Reseña bibliográfica

Gárgano, C. (2022). El campo como alternativa infernal. Pasado y presente de una matriz productiva ¿sin escapatoria?. Imago Mundi: Buenos Aires, 290 páginas.

“Mientras la Soja Roundup Ready prosigue su imparable avance y transforma el antiguo granero del mundo en un productor de forraje para el ganado europeo (y chino), las producciones alimenticias desaparecen”

Robin, Marie-Monique; El mundo según Monsanto, 2008.

Cecilia Gárgano es Doctora en Historia por la Universidad de Buenos Aires (UBA), Investigadora Adjunta del Consejo Nacionales de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y Profesora Asociada de la Facultad de Humanidades en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM). Se especializa en historia de la ciencia contemporánea y trabaja en la problemática socioambiental del área rural argentina, analizando la producción de conocimientos científicos orientados a la agricultura y sus implicaciones políticas, sociales y ambientales.

La investigación de Gárgano parte tanto de su vocación científica como de su convicción militante. La construcción narrativa de la obra contiene una pregunta hacia el pasado, sobre el desarrollo y afirmación de la matriz productiva agrícola hegemónica, pero también una pregunta hacia el futuro, ¿cómo salir de ella?

Este trabajo se presenta como un caso más entre otros para pensar el modelo productivo argentino y para definir qué hacemos con los bienes naturales que se encuentran en nuestro territorio.  La matriz productiva de Argentina, históricamente se ha vinculado al modelo de exportación de materias primas, dicha situación se profundizó con la consolidación del extractivismo bajo el paradigma neoliberal en los años 1990s, que se forjó bajo tres pilares: la explotación de hidrocarburos, la megaminería metalífera y el agronegocio basado en la soja transgénica (Gómez Lende, 2015).

En este caso, el carácter infernal que reviste el campo para Gárgano da cuenta de los desequilibrios socioambientales, sanitarios y territoriales generados por el modelo agrícola hegemónico que se presenta como única alternativa de inserción de Argentina en el mundo. La autora analiza su instauración, consolidación y sus mecanismos de validación a través de prácticas científicas y discursos que prometen un bienestar y una sustentabilidad que nunca llegan, y que ignoran o pasan por alto los profundos impactos socioambientales. La perspectiva crítica de la autora se encuentra en consonancia con las definiciones de Nancy Fraser (2023) sobre el carácter no sustentable del capitalismo:

 “Al igual que el uróboro que come su propia cola, la sociedad capitalista ineludiblemente devora su propia sustancia. Verdadero dínamo de la autodesestabilización, precipita crisis periódicamente mientras por rutina socaba las bases de nuestra existencia.” (p. 19).

El libro se divide en dos partes: “La Historia. De la Revolución Verde al Agronegocio” se compone de una historización de la configuración de la matriz agrícola productiva hegemónica, en el que da cuenta de los factores y procesos que posibilitaron su instalación desde los años 1960s hasta su consolidación bajo el paradigma neoliberal en los años 1990s. La segunda parte, “Territorios sacrificados. Postales de pueblos fumigados”, presenta experiencias locales en las que expone los efectos socioambientales generados por el modelo de agronegocios en localidades de Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires.

En el primer capítulo, “Los años sesenta. Modernización y nuevos negocios”, la autora analiza el impacto en Argentina de un proceso global, la Revolución verde, hito a partir del cual se instala el paradigma químico en la agricultura como solución en dos sentidos: económico, para resolver el problema de la productividad y el abastecimiento; y político, en cuanto intenta enfrentarse a la amenaza de la revolución roja. La Revolución Verde dio inicio a la intervención de semillas mediante técnicas de ingeniería genética con el objetivo de potenciar los rendimientos y expandir los cultivos a distintos ambientes. A su vez, las semillas eran configuradas para ser utilizadas junto a un paquete tecnológico: fertilizantes, pesticidas y herbicidas. Mientras que la modernización agrícola obtuvo apoyo internacional y difusión mediática por sus inéditos rendimientos, sus efectos socioambientales eran invisibilizados, minimizados o incluso reconocidos en algún grado, pero defendiendo la modernización como única solución posible al problema del hambre en el mundo.

La visión crítica de Gárgano se encuentra en correspondencia por la concepción marxista del cambio tecnológico expresada por Katz (1996): “que lo técnicamente viable deba ser económicamente factible, significa que en el capitalismo se desechan todas las tecnologías que no auguran beneficio.” (p.  177). A lo largo de la obra se puede identificar la idea de que bajo el capitalismo la innovación está orientada exclusivamente por las leyes de acumulación y la ganancia, y no por la solución de necesidades sociales insatisfechas.

El segundo capítulo, “Los años setenta: agendas estatales en tensión, concentración de la tierra y disciplinamiento social”, atiende al período de expansión del paquete tecnológico de la Revolución Verde bajo la acción del INTA, que como plantea Gárgano, funcionó como mecanismo estatal facilitador de la apropiación privada del conocimiento científico y validador del modelo químico en Argentina. La autora destaca que la intervención militar de 1976 fue un parteaguas en la intensificación de la mercantilización de los conocimientos científicos generados con fondos estatales en beneficio del capital privado.

“Si desde fines de los 1950s los capitales dedicados a la producción semillera habían usufructuado la acción sostenida por el Estado en investigación, durante la dictadura esta tendencia alcanzó nuevos umbrales. Los mecanismos de apropiación y transferencia de conocimientos se vincularon a la sustracción de recursos genéticos, la cooptación de profesionales y de saberes” (Gárgano, 2022, p. 69).  

Por sustracción, el capital privado desplazó al INTA de las fases más competitivas y rentables del mercado de semillas e insumos, sometiéndolo a mero productor de conocimientos y validador del modelo agroquímico. La autora toma como eje el período dictatorial para señalar el punto de inflexión en el patrón de acumulación. La especulación financiera y la deuda externa que dejó como herencia marcó el porvenir de los extractivismos.

El tercer capítulo, “Agricultura neoliberal y ciencia empresarial. La construcción del desierto verde”, analiza las políticas neoliberales que permitieron la consolidación del paradigma agroquímico y la sojización a partir de la legalización de la Soja Roundup Ready en 1996.

En este período se complementan el despegue de la biotecnología vegetal y la desregulación del Estado, lo que dio lugar a la autorización de la Soja RR y la expansión de la frontera agrícola para su producción a gran escala. Su establecimiento supuso un proceso productivo estandarizado, con poca necesidad de fuerza de trabajo y orientado hacia la producción de Commodities. Se consolidaba así un esquema que implicaba

“una forma de organización de la producción agrícola basada en el empleo de biotecnologías, un intenso ritmo de innovación tecnológica, altos requerimientos de capital, participación creciente del capital financiero y la precarización de los asalariados rurales” (Gárgano, 2022, p. 80).

La autora señala los efectos socioeconómicos en la agricultura familiar y campesina, y sobre la soberanía alimentaria (la concentración de la tierra, la precarización laboral y la producción orientada a los Commodities); y los efectos ambientales (la contaminación de fuentes de agua, suelos y aire, la degradación del suelo y la exposición de la población a los agrotóxicos).

La clausura de la década neoliberal con el estallido social del 2001 no significó el fin de la matriz extractiva, sino que la profundizó. En las últimas tres décadas se pueden señalar continuidades en el perfil productivo y en la transformación del territorio rural: la agudización de la concentración de la tierra y de su utilización para la producción de Commodities; el debilitamiento de los cultivos regionales y la producción familiar campesina. La inserción de Argentina en el mundo se sigue planteando desde su rol de exportadora de materias primas como destino inexorable. A ello se agrega ahora la necesidad de generar divisas para pagar la deuda externa.

En la segunda parte de la obra, la autora opta por un cambio en la perspectiva de análisis, abandona el enfoque desde arriba sobre el análisis histórico e integral del modelo para volcarse a un relato desde abajo. Observa las problemáticas que enfrentan los territorios y poblaciones afectadas. Así, releva y revela experiencias locales de vida y de resistencia que le permiten dilucidar los efectos socio-ambientales del agronegocio.

El primer caso presentado corresponde al derrame de un herbicida en San José de la Esquina, Santa Fe. Las consecuencias sanitarias fueron minimizadas e invisibilizadas por la empresa responsable, las autoridades políticas de turno y los medios de comunicación hegemónicos. La autora destaca que los mecanismos estatales no exigen la constatación científica de los riesgos ambientales y sanitarios que pueden generar los insumos químicos, mientras que los damnificados deben demostrar con evidencia certera los daños sufridos. Con ello se da una inversión en la carga de la prueba donde son las personas las responsables de denunciar una vez ya consumados sus efectos nocivos. Esta situación se agudiza debido a que los casos adversos son expuestos por los responsables como excepcionalidades en lugar de efectos inherentes al uso de químicos.

Gárgano rescata la activa organización civil de las poblaciones afectadas que, ante la inacción de mecanismos estatales y la inexistencia de información científica oficial, establecen contactos con expertos críticos para poder aportar la evidencia necesaria para validar sus reclamos.

Por último, la autora presenta los conflictos socioambientales en Pergamino, donde las querellas judiciales hacen foco en el riesgo sanitario derivado de la exposición de la población a agrotóxicos a través del agua. La autora señala la incongruencia entre las normativas legales que restringen el uso de ciertos plaguicidas y los que efectivamente se utilizan. “Con esta omisión, la normativa vigente invisibiliza la presencia de los plaguicidas en el agua que consume la población en todo el país.” (Gárgano, 2022, p. 173). Las idas y venidas judiciales y la deficiencia de las normativas demuestran el complejo recorrido que se debe emprender para elevar denuncias por los efectos nocivos que genera el agronegocio. A las consideraciones expuestas en capítulos anteriores sobre como el discurso hegemónico, las prácticas científicas y el marco desregulatorio neoliberal que propiciaron la consolidación del agronegocio, en este capítulo se expone como los mecanismos jurídicos existentes son incapaces de inhibirlo.

Como ya mencionamos, la investigación de Gárgano puede ser ubicada dentro de una amplia bibliografía crítica del modelo extractivista. La explotación de los bienes naturales comunes de nuestro territorio beneficia fundamentalmente al capital privado transnacional, y las exportaciones a las necesidades de los países centrales, mientras que en nuestro país se profundizan los efectos ambientales y sanitarios adversos y la desigualdad social. A nivel local, las fronteras de explotación se expanden sin importar el impacto que generan sobre las poblaciones que habitan sus territorios. Al hablar de extractivismos, Folguera señala uno de sus impactos más desesperantes, la homogeneización territorial y la pérdida de diversidad productiva:

“todo es susceptible de ser extraído con las mismas técnicas y los mismos objetivos. Mientras las características singulares se pierden, se invisibilizan, se anulan, se destruyen deliberadamente; los territorios se asumen como meros espacios disponibles para la extracción.” (p. 31).

Así, la obra de Cecilia Gárgano se constituye como un aporte a la reflexión sobre el modelo de producción. Conocer la historia de su implantación nos posibilita desnaturalizar sus prácticas y su carácter aparentemente ineludible; conocer las experiencias de vida y de resistencia de los pueblos nos permite identificar los efectos socio-ambientales del agronegocio, los canales para combatirlo y las técnicas de producción alternativas como la agroecología. La visión crítica propuesta por la autora afirma que sostener el modelo actual implica el sacrificio del territorio y de la reproducción social de las personas que lo habitan.

Fernando Javier Guida Bria

Facultad de Humanidades y Artes,

Universidad Nacional de Rosario (Argentina)

jgbfernando@gmail.com

Bibliografía

Folguera, G. (2022); “Diez similitudes entre el trigo HB4 y la extracción de litio: algo más que coincidencias. Análisis comparativo del extractivismo de agronegocios y megaminería en Argentina.” En Tekoporá. Vol.4, n°2.

Fraser, N. (2023); Capitalismo Caníbal. Qué hacer con este sistema que devora la democracia y el planeta, y hasta pone en peligro su propia existencia. CABA. Siglo XXI editores.

Gomes Lende (2015); “El modelo sojero en la Argentina. Un caso de acumulación por desposesión” en Mercator. Vol. 14, n°3, pp. 7-25.

Katz, C. (1996); “La concepción marxista del cambio tecnológico”, en Teorías contemporáneas del cambio tecnológico. Recuperado de: https://www.lahaine.org/katz/b2-img/CONCEPCION_MARXISTA_CAMBIO_TECNOLOGICO.pdf