidos de masa, Manuel J. Arévalo C N:15/10/1904 - F:15/02/37, el cual posee un enorme cenotafio a 100 metros de la carretera Panamericana en el km 237(lugar donde fue asesinado) y que posee un área de más 100 metros cuadrados, lo que nos revela que los cenotafios no son solo expresiones con sentido de pérdida en la carretera por un accidente de tránsito, también guardan una significancia ideológica y recordatoria de sucesos relevantes de nuestra historia política, que aún esperan ser motivo de investigación. Actualmente, se ve conservada, mantenida y visitada por los viajeros y simpatizantes del partido aprista, los que le brindan homenaje y respeto; también conocida como la cruz de Arévalo.

Imagen que contiene exterior, montaña, parado, agua

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Imagen 8: Cenotafio km 237 (100 m2) / Cruz 10 m de altura, hornacina y dos vías de acceso vehicular. Archivo fotográfico personal octubre 2021.

Pero no todos los cenotafios antiguos poseen un mantenimiento que los preserva en el tiempo, más bien la ubicación donde fue erigido, influye en su conservación. Es el caso del cenotafio que se ubica en el tramo de norte a sur, en el km 99, correspondiente al año 62, siendo en el año 63 la edificación de su cenotafio, hecho por un sindicato de trabajadores de la empresa D’Onofrio, actualmente carece de mantenimiento y si aún se mantiene en pie, es por estar alejado a más de 100 metros de la carretea en una elevación desértica de la zona.

Edificio con puerta de madera

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Imagen 9: Cenotafio km 99 (tramo de norte a sur) alejado 150 metros de la carretera en zona desértica. Archivo fotográfico personal octubre 2021.

Pero al igual que tenemos, construcciones antiguas, existen otras elaboraciones recientes de cenotafios, como cruces que marcan una incidencia trágica en la carretera que son un cenotafio, que posee una composición humilde y que puede ser deteriorado con facilidad, tal es el caso ubicado en el km 143 del tramo de sur a norte que corresponde a Jorge Luis Robadilla Espinal 30/11/38 – 14/07/21, posee dimensiones regulares o más comunes de 40 cm x 30 cm y con una altura de 70 cm incluyendo una cruz, con materiales muy simples y precarios.

Hidrante de incendios en la playa

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Imagen 10: Cenotafio km 143 (tramo de sur a norte) dimensiones regulares y frecuentes, materiales económicos. Archivo fotográfico personal octubre 2021.

Como podemos apreciar estas elaboraciones no solo pertenecen a un estrato socioeconómico, lugar o tiempo. Su elaboración y composición pueden revelarnos resistencia a las inclemencias del tiempo y por ende preservación en la memoria. Identificando cerca de la mitad de los cenotafios registrados en conservación, en donde el material, ubicación y mantenimiento hacen posible ello. Pero su condición de informalidad los convierte en vulnerables a las inclemencias, vandalismo, entre otros, los cuales llevan a su destrucción y por ende al olvido.

Cuadro 11: Tipos de materiales utilizados para construir los cenotafios en las carreteras. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022.

Cuadro 12: Estado de conservación de los cenotafios entre Lima- Trujillo y Lima. Informe Final del Proyecto Cenotafios…. URP, abril 2022

Imagen que contiene exterior, roto, viejo, sucio

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Imagen 13: Dos ejemplos de cenotafios destruidos por el vandalismo y los accidentes de tránsito (tramo de norte a sur) entre los km 400 y 300. Archivo fotográfico personal, agosto 2021

Un punto a destacar en estas páginas, es que los cenotafios son señal de singularidad o inicio de nuevas manifestaciones, tal como el ejemplo ubicado en el km 112. En donde las creencias culturales, la devoción, la fe y la desgracia en la carretera se conjugan, generando a partir de un cenotafio que, evidencia la muerte de un niño entre 5 o 6 años de edad, accidentado en la carretera. Que ha generado un culto popular entre los conductores que transitan por este tramo, lo reconocen como Juanito, José o Manuelito. Este cenotafio es muy singular pues en su interior alberga una serie de cráneos y restos humanos, ofrendas, velas y diversos obsequios por parte de diversos conductores que le rinden respeto, en busca de resguardo y protección para salvaguardara su viaje.  este cenotafio convertido en un culto popular mortuorio, es evidencia de una situación muy similar que se genera en cementerios o panteones en nuestro país tal como se señala en otras investigaciones propias desarrollas con anterioridad, De La Cruz V., C. (2010) y (2016).

Imagen que contiene exterior, tablero, edificio, surfeando

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Imagen 14: Exterior e interior del cenotafio en donde se desarrolla un culto popular en la carretera km 112. Archivo fotográfico personal octubre 2021.

Para finalizar los cenotafios en las carreteras, poseen cierta regularidad o patrón de construcción o edificación, ya sea por costumbre, imitación, referencia o devoción. Pues muchos de ellos tienen forma de: Casitas, para albergar el alma. Nichos, lápidas o forma de tumba, imitando a las construcciones que se pueden ubicar en cementerios. También con formas que hacen referencia a: cruces, capillas, catedrales, iglesias o composiciones que fusionen estos elementos, guardan la intención de consagrar el lugar o vincularlo a la fe y protección religiosa para el alma. Estas variadas formas monumentales populares marcan la intención por parte de la sociedad de simbolizar la pérdida y en forma alegórica una honra a su memoria del ser o seres queridos que han partido. En donde la utilización de cruces, poemas, fotografías, lapidas, señales reflectoras en la oscuridad, apelativos, toldos e incluso colocando esteras para su mantenimiento. Son muestra del afecto, cariño, dolor y esperanza de los diversos grupos humanos que han experimentado la perdida en la carretera.

Cuadro 15: Cuadro de cantidad de cenotafios en sus diversas formas. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022

Imagen que contiene exterior, edificio, frente, banca

Descripción generada automáticamenteImagen que contiene exterior, edificio, mujer, hombre

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Imagen 16: Ejemplos de forma de casa km 30 y de cruces en conjunto Km 307. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022

Arena de la playa

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Imagen 17: Ejemplo de categoría otros: Forma de casa sobre llantas de vehículo siniestrado Km 133. Informe Final del Proyecto Cenotafios…. URP, abril 2022.

Imagen que contiene edificio, exterior, flor, frente

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Imagen 18: Cenotafio forma de lápida en este caso para toda una familia km 92. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022 .

Imagen que contiene exterior, azul, edificio, tabla

Descripción generada automáticamenteUn edificio de piedra

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Imagen 19: Cenotafios en forma de templo km 530 y km 275. Archivo fotográfico personal. Agosto 2021.

Un dibujo de una camioneta

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Imagen 20: Forma de camión incrustado en la roca km 397 (tramo de norte a sur). Archivo fotográfico personal. Octubre 2021

Imagen que contiene exterior, edificio, firmar, cubierto

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Imagen 21: Forma de templo con luz refractaria en la cruz (fotografía nocturna km 131). Archivo fotográfico personal. Octubre 2021.

Pero las formas de las construcciones, no solo revelan singularidad en el homenaje, también evidencian patrones. Situación registrada en el desarrollo del proyecto, evidenciado los siguientes rasgos: Construcción pequeña, una elaboración no mayor al metro cuadrado, puede estar elaborada con diversos tipos de materiales, con un valor promedio de elaboración no superior a los 500 nuevos soles, aunque existe muchas que pueden estar por debajo de este monto. Por lo general es la que está más expuesta a los diversos agentes que pueden afectarla, puede contener elaboraciones simbólicas como grabados, fotografías, datos del o de los finados, alguna cruz dibujada o como parte de su composición arquitectónica o puede ser solo la cruz, arreglos florares o adornos aleatorios, algunos pueden tener masetas, urnas, arreglos con piedras, entre otros. Construcción mediana, es una de mejor consistencia por lo general constituida con material noble, sus dimensiones son entre uno a dos metros cuadrados, puede poseer una altura superior a un metro. Puede tener la forma de una pequeña casa, aunque en algunos casos puede ser una representación de un templo u iglesia en pequeño, situación más evidente en las provincias o distritos alejados de la capital. Estas elaboraciones pueden contener mayor carga alegórica, datos fotografías, placas, recubiertas con vidrio, pinturas, símbolos religiosos, entre otros su valor puede llegar a los a los 1000 soles. La información sobre los precios, fue lo que pudimos consultar en algunas funerarias en el interior del país en la zona norteña, pero son precios estimados, para los siguientes niveles no pudieron brindarnos mayor alcance.

Imagen 22: Imágenes comparativas de tipos de construcciones por dimensión. Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022.

Construcción Grande, estas elaboraciones superan los 5 metros cuadrados llegando incluso ocupar un espacio amplio, como el caso del km 144 ubicado en el centro de los dos tramos del panamericano norte, con un área de 12 metros y una altura superior al metro, este tipo de estructura resalta mucho, por lo general está mejor conservada, aunque algunas pueden estar en condición de abandono por el pasar de los años, vandalismo o por otros agentes que contribuyen en su deterioro. En este tipo de construcciones más alejadas de la capital se evidencia la necesidad de representar templos, iglesias o construcciones vinculadas con la religión cristiana o santo, existen en diversidad de colores siento los más utilizados los claros como el blanco, crema, entre otros. En estos pueden encontrarse referencias a la actividad del fallecido, sea este conductor, policía o del algún otro tipo de oficio. Puede estar rodeado por plantas típicas de la zona, adornos con luces refractantes, para indicar ubicación en la noche. Muchas de estas construcciones revelan una inversión económica que podemos estimar superan con facilidad 2000 soles.

Las construcciones gigantes o colosales, son elaboraciones mucho más suntuosas en nuestro recorrido ubicamos una de ellas desarrollada en páginas anteriores , el único ejemplo en la zona seria homenaje de uno de los líderes políticos apristas de la década del 30, que fue asesinado durante el proceso de represión y violencia hacia los partidos de masa, Manuel J. Arévalo C N:15/10/1904 - F:15/02/37, el cual posee un enorme cenotafio a 100 metros de la carretera Panamericana en el km 237(lugar donde fue asesinado), y que posee una área de más 100 metros cuadrados, lo que nos revela que los cenotafios no son solo expresiones con sentido de pérdida en la carretera por un accidente de tránsito, también guardan una significancia ideológica y recordatoria de sucesos relevantes de nuestra historia política. Este tipo de construcciones poseen ya un espacio de relevancia, rompen con el criterio de informalidad pues formalizan el espacio a ocupar. Entre los elementos que pueden ser recurrentes, se destaca un camino de acceso, situación que se puede observar también en los cenotafios medianos y pequeños, poseen placas emblemáticas, hornacinas, plataformas de elevación, dedicatorias y espacios para el homenaje, entre una diversidad de elementos que sean necesarios para afianzar en la memoria colectiva la relevancia de su paso en la vida.

Imagen 23: Gráfica y cuadro de incidencia por tipo de construcciones y su ubicación Informe Final del Proyecto Cenotafios. URP, abril 2022.

Ideas finales

Deseo Concluir estas páginas, señalando que este breve articulo solo muestra algunos puntos o elementos identificados en forma inicial, en el camino por comprender las actitudes mentales y el imaginario que se desarrolla en torno al homenaje a los muertos en las carreteras.

Podemos concluir que esta investigación inicial es un gran aporte historiográfico, pues establece un amplio registro y análisis de una fuente material popular que comprendemos como una actitud ante la muerte y proporciona el sustento a la relación directa que subyace, entre construcción y actitud ante la muerte. Pues mediante esta observación, se ha podido comprender parte de la sensibilidad social ante la muerte, desarrollada por distintos grupos sociales en nuestro territorio en diversos tiempos. Revelando que estas construcciones se mantienen en el tiempo y cumplen una múltiple función, sea como: señales de muerte súbita en la carretera, advertencia a los conductores, homenaje a seres queridos, guía o refugio de un alma, muestra de dolor o simplemente un signo de despedida ante la pérdida de un ser querido con el anhelo de mantenerlo en la memoria colectiva y que no sea olvidado su fugaz paso en la vida.

Debo enfatizar que el registro y descripción puntual de estos 544 cenotafios al margen de la carretera establecen un conocimiento sobre el tema y la necesidad de evaluarlos e integrarlos al análisis científico social. Además de poder resguardar el recuerdo social, el cual está en constante riesgo víctima de la destrucción y del olvido.  

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Recibido: 30/03/2022

Evaluado: 03/07/2022

Versión Final: 30/08/2022

 


[1] Diccionario panhispánico de dudas 2005 Real Academia Española. Versión en línea https://www.rae.es/dpd/cenotafio