Reseña bibliográfica
Lo Cascio, J. (2024). Economía en la escuela secundaria. Análisis de las prácticas de enseñanza. Didact Thema: Buenos Aires, 164 páginas.
Jorge Lo Cascio es Licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magíster en Educación por la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Se especializa en enseñanza de la economía, tema del que ha publicado varios artículos en revistas especializadas del país y del exterior.
El libro de Lo Cascio “Economía en la escuela secundaria. Análisis de las prácticas de enseñanza” (2024) constituye un valioso aporte dentro de un campo de investigación de escasa tradición académica y poco explorado como es el de la enseñanza de la economía.
El libro presenta los principales resultados de la tesis de maestría del autor, que consistió en una investigación realizada en 2020 (en pleno contexto de la pandemia mundial del COVID-19 y con la suspensión de la presencialidad de las clases). Cabe aclarar, destacar y valorar que esta investigación fue llevada a cabo por Lo Cascio en forma independiente y sin ningún tipo de financiamiento, lo cual reviste particular interés dado el rigor metodológico, la solidez teórica y la profundidad analítica que presenta.
La obra está estructurada en 8 capítulos. El primero de ellos indaga en los antecedentes sobre las publicaciones referidas a la enseñanza de la economía. Muy atinadamente el autor da cuenta que la mayor parte de las (pocas) publicaciones disponibles en Argentina, están orientadas al qué se enseña, es decir, al análisis de los contenidos (de planes de estudio y de libros de texto) y, en menor medida, a propuestas concretas de enseñanza. Existe así una vacancia importante en torno al cómo se enseña economía (de lo que prácticamente no hay ningún trabajo) y que, por consiguiente, el libro pretende cubrir.
El capítulo 2 desarrolla el marco conceptual para el análisis de las prácticas de enseñanza. Allí Lo Cascio recupera los principales aportes teóricos de algunos autores (que son una referencia ineludible dentro de la didáctica general) como Basabe, Cols, Davini, Fentesmacher, Camilioni, Anijovich, Mora y Edelstein, entre otros.
El capítulo 3 presenta la metodología utilizada para la descripción de las prácticas de enseñanza de economía. En particular, el autor presenta y fundamenta las 3 variables descriptivas del estudio de campo: el contenido escolar, el espacio y las tareas en el aula y los recursos didácticos.
En el capítulo 4 se hace una breve explicación de cómo se vio alterado el desarrollo de las clases en la escuela secundaria en el particular contexto de suspensión de la presencialidad que tuvo lugar en 2020 (por la emergencia sanitaria provocada por la pandemia mundial del COVID-19). Posteriormente, se presentan las “configuraciones de clases”, que emergieron como resultado de esa alteración ocasionada en ese particular contexto, de acuerdo con los espacios, tiempos, frecuencia, agrupamiento de estudiantes y medios de comunicación utilizados. El autor presenta así 3 configuraciones de clases que son las que desarrollarán en los capítulos siguientes: 1) las clases asincrónicas, 2) emular la presencialidad y 3) diferenciar y personalizar la clase.
En el capítulo 5 Lo Cascio desarrolla la primera configuración de clase que denomina “clases asincrónicas”. Lo que el autor incluye aquí, a partir del análisis del trabajo de campo realizado, son aquellas situaciones en las cuales les docentes no hicieron clases sincrónicas con sus estudiantes. Esto generó un “difuso espacio de clase” que no sólo limitó las interacciones entre docente y estudiantes, sino también la utilización de recursos didácticos (restringidos al uso exclusivo de los libros de texto) y el tipo de actividades propuestas (basadas en consignas que apuntaron a la repetición o reproducción de información).
El capítulo 6 presenta la configuración de clase denominada “emular la presencialidad”. Allí el autor da cuenta de cómo les docentes desarrollaron clases virtuales de manera sincrónica, en el intento de replicar (en la mayor medida posible) la suspendida presencialidad. Este grupo de docentes llevó a cabo prácticas en enseñanza en las que tuvieron un lugar central la explicación y se utilizaron recursos didácticos diversos y alternativos al tradicional libro de texto. A esto se le suma que este grupo se caracterizó por proponer consignas de actividades vinculadas con el intercambio, la reflexión y la opinión personal, además de la repetición y reproducción de información.
En el capítulo 7 se expone la configuración “diferenciar y personalizar la clase”. En este caso, se trata de docentes que, ante la baja e intermitente participación estudiantil en las clases sincrónicas, se vieron obligados a desarrollar diversas estrategias para sostener el vínculo pedagógico.
Finalmente, en el capítulo 8, se presentan las conclusiones del libro a modo de “reflexiones finales”. En la primera parte de este capítulo el autor sintetiza el recorrido del libro y destaca que “la descripción de las prácticas permitió dilucidar la enseñanza como acción individual del docente, en tanto práctica que supone un sujeto biográfico, un tiempo personal, junto con un actor social en un tiempo histórico” (Lo Cascio, 2024, p. 139). A continuación, desarrolla algunas reflexiones valiosas e interesantes sobre la didáctica de la economía. Estas comprenden 4 ejes estrechamente vinculados: para qué se enseña (finalidad), qué se enseña (contenido disciplinar), cómo se enseña (prácticas docentes) y con qué se enseña (recursos didácticos).
En principio, Lo Cascio sostiene que la economía como disciplina escolar apunta a la formación ciudadana desde el aporte de elementos conceptuales que permitan comprender la naturaleza y dinámica de la sociedad capitalista y sus problemáticas actuales. En tal sentido, el autor señala la importancia de transformar la didáctica de la economía en sus múltiples dimensiones. Una primera referida a romper con el predominio de la corriente teórica neoclásica, también denominada economía ortodoxa, que se advierte tanto en la formación docente como en los contenidos curriculares de la escuela secundaria. Esto obtura toda posibilidad de pensamiento crítico sobre la sociedad capitalista y da lugar a la imagen de la economía como una ciencia incomprensible, difícil, aburrida y desvinculada de la realidad cotidiana por su elevado contenido matemático (Aronskind, 2011).
La segunda dimensión se vincula con los recursos didácticos donde Lo Cascio advierte un doble problema. Por un lado en el caso de los libros de textos, también aparece el predominio del enfoque neoclásico. Se hace necesaria entonces la incorporación de nueva bibliografía con propuestas innovadoras que superen la visión tradicional y ortodoxa de la disciplina. Por otro lado, además de libros de textos, deben incorporarse otros recursos alternativos que permitan enriquecer las propuestas de enseñanza de la economía.
Por último, una tercera dimensión es la que tiene que ver con las prácticas de enseñanza. Claramente, como bien señala Lo Cascio, si bien es clave poder avanzar en la transformación de los contenidos de la enseñanza, ésta es una condición necesaria pero no suficiente. Deben transformarse también las prácticas (el cómo se enseña) para lograr un cambio profundo y positivo en la didáctica de la economía.
En suma, el libro “Economía en la escuela secundaria” de Jorge Lo Cascio representa una valiosa contribución y una referencia ineludible tanto para docentes de economía en formación y en ejercicio, como para quienes se dedican a la investigación en didáctica de las ciencias sociales en general y en particular, de la economía.
Pablo Sisti
Área de economía del Instituto del Desarrollo Humano,
Universidad Nacional de General Sarmiento (Argentina)
Bibliografía
Aronskind, R. (2011). “Enseñanza de la economía: el deber de superar el estigma de la ciencia triste”. En Wainer, V. (comp.): Enseñar economía hoy: desafíos y propuestas alternativas al paradigma neoclásico. Los Polvorines, Argentina: UNGS Ediciones.