Reseña bibliográfica
Guillermo F. (2023), Grela. Memoria gráfica. UNR editora: Rosario, 150 páginas.
El libro Grela. Memoria gráfica es el primer volumen de la colección Original-Múltiple de la Editorial de la Universidad Nacional de Rosario, cuyo propósito es difundir la producción gráfica, en particular el grabado, de diversos artistas de la región, a través de investigaciones que trascienden el limitado ámbito académico-universitario y se dirigen a un público más amplio. Se trata de un libro absolutamente necesario, no solo por llenar un vacío en torno a la historia del grabado en Rosario, cuya prolongación esperamos ver en futuros tomos dedicados al tema, sino también por su enfoque en la trayectoria de una de las figuras que, junto con Gustavo Cochet, ha sido ampliamente reconocida como un referente fundamental en los inicios del desarrollo y la difusión de la enseñanza del grabado en la ciudad.
En esta oportunidad Guillermo Fantoni presenta un estudio que puede leerse como la continuidad de una extensa investigación sobre el itinerario de Juan Grela en las artes plásticas, que trasciende esta publicación y se inserta en una trayectoria intelectual vinculada a la historia del arte argentino, y en particular de la ciudad y la región, que a lo largo de más de cuarenta años ha desarrollado tanto en el ámbito de la investigación, como a través de numerosas exposiciones y en su rol como docente en la carrera de Bellas Artes de la UNR. En este sentido, el texto se conecta con otras publicaciones del autor dedicadas a Grela, como la serie de entrevistas recopiladas en Una mirada sobre el arte y la política. Conversaciones con Juan Grela, editada por Homo Sapiens en 1997, o los libros más recientes que acompañaron dos exposiciones realizadas junto a Adriana Armando: La línea de Grela. Dibujos, maderas y collages a cien años de su nacimiento, por la Fundación OSDE en 2014, Estudios y conclusiones. Bocetos y obras de Juan Grela, publicado por la Editorial de la Facultad de Humanidades y Artes en 2017, entre otros ensayos.
La recuperación de la trayectoria estética de Juan Grela constituyó una parte esencial de sus investigaciones, las cuales tuvieron como eje situar a los artistas y sus proyectos creadores dentro del contexto cultural, social y político de la ciudad, atendiendo a su inserción en el entramado del campo artístico y, por ende, en las formaciones culturales y agrupaciones que definieron los rasgos de la modernidad local. Esta preocupación fue compartida y desarrollada junto a su compañera de vida, Adriana Armando, también docente e investigadora de la UNR. Desde sus primeras investigaciones en los años ochenta, ambos se convirtieron en pioneros de la historia del arte local, siendo considerados referentes indiscutibles en la disciplina. A través de sus trabajos, lograron recuperar y visibilizar materiales y obras perdidas o dispersas en diversos espacios y hasta en ocasiones poco valoradas por los mismos familiares de los artistas o por las instituciones encargadas de proteger el patrimonio cultural. Este esfuerzo conjunto los llevó a desarrollar una labor exhaustiva, basada en huellas, indicios y fragmentos, a partir de los cuales fueron construyendo una historia del arte de Rosario, que tuvo continuidad en las tesis y producciones escritas que con enorme generosidad ambos orientaron y dirigieron a lo largo del tiempo.
El libro en cuestión presenta un estudio preliminar acompañado de una selección personal de grabados que dan cuenta de las diferentes etapas, estilos y técnicas empleadas por el artista, atendiendo en particular a su itinerario gráfico, pero sin descuidar su vinculación con aquel universo de intereses que trascendían el ámbito del grabado y que, en última instancia, delinearon las características de su producción visual. Esto incluye la inserción inicial de Grela en diferentes agrupamientos artísticos identificados con el arte nuevo que tuvieron una colocación política precisa, su relación con formaciones antifascistas, su participación en agrupaciones específicas de grabado y su vinculación con movimientos asociados a la difusión de las temáticas litoraleñas en una clave moderna, donde además de sus pinturas expuso series de grabados. Asimismo, refiere a la experimentación con las técnicas y los temas que devinieron en un renovado interés por la gráfica hacia los años sesenta-setenta.
El recorrido no solo explora su participación en distintas agrupaciones artísticas de la ciudad, sino también el estado general del campo del grabado, destacando que el interés de Grela por esta técnica cobró mayor relevancia en la década de 1940, en un momento de auge para la disciplina en Rosario. Este periodo estuvo signado por la celebración de los salones de grabado en el Museo Municipal de Bellas Artes, su continuidad en la Asociación Amigos del Arte, instancias que devinieron poco después en la formación de grupos específicos dedicados al grabado y la mayor difusión y popularización de la gráfica multiejemplar, asociada a discursos de oposición política o a la ilustración de textos. A estas experiencias se sumaron posteriormente la edición de una serie de carpetas de reproducciones y grabados originales dedicadas a grabadores argentinos por parte de Emilio Ellena, en las cuales Grela participó, y la gestación de nuevos emprendimientos y formaciones dedicadas a la producción y difusión de la técnica durante el último tramo de su producción gráfica.
Otro apartado se centra en las temáticas y modalidades que el artista cultivó a lo largo de su vida, influenciadas tanto por sus experiencias personales como por sus lecturas y referencias iconográficas. En este sentido, se destaca el proceso de síntesis que desarrolló desde los años cuarenta —y con mayor énfasis en los cincuenta—, así como las lecturas que le permitieron explorar elementos iconográficos de las antiguas civilizaciones de América. También analiza la transformación de su obra en los años sesenta y setenta, con la incorporación de formas libres inspiradas en el dadaísmo y el surrealismo y la utilización del color en sus xilografías. En este contexto, rescata un testimonio de Emilio Ellena, que inspira el título del libro, referido a la manera en que Grela trabajaba, utilizando el grabado para registrar sus pinturas, creando así una suerte de memoria gráfica de su obra.
El texto busca restituir, en este sentido, el espesor social de una experiencia de vida inserta en un escenario con sus características y dinámicas de funcionamiento, haciendo visibles aspectos que sobrepasan la dimensión estrictamente individual para dar cuenta de los sucesivos estados del campo artístico rosarino. Por ello, no solo se presenta como un aporte clave al recuperar las dinámicas que adquiere su producción y cómo estas se reflejan en su obra gráfica, sino que también revela los espacios, circuitos y procesos que definieron el itinerario de las artes gráficas en Rosario.
Elisabet Veliscek
Centro de Investigaciones en Arte y Patrimonio,
Universidad Nacional de San Martín,
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Argentina)